Partida Rol por web

-S-Sí, tengo muda... No lo sé. No sé que puede haberles pasado. Yo, simplemente, corrí. ¿Quién es ése hombre, señora Seaforth? ¿De dónde viene?-pregunto, mientras me dejo conducir hasta mi habitación-el padre Hoyt. ¿Está bien?

Parece que surte efecto, el cántico cambia de tono, y las imágenes que te evoca son diferentes. Ves a uno de esos seres cónicos encerrado por un campo eléctrico, y te ves a ti mismo abriéndole una puerta hacia la libertad. Pero para ello necesitas salir primero de tu celda. Entonces aparece una imagen en la que abres la puerta con tus improvisadas ganzúas.

De alguna manera el que canta está haciendo un trato contigo. Desea darte el conocimiento que te permitirá abrir la cerradura a cambio de que le ayudes a escapar. ¿Pero realmente ese ser cónico está en la celda contigua? ¿Qué es eso del campo eléctrico?

Todo esto es cosa de locos, ¿acaso la claustrofobia y la droga están enajenando tu juicio? El caso es que el ser cónico en tu imaginación está esperando una respuesta, tendiéndote su mano en forma de pinza.

—Es el doctor Hanover, el médico del pueblo. El padre Hoyt sufrió un ataque epiléptico que ligado a la fiebre y a su edad estuvieron a punto de mandarlo al otro barrio. Pero no se preocupe, lo peor ya ha pasado, ahora está estable y el doctor dice que mejorará. Me preocupa mucho más su estado de salud, sería buena idea que el doctor le examinase ya que está aquí. Intente recordar, ¿qué fue lo que pasó?

Amanda te lleva hacia la habitación, subiendo las escaleras, con el fin de que te puedas poner ropa seca y limpia. Hanover espera abajo, estupefacto ante la situación.

-No fuimos sinceros del todo con usted, señora Seaforth. Seguramente mis compañeros no lo sabían, pero hemos venido aquí de caza, no a ninguna investigación normal. El hermano del padre Hoyt falleció en extrañas circunstancias. Por algunas vivencias de mi pasado inmediato, sospeché de algo que debía andar mal. Por éso mismo me llamó el padre Hoyt. ¿Recuerda aquel cazador que murió hace poco? Atropellado por un camión, dijeron. Ojala fuera cierto. Hemos dado con la cosa que lo mató. 

Me siento en la cama, y el dolor que recorre mi cuerpo hace que tenga que ahogar un grito.

-Nunca me hacen caso, ¿sabe? Les dije que debíamos limitarnos a observar. Que no era buena idea entrar en la boca del lobo sin saber nada. Pero no me hicieron caso. Temo que el señor Kellemport haya muerto, y quizás también el señor Marlowe... Del resto no sé nada...

- Psss Steiffen... intento llamar su atención sin alzar mucho la voz, algo un tanto contradictorio. La explosión me preocupa pero Kellemport aún está dentro del loquero y sé que Collins se las apaña de maravilla con este tipo de "criaturas", al fin y al cabo ya ha sobrevivido a unas cuantas.

Sigo haciendo gestos con las manos hasta que Steiffen me localice, voy a necesitar su ayuda para recuperar a Marlowe.

La desesperanza nubla mi juicio, llevo tanto tiempo encerrado, y tantos intentos frustrados de abrir la cerradura que no sé qué más hacer. No tengo otra opción. Sea o no real ese ser cónico de mi imaginación, no pierdo nada por intentarlo así que tiendo la mano en mi imaginación hacia esa pinza para cerrar el trato.

No sé si son las drogas o si existe un ser similar en la realidad... en cualquier caso es posible que esté en la celda contigua prisionero de los mismos psicópatas que me han encerrado a mí. Nadie se merece eso, nadie.

Steiffen te ve y va hacia ti con sigilo y medio agachado, aprovechando las sombras. Cuando estáis todos reunidos, Marlowe empieza a ponerse en pie, todavía algo aturdido. Parece que las cosas empiezan a mejorar, al menos estáis tres juntos, y el monstruo debe andar lejos.

—Oh, mierda, esto es peor que cuando lo de Europa. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos? —dice algo aturdido, mirando las paredes del recinto.

La mujer se queda boquiabierta al escuchar el relato.

—Cielo Santo, ¿qué mató a Bowen entonces? ¿Freygan? ¿Los ocupantes ilegales? ¿Un loco suelto? No se quede callado, por el amor de Dios. ¡Hay que informar al jefe White de esto!

Has cerrado el trato.

