Pongo mi mano en el arma pero sin mostrarla todavía, por si se niegan y tengo que sacarla.
Wow esto se ha puesto muy interesante.
-¿qué habéis entendido por una charla tranquila, muchacha?-dijo el Príncipe. Por algo había dicho que Bestia fuera yendo a la sala mortuoria primero. Se pellizcó el puente de la nariz.
Mujeres... resopló interiormente mientras Su Alteza Real interior negaba con desaprobación y el Cazador se asomaba con curiosidad a la escena, esbozando una sonrisa torva.
-Bestia, id adelantándoos, déjale salir, chica, discutiremos lo que tengamos que discutir a solas.
- ¿chica? ¿Qué pasa Azul? ¿Ya no recuerdas mi nombre? Creo que es mejor que se espere, realmente está muy solicitado y me ha costado mucho pillarle a solas, además así será más interesante la charla ¿no crees? dijo la joven cabreada porque aquel hombre la volviera tan loca, ni siquiera había entendido bien sus palabras antes, le había parecido que decía que se quedara ella sola esperando mientras ellos dos iban al Dormitorio a charlar. Se golpeó mentalmente mientras pensaba lo boba que acababa de parecer. ¡Maldita sea! ¡Encima me está haciendo parecer una de esas damas pánfilas que no se entera de nada!
No se movió de la puerta ni siquiera un milímetro, no temía a Bestia y mucho menos al Príncipe Azul. De hecho se apalancó más en la puerta y sonrió enarcando una ceja... ¿Y bien?
A ver si el bruto este pilla la indirecta porque sino es que es más inútil de lo que había pensado.
Cerró los ojos y respiró hondo mientras el Cazador daba un tirón brusco de su correa haciendo que Su Alteza Real casi acabara en el suelo de lo desprevenido que lo pilló.
-No tientes mi paciencia...o te quitas, o tendré que cogerte y quitarte yo...-clavó la mirada oscurecida en Caperucita- y dudo que te guste, Roja-intentaba refrenar al Cazador, lo juraba, pero esa chica ponía al límite su autocontrol y si seguía desafiándolo acabaría poniendo en entredicho la decencia real... y todo el trabajo de Su Alteza Real sujetando al Cazador no habría servido para nada. ¿Qué coño le pasa a esta mujer? Oh joder, como me siga mirando así vamos a tener problemas, céntrate chico, no pienses en los labios ni en el talle de esa descarada, ni en la forma en que se ajusta la tela sobre su pech..¡CENTRATE!
Y ahí estaba, el Cazador aullando como un pobre perro en celo enjaulado. Intentó recuperar el poco autocontrol que le quedaba antes de abalanzarse sobre Caperucita y miró a Bestia.
-¿podéis o no dejarnos solos a la señorita Roja y a mí? Parece que no atiende a mis razones.
- ¿Acaso no fuisteis vos quien dijo que no debíamos quedarnos solas? Nunca se sabe lo que podría pasar... ahhhh pero no os referíais a vos mismo, ¿cierto? sin saber muy bien por qué, seguramente inconscientemente contoneó sus caderas un poco.
No Señor, ella no era de esas chicas, ella era mucho más inteligente, no se creía cualquier palabra dicha por una cara bonita, aunque fuera el sexy rostro del Príncipe Azul. No no... mucho menos de él... con ese olor que despedía a a....
Roja miró ligeramente a la Bestia, ¿vas a hacer algo o qué? Más vale que lo hagas rápido o te apartes y os dejes tranquilos.
Creo que mejor no hablamos más hasta que hable Bestia, sino sería de mala educación ^^
Además como empezemos no podrá pararnos después. A ver si se quiere quedar o marcharse :P
Caperucita parecía querer retener al príncipe dentro de la salita por alguna extraña razón, pero algo vino a romper con la tensión de aquel momento. Desde el exterior, alguien empujaba la puerta con la intención de entrar, pero Roja, apoyada de espaldas contra esta, se lo impedía.
