Partida Rol por web

Primero fue la sensación de que el estómago se encogía, algo así como vértigo vértigo, después todo a tu alrededor comenzó a distorsionarse en luces y colores, sin llegar a tomar una forma definitiva. Era como si corrieses a toda velocidad dentro de un coche: todo se movía alrededor sin tener la sensación de cantearte del sitio.

Al fin pudiste abrir los ojos. Os encontrabais en el despacho de la directora, en Hogwarts. Will estaba de pie a tu lado con la cara pálida y las piernas temblorosas. Parecía que el viaje le había sentado peor que a ti.

Aparecerse siempre le había resultado desagradable. Esta vez no fue una excepción. Se tomó unos instantes para recuperarse, reprimiendo las ganas de potar. 

Miró a su alrededor, para reconocer el despacho de la directora. Aliciente extra para no echar la papa. Ayudó a su amigo en primer lugar, ayudándole a un sitio en el que sentarse. Ya con Will fuera de peligro de derrumbarse, se dejó caer a su lado. Miró a McAllian. -¿Nos vas a decir ahora que ha pasado?-

La directora no parecía haberse inmutado con el viaje, podía deberse a que había realizado varios en su vida, pero parecía imposible no marearse. Sin embargo, McAillan se encontraba de pie, dándoos la espalda para mirar por el gran ventanal que se abría por detrás de su escritorio.

Will, por su parte, te agradeció con una débil sonrisa tu gesto.

-Paciencia, joven Baskerville- guardó silencio todavía unos segundos más. Segundos que se iban alargando por momentos. Finalmente lanzó un trémulo suspiro y se dio la vuelta, sentándose con aire reverencial en su asiento. -Verán, jóvenes, lo que hemos presenciado hoy en el bosque es algo que ni los adultos deberíamos presenciar jamás. Todavía estamos haciendo suposiciones sobre lo ocurrido, pero he conseguido hablar con esa dragona antes de que muriese... Y yo sé la verdad- de nuevo un largo suspiro mientras entrelazaba los dedos y cerraba los ojos, casi como si rezara. -Es algo que se lleva intentando evitar desde hace siglos, pero sigue ocurriendo aun hoy en día: la caza furtiva. 

Supongo que habréis oído hablar de ella en el mundo muggle, donde incluso los humanos sin-magia consiguen extinguir más de una especie- os miró con profunda sabiduría, como si os evaluase.

-Pues bien, también existen cazadores furtivos de los animales mágicos. Antaño se cazaban dragones y unicornios, ya conoceréis las leyendas. Por suerte, los magos aprendimos a ocultar a estas y otras criaturas, protegiendo su vida de los codiciosos humanos, tratando de desmemorizar a los que se podían y haciendo leyenda estas historias- de nuevo silencio. Parecía demasiada información, aunque no era difícil adivinar hacia dónde se encaminaba la historia.

-Hoy en día se cree que los no-mágicos han encontrado la forma de encontrar a estos seres. Lo que se pretende callar es que son los propios magos los que les guían en su ambiciosa caza. Y este no era un caso diferente. Sin embargo, Seraphine consiguió escapar... o al menos lo intentó- silencio.

Su silencio esta vez parecía durar demasiado, además de que la directora fijó su atención en Will, quien comenzó a removerse inquieto en su asiento, abrazando su mochila.

-¿Podría hablar un momento a solas con el señor Scamander?- aunque tuviese un tono interrogativo no parecía para nada una petición, sino más bien una orden. -Usted puede esperar fuera- esta vez su tono se suavizó un tanto mientras se dibujaba una amable sonrisa en su rostro.

Jaqueline escuchó las palabras de la directora. Según avanzaba, en su cara se dibujaba una ligera mueca de rabia hacia ese tipo de personas. 

Iba a abrir la boca para decir algo, pero antes de articular siquiera una letra, McAillan le "pidió" esperar fuera. Quería replicar, pero sabía de sobra que sería inútil, así pues, asintió y salió del despacho, dirigiendo una última mirada a Will. Sin duda el muchacho estaría mucho pero que la propia Jack

Los minutos pasaban lentamente. Le estaba echando una buena charla...

De pronto la puerta gruñó y se abrió con parsimonia, asomando la naricilla de Will, quien se asomaba para comprobar que seguías ahí. -Creo que ya podemos irnos-​ susurró tratando de esbozar una sonrisa traviesa, aunque era evidente que estaba afectado por lo ocurrido.

