Partida Rol por web

El frío invernal os despeja la mente tras la ominosa estancia en la casa de Francisco Urbán y Ana María Jabaloyes. Contáis con algunas evidencias y con la versión de la familia de la mujer, tendréis que contrastarla con otras fuentes. Sea como fuere, la lista de sospechosos comienza a complicar la resolución del caso y será necesario esclarecerlo con pruebas tanto para hacer justicia como para que vuestra reputación se mantenga sin mácula.

La taberna de las Águilas es un tugurio de techo de cañizo y fachada mal encalada a la que ya correspondería haber cerrado a estas horas. Sin embargo, sigue habiendo luz en su interior y parece que la parroquia se encuentra más animada de lo que debiera. Tan pronto como os acercáis, podéis observar fuera del local un par de grupos de bigardos con ganas de pendencia que bien parece que se hubieran bebido en vino el equivalente a todo el Mediterráneo. Encabezando uno de los mismos, y muy envalentonado, se encuentra un labrador rudo que es como una gota de agua al muerto, pero más joven. Como siga por ese camino, no tardará en hacerle compañía.

–Vinga, valents fills d’una resacsà de gosses, què heu de dir del rei? Mamarratxos, no valeu ni la merda que cagueu! (Disculpen honorables caballeros, humildemente discrepo de sus opiniones acerca de la monarquía y desearía que se retractasen).

Llegando a la taberna vemos a un hombre que parece ser Manuel, al menos físicamente era idéntico al difunto, ahora bien su estado niñera el más apropiado ni para haber realizado el crimen ni para interrogarle. 

Mirad ese hombre, el ebrio ¿no se os parece a Paco? ¿Sera ese Manuel? Si acaso es el, la verdad que no está en condiciones de ser interrogado, y mucho menos de haber realizado el crimen. Aun así vayamos como poco a poner orden. 

Eso, y antes de que escampen todos los paisanos, miremos de saber cuanto tiempo lleva ese hombre por aquí, bebiendo y soltando espumarajos de bilis por esa boca suya. Si desapareció algún rato y decidió volver más tarde o lo que sea... Si les parece le puedo consultar al tabernero directamente y le pido nos caliente 6 tazas de cafe cargadito, por si es necesario hacerle beber al "gallito" para quitarle la mona gorda.

Al ver al hombre que era tan parecido a la víctima de la que acababa de extraer una bala suspiré, no tenía gana alguna de enfrentarme a un borracho, y menos para indagar sobre la muerte de su hermano.

- Sí un café bien cargado vendrá bien, quiero calentar el cuerpo y prepararme para lo que nos va a tocar.

Aunque en un principio prefería dejar a mis compañeros hablar.

Me acerco a los parroquianos mostrando bien el uniforme y el fúsil para que vean que somos de la Compañía, y con jovialidad los saludo:

- Bona nit! Hi hagi pau, hi hagi pau...no són hores per arreglar el país. Deixem el Rei i la Reina dormir tranquils o fer el que facin a les nits, ja, ja, ja.

- Busquem en Manuel Urbán, que hem de parlamentar un moment. Les vostres mercès coneixen en Manuel? A veure si podem anar dins amb ell i prendre una bona tassa de cafè, que fa un fred que pela!

Mantengo una actitud tranquila y poco amenazadora, que ya me conozco a los parroquianos en estas horas y no están para jugar mucho al dominó.

La visión del fusil y el uniforme es mano de santo. De pronto, desaparecen las navajas, los garrotes y los parroquianos que pueden escaquearse con disimulo. Todos parecen tan amigos, como si se encontrasen de tertulia a la fresca nocturna. Nadie dice nada, pero las miradas se ponen sobre un solo hombre, al que se le han bajado los humos como si le hubiesen echado un cubo de agua helada, efecto que aumenta al ver a los otro cuatro Voluntarios llegar.

—Bona nit tinguen les vostres mercès. Entrem, entrem que fa frescoreta.

Con un gesto instintivo, Manuel se ajusta los pantalones a la cintura y camina a vuestro lado con toda la dignidad de la que puede hacer acopio sin llegar a desplomarse, porque va más cocido que un garbanzo. Intenta mantener una sonrisa nada sospechosa, como de quien nunca ha roto un plato, a ver si se libra de esta. No parece que sepa de qué trata la visita, pero si viene de la milicia no puede ser nada bueno.

El líder del otro grupo, al que también se le han pasado las ganas de pelea, se despide con una sonrisa y se va tratando de llamar poco la atención. 

—Manel, que vaja bé, ja xarrarem un altre dia. Adeu, compare.

Os sentáis en una mesa cerca del fuego, o de lo que queda de él, ya que Glicerio, el dueño, no ha echado más leña, lo que indica que va teniendo ganas de que los habituales se marchen a casa y de dormir un par de horas hasta que vengan los más tempraneros a desayunar.

Café, lo que se dice café, no tiene. Os sirve malta con achicoria hervida en agua marrón, que al menos está caliente, y dada la poca luz ni podéis verla. Manuel Urbán, más prevenido, se pide un vasito de licor de cantueso, que ya puestos a completar la noche y sin tener claro cómo va a acabar la visita no se va a privar de nada. Le dice al muy paciente Glicerio que se lo apunte en su cuenta.

