Partida Rol por web

Espero a que la mujer respondiera a sus preguntas pero no era para nada la respuesta que esperaba. Como muchos otros no quería poner en orden sus sospechas, lo veía normal. el miedo frena a todo el mundo, pero no lo entendía. Colaborar era esencial, curiosamente tal y como dictaba la sociedad ser un colectivo unido, en este caso era importante. El repentino despertar de la mujer que respondía al nombre de Mónica lo distrajo como a resto y se acerco, como muchos otros, a observar su estado. -Me temo que ha despertado en una pesadilla.-Le respondió a su pregunta.-Si recuerda el día anterior, recordara que estamos encerrados, buscando a quien nos mata por la noche, sin demasiado éxito he de añadir, y apuntando a ciegas contra alguien para hacerle lo mismo que ellos nos hacen por la noche. Una pesadilla ciertamente. Me gustaría preguntarle sobre su atacante y si sabe cuantas pastillas ingenio, pero presupongo la respuesta.-Se tomo un segundo para hablar de nuevo-Me gustaría saludarla y alegrarme de que este de vuelta entre nosotros, pero seria algo totalmente forzado, por lo que solo la deseo suerte, como el resto la necesitamos. Terminado el coloquio, se giro para mirar a las caras mas habladoras del día de ayer. -Victor, Arhtur, Charlotte. ¿Alguna idea de como actuar hoy?-Era una pregunta para ellos tres, pero desde luego esperaba que el resto también se animara a responder, el tiempo corría y aun no parecía haber absolutamente nada.

El segundo día de esta loca pesadilla empezó y al darme cuenta de que estaba vivo, agradecí a Ford seguir aquí al menos un día mas. Cuando me reuní con el resto y me alegre de ver que los asesinos habían fallado por partida doble, me acerque a las dos victimas y les dije -Me alegro que estén vivas.Este día no puede empezar mejor!No solo no ha muerto nadie, sino que sabemos que ellas dos son inocentes! Solo espero que en la votación podamos acabar con uno de ellos. La verdad es que estoy totalmente despistado, así que hasta que no tenga un nuevo sospechoso, seguiré con la misma táctica que ayer. Y digo esto en voz alta para todos sepan en que voy a basar mi voto por ahora. Alguien tiene alguna idea?- pregunto mientras me voy a preparar el desayuno.

A pesar de que la muerte de Nikolai había supuesto una sorpresa menor para Michelle que la de Rebecca ella había pasado el tiempo hasta el momento de acostarse ligeramente inquieta. Era cierto que prácticamente todos habían votado, y que alguien tenía que salir elegido, pero la mirada desquiciada de Joyce se le había quedado grabada en las retinas. Cuando el hombre había dicho que él se encargaría de ejecutar a quien saliera elegido no se había imaginado algo así. Aquello no era lo que había esperado y, desde luego, no era limpio.

El nuevo día había llegado cargado de una mezcla de noticias buenas y malas. Por un lado parecía que no había ningún muerto, - de momento - aunque eso no significaba que no hubiera habido ataques. Cuatro medicados, una conscientemente, para salvar su vida, y los otros de una forma aún por determinar.

Michelle había tratado de afrontar el día comenzando por lo que parecía zumo de naranja. Su porte y su semblante volvían a estar cargados de seguridad: sin duda la noche había servido para poner sus ideas en orden. La llegada y la explicación de Charlotte la habían hecho emitir un suspiro, y ver que ahora la tal Monica despertaba también no podía ser sino algo bueno.

Tras escuchar el resumen de Arthur, Michelle se acercó a la recién llegada con un vaso de agua y algo de comer. - Te sentará bien. - Le dijo, antes de apartarse un par de pasos, dándole espacio y esperando su respuesta a las palabras de todos.

-Párate Charles, sabemos que Charlotte fue atacada por los asesinos, sí, pero no sabemos nada de Monica, el otro Charles o Erik, es decir... ¿Y si se tomaron las pastillas para parecer inocente cuando realmente son sospechosos? No descartes tan rápido o en menos que canta un gallo estaremos todos muertos por atacar a inocentes y confiar en asesinos... ten cuidado chaval- Y con esas palabras se aleja del rubio para dirigirse a los demás -Está claro que ha habido suerte... pero me jode deciros una cosa... habría que empezar a pensar en quien puede ser asesino y menos en que Charlotte está bien- Se gira a ésta -Lo siento, pero tengo ganas de salir de aquí... Y supongo que tu también- Vuelve a girarse a los demás y con cara pensativa se acerca a por un trago, algo que le despierte bien, alcohol no, café, sin duda mucho café -Repito como ayer ¿Alguien quiere? Y Sasha, tranquila, ayer fue un día raro para todos, yo también voté por votar... exactamente a ti Monica-

James tenía razón en que debían votar, por desgracia, el delta no sabía a quien votar, solo estaba seguro de la inocencia de Charlotte. - ¿A quién sugieres tú? - dijo, ya que él había sacado el tema - si no decimos lo que creemos o lo que sospechamos va a pasar lo de ayer... yo por mi parte ya os digo que no tengo ni idea de quien es de fiar y quien no, por eso voté ayer en blanco.

