Partida Rol por web

Un réquiem por Hoyt

Greenwood, Massachusetts

Cargando editor
18/03/2013, 21:51
Director

Tras un largo trayecto, primero en tren y luego en taxi, llegáis a la pequeña villa de Greenwood. Son las cinco de la tarde, el cielo está cubierto de nubes y llueve con intensidad. Las casas son de poca altura y en ellas predominan los colores fríos, tanto como el agua que os cala los huesos. Greenwood tiene unos cinco mil habitantes, vive principalmente de la agricultura, aunque también hay una fábrica de muebles y un aserradero.

Al poner los pies en el suelo vuestros zapatos se llenan del barro que circula en pendiente. El padre Hoyt paga al taxista, que emprende el viaje de regreso. Os ha dejado frente al único hotel de la villa, El Reposo de Amanda.

Cuando os disponéis a entrar al hotel veis que el padre Hoyt se ha quedado quieto, mirando al vacío, mientras la lluvia le resbala por el rostro.

Cargando editor
18/03/2013, 22:30
John Collins

Parecía que al fin llegaban, pero el tiempo no estaba de su parte. De hecho, como se quedaran mucho en la calle, acabarían sepultados por el barro o algo así. Ya estaba listo para entrar en aquel hotel, cuando vi que el padre Hoyt estaba demasiado rígido. Extrañado, me acerco a él.

-Padre Hoyt, ¿se encuentra bien? Debemos entrar o cogerá una pulmonía...

Cargando editor
18/03/2013, 23:48
John Kellemport

El estado del padre Hoyt me preocupa también, pero mientras Collins trata de averiguar si el hombre necesita algo, yo procuro buscar el motivo de su nuevo ataque. Observo los alrededores y la dirección que enfocaba la mirada del hombre antes de quedarse alelado y busco qué puede haberlo causado. Quizá algo que le recuerde a su hermano...

Cargando editor
19/03/2013, 00:59
Paul Hoyt

El padre Hoyt sale de su ensimismamiento al escuchar las palabras de Collins.

—Disculpen, he recordado el día que vine aquí para hablar con el doctor Freygan sobre la muerte de Peter. Volver a pisar este suelo hace que venga a mí la pesadumbre. ¿Creen ustedes en fantasmas?

Cargando editor
19/03/2013, 01:11
Director

Bajo la lluvia intensa el pueblo parece un borrón, un óleo del siglo pasado. Si hay algo específico que al padre Hoyt pueda haberle despertado el recuerdo no encuentras indicio de ello.

Cargando editor
19/03/2013, 09:57
John Kellemport

Pobre padre... su hermano muerto y él pensando en fantasmas. Juraría que para los curas esa opción no existía... ¿Fantasmas? Aunque la verdad es que los curas son más hombres de fe que de razón... quizá si tenga sentido que crea en fantasmas.

- Lo lamento padre, yo no creo en fantasmas. - digo negando con la cabeza. - Lo que siente es normal en un caso así. Ha perdido a un ser querido. Aquí vino cuando le transmitieron la noticia... - dejo la explicación sin acabar. No quiero ahondar en la herida. - ¿Por qué lo pregunta? ¿Cree usted en fantasmas? De ser así, ¿qué indicios ha visto o encontrado de su existencia? - todas las preguntas que como excéptico asaltan mi cabeza en un primer instante vienen a mis labios.

Estoy convencido de que el padre cree que la presencia de su hermano sigue en el lugar o algo similar. No puedo comprender cómo la gente se cree esas cosas. Lentamente me enciendo un cigarro mientras espero la respuesta del padre. Miro al resto del grupo y les ofrezco por si alguno quiere, desconozco si fuman.

Cargando editor
19/03/2013, 20:56
Paul Hoyt

El padre Hoyt mira a John con ojos tristes mientras la lluvia sigue empapando su ropa.

—Es este lugar. Nada más bajar del coche he sentido la presencia de mi hermano, como si estuviera cerca o como si parte de su esencia siguiera conectada con esta tierra. Es complicado de explicar de forma racional, lo siento en el corazón. La primera vez que estuve aquí me sucedió algo parecido, y de forma más intensa cuando estuve en el cementerio y en el sanatorio. Probablemente sólo sean las tribulaciones de un viejo que ha sentido mucho la falta de su hermano. El estar mayor, enfermo y cerca de la muerte te vuelve muy sensible ante lo que pueda haber más allá.

No sabría decir a estas alturas si creo o no creo en fantasmas, pero en mis viajes he visto y he oído cosas en las oscuras noches de África que hacen estremecer: sombras que parecen aguardar a que te descuides, aullidos en la noche, cosas que se arrastran y vigilan, y gentes que desean que lleguen seres antiguos y viles a destruir todo lo que conocemos. He combatido todo eso con una fe férrea a lo largo de mi vida, y sobre todo al miedo, pero al llegar a mi edad y con tantos años de experiencia a las espaldas, pese a que sea herejía, uno puede llegar a dudar.

