Partida Rol por web

No lo lamentes, viejo amigo, dice Markel al tabernero. Que no sea de por aquí seguramente es la posibilidad que más me interesa sobre ella. Significa que podría estar buscando su sitio.

Anda, hazme un favor y diles que les invito a una bebida si se la toman en esta mesa conmigo. Según dice esto, Markel desliza otro par de monedas de plata de propina sobre la mesa.

En la barra. El encapuchado esperó paciente a que la persona a la que había ido a ver se le acercara.

Tu y yo nos vamos a entender rápido. Soy Yaver, estudio magia y fabrico venenos. Deduzco que estás fuera de la ley, consigueme lo que quiero y te daré lo que necesitas.

Veo que contigo tendré que tratar de forma especial - Markel apoya el brazo en la barra y mira a su interlocutor. Magia y venenos. Suena muy bien. ¿Estás hablando de apoyo logístico, o también de campo? ¿Y de qué tipo de magia hablamos?

Por otro lado, dime lo que quieres conseguir. Tengo algunos recursos aquí, así que es posible que pueda hacer algo.

Apoyo logístico, si, se puede llamar así, hablo de magia, de todo tipo de magia, cuanta más poderosa mejor, pero sobretodo, de la magia que controla la vida y la muerte.

Dame un lugar para estudiar, un laboratorio, una biblioteca y tiempo y te daré poder. Eso si, cuando encuentre a los odiosos que se aprovecharon cuando no tenia poder alguno, dejamelos que yo acabaré con ellos.

No tengo problemas con las venganzas personales mientras no traigan problemas al grupo. Es más, si resultas tan útil como dices ser, podría poner a algunos hombres a buscar a tus objetivos para que ajustes cuentas.

Bien, la situación es esta. Dispongo de un refugio seguro, lejos de los ojos de los curiosos donde hay espacio suficiente para montar un laboratorio. Un poco apartado, porque supongo que apreciarás tu intimidad, y mis hombres apreciarán que los venenos no se fabriquen demasiado cerca.

De modo que si estás interesado podríamos alojarte y podríamos buscar también el material que necesites.

Así que solo me queda una cuestión. ¿Cómo se que voy a poder confiar en ti?

Yaver dice las siguientes palabras muy lentamente y como un susurro llevado por una gélida brisa.

Porque aún respiras

En ese momento, en ese preciso momento Yaver había girado la cabeza para mirar directamente a los ojos de Markel, su cara deforme dejaba claro que algún tipo de ácido le tenía que haber salpicado en su extremadamente pálida piel, casi como si se le estuviera desprendiendo pero se negase a caer, su aliento fue frio y Markel noto como el regusto de la bebida se le helaba en la garganta, no fue suficiente con esto cuando el olor a muerte y putrefacción entró por su nariz, ahora liberado cuando el agujero de la capa estaba girado hacia Markel.

Pero todo lo anterior no fue nada comparado con sus ojos. Su mirada atravesaba la mascara que llevaba Markel de la intensidad del odio que yacía en el interior de Yaver.

Por un momento Markel sintió terror, pánico de que estuviera ante la presencia de un lich, pero luego se fijo en las manos carnosas que tenía y la idea se esfumo quedándose tan solo en sus pesadillas.

Tras el sobresalto al ver el rostro del extraño mago, Makel recupera la compostura y vuelve a erguirse antes de seguir hablando.

Y pienso seguir haciéndolo - responde con todo el aplomo del que es capaz. Quiero que esto quede claro desde el principio, estamos negociando una colaboración para mutuo beneficio. Las amenazas y hostilidades no entran en el acuerdo. Si por tenerte de aliado voy a tener que estar temiendo por mi vida o la de mis hombres, no me interesa ningún trato. Te ofrezco refugio y material. A cambio espero apoyo mágico y suministros de sustancias tóxicas. No tienes ni que hablar con nadie si no quieres, pero no quiero amenazas.

Markel ofrece la mano enguantada a Yaver. ¿Hay trato?

Hay trato, te otorgaré apoyo mágico y venenos y no molestaré a tus hombres mientras ellos no me molesten a mi.

Perfecto. Partimos en dos días. Si no tienes donde alojarte creo que te puedo conseguir una habitación aquí.

Dicho esto aclarastes con el posadero para que se quedase las dos noches que quedaban.

Siguieron viniendo algunos curiosos a usmear pero ninguno de ellos merecía la pena.

Al día siguiente, una nueva oportunidad de captar nuevos secuaces se presentó. Un Gnomo se presentó con cara de pocos amigos. Después de tomarse un par de cervezas de un trago empezó a husmear hasta que por fín dio contigo.

He oido que buscas gente y yo quiero largarme del grupo en el que estoy. ¿Qué le puedes ofrecer a un seguidor de Pangrus, muchacho?

Eso depende de las habilidades que puedas aportar. Si son de mi interés, podría ofrecerte un refugio apartado de ojos curiosos y una vida en libertad con oro y alcohol a cambio de un trabajo para la comunidad.

Markel levanta ligeramente la cabeza de modo que se ve su antifaz amarillo mate, tan apagado que bajo la capucha no se diferencia apenas de la piel.

Así que amigo mío, ¿qué puedes ofrecerme?

Soy seguidor de Pangrus, dios de la guerra gnomo. La batalla es mi naturaleza, puedo luchar y curar. Poder amasar una pequeña fortuna para poder levantar un templo a Pangrus es una buena meta, mientras tanto, en el combate encontraré mi descanso.

Karpat se gira y se fija en un humano regordete, le pone cara de pocos amigos y luevo vuelve a beber de su jarra y te mira con ojos soñolientos.

Luchar y curar son dos habilidades que sin duda me vienen muy bien. Markel observa al hombre regordete y vuelve a mirar al gnomo. Y ese templo, ¿cómo sería y como adorarías a Pangrus en el?

Pues como cualquier otro tipo de templo de Pangrus, dedicado a las enseñanzas del arte de la guerra y de su adoración.

Karpat vuelve a mirar al tipo regordete con cara de pocos amigos.

Suena bien. Si estás interesado en acompañarnos partimos mañana. Si lo necesitas te puedo conseguir una habitación aquí para esta noche. ¿Qué me dices?

Markel ignora intencionalmente las miradas del gnomo. Los asuntos del gnomo son cosa suya y Markel no tiene intención de entrometerse si no afectan al grupo.

Eso suena prometedor, desde luego. Mejor que dar vueltas con el grupo de ateos de Lekion, si.

Karpat se termina su jarra de un solo trago, sin duda una gran cantidad bebida de golpe.

Cuenta conmigo, pero antes tengo que solventar una cosa.

Dicho esto se levanta y avanza tambaleandose hacia el tipo gordo al cual se estampa la jarra en la cabeza. Pronto los mamporros, los golpes y agarrones empiezan a ocupar toda la posada.