Vincent esperó la respuesta mientras escuchaba lo que también tenía que opinar el resto de personas presentes.

De forma totalmente antagónica a la llegada de Monica, esta vez es un hombre quien irrumpe en la escena que se forma alrededor de ésta. 

Charles Winston avanza ligero hacia vosotros, totalmente desorientado, y con el semblante notablemente conmocionado. «¿Dónde estoy... ? ¿Dónde estoy... ?», repite en un estado de shock profundo. 

Se muestra agresivo y rehúsa a que nadie pueda acercarse a él. Ante tal situación, Joyce se acerca lentamente hacia Charles, el cual empieza a mostrarse cada vez más receptivo ante las preguntas que Garden le formula. 

Sólo consigue que diga en alto su nombre, pero su rostro se relaja conforme Joyce continúa el trato con él. 

Tras un rato, Garden le tiende una bebida y le dispone en la mesa comida suficiente para que pueda saciarse. Sin duda, vuestro anfitrión era una auténtica incógnita, y así como sacaba a la luz su lado más perturbador, también conseguía mostrar una faceta mucho más humana, para vuestro alivio. 

Enarco elegantemente una cerca, asombrada. Mis palabras habían caído en saco roto. Nadie había pensado en revisar los equipajes de todo el mundo, cuando realmente, era lo más sensato. 

Respiré aliviada cuando dos de ellos consiguieron volver en sí. Quizás, con un poco de suerte, el resto despertarían.

-Si me permitís mi humilde opinión, deberíamos pensar en quienes de nosotros podrían ser de verdad los asesinos basándonos en lo que ha pasado. Charlotte ha sido atacada, es cierto. Y deberíamos empezar a pensar por qué. El día anterior hizo patente su sospecha sobre Arthur. Lo cual nos puede llevar a la pista de que posiblemente Arthur sea uno de ellos... Al igual que Jim se apresuró demasiado a llevarle la contraria...

Ladeé la cabeza.

-Un grupo que no piensa es un grupo que será fácilmente eliminado. Yo no afirmo que ellos lo sean, sólo que deberíamos empezar a pensar y a usar nuestro cerebro privilegiado.

Monica escuchó las palabras de los que se dirigieron a ella y tomó con una mirada agradecida el vaso de agua y la comida que le acercó la mujer. - Gracias. - Le dijo suavemente, antes de dedicar una breve sonrisa al chico que parecía bastante alegre. 

- Recuerdo el día anterior. Aunque estuve un poco ausente escuché parte de sus conversaciones, pero no recuerdo que nadie me atacase, ni sé de qué pastillas me habla. - Respondió al primer hombre que habló con ella tras beber un largo trago de agua tratando de suavizar su garganta. - Sencillamente me dormí y no era capaz de despertarme.

Después escuchó al señor Donovan e hizo un suave ademán con la mano ante sus últimas palabras. - Sí, sé que me votó por mi silencio y lo comprendo. No se preocupe. - No se molestó en darle ninguna otra explicación, como los demás no tenía pruebas de su inocencia y le parecía inútil decir que no era culpable sin más. Por sus palabras le parecía entender que había otras personas en su situación, y eso le resultaba bastante preocupante.

En ese momento otro hombre apareció tambaleándose como ella y dejó de hablar para que pudieran atenderle. Observó como Joyce se encargaba de él y después escuchó a la chica pelirroja atentamente y en silencio. En esos momentos no estaba segura de nada y no sabía a quién debería dirigir su voto. Escuchar al resto hasta poder extraer alguna conclusión le parecía lo más sensato.

Una vez vi que la muchacha se reponía, me uní a la conversación.

- Apenas tenemos nada en qué basar nuestras acusaciones, pero es verdad que deberíamos empezar a tirar del hilo de lo poco que sabemos.

Por ejemplo, sería interesante saber por qué cada uno de nosotros eligió a quien eligió en la votación de ayer. Hay unos cuantos votos que no merecen comentario; muchos de nosotros votamos sencillamente a los que no habían hablado hasta el momento, tratando, igual que quienes votaron en blanco, de minimizar el riesgo de ejecutar a un inocente válido para la investigación.

