Partida Rol por web

- Niño: Alaaaa que grande eres... El niño no podía contener su asombro al ver semejante hombre.
- Mujer: Después del comentario del niño, suelta con un tono sensual, y bastante descarado. Y que fuerte...seguro que no es lo único...¿Verdad?

Se me escapa una leve sonrisa, con el comentario de la mujer, simplemente le guiño un ojo, y espero haber que me contesta. 

La mujer se aproxima más a ti y te susurra al oído. 

Quizás más tarde podamos divertirnos un poco...

Te besa la mejilla y desaparece entre el gentío.

Miro para ella una ultima vez intentando retener sus rasgos físicos. Una vez la pierdo de vista, presto atención a lo que están haciendo mis compañeros de viaje.

Zahariel asiente mientras ve como la curiosidad de los aldeanos, del único pueblo que habían alcanzado tras abandonar el lugar del siniestro y al cual se habían dirigido por la llamada de las campanas, vencían la habitual desconfianza.

- Proveníamos de un viaje inaugural en dirigible desde la región de Gabriel, pero unos sucesos extraños acabaron con hacer que el navío se estrellara y acabáramos varados en sus costas. ¿Sabe decirnos cuando será el siguiente navío en circular por la isla para regresar a tierra firme? – comenta al anciano mientras mira a su alrededor.

El alcalde escucha el comentario del joven Zahariel y se aproxima para responderle con una sonrisa congoja.

No tenemos mucho contacto con los alrededores, las pocas barcas de las que disponemos no son rivales para estas bravías aguas...mmm... -Se queda pensativo unos instantes- pero si no recuerdo mal, en dos semanas llegará una fragata comercial en la que podrían embarcar si así lo desean, para volver al continente.

El cambio de actitud del alcalde me sorprendió gratamente, parecía un buen hombre así que cuando nos tendió un mapa y nos explicó donde nos encontrábamos le agradecí con una sonrisa. Estaba absorta en el mapa mientras el alcalde hablaba por lo que no le presté mucha atención. <Una pequeña isla situada entre Helenia y Gabriel... bonito lugar para perderme...> pensé resoplando exhausta por los acontecimientos. Entonces noto como algo me tira de la manga con suavidad y al mirar me encuentro con una niña pequeña con las mejillas encendidas. Hacía muchísimo tiempo que no veía niños a mi alrededor y el simple hecho de ver como sus manitas agarraban la manga de mi camisa hizo que algo en mi interior se activara y no pude evitar agacharme a su lado para abrazarla -¡Por supuesto que si preciosa!- le dije mientras la apretaba entre mis brazos -...aunque ya eres hermosa tal y como eres- le dije cuando me separé de ella.
Cuando me incorporé lo primero que oí fue la frase de la mujer que hablaba con Mutombo, la cual hizo que se me subieran los colores y me riera por tal atrevimiento.
Posteriormente miré hacia el anciano que se había puesto a hablar con los Yreth Zahariel y Heimer(el cual nos había seguido en silencio desde la playa...) y me fijé que parecía estar lleno de energía. Al ver a aquel anciano me acordé del maestro. Hacía casi una semana que no le veía y empezaba a echar en falta sus reprimendas, seguro que tendría mucho que decir al respecto del accidente con aquel monstruo.
Presté especial atención al comentario del alcalde sobre la fragata que podría llevarnos al continente y entonces hable -Y... esa fragata... donde nos dejaría... ¿en Gabriel o en Helenia?- al formular la pregunta de notó un temblor en mi voz que denotaba nerviosismo. Si la respuesta era Helenia tendría algunos asuntos poco agradables que tratar allí así que esperé ansiosa la respuesta.

La fragata os llevará a Chaville, un pueblo costero de Gabriel.

Después de la pequeña charla con unos cuantos interesados aldeanos, se os acerca una joven y hermosa mujer, embarazada de unos cuantos meses con una cálida sonrisa.

Hola viajeros, soy Miriam Moonflow, es un placer conocerles... -La chica cierra los ojos a la vez que sonríe un poco sonrojada, dando a ver que aún, tiene un corazón de niña- Regento "El Pequeño Castillo", la única posada del pueblo, estaría realmente encantada de tenerles como clientes, si no tenéis inconveniente.

Daelire empezó a hablar con aquella mujer, era bastante hermosa. - Perdone señorita, mi nombre es Heimer - Dije mientras me colocaba en el frente para conversar mejor. - Mucho gusto. ¿Así que nos invita a estar en vuestra posada? Vaya sería todo un honor. - Le contesté con una sonrisa picarona.

Zahariel mira a la dama que se les había acercado. Le agradaba saber que no tendrían que esperar mucho para salir de la isla y regresar a tierra firme.

- Me llamo Zahariel. Os agradecemos el ofrecimiento Lady Moonflow, pero no podemos permitir que por nuestra causa su hospedaje tenga perdidas que por otros sucesos no lo permitieran. Podemos aceptar su invitación y usted el detalle de nuestra parte de pagar todo aquello que gastemos, consumamos y utilicemos. ¿No es así compañeros? – comenta con una sonrisa natural. – Si no es una indiscreción, ¿cuánto tiempo le falta? – comenta mientras mira de reojo al futuro habitante. - ¿El primero o tal vez tenga ya por ahí algún hermanito o hermanita esperando jugar con el? – comenta tratando de que el ser amables les demuestre a los demás que no son asaltantes ni nada similar, pues a razón de creer su historia es bastante extraña. Y la suerte que han tenido mucha.

