Partida Rol por web

Estábamos allí haciendo un círculo para ver si aquella presencia tomaba forma y cuando vi la sombra me ilusioné, hinché el flotador, establecí un medio rústico de comunicación y hubo respuesta. Aunque fue tan vaga que resolvió ninguna duda: Una sombra y otra vez repitiendo las palabras que había dicho con aquel tono sarcástico, nada más.

Esperé unos instantes más pero aquella presencia se había desvanecido. Sin embargo, noté moverse mi pelo - hey, hay viento, una corriente de aire ¿la notáis? - ¿La habría traído ella? Antes no estaba, ahora sí. Mis ojos buscaron los gusanos, estaban cerca de la pared y ya no parecía que hubiera muro sino algo distinto. Lex se dirige hasta allí para ver qué es - ¿Qué hay, Lex? - me intriga, me acerco. Veo una especie de acceso - ¿qué es eso, una argolla? - era de piedra y estaba encajada a una losa rectangular - igual es una salida... déjame a ver si puedo moverla.

Mientras los chicos están obnubilados, Joe presa del pánico y Jason está apijotado.

Oli tira y tira con fuerza, los músculos en tensión, la cara se le pone roja, pero no la veis. ¿Se mueve un poco la losa? Quizás...Va a ser necesaria más fuerza...

La respuesta llego en forma de eco burlón que incluso Jason pudo escuchar porque esta vez a Lex le dio la impresión de no solo oírla en su cabeza pero estaba demasiado abstraída con su inspección del suelo cercano a ella, sosteniendo la mano de Joe con la mano libre.

-¡ey! - limpio frenética – aquí parece....- su frase queda en el aíre cuando Joe deja caer su frente cabizbaja contra ella – Joe?...- su atención se vuelca en su amigo acariciando su cabello con tierna preocupación – no tienes porque preocuparte, estoy aquí para ti – pero el chico se vuelve demandando respuestas por parte del espíritu de la cueva, va a seguirlo pero Oli esta junto a ella – ¿eh?...si, si eso parece – las dos limpian mejor la forma de la que podría ser una trampilla, si logran mover semejante pedrusco

Se vuelve a mirar a los chicos mientras Oli hace un descomunal esfuerzo por tirar de la argolla, las cosas se están poniendo feas para Joe que parece más alterado por la presencia que nos acechaba, ella mismas no sabía si era buena o mala, si quería ayudar o que se unieran a ella en el más allá para jugar eternamente. Solo quería que todos estuviera bien, así que reunió todo el valor y fuerza de la que era capaz y se dispuso a ayudar a Oli.

-vamos entre las dos – agarro la argolla junto a ella - ¡Jason! ¡Joe! ¡Venid a ayudarnos! - miró a Oli – tiremos juntas

No hubo respuesta para Jason. Se habría conformado con oír su nombre. No fue así. Se sintió un poco decepcionado. No creía haber ofendido a nadie, ni siquiera a un espíritu. Sí que se oyeron unas palabras de Joe: "Quiero irme de aquí, Lex". Parecía una burla, pero quiso pensar otra posibilidad: la de que una alma atormentada estuviera encerrada allí y quisiera escapar. Él estaría dispuesto a ayudar, a esforzarse.

Oyó a Lex atrás. Gritaba. Estaba con Oli y parecían tirar de algo en el suelo. Hizo caso a la llamada, aunque ahora estaba mucho más intrigado por la aparición. Habían encontrado una posible salida, una argolla unida a una losa. Seguro que Oli ya la había intentado abrir sola. Se creía Hulk.

—¡Qué brutas sois! —dijo a las dos, para que Oli no se enfadara demasiado. Aunque igual si se enfadaba sí podía convertirse en Hulk.

No tenía ninguna prisa por salir. Pero comprendía que los demás no estaban muy interesados en las sombras. Definitivamente se equivocaban en susurrar a sus amigos.

—Dejadme —dijo, muy dispuesto.

Cogió el mosquetón, que quizá pudiera ser útil al fin, lo abrió, lo pasó por debajo de la argolla y volvió a cerrarlo.

—Ataremos un buen nudo a la anilla y tiraremos los cuatro de la cuerda. Si no funciona, podemos improvisar una palanca con el piolet.

—¡Vamos, Joe! Estas chicas necesitan la fuerza de dos hombres —dijo, burlón, para fastidiar un poco a Oli y animar al chico.