Sin embargo, hay otros que lo hicieron conscientemente a personas que se estaban mostrando activas, y me gustaría saber qué vieron en ellas para tenerlas por sospechosas. Quizás haya algo que se nos haya pasado por alto a los demás.

Esperaba que las justificaciones de quienes se deberían dar por aludidos aportasen algo de claridad. O que sus no-justificaciones también lo hiciesen.

Se mostró mucho más apático durante toda la jornada, reorganizando ideas e intentando asimilar cada nuevo suceso y las nuevas apariciones. Por suerte el resto de compañeros de aventura estaban más centrados y participativos y Arthur fue tomando nota mental de cuanto escuchaba.

Aunque Arthur le había lanzado una pregunta directa, se dirigió al grupo en su conjunto, cuando finalmente tomó la palabra.

- Ideas...todas y ninguna. Este es un rompecabezas que debemos resolver pieza a pieza. Me alegro de que todos recuperemos el ánimo y la salud poco a poco -miró a Mónica, visiblemente mejorada ya y a Charles Winston, todavía asimilando su vuelta a la realidad - pero la noche se acerca y con ella la necesidad de tomar una nueva decisión. Es cierto que tuve mis discrepancias ayer con Charlotte - admitió, mirando a Zarina primera y después a la mencionada - como es cierto que no fui el único en tenerlas, para decirlo todo. Personalmente no creo que eso demuestre nada, ni en un sentido ni en otro. 

Ladeó la cabeza, pensativo.

- No he sido capaz de descubrir la lógica que sigue el asesino, y respecto a mi voto, fue para Dolores, sobre todo porque me sorprendió que cuando todos estábamos alterados con el descubrimiento de la pobre Rebecca, ella se mostró bastante menos sorprendida, o eso me pareció a mí. Pero sinceramente, no tenía claro nada en ese momento, y sigo sin tenerlo ahora mismo. Solo espero que esta vez acertemos - miró a Dolores Mentson con cierto aire resignado, pero no añadió nada más.

-Todos somos sospechosos, eso está claro. Pero en mi opinión, Charlotte es inocente. ¡Fue atacada, por el amor de Dios! ¿Cómo va a ser uno de ellos? Dudo que se atacasen entre sí, pues su objetivo es claramente acabar con esta... reunión de librepensadores, o como queráis llamarlo, y no ganan nada atacándose entre sí sabiendo que en esta locura en la que nos hemos visto inmersos caerán uno a uno.

Estoy totalmente de acuerdo con Stefan... Creo que deberíamos exponer los motivos de los votos. Sólo hablando y compartiendo la información que tenemos, podremos llegar a alguna conclusión... Puede que, lo que para ti sea un detalle sin importacia, encienda la chispa de otra persona, y entre todos lleguemos a dar con los culpables.

Yo, por mi parte, voté en blanco sencillamente porque no creí tener motivos para acusar a nadie y no quería participar en la muerte de un inocente.

El melenudo hablaba en tono serio y calmado, como siempre. Era una de sus capacidades: por muy afectado que estuviese por la presión, siempre sabía mantenerse calmado. Los años de duro trabajo eran lo que le habían enseñado, pero no sabía cuánto tiempo aguantaría en esta locura de apartamento, en el que la muerte aguardaba al anochecer.

Las palabras de Zarina me hicieron alzar una ceja, pero no di ninguna respuesta a ellas, al menos por el momento. En lugar de eso escuché lo que Monica tenía que decir, y asentí a las palabras de Stefan.

- Yo no tengo problema en exponer por qué voté a Arthur, a pesar de que ahora crea que estaba equivocada. - Respondí, dedicando una mirada al hombre que había recibido mi voto. - Partiendo de la base de que no tenía nada contra nadie, fue de quien más indicios me pareció ver. Sin embargo ahora creo que podría haberlos visto en cualquiera. Estamos buscando a alguien cuya mente aún pertenece por completo al gobierno. Su forma de buscar recuperar la rutina, por ejemplo, me hizo fijarme en él. Pero lo cierto es que ahora mismo yo también me agarraría a ella si pudiera. - Expliqué mientras caminaba por el salón, sin perder de vista al nuevo recién llegado. No sabía si creer que él pudiera saber más que Mónica, pero siempre quedaba algo de esperanza.