La imagen del interior de la cerradura se te aparece, con todo lujo de detalle. Ahora conoces su mecanismo tanto como si hubieras sido tú el diseñador. Ya sabes qué hacer para salir, la libertad está a un giro de muñeca. Pronto estarás fuera John. No todo está perdido.

Quizá todavía puedas ver a Linda. Puede que alguien allá arriba, sea Dios o demonio, tenga planes para ti. Quizá un guardián del conocimiento arcano.

-¡No! No puede informarle... Es más de lo que puede manejar. Yo... Conseguí herirle, ¿sabe? El fuego le afecta. En cambio las balas parecían rebotar en su piel. 

"¿Y qué digo ahora? ¿Que Freygan es un monstruo y me tomen por loco? No, hay que hacerlo de otro modo..."

-Freygan... Guarda oscuros secretos en su edificio. Tiene una bestia que no había visto nunca. Los relatos del amigo de Bowen son más ciertos de lo que me gustaría. ¡Y ésos canallas de la colina lo saben! Le adoran como a un dios. Los disparos que llevo son de uno de los celadores, de ésos palurdos endogámicos adoradores de seres que es mejor no conocer...

La mujer tiembla sólo de pensar en lo que le estás contando. En otras circunstancias quizá dudaría, pero visto tu estado es prueba suficiente de que algo va muy mal.

—¿Qué sugiere entonces? No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras eso... esa cosa anda suelta. Pero lo primero es lo primero, le voy a decir al doctor que suba para examinarle.

-No lo sé... Quizás mis compañeros vuelvan aquí. O quizás deberíamos reunir hombres capaces y acercarnos a investigar. Y sí... Es buena idea llamar al doctor. Debo hablar con el padre Hoyt cuando acabe conmigo, debe saber que hay algo que no está bien. 

- Estamos al lado del garaje del manicomio, no se mueva mucho Marlowe, el bicho le dio un buen arreón. Menos mal que es un tipo duro.

Hago una pausa, miro a mis dos compañeros e intento captar algún sonido sospechoso del exterior antes de seguir con la narración.

- El doctor o lo que sea en lo que se ha convertido le atacó y luego persiguió al resto del grupo camino adelante, poco después se ha oído una gran explosión. No sé si Steiffen puede añadir algo que pudiera haber visto desde su posición. El caso es que Kellemport está dentro malherido y nosotros en medio de la nada. Ahora la cuestión es... volvemos a por Kellemport o vemos que ha pasado con esa explosión.

Me acerco con una claridad mental como nunca había sentido... Veo la cerradura tal y como es, con todas las opciones y caminos posibles... Sostengo con fuerza ambas herramientas e intento manipular de nuevo la cerradura... No sé si son las drogas o si de verdad existe ese ser de la celda contigua, pero realmente me ha supuesto una gran ayuda...

Con un click la cerradura se abre y con ella reaparecen mis esperanzas de salir con vida. Tengo los ojos como platos pero agradezco en silencio mentalmente al ser cónico su ayuda, sujeto con firmeza el cuchillo, y me asomo con cuidado con temor a que Bristol o Charity aparezcan...

Amanda llama al doctor, éste sube de forma gangosa por las escaleras. Al llegar a la habitación, te ayuda a quitarte la ropa ensangrentada y empieza a revisarte. Su aliento tiene un fuerte hedor a alcohol.

—No me gustan nada estas heridas, ha tenido mucha suerte de que las balas no le hayan tocado ningún punto vital. Voy a proceder a extraérselas. Le inyectaré un sedante para evitarle dolor innecesario.

El hombre se lava las manos y tras un buen rato de hurgar sin demasiada habilidad consigue sacártelas, desinfectar las heridas y vendarte.

-Ahora... Ahora debo ver al padre Hoyt... Debe saber la verdad-digo, algo atontado por el sedante, mientras me incorporo lentamente y avanzo hacia la habitación del sacerdote. 

A ambos lados desde tu posición (C-21) se extiende un pasillo cerrado en ambos extremos. Al oeste dos celdas iguales que la tuya y la puerta blindada que lleva hacia el puesto de guardia y las escaleras. Al este C-23, la celda de quien canta. Puedes observar el interior de cualquier celda desde la mirilla de la puerta si quieres. Al fondo del pasillo siguiendo hacia el este una puerta desde la cual se escucha un zumbido de motor eléctrico.

Ahora que ya conoces el funcionamiento del mecanismo de las puertas de las celdas, podrías abrir cualquiera que desees igual que has hecho con la tuya. No sucede lo mismo con la puerta blindada del oeste, cuya cerradura funciona de una forma distinta.