El chico continua mirando a la oscuridad pensativo. ¿Quién era o qué era aquello? Empezaba intrigarle ¿se estaría acostumbrando a aquella voz? En ese momento escucha como le reclama Jason pero continúa mirando a la oscuridad abstraído.

- ¿llevas mucho tiempo sola aquí no? ¿Quieres jugar con nosotros? Sabemos muchos juegos. 

¿Será una posible ruta de escape? Como sea, lo intentáis. Oli tira con la ayuda, no demasiada, de Lex, que hace lo que puede. Las dos chicas lo intentan y reclaman colaboración de sus amigos.

Primero, el mosquetón. A idea de Jason. Luego, la cuerda que queda. Y a tirar. Forzando los músculos. Apretando los dientes. Las frentes se perlan de gotitas de sudor. Las delicadas manos de algunos y de alguna, se pelan un poquito por el roce. 

Aunque Joe, el más afectado por el encierro y la incertidumbre de vuestro futuro, está a otra cosa, sugestionado por la oscuridad oscura y la intrigante dueña de la voz misteriosa. Tan sumergido en su abstracción que le parece ver a esa sombra al extremo de la cuerda, estirando también de la soga. Y escucha un susurro de esa voz sedosa cerca de su oreja. *

-¿Qué es tiempo? Ya juego, mira. Es divertido.

La pesadísima losa finalmente se mueve de su sitio. Unos pequeños cracks, comienza a desencajarse y a liberarse.

Pero cuesta mucho.

Con la suma del piolet para ejercer de palanca, la operación tiene éxito. Y la silueta, si es real, desaparece.

Se abre un espacio rectangular que se ensancha hacia las profundidades hasta alcanzar una forma redondeada. 

Un pozo del que, a la escasa luz moribunda de la antorcha, no se distingue el final.

(perspectiva desde abajo)

Tiraron de la cuerda. Oli en primer lugar, Jason detrás y Lex la última. Joe seguía haciendo preguntas a la aparición. No fue nada fácil levantar la losa. Oli y él llevaban guantes, que les proporcionaban un mejor agarre y protección; Lex, no. Al final cedió un poco, lo suficiente para introducir la punta del piolet y hacer palanca. Aun así, quizás no lo hubieran conseguido de no ser por una ayuda adicional. Jason sintió que alguien más se unía a la cuerda para tirar. Pensó que sería Joe, pero no era así. Joe seguía atrás, en la oscuridad. Casi al mismo tiempo en que notó una mayor fuerza al tirar de la cuerda, aquella voz que no quería contestarle volvió a susurrar.

Cuando lograron quitar la losa, un viento fresco y fugaz alivió su rostro sudoroso. Fue solo un segundo. Jason no corrió hacia la abertura descubierta en el suelo. De hecho, se quedó inmóvil, recuperando el aliento y repitiendo en su mente aquellas palabras apagadas. ¿Qué es tiempo? Ya juego, mira. Es divertido.

Esta vez no eran repeticiones. Parecían auténticas respuestas a las preguntas de Joe. Respuestas y preguntas. ¿Qué es tiempo? Sí, ¿qué es tiempo? ¿Hay tiempo en el más allá? Ya juego, mira. Es divertido. Ella jugaba y se divertía. Estaba con ellos. Tuvo la sensación de que los ayudaba.

Se acercó finalmente a la abertura. La entrada era bastante estrecha. Probablemente, todos podrían pasar. No se adivinaba el fondo, aún más oscuro que el lugar donde se encontraban. Cogió una piedra del tamaño de un puño y la dejó caer por el agujero. Esperó con inquietud el sonido del agua.

- ¡¡Tira, tira!! - me había venido a ayudar Lex pero a ella se le daban otras cosas, aún así sumaba su granito de arena. Miré de soslayo para ver qué hacían los chicos y aquella visión fue preocupante, estaban a uvas. Por suerte, Jason se despejó un poco y se vino a ayudar - está muy dura - tiramos los tres y poco a poco se empezó a mover la piedra. Joe seguía medio ido con las voces - Seguro que le ha sentado mal la chocolatina ¿Comprobaste la fecha? - apostaría a que las había traído caducadas, a saber cuánto tiempo llevarían en aquella mochila.