- Por otro lado, que alguien nos guíe en las votaciones presenta dos problemas. - Afirmo luego mientras me acerco a la ventana. - El primero: si matamos a un inocente, culparemos a quien nos animó a ir a por él, ya sea consciente o inconscientemente. Por eso no creo que nadie se arriesgue salvo que esté realmente seguro. Y el segundo es que si guiados por esa persona escogemos un culpable probablemente él sea la siguiente víctima. Aún teniendo la certeza de quién puede ser un infiltrado el riesgo de compartir esa información es demasiado grande. - Continúo, antes de dar un nuevo sorbo al zumo.

- Igualmente no creo que los infiltrados fuesen quienes drogaron a Monica o a los otros. Eso significaría que conocen la existencia de las pastillas, y por tanto no habrían tenido contemplaciones para asegurarse de lo de Charlotte. - Explico, buscando con los ojos a la mencionada para asegurarme de que no le afectaba lo que estaba diciendo. - Puede que fuera alguien tratando de dormir así a alguno de los asesinos, o puede que haya cualquier otra explicación. Son tantas las opciones que creo que deberíamos dejar ese tema de lado y avanzar.

Despertar en aquel lugar fue una de las peores sensaciones que había experimentado Charles Winston, aunque a decir verdad tampoco había experimentado demasiadas, acostumbrado como estaba a tener todo lo que quería, básicamente como cualquiera en aquel lugar. La cabeza le dolía a horrores y se sentía completamente desorientado. No reconocía aquel lugar y mucho menos ninguna de las caras que veía.

Se sentía fuera de lugar, rodeado de gente en extraña en un lugar desconocido. Todos sus sistemas de alerta estaban activados y se mostraba agresivo cuando cualquiera los presentes intentaba siquiera dirigirse a él. El dolor de cabeza remitió un poco, lo que le permitió pensar con algo más de claridad, aunque tampoco demasiada. Se acordó de a carta y de dirigirse hacia la reunión. No tardó demasiado en atar cabos y suponer donde estaba.

Una vez ubicado y con la ayuda de Joyce, consiguió calmarse. Se encontraba hambriento, nunca había estado tan hambriento, por lo que se pone a comer de forma algo apresurada, olvidando por completo los modales. Escuchaba atentamente las aclaraciones de aquel amable hombre y las conversaciones que se sucedían a su alrededor mientras comía.

Cuando terminó de comer, fue capaz de pensar en todo lo que había escuchado y su gesto se volvió serio. Así que, si lo he entendido bien, ha habido un asesinato y el asesino sigue entre nosotros. Y hay que elegir por votación al que creamos que es el culpable, por temor a que se descubra lo que hacíamos aquí...

Su mirada evaluó a los presentes antes de continuar. Siento haber estado en este estado durante tanto tiempo, no entiendo lo que pasó. Me llamo Charles Winston. Encantado, supongo.

Los demás estaban exponiendo las razones por las que votaron el día anterior. Vincent, al igual que Charlotte, no había elegido a nadie. - Yo, como ayer no sabía a quien votar voté en blanco, no quería acabar con la vida de ningún inocente, como pasó al final ayer, pues la mayoría votó a alguien.

Eso es lo que le hacía desconfiar aún más de todos, habían votado a alguien sin tener muchas razones, la mayoría reconocía haberlo hecho al azar. Es cierto que la única forma de acabar con todo era señalando gente, pero dejárselo a la suerte era demasiado arriesgado, hecho que se probó cuando se demostró que la víctima era inocente.

- Creo que quien está detrás de los crímenes no tiene ningún reparo en acusar o votar a otro mientras no sea de los suyos, así que hay que tener cuidado sobre quien ponemos nuestra confianza.

Vincent intentó hacer memoria, para ver quienes eran los más enérgicos en acusar o en votar sin pruebas alegando alguna escusa, ya que hoy nadie parecía convencido de nada.

Tomo mi desayuno mientras escucho a mis compañeros, cada vez siento mas aprensión, debido a que siento que no vamos a encontrar a los asesinos y nadie  parecía decir nada útil. Finalmente deje todo a medio comer y les dice 

Yo vote a Nikolai y supongo que ya saben porque lo hice. Aún así voy a repetirlo, decidí votar por lo mas callados, no porque sean culpables por ello, sino porque no confió en alguien que no dice nada cuando nos explota algo como la muerte de  ayer. Y por ahora voy a mantener ese criterio hasta que encuentre uno mejor que me convenza. Es posible que plantear mi razonamiento le sirviera a los asesinos o no, eso solo lo descubriremos al pasar los días. 

