Partida Rol por web

cuando miras en su espalda ves que tiene a la altura de los homoplatos una pequeña protuverancia que parece haber sido cortada o limada de alguna forma ese mismo dia

Acerco mi agotada mano y lo toco, no se bien ni porqué.

-¿Y esto?

- No escuches a la maquina bellis esta vivo, esta delante de mi estamos vivos los 2 emos matado a esas maquinas y al alcalde de la ciudad esmeralda estamos a salvo no les entregues nada vamos a apor vosotros ya no les des nada-

Doy un pequeño grito de dolor cuando me toca en la espalda, siempre me duele aunque quiera evitarlo- Las cosas metalicas me hacen algo alli siempre-

-Lo siento - Digo quitando rápidamente la mano.

Debo sacarte de aquí... no puedo permitir que sigan haciendo esto...

-Y siento haber tenido que hacerte... "eso".

Volví a respirar con tranquilidad y se me anegaron los ojos de lágrimas.

Intenté contenerme y miré a la máquina, seria.

-¿Sería como vosotros?- pregunté-. Entiendo- dije, fingiendo interesarme-. La oferta es buena, pero he de asegurarme que él será tal y como yo lo recuerdo- comenté-. ¿Me puedes asegurar eso? ¿Me puedes asegurar que él será tal y como lo recuerdo? ¿Que se acordará de mí?- inquirí, haciendo perder el tiempo a la máquina.

-Eso...(tos) son mentiras...y lo sabes.

Dijo, refiriéndose a la máquina.

Giro sobre mi mismo y quedo bocarriba en el suelo.

-Eres... ¿ciega?

-Por supuesto que son mentiras- espeté, al robot-. No es más que un maldito mentiroso.

-No veo que necesidad hay de hacer máquina...a alguien que aún está vivo.

E insistió en mandar el mensaje.

- no soy ciega pero si abro los ojos soy castigada- dije con temar a que me obligaran a abrirlos sin querer volver a sufri aquella tortura -que es eso que dices que me has hecho?-

- Las maquinas no mentimos el hombre esta muerto- y vuelve a ponerte la imagen del cuerpo de bellis en el suelo

-¡Son mentiras!- grité al robot-. Eso es falso- señalé la pantalla-. No me lo creo.

Las urnas de cristal estallan en llamas y los gritos vuelven a absorver todo la sala, gente quemandose de nuevo vidas segadas que caen en vuestra conciencia

Cerré los ojos ante la repetida imagen de la gente calcinada.

-No me importa - sacudí la cabeza, sin apartar la vista del robot-. Tu fin está cerca- aventuré.