Y por fin la piedra cedió y se abrió un canal hacia arriba, permitiendo ver a lo lejos una fuente de luz - ahí va, qué oscuro - miré hacia abajo y apenas veía el final - no sé yo, como haya que bajar ahí sin escalera... - no parecía fácil descender, aunque bueno igual entre los cuatro podíamos acercarnos - ¿Qué os parece si hacemos una pirámide invertida? Justo al revés que se hace en gimnasia - unos sobre otros hasta que alguno de los de arriba pudiera sujetarse con las paredes del agujero - ¿os sobra cuerda? Tengo aquí el mazo de marisco que podría servir para anclar la cuerda a la piedra - el problema es que no tenía clavos sino chinchetas, también una grapadora pero aún no acababa de ver que tuviera funcionalidad.

La voz seguía hablando, aunque la presencia había desaparecido - igual es un juego, nos está proponiendo diversos retos - me giré para ver si Joe había conseguido contactar o seguíamos igual - pídele una pista o una escalera, algo que nos sirva de ayuda - todos los juegos proporcionaban algún tipo de ventaja, por ahora no las habíamos tenido - explícale que en los juegos tienen que existir ayudas - en el monopoly te daban pasta cada vez que pasabas por la casilla de salida, en los videojuegos podías salvar la partida y hacerte con recursos - Joe, esfuérzate! - me resultó divertido decirle lo mismo que le decía la voz.

La piedra que suelta Jason cae y desaparece en la negrura del agujero. No tarda en escucharse el sonido del golpe contra la roca. No es un Splash! , sino más bien un TOCK! Tock!,  tock! , tock ... .cuando va rebotando por el suelo. 

¿Cinco metros? ¿Ocho? No está claro. Pero seguramente no más.

Finalmente el esfuerzo merece la pena, la piedra cede y revela un oscuro agujero que se pierde en las profundidades, sentada en el suelo recuperando el aliento junto a Jason da una ojeada a Joe tras ellos. Permanece en la penumbra casi envuelvo por la oscuridad, sumergido en un interrogatorio unilateral pues el misterioso espíritu parece ser muy selectivo con lo que responde, casi como un juego. De buenas a primeras parecía querer ayudarlos, eso era bueno y estaba segura que si fuera un espíritu de alguien joven, estilo Casper, que llevara tanto tiempo solo en esa oscuridad también querría jugar o hacer “amigos”. Esperaba de verás que ese fuera el caso.

Atendiendo a las preguntas de Oli decidió hacer de tripas corazón y mirar en el pozo de oscuridad en el que Jason tiraba una piedra, no se echo para atrás por poco pero si tomo su inhalador y se dio un segundo chute, evitando así un nuevo ataque de pánico.

-podía haber una escalera oculta en la piedra como en el paso de la montaña Sombra de Minas Morgul ¿no? - la moribunda antorcha a penas iluminaba ya el comienzo del agujero y menos aún el lugar en el que se encontraban

Jason (su hermano) siempre le decía que algún día tendría que enfrentar sus miedos, hoy parecía ser ese día ya que los había estado poniendo a prueba sin parar desde que comenzaran a adentrarse en la cueva. Saco la linterna dinamo de su bolsillo y tras darle unas cuantas frenéticas vueltas probo a encenderla, bufó exasperada cuando no funciono.

-Joe...- preocupada por su amigo, y queriendo alargar el momento de deslizarse por el agujero, se levanto y se acercó a él tomándole de la mano - ¿va todo bien?...ven, hemos descubierto algo que podría suponer una salida...o algo así – continuó con boca chica llevándolo de la mano allí donde estaba el resto, no quería que estuvieran separados por si acaso.

Cuando te separabas es cuando empezaban a a suceder las cosas malas y ya habían pasado algunas bastante desagradables como para arriesgarse.

Aquel susurro le sonó diferente. Ni siquiera se movió. 

“¿Qué es tiempo?“. ¿Quién podía hacer esa clase de pregunta? Una sensación de paz y compasión le invadió. Y continuó inmóvil.

Así hasta que llegó Lex. La observó hablar aunque no la oía. Por los gestos sabía lo que quería. Así que apenas dos o tres segundos más tarde contestó:

- Sí. Vamos. 

Sonó a piedra contra piedra, más de una vez, así que la superficie del fondo estaría inclinada casi con toda seguridad. Miró fijamente a Oli cuando preguntó por la fecha de caducidad. Lo cierto es que no la había mirado, pero hacía un par de días que había comprado las barras de chocolate.