Caminó durante un rato en silencio, aunque parecía deseoso de contarte algo... Y ese algo no se hizo desear demasiado. ​-La directora quería hablar conmigo...-​ dudó por un momento por lo que pudieras pensar de él. ​-Sabe que cogí algo, ¿sabes? Me ha dicho que no se lo puedo decir a nadie, pero también ha añadido que tú eres más responsable que yo y eres de fiar... Así que supongo que era una indirecta-.​ Te miró con una sincera sonrisa esperanzada mientras tendía su macuto abierto hacia ti para que mirases su intención. ​-Una imagen dice más que mil palabras.

Sus ojos brillaban con emoción contenida, pero tú solo alcanzaste a ver algo parecido a un fósil, como si hubiese cogido una piedra desgastada y llena de cenizas.

Esperar... Una de esas cosas que más odiaba Jack... Esperar. Ante la puerta del despacho, andaba de un lado para otro. Se sentaba, para levantarse a los pocos segundos, miraba por las ventanas, intentaba aguzar el oído para escuchar algo... sin éxito. Y sobre todo, resoplaba y pensaba un montón de palabras malsonantes (que nunca abandonaron su cabeza).

Al rato salió Will, cabecibajo. -Ni que te estuviera contando su testamento- Bromeó sin añadir nada más. Caminaron un rato en silencio. Su amigo parecía ansioso por contar algo. Jaqueline no decía nada. "Llegará el momento" Le conocía lo suficiente como para saber que tarde o temprano abriría la boca.

Y el momento llegó. Abrió la boca, para luego enseñarle una piedra desgastada y llena de ceniza. Jack la miró extrañada. -¿Tanto lío por una piedra sucia?- Preguntó, entre enfado e ironía.

-Estaba pensando...- uh, Will pensando... eso no podía traer nada bueno. Pero mantuvo el silencio esperando tu respuesta, la cual no tardó en llegar y le arrancó una sonrisa. -Oh, venga Jakie... Después de tanto tiempo dándote la murga con mis cosas ¿y solo ves una piedra?- su sonrisa era divertida, pero había algo en su expresión, su mirada tal vez, que era inquisitiva, como si esperara que encontraras la respuesta. Will sacó la supuesta piedra con cuidado y limpio la ceniza de su superficie. Cogió tu mano, primero algo dubitativo, pero después con seguridad, para ponerla sobre su superficie.

Al poner la palma sobre la piedra pudiste notar que, tras su fría superficie, había algo que emanaba calidez de su interior. Ese sentimiento hizo que te pararas a pensar un momento en el diario de Scamander y el dragón del bosque.

La joven Baskerville frunció el ceño tras las palabras de Will. -Idiota- Replicó. -Imagino que será mas que una piedra sucia- Will le cogió la mano para acercarla a la susodicha roca. -No se va a liar tanto el asunto por una piedra- Aun fría, podía notar un ligero calor emanando de su interior. Abrió la boca en "O", atónita tras atar cabos... -No será... Un huevo de dragón ¿Verdad?- Miró a Will, inquisitivamente, pues así es como solían empezar todas sus locas aventuras.

-¡EXACTO!- exclamó entusiasmado. Miró a su alrededor asegurándose de que no había nadie alrededor (aunque el resto de alumnos todavía no habían llegado) y volvió a centrar su mirada en ti, con los ojos muy abiertos por la emoción. -¿No es alucinante? Lo cogí en el claro. La madre intentaba protegerlo... Pero murió- su rostro se entristeció un tanto al volver a recordar la muerte de una de esas fantásticas criaturas. -La directora me vio cogerlo y por eso quería hablar conmigo-. Volvió a mirar a su alrededor. -Pero lo mejor sería hablar de esto en un sitio más privado, no en medio del pasillo. Sabemos que está la directora, pero a lo mejor hay alguien más...- torció la boca en una mueca que, después de tantos años, entendías como un gesto de escepticismo.

-Como sea. No podemos hablar de ello con nadie. Es importante para asegurar su supervivencia. Pero la directora me dijo que hablara contigo y, en el caso de que descubrieras que se trataba de un huevo de dragón confiara en ti. Aunque lo iba a hacer de todas formas- murmuró con una sonrisa traviesa.

Devolvió la mirada traviesa a Will. -Vaya vaya, joven Scamander, es usted un rebelde sin remedio- Bromeaba, imitando el tono de algunos de los profesores más severos. -Se escapa del tren cuando se nos ordenó permanecer en su interior, se mete en una refriega que le viene grande, roba un huevo de dragón- Esa parte la susurró. -Y decide desobedecer a la mismísima directora. Es usted una vergüenza para su casa y este colegio, si dependiera de mi quedaría inmediatamente expulsado- Se paró delante de el, dando una grácil media vuelta, quedándose cara a cara. -Me temo que voy a tener que castigarle- Dijo en tono sugerente con una sonrisa pícara.