Es mas, les voy a decir algo que tal vez les sorprenda a todos- digo mientras camino hacia el centro del grupo, para ocupar el lugar protagónico -Solo por hoy le voy a dar mi voto de confianza a Arthur Glyver y Michelle Bourque, porque a pesar de la repentina confianza mutua ayer? Porque en mi vida he actuado en muchas películas, leído innumerables guiones y también leí varias nov... - de pronto me quedo callado, en medio de la frase, dándome cuenta de lo que estaba por decir -bueno para que ocultarlo. Gracias mi fama y mi posición, han llegado a mis manos varias novelas prohibidas, muchas de ellas de misterio. Y todo esto que les he dicho hasta ahora, es para decirles que ningún criminal es tan obvio! Ellos tuvieron una discusión con Charlotte ayer y por eso mismo son los sospechosos obvios para la votación de hoy. Y por eso mismo, los descartare por ahora de mi lista de sospechoso.- 

En un determinado momento, escucháis unos silbidos que, de entonar alguna melodía en concreto, os resulta completamente desconocida. La composición errática sale de los labios de Joyce, quien parece entretenido rascando con sus uñas la sangre seca que manchaba la urna de metal. 

Os devuelve una exagerada mirada de sorpresa cuando os volvéis para mirarlo. Acto seguido, se estira la ropa y se sienta con las piernas cruzadas en la silla más próxima a la caja. Apoya su cabeza en una mano, mientras que con la otra tamborilea alegremente encima del metal. 

- Tic-tac, tic-tac... 

Otra vez, el macabro Joyce os apremia para que dictéis sentencia.

-Yo estoy de acuerdo con Charles, mi voto también fue para Monica, simplemente porque se mantuvo callada todo el día, eso no nos sirve para salir de aquí... necesitamos gente comprometida con ésto, gente que esté dispuesta a luchar por salir de aquí con vida...- "La verdad es que tiene razón sobre Michelle y Arthur... No me esperaba que el rubito se diera cuenta de éso y yo no... Sin duda toda esta situación me está afectando mucho..." Se calla un segundo y mira a los silenciosos -Para mi los callados sois igual de culpables que los asesinos, seais o no uno de ellos. De todas formas hay uno que me ha levantado alguna que otra duda... Javier, ¿Porque quieres hablar en privado con Zarina? Todos estamos metidos en ésto, si tienes que decir algo, dilo para todos-

Cuando el actor tomó la palabra Arthur abrió los ojos sorprendido. No por la confesión literaria, que era tan poco habitual como ilegal, sino por lo que a sí mismo concernía: que por un lado u otro estaba siendo señalado continuamente. No lo había visto así ni siquiera cuando Zarina lo había insinuado, pero Charles Houssay tenía razón...era tan obvio. 

Arthur maldijo a Ford para sus adentros. Miró a Michelle con un gesto de determinación. Alguien pretendía señalar culpables y en aquel momento se sentía en el punto de mira. No podía permitirlo, pero si el resto de compañeros perdían la confianza en él se vería condenado sin remedio. Ni las mejores palabras podrían salvarlo. Y lo mismo le ocurriría a Michelle, o a cualquier otro más adelante...

Solo pudo sonreír agradecido a Charles y posteriormente a Jim, unas sonrisas tristes y apagadas. Se encogió de hombros, abrió la boca pero no emitió sonido alguno. La volvió a cerrar y girando su cuerpo dirigió su atención a una de las mujeres del grupo, a la que le costó encontrar, tan desapercibida había conseguido pasar durante toda la jornada, que ya empezaba a declinar.

- Sí, el silencio...el silencio nos matará a todos - murmuró para sí, mirándola fijamente unos segundos antes de incorporarse para proceder al ritual del voto.

Es cierto, el silencio podría matarlos, aunque lo más probable es que los asesinos no tuvieran ningún impedimento para hablar mientras no llamaran la atención. No obstante, Vincent no veía muchas otras opciones.

- Seguramente quien no se ha pronunciado hasta ahora no sea uno de los malos, aunque como decís poco aportan a nada. Si no hay más motivos para desconfiar de nadie supongo que atenderé a este criterio.

No le gustaba para nada hacer eso, aunque prefería a un inocente que a uno inútil, y no quería condenar a nadie sin estar seguro.

-Vincent, es sencillo, aún no se en quien confiar y en quien no, pero me rehúso a votar en blanco, no es mi estilo, siempre daré un paso al frente y apechugaré con las consecuencias... simplemente pienso votar a uno que no aporta nada, lo dije el primer día y continuaré, hasta que no tenga a alguien seguro no pienso tirar mi voto, sacaré de en medio a los que no aportan nada- Y con mirada firme Jim se acerca a la urna y deja el papel en ella.