—¿Una pirámide invertida? —preguntó, sin idea alguna de lo que quería decir.

Oli se dirigió a Joe, sarcástica, reclamando ayuda de la aparición. Por su parte, Lex recordó las Minas Morgul de Gondor, próximas a Mordor.

—Es posible. Ha sonado como una escalera. Solo espero que no nos conduzcan a Sauron —dijo en broma.

Se agachó y movió la losa de manera que hiciera esquina con la abertura y pudiera trabarse en ella, pero no encajarse de nuevo.

—Creo que el mosquetón y la cuerda seguirán siendo de ayuda. Tendremos que atar la otra para ganar longitud. Con lo que ha costado moverla, la losa aguantará perfectamente nuestro peso.

Hizo una pausa. Apenas podía ver con claridad el rostro de los demás.

—El primero irá soltando cuerda a medida que baje. Tendrá que hacerlo a pulso. Después será más fácil.

Joe se acercó a ellos por fin. No parecía indispuesto por una comida en mal estado. Jason recogió las envolturas de las barras de chocolate y las anudó. Prendió el extremo con la exigua llama que aún ardía. El papel de envoltorio se quemaría pronto, así que, en cuanto el fuego se avivó, tiró la improvisada sonda por el agujero.

La sonda de las chocolatinas fue cayendo a su ritmo, a varias velocidades menos que la piedra. Iluminó conforme descendía la pared irregular de roca, donde brilla suave la humedad que rezuma. Una fina pátina de gotitas de agua. No hay escalera como en Minas Morgul pero quizás sí salientes y posibles lugares donde asirse. 

Cuando la sonda espacial toca suelo, antes de consumirse por completo ilumina durante breves segundos lo que parece una pequeña sección de escalones, solo una parte.
Si buscáis a los gusanitos, han desaparecido. Quizá se han metido por alguna minúscula rendija o grieta entre las rocas. Como sea, missing.

Joe no está por preguntar nada de lo que sugiere Oli. Su amiga Lex logra liberarlo de su ensimismamiento pasajero y se asoma al pozo junto con sus tres amigos. Cuatro pares de ojos decidiendo qué hacer, observando a lo profundo y de refilón a la cuerda *.

-Desciende. Si te caes yo te agarro. -Es esa voz. Desde abajo. Suena segura y firme. Al mirar, se ve un manchón oscuro en la penumbra del hueco.

Es la sombra que baja con manos y pies por la pared rocosa.

(Solo es una sombra. Pongo dos imágenes para ambientar un poquito :) .

Permanecieron en silencio durante un buen rato. El papel de envoltorio había caído rápidamente, pero sirvió para descubrir que el hoyo no era muy ancho y tenía abundantes salientes en los que apoyarse. Las paredes parecían húmedas. Quizá hubiera sido un pozo con anterioridad. Antes de apagarse, el papel mostró un fondo rocoso, incluso algunos escalones. Lo más impresionante, de lejos, fue la voz de la chica. Era algo a lo que al menos Jason no podía acostumbrarse por muchos susurros que escuchara. Era fascinante. Además, ya no eran meras repeticiones. Desciende. Si te caes yo te agarro. La muchacha estaba con ellos.

Jason confiaba en ella. Más aún, quería conocerla, comprobar si de verdad lo salvaría de una caída.

—Voy a bajar —anunció.

Tomó la cuerda que habían anudado al mosquetón que él mismo había usado para asir la argolla de la losa. Ató el extremo libre a la hombrera izquierda de la mochila; lo más parecido a un arnés que tenía. Se la puso a la espalda y dejó caer la cuerda por el agujero descubierto. Serviría para frenar la caída en caso de que resbalara al bajar. Además, la dama de la cueva había dicho que lo cogería si cayese. Pensó seriamente en dejarse caer. Sería alucinante que un espíritu lo salvara.

—Oli, siéntate encima de la losa y apoya un pie en esta esquina.

Señaló el ángulo opuesto al vértice de la losa.

—No va a pasar por la abertura, claro, pero así no se encajará de nuevo en el hueco si me caigo.