Cargando editor
19/03/2013, 21:34
John Collins

-Lo cierto es que no he visto nunca ningún fantasma... Pero con las cosas que vi en Canadá y, sobre todo, en Groenlandia, no descarto que puedan existir. Al fin y al cabo, no sería lo más extraño de todo. Y ni de lejos lo más aterrador, pues no es la primera vez que escucho cosas sobre cultos a seres antiguos y malvados-digo, con un escalofrío. Aún puedo recordar Groenlandia, aquel muro, y las historias del brujo esquimal.

Cargando editor
20/03/2013, 05:16
Gregor Palance

El día es desapacible y el lugar un tanto deprimente, no cabe duda de ello.

- Tranquilícese padre, esta vez estamos con usted. El destino de su hermano va a ser resuelto y usted descansará.

Cargando editor
20/03/2013, 08:32
John Kellemport

Herejía. Interesante palabra viniendo de un sacerdote.

- Adelante padre. Esos fantasmas no van a desaparecer si nos resguardamos de la lluvia. - digo mientras acompaño al padre al interior del Hotel. Si dejo que siga esperando bajo la lluvia sin hacer nada acabará muriendo de una pulmonía.

Va siendo hora de que descansemos un poco y nos pongamos todos al día.

Cargando editor
20/03/2013, 16:01
Director

El Reposo de Amanda es un hotel de piedra y madera de tres plantas que ha sido decorado para que resulte lo más acogedor posible. Nada más entrar os topáis con una recepción pequeña en donde una señora de unos cincuenta y tantos, pelo negro y aspecto amigable os saluda con una sonrisa. No esperaba clientes.

Cargando editor
20/03/2013, 17:25
Edward Von Steiffen

Doy una palmadita al Padre cuando entran en el hotel y le murmuro

- Es comprensible dadas las circunstancias padre, no se avergüence...- en seguida les recibe aquella mujer que probablemente se llamase Amanda, sonrio de buena guisa y dijo - buenas tardes señora, vamos a estar unos días por aquí y necesitamos un sitio para pernoctar.

Cargando editor
20/03/2013, 23:16
Olmer Danoff

—Sr. Hoyt me encantaría escuchar sus historias sobre áfrica y los seres antiguos esta noche en la cena. Respecto a los fantasmas... créame, son algo que llevamos en nuestro interior y que se puede manifestar de las más insolitas maneras.

 

 

Cargando editor
21/03/2013, 00:16
Amanda Seaforth

—Buenas tardes, caballeros, bienvenidos a mi hotel, soy Amanda Seaforth, para servirles. Están de suerte, disponemos habitaciones para todos ustedes. La noche son cuatro dólares y medio, la semana veinticuatro. ¿Cuánto piensan quedarse?

Cargando editor
21/03/2013, 00:24
Paul Hoyt

—No sé si de veras desea escucharlas, señor Olmer, quizá podría dormir más tranquilo.

Interrumpe la conversación para dirigirse a Amanda.

—Nuestra estancia será indefinida, señora, le pago un adelanto de tres días. Si es tan amable, desearía dejar cuanto antes el equipaje en la habitación, amén de que me proporcione una toalla, como ve estoy empapado.

Cargando editor
21/03/2013, 00:30
Amanda Seaforth

—Claro, padre, por supuesto. ¿Qué les trae por Greenwood en un día como hoy? —pregunta con ojos suspicaces.

Cargando editor
21/03/2013, 10:13
John Kellemport

Observo cómo el padre se hace cargo de los gastos y reserva tres días las habitaciones. De momento dejo que se haga cargo de dar las explicaciones oportunas.

No soy quién para interrumpir. Ya empezaré a hacer mi trabajo en el centro donde estaba su hermano.

Cargando editor
21/03/2013, 10:26
Olmer Danoff

—Venimos de la universidad a realizar una investigación académica sobre epistemología y sobre si puede ser aplicada a la investigación sobre el lenguaje, pero si le parece, podríamos charlar tranquilamente tras instalarnos ya que me gustaría como académico que me informara Ud. sobre las costumbres locales, si no le es mucha molestia.

Cargando editor
21/03/2013, 10:47
Edward Von Steiffen

Iba a contestar a la mujer de nombre Amanda cuando el tal Olmer se le adelantó, ¡caray! había inventado una excusa mejor que la suya...

Cargando editor
21/03/2013, 14:08
Amanda Seaforth

—Oh, muy interesante eso de la epistología, pasen, pasen.

Hoyt firma y da el pago por adelantado. Amanda coge un enorme llavero y os conduce hasta el piso de arriba. Los peldaños de madera crujen bajo vuestro peso y arriba las vigas todavía más. El hotel de Amanda es viejo, pero podéis contemplar que está pulcrísimo. Las habitaciones huelen a limpio y no hay ni una mota de polvo. La mujer os entrega copia de la llave de vuestras habitaciones y os explica las normas del hotel.

—Señores, esta casa se precia de ofrecer el mejor descanso y tranquilidad a sus clientes. No se permite fumar, beber ni escupir. Tampoco impropiedad alguna entre sexos. Procuren no hablar alto ni armar jaleo. Greenwood es una villa tranquila, la gente del pueblo prefiere que los forasteros tengan un comportamiento ejemplar. Si todo es así, su estudios sobre pistología irán bien. Si desean cenar, denme aviso y les prepararé algo realmente bueno. Les deseo una feliz estancia.