Se escuchan voces procedentes del exterior:
GRETEL: -¿Estais bien?! Bestia quiero hablar contigo!
CENICIENTA: -¡Príncipe, príncipe! No, no, no.-Balbuceaba temblando.-¡CAPERU, ABRE LA PUERTA!-Gritaba sin dejar de aporrear la puerta.-¡DEJADME ENTRAR.
A continuación, Bestia intervino:
-Será mejor que te apartes y me dejes salir con Gretel. Tú puedes quedarte aquí con el príncipe y su prometida.
Un trueno retumbó por todo el palacio anunciando una fuerte tormenta. Al poco tiempo, comenzáis a escuchar el repiqueteo de una lluvia violenta contra el tejado.
Aunque quise intervenir, de repente llamaron a la puerta y escuché la voz de Gretel y de Cenicienta. Parecía un buen momento para salir de aquella situación. — Déjame pasar, Roja. Ya hablaremos en otro momento. —dije, esta vez a los dos. Aunque el príncipe no me era de fiar sabía que no haría nada estúpido delante de su prometida, y de todas formas Roja sabía defenderse.
Pido perdón por milésima vez, pero me han surgido algunos problemas personales y me va a costar un poco seguir el ritmo...
Quienes fueran los que se encontraban en el exterior no parecía que estuvieran por la labor de esperar. Un fuerte golpe metálico destrozó el pomo de la puerta, y las fuertes patadas que lo siguieron acabaron por hacer ceder la cerradura y que la puerta se abriera violentamente a pesar de la oposición de Caperucita.
Motivo: Derribar puerta Gretel
Tirada: 1d10
Resultado: 1(+4)=5
Motivo: Derribar puerta Garfio
Tirada: 1d10
Resultado: 10(+3)=13
Motivo: Resistencia Caperucita
Tirada: 1d10
Resultado: 7(+6)=13
Motivo: Desempate Garfio
Tirada: 1d10
Resultado: 10
Motivo: Desempate Caperucita
Tirada: 1d10
Resultado: 6
Tirada | Cuerpo | Bonif. circunstancia | Total | Desempate | |
Gretel | 1 | 4 | - | 5 (fallo) | - |
Capitán Garfio | 10 | 3 | - | 13 | 10 (éxito) |
Caperucita | 7 | 4 | 2 (puerta de roble macizo) | 13 | 6 |
¡Maldición! tendremos la charla en otro momento.... pensó la joven rubia.
Pero bueno... dijo sorprendida... No es necesaria tan hostilidad, ya salíamos, estabamos terminando una bonita historia... ¿verdad? Aiiiiiiiiiiiissssssssssssssss dijo Roja emocionándose y elevando sus manos dulces y suaves a su rostro en un gesto de total ternura imposible de pasar desapercibido a los presentes.
Al ver a su prima se acercó a ella rápidamente: ¿Estás bien? Pareces azorada... ais... tu Príncipe es tan encantador... ya queda menos para la Ceremonia ¿no es cierto? sus ojos eran tan claros y resaltaban tanto con su bonita y roja caperuza que era difícil no darse cuenta de lo hermosa que era.
El Príncipe destilaba rabia, observando con gesto duro a los intrusos en la salita del té. Tal era la rabia que sentía que no apreció el gesto de Caperucita, que , hermosa y tentadora dejaba caer comentarios ambiguos antes de prodigar sus atenciones a la dulce y azorada novia.
-Esa puerta vale más que su vida,las manos de los más grandes ebanistas tallaron esos jodidos detalles en la maldita madera.-articuló con frialdad hacia Garfio. No solo le habían jodido la boda, no solo le echaba genio esa rubia descarada que sin duda se merecía unos cuantos azotes obligándola a contar en voz alta, ahora también se pasaban por el forro el respetar el mobiliario de su amado castillo.
Tensó la mandíbula y enderezó la espalda inspirando hondo varias veces, alterado y haciendo visibles esfuerzos por controlarse.Su alteza Real se hacía un ovillo tras el trono abrazado al Cazador ante el gruñido interior de El Otro.