Oh...pues la pequeña Clarise llegará en 2 meses si todo va bien, es mi primer bebé... -Miriam muestra una cálida sonrisa por el interés de Zahariel- Pues...cuando lo dispongan, les espero en la posada. No tarden, que ya empieza a oscurecer.

La bella Miriam se encamina hacia su posada.

Me levanté y me situé al lado de Miriam sin poder evitar acariciar su tripa.
-Debe estar muy feliz...- dije mostrando una de mis mejores sonrisas -...le felicito señorita Moonflow deseo que sea una niña sana y muy bonita- le dije tras acariciar su tripa con cariño.
-Le agradezco mucho su hospitalidad, hace bastante que no duermo en una cama cómoda pero cómo ha dicho Zahariel...- le señalé con la palma de la mano hacia arriba -...pagaremos todo lo que se rompa, no se preocupe.- Tras ello Miriam se encamina hacia la posada y yo me vuelvo hacia mis compañeros.
-No se vosotros pero yo estoy deseando darme un buen baño así que me adelanto a la posada...-  y sin más dilación me encaminé tras Miriam para que me indicara en que habitación podría quedarme y para preguntarle donde podría darme un buen baño.

Zahariel asiente a la futura madre y dueña de la posada. Mira a Daelire y asiente a esta misma.

- Esta claro que deberemos hacer que el futuro de la joven Clarise sea prometedor y que mejor forma que dar menos trabajo a su madre y más beneficios para que tenga todo lo que desee desde su primer día. – comenta. Sabe que deberían hacer lo mejor de todo para ganarse a los del pueblo. Pues aunque ya sabían donde estaban aun quedaban días para regresar a tierra y estar a buenas era lo mejor en la situación que estaban.

Aun le rondaba por la cabeza que habría pasado con el Dirigible y mas aun con el que había provocado todo aquello. – Alcalde Raymon, tal vez haya aparecido alguien más de su mismo buque en la isla. ¿Hay algún otro poblado en la misma o lugar para refugiarse? – pregunta antes de marchar a la posada y descansar. La idea de un baño era gratificante y mas después de la sal que se les había pegado a la piel.

Yreth había permanecido callado durante todo momento, evitaba hablar y no sin razón. Y principalmente era que no deseaba hacerlo y menos sabiendo donde se encontraba. Durante aquella festividad únicamente permaneció atento a las habladurías y observando las nuevas caras.

Sin embargo en el momento que Daelire decide marcharse él también se decide emularla y alejarse en dirección a la posada.

Caminaba despacio hacia la posada siguiendo de lejos a Miriam pues no me apetecía mucho hablar. Aún estaba confusa por los acontecimientos recientes y solo pensaba en descansar. Estaba deseando entrar en un sitio cálido y cómodo y no salir de ahí en varias semanas. Hacía mucho que no usaba la magia que me había enseñado la vieja y verme con la necesidad de atacar a otras personas por mi propio bien y el de los demás me había marcado. No podía sacarme de la cabeza a aquel primer hombre quemándose vivo ante mis ojos. Abracé mis brazos cuando un horripilante escalofrío me recorrió el cuerpo y fue entonces cuando noté movimiento tras de mi. Me giré y pude ver a lo lejos como Yreth me seguía de lejos. Esperé a que llegara a mi altura y me crucé de brazos, no porque estuviera molesta sino porque el frío comenzaba a hacer mella en mi cuerpo a pesar de llevar aún mi capa.
-¿Ya te vas a dormir?- le pregunté con una tenue sonrisa mientras seguía avanzando a su lado.

El alcalde se queda un poco pensativo ante las palabras de Zahariel.

Mmm...este es el único poblado de la isla, y solo hay un par de sitios más habitados fuera de este, pero son viviendas privadas... así pues, no creo que hayan más náufragos en la isla. Sin embargo, dejemos esos temas para mañana, que estaréis cansados. -Se le dibuja una grata sonrisa en su marcada faz- Mañana profundizaremos si queréis.

Los que así lo decidieron, pusieron rumbo hacia la posada.

La posada es un amplio edificio de piedra, de 3 pisos de altura. Al contrario que muchas otras casas del pueblo, que visteis de camino, y pudisteis imaginar el interior, el interior de ésta está bellamente adornado de un modo acogedor. En el piso inferior solamente hay tres estancias: el discreto recibidor, la cocina con sus alacenas y una amplia habitación que hace las veces de comedor. Las dos plantas superiores son exactamente idénticas, un largo pasillo con cuatro dormitorios y un baño.

A la derecha del recibidor, se encuentra un pequeño mostrador, detrás del cuál se encuentra la posadera, Miriam.

¡Ah! ¡Bienvenidos viajeros! Me alegra que hayáis decidido venir -Os recibe con una cálida sonrisa, acorde con su establecimiento- Decidme, ¿sabéis cuánto tiempo os quedaréis? Y supongo que querréis 3 habitaciones como mínimo...Una señorita tiene sus secretos -ríe ligeramente, emocionada, pues hacía tiempo que no tenía a quien hospedar- ¿No es así?