​-Soy un malote-​ admitió mientras inflaba el pecho con orgullo. Sonrió divertido mientras mencionabas todas las cosas que había hecho al margen de la ley. ​-En realidad no he desobedecido a la directora- su sonrisa se ensanchó ​-no me ha hecho falta.

Cuando te quedaste frente a él pudiste apreciar su altura. Sí que había crecido... ahora era él el que te sacaba una cabeza o quizás algo más. ​-¿Me vas a castigar?-​ a pesar de tu tono sugerente el suyo seguía siendo animado mientras te miraba levantando una ceja (aunque como apenas le salía tenía que levantar las dos para que se apreciara el gesto).

De pronto, una aguda y atronadora voz interrumpió vuestra conversación.

?: ​-¡USTEDES DOS! ¿QUÉ ESTÁN HACIENDO EN LA ESCUELA?

Will, acto seguido, guardó rápidamente el huevo en su sitio. Cuando buscasteis de dónde venía la voz visteis al profesor (o profesora) Pascal levitando sentado con las piernas cruzadas en una especie de bola de cristal, aunque más parecía una bola de agua por los movimientos que se veían en su superficie, mirándoos con el ceño fruncido y los brazos en jarra.

¡Pero soy yo!

-Si- Respondió con autoridad, dejando a un lado ese tono más meloso anterior. -Durante todo el primer tirmeeeeestre....- No llegó a acabar la frase cuando el profeso o profesora Pascal apareció.

Jack miró primero, por el rabillo del ojo, aprovechando su posición para hacer de cortina y que Will pudiera guardar el huevo sin que lo viese. Luego, por educación la joven se giró, quedando al lado de su amigo y cara a cara con el/a profesor/a. 

-Verá profes.... Seño.... Pascal- No se acostumbraba a tratarlo. -Hubo problemas con el tren y la directora nos trajo con ella. Por eso estamos aquí antes de tiempo y no hay más alumnos. Puede ir a hablar con McAillan si quiere asegurarse, Acabamos de salir de su  despacho- Solo esperaba que se fuese y no hiciera más preguntas 

​-Ah...-​ os miró desdeñoso, sin terminarse de creer del todo vuestro relato. ​-¿Seguro que no habéis llegado volando en alguno de esos coches estrafalarios como se le ocurrió una vez al joven Weasley y a Potter?-​ apenas había respirado en toda la formulación de la pregunta, pero finalmente soltó un ruido parecido al cristal rompiéndose que ya reconocíais como su risa. ​-Esos jóvenes sí que daban problemas...

​Dio un par de vueltas a vuestro alrededor mientras levitaba. ​-Bien bien. Si es como decís no pasa nada. Pero no andurreéis por el castillo. No quiero más problemas. Podéis esperar a los demás en la Sala Común. Sabéis que cuando lleguen irán allí para dar la bienvenida a los nuevos y ver a qué casas van y todas esas cosas-​ volvió a escrutaros con ojo crítico para después asentir con la cabeza una sola vez y marchar hacia el despacho de la directora. Seguramente le avisaría de la llegada de los alumnos y su momento de dar la charla.

-Qué rarito es-​ dijo tras un largo silbido una vez se fue Pascal. ​-En realidad no sé cómo tratarlo. ¿Es una criatura mágica o un profesor? Es confuso-​ parecía enfrascado en esa pregunta mirando a la nada cuando de pronto se giró hacia ti.

​-¿Vamos primero a nuestros cuartos?-​ una pregunta un poco ¿directa? ​-No nos ha dado tiempo a ponernos el uniforme y deberíamos llevarlo. Según me ha dicho la directora ha hecho aparecer nuestras pertenencias en nuestros cuartos. Además, quiero que lo guardes-​ te tendió la bolsa con el huevo. ​-Tus compañeros no son tan cotillas como los impertinentes de Hufflepuff-​ admitió con una divertida sonrisa. ​-Por cierto, ¿con qué me vas a castigar el primer trimestre?- ​volvió a abordar el tema (que parecía haber olvidado) con una amplia sonrisa llena de curiosidad.

-Si...- Dijo Jack con algo de condescendencia. Compartía la opinión de Will con respecto a Pascal. Solo que ademas, por algún motivo, le ponía de los nervios. 