A entrar vi una situación cuanto menos tensa, que el principe y la caperuza se traian algo entre manos, sexual-sentimental o conspiraoico se me hacia claro, y que me importaba un comino la puerta del castillo también.
-¿Donde esta bestia quiero hablar con él a solas?-
Mire a ambos lados, buscandole.No me fiaba de lo que hubieran estado haciendo alli los tres.
Por cierto ¿El gato no venia tambien con nosotros?
Me encojo de hombros. Sonrio ante la escena, la pareja había sido pillada in fraganti.
-Vuestra PROMETIDA os reclamaba, no pensé que debiera impedirle veros majestad. Pero si insistis en que os la pague, gustoso rendiré cuentas con vuestro tio.
Se quedó mirando a Príncipe con los ojos llorosos. La barbilla empezó a temblarle frenéticamente mientras trataba de recuperar la compostura. Le echó una mirada violenta a su prima.
-¡Eres una fresca!-Fue lo único que consiguió decirle, con toda la rabia acumulada de una vida, que a decir verdad, poca era.-Fui yo quien... les pidió que derribaran... la puerta-Confesó a Príncipe sollozando.-Estaba muerta de preocupación.-Comentó en un susurro.-Cuando acabe todo esto, yo misma te tallaré otra, ¿de acuerdo?
Alzó su mano en dirección a Príncipe para que la siguiera.
-Vamos, querido mío.-Dijo con su vocecilla siempre dulce y tierna que emitía cuando se dirigía a él.-Vayamos a vuestros aposentos a prepararnos.-Le pidió mientras se secaba las lágrimas de la cara con el dorso de la mano. Y así, empezó a cantar, como la más bella de las sirenas.- Es la noche del amooooor. El cielo trae paaaaaz. El mundo está perfecto en su quietuuuuud. Con todo en su lugaaaaar. -Tomó aire.-Más allá de toda oscuridad. Hay amor y paaaaaaaz.-Acabó por cantar.
*Si Príncipe acepta y nadie nos detiene.
¡Taxi! A los aposentos del Príncipe azul. Gracias
(Gato se debió perder por el camino)
(Cachis, había escrito mientras Garfio lo hacía)
El gato está en el dormitorio de invitados. No se ha perdido.
Príncipe avanzó tomando a Cenicienta entre los brazos, tan llorosa, todo preocupación e inocencia pese al curioso insulto a Caperucita cuyos azotes quedaron en tareas pendientes.
-Vamos vamos, mi señora-la apretó contra sí hundiendo el rostro en su cabello dorado, dejando los labios en su frente mientras Cenicienta cantaba-no serán vuestras manos las que trabajen la madera-musitó ronco usando su autodominio para no resultar brusco. No quería que Cenicienta se acercara a Garfio por nada del mundo, y menos mientras el espinoso tema concerniente al capitán estuviera por aclarar. Desde esa posición buscó a Caperucita dedicándole una mirada intensa que prometía que lo hecho tendría consecuencias.
-Salgamos. Bestia, se te ha llamado al dormitorio de invitados para tener una breve conversación con Pepito y Gato, ya hablarás con la joven más tarde.
que estrés, pobre príncipe, se le caerá el pelo (?)
vámonos todos ya xD
Eran realmente pesados con las canciones pero parecian compenetrarse bien en ello
-De eso nada, vos teneis que iros a arreglar para tan gran enlace, y bestia se viene con nosotros para seguir averiguando quien mato a la mejor amiga de cenicienta-
Sonrei inocente pero repelentemente al pomposo principe.
Cita:
Es que dijo que se venia con nosotros...Bssss bsss gato! XD
Master pregunta: ¿Puedo comprobar si en el bolso estan las cositas que deben estar? ¿Tengo que hacer lalgo para ello?
-¿Estáis.... dando órdenes a un príncipe, muchacha?-siseó con frialdad y dureza El Príncipe. Se le intentaban subir a la chepa y si para evitarlo tenía que según que cosas lo haría.