Entrecruza las manos, os sonríe y os pregunta «¿Qué puedo hacer por ustedes?».

Buenas amigo, nada algo calentito o fuerte que podamos entrar en calor que menuda noche fría tenemos aquí en Elche. ¿ Que tal la noche, mucha faena? Vemos que ha tenido ambiente hoy. ¿Llevan mucho por aquí estos parroquianos?

La pregunta se la hago de manera generalizada para no levantar muchas sospechas, si tenemos suerte nos dirá el tiempo que Manuel lleva aquí con el resto, quizás eso pueda ayudar a descartarlo. 

—La noche bien, dura como la de todo domingo que acaba. Pero no me quejo, Dios me dé faena mientras pueda mantenerme en pie. Peor será la de ustedes, tiene mucho mérito andar de ronda con la de granujas que andan sueltos. Invito yo, me han ahorrado un disgusto hace un momento. Agradecería que se pasasen por aquí más a menudo.

La parroquia anda de jarana desde antes del mediodía. Hoy ha habido torneo de Sarangollo* y este señor —dice refiriéndose a Manuel— lo ha ganado y sin trampas. El Diablo le ha dado suerte en el juego y malo todo lo demás. ¡Che, no me mires así, que estoy de guasa! ¡Puedes atreverte con los «sangraores», pero este viejo todavía te tumba!

A las buenas noches...

Y dice usted que hoy ha habido torneo desde el mediodía? y cuanto dura eso si puede saberse, un par de horitas buenas?

Este señor es el ganador? vaya!!! a desplumado a más de uno ehh Manuel? Bendita la Mano del Señor. 

Así que deu portar molta estona en esta casona tan ben provista de tot no? No s'ho gasti tot xiquet, que segur te algun foradet que tapar, oi que si?

José Manuel intentó caer simpático, desenfadar la conversación y dejar que se soltaran las lenguas que siempre era más agradable soltar de muto propio, que ser interrogado, cosa que solía poner a la defensiva al objetivo.

Al millor jugador de sarangollo!!! Escolti Manuel, que m'ha d'explicar com es juga. Tot un campió!!! A on i en qui va a pendre?

Saben los presentes que colaboro en el periódico de la ciudad?, mira tu que podría hacer un articulo sobre este campeonato, hablando de su campeón...

y bajando un poco la voz, como aparentando decir un secretillo añado:

Claro, que si el Manuel tiene enemistades o muchas deudas, será mejor callar la cuantía del premio, que no queremos que se fijen en el tema y le hagan la vida imposible o le puedan robar...

Me mantengo al margen, veo que mis compañeros tienen la situación más que controlada, así que permanezco observando los gestos de quien ahora mismo es nuestro principal sospechoso.

—No, no, el torneo es de doce a doce. De aquí nadie se mueve hasta que tocan las campanadas de la Iglesia, aunque el campanero también participaba y las toca cuando le viene bien —eso explica por qué la basílica estaba tan solitaria—.

Manuel os sigue la corriente, pero parece que tiene claro que la visita de un grupo de Voluntarios armados no es cuestión de cortesía.

—És un joc complicat, si es passa per ací un altre dia li compte. S'explica millor si ens ajuntem sis i li ho explique sobre la marxa. Vaig aprendre de xiquet, com tots. Res com una bona vesprada de Sarangollo. Són vostès catalans? Ho note en l'accent i la manera de parlar. (Es un juego complicado, si se pasa por aquí otro día le cuento. Se explica mejor si nos juntamos seis y se lo explico sobre la marcha. Aprendí de niño, como todos. Nada como una buena tarde de sarangollo. ¿Son ustedes catalanes? Lo noto en el acento y la forma de hablar).

—Lo del periódico suena bien, pero si no viene a leernos lo que escribe, no nos enteraremos, aquí casi nadie sabe o muy poco.

El hombre cuando oye lo de robar se ríe.

¿Robar? ¿A este? Ya se ha fundido el premio invitando a todos los amigos y todavía me debe. Pero sí, lo del periódico estaría bien, a ver si se pasan los del consistorio, que esos tienen buena saca.

Al escuchar Sarangollo se me ponen la oreja de punta como a los lobos.

- Torneo de Sarangollo, y sin enterarme. Al próximo vengo y arraso, téngalo por descontado Glicerio. Y para eso estamos, para apaciguar los ánimos y devolver el sentido común cuando se nos nubla la cabeza. Oiga, ¿no tendrá algo para pinchar Glicerio? Un poco de pan con algo para amansar la barriga.

Espero a ver si el tabernero no deja intimidad y serio le comento a Manuel. 

- Señor Manuel, malas noticias nos traen a buscarlo...

- Estimado Manuel, mientras usted estaba aquí ganando el torneo alguien entró en casa de su hermano y lo atacó. 

Voy directo a ver cómo reacciona si su estado de embriaguez se lo permite. No le digo que a muerto por no darle más detalles, quiero ver si se le escapa algo que lo incrimina.