Agarró la bolsa. -¿Si verdad?- La ironía inundaba su tono. -Esos hippies de Hufflepuff son una panda de impresentables- Decidió pinchar un poco. -Solo saben dormir y... Dormir... Panda de gandules buenos para nada...-

Pensaba su respuesta mientras andaba. Al principio había pensado algo como hacerle los deberes o la cama y la colada... Has que cayó en la cuenta de que los deberes era muy mala idea y la cama y colada se hacia sola... ¡Maldita magia! -Pues... Que te parece...- Hacia tiempo para pensar. -Aunque da igual lo que te parezca, lo harás y punto. Si... Que narices, eres tan cafre que no puedo castigarte con nada- Se resignó... Por un momento. -Tu castigo será ducharte cada dos días y sacar mejores notas en clase- Ahí le dolería. 

Te miró con los ojos ligeramente entrecerrados y simulando una sonrisa desdeñosa. Le hacía gracia tu forma de ser y cuando te metías con el mundo, pero después de todo seguía siendo su casa. ​-Sí, no como las serpientes de Slytherin, ¿verdad? Solo preocupándose por sus cosas y de que no se ensucien sus escamas. Me pregunto cómo lo hacen para guardar la piel cuando mutan-​ le sacó la lengua. No era muy bueno a la hora de meterse con los demás, eso estaba claro... ​-Pero debes admitir que dormir es el mayor placer de la vida.

Esperó expectante a que dijeras de una vez su castigo. Parecía divertirse con eso. ​-Sí, soy el mayor cafre que encontrarás- admitió con orgullo. ​-¡Oh, no! ¡Todo menos ducharme cada tan poco tiempo! Con lo que me gusta estar tres meses sin ducharme... La roña se acumula y te crea tu propio clima-​ exageraba su tono como siempre que hablaba de broma mientras gesticulaba mucho, abrazándose a sí mismo como si fuera el mayor castigo que la humanidad pudiera imponerle. ​-¡Y sacar mejores notas! ¡Sacrilegio! Mi media es perfecta tal y como está. Si destaco más me tacharán como el tejón empollón y no queremos eso, ¿verdad?-​. Entrecerró de nuevo los ojos para mirarte de forma malévola (o al menos intentarlo). ​-Oh, pero joven Baskerville, usted también se ha saltado las normas cuando fue tras el joven Scamander. Estaba prohibido salir del tren, ¿recuerda?-​ soltó algo así como una risa maléfica que terminó atragantándose en un ataque de tos.

-Hablas así de las escamas de una serpiente, pero luego disfrutas viéndolas y estudiándolas- Le replicó con mirada penetrante. -Tenga cuidado con sus fascinaciones, Scamander. Si se emboba con la piel o las escamas se podría llevar un mordisco- Amenazó. No admitió que dormir era el mayor placer, pues si bien como a todo el mundo le gustaba, también pensaba que hacerlo en exceso era perder el tiempo.

Se quedó mirando la dramatización de su amigo, intentando no reírse a carcajada limpia allí mismo. -Oh, lo recuerdo perfectamente. Pero a diferencia del joven Scamander, no tengo un expediente tan sucio como el suyo. No me pondrás un castigo muy severo. Como mucho clases extras o algo por el estilo-

-Mmmmmhhh- se quedó pensativo ante tu comentario de las escamas. No lo admitiría con palabras, pero sabía que llevabas razón. -Pues soy de embobarme mucho, ya lo sabes- respondió con una amplia sonrisa bobalicona.

Te sacó la lengua burlón. Había metido la pata más de una vez debido a su torpeza, además de que sus notas no eran tampoco para echar cohetes. -Pero sabes que sigo siendo DI-VI-NO- tras poner una pose (cuerpo erguido y ligeramente echado hacia adelante, sacando el trasero y con una mano en la cintura y la otra tras la cabeza mientras guiñaba un ojo y sacaba la lengua) se calló de pronto y puso un dedo sobre sus labios, indicando que hicieras lo propio. Afinando un poco el oído se podían distinguir algunas voces. Eran los profesores. Al parecer muchos habían salido debido al incidente del bosque, pero ya estaban de vuelta para organizar los preparativos de bienvenida. -Vaya... Parece que han llegado. ¿Nos escapamos antes de que nos vean y pregunten? Supongo que la directora ya les explicará después el asunto (o no) pero no tengo ganas de que me cojan por banda.

-DI-VI-NO- Jackqueline imitó sin voz a Will, exagerando su actitud a modo de burla. Hizo aun menos ruido al escuchar a los profesores. -Si- Susurró. -Deberíamos hacer lo que dijo McAillan. Nos ponemos los uniformes y vamos al gran comedor- Una mueca traviesa se dibujó en su cara. -Tal vez esté el sombrero seleccionador... Tengo curiosidad por saber que diría si me lo vuelvo a poner...-