Apoyó los brazos a los lados de la entrada y dejó caer las piernas. Fue un poco difícil pasar con la mochila, pero sus amigos lo ayudaron y lo sujetaron. Solo tenía las manos y la cabeza fuera cuando empezó a abrir las piernas. Podía hacer pie, el espacio no era demasiado ancho, como había anunciado la sonda improvisada. Se sujetó a la cuerda con las manos y se dispuso a bajar. No sabía hasta dónde alcanzaría la soga. Si no llegaba al fondo, tendría que apoyarse solo en la pared o lanzarse al suelo. No le importaría caer en brazos de la sombría dama.

Me senté sobre la piedra siguiendo las instrucciones de Jason, al final se había lanzado a descender por el pozo y había tomado la iniciativa. Y todo porque "la voz" había dicho que nos ayudaría a bajar - no sé yo, si lo que nos interesa es salir, cuanto más profundicemos será peor - si querían salir habría que buscar una chimenea que nos llevase hacia arriba, no hacia abajo.

- Dale! Esta piedra no se va a mover - era importante porque era el extremo a donde había atado la cuerda para bajar por ella. Allí sentada lo vi descender hasta que desapareció totalmente por el agujero - ¿Os imagináis que fuera una trampa? - o una broma pesada, vaya. Sería brutal.

- Oye, antes de que bajéis el resto, que explore Jason la zona - era interesante saber si ahí abajo había más túneles o el pozo no tenía salida - ¿Minas Morgul? - estuve un rato pensando porque tenía un poco de cacao mental con relación a las referencias del señor de los anillos - ése era pasadizo donde estaba escondida la araña gigante?

Joe sostenía aún la mano de su amiga, no quería soltarla. Aunque siempre estaban unidos sentirla cerca hacia que el corazón fuera siempre a un ritmo más pausado.

Miró hacia abajo y cuando pudo distinguir y oir esa voz pensó por primera vez que lo conseguirían. 

- Esta vez sí - miró con una sonrisa a Lex y Oli. Ahora sí, se colocó pisando la cuerda y ayudó a Jason a adentrarse en el agujero sosteniéndolo del brazo.  

No podía dejarse petrificar por la oscuridad y seguir el ejemplo de Jason, una vez que este alcanzara el fondo tocaría seguirlo y ver que les deparaba en ese nuevo camino.

-mmm...algo de razón tienes Oli – replico observando a cada uno tomar posición – pero...que sugieres que hagamos ¿volver atrás a ver si la entrada a vuelto a aparecer? - negó con la cabeza con un escalofrió solo de pensar en cruzar de nuevo bajo los gusanos – ¿o enfrentarnos al enjambre siguiendo el otro túnel? - tomó aire y se asomo al agujero pendiente de Jason, lista por si necesitaba ayudar para volver a subir o lo que fuera – ten cuidado Jason – le dijo con una tímida sonrisa de preocupación no queriendo distraerle

Las dos chicas son susceptibles. ¿Una trampa?  Jason se decide a descender. Sus amigas y amigo miran entretanto, con cierta ansiedad en las miradas. Al poco, Jason no se ve, lo perdéis de vista, tragado por la oscuridad del angosto agujero. Se escucha su respiración y sus comentarios mientras va bajando.

La cuerda se termina, tienes que usar manos y pies. La piedra resbala, pero vas decidido y confiado. Aunque como apunta Oli, se trata de subir, no de sumergirse cada vez más en las profundidades de la cueva.

Jason pierde pie, sus botas resbalan, sus manos arañan la roca y acaba por precipitarse hacia el fondo. No lo veis pero sí que escucháis cuando se golpea contra las paredes. No se estrella contra el suelo ni tropieza con la misteriosa presencia, sin embargo siente como si pasara a través de algo, como si traspasase una corriente de aire.

De pronto, un muñeca es agarrada por la mano de alguien, y el chico recibe un suave tirón, y se queda colgando en el vacío. Su sueño de ser salvado por un "espíritu" se cumple y se hace realidad. 

-Ahora salta. -es la voz. A los pocos segundos, tu salvadora suelta la mano y caes otra vez...un palmo nada más del suelo. Un sustazo. Solo rasguños en las manos y alguna contusión leve en el cuerpo por esos impactos contra la roca del pozo. 

Jason tantea, curiosamente sus ojos se acostumbran a esta oscuridad, pero es que hay cierta luz muy muy débil que le rodea. Distingue unos estrechos escalones que descienden a su derecha, en una zona circular muy apretada también. Y a su izquierda otro pasadizo alto, podéis caminar de pie, se abre como opción a las escaleras.

-Tenéis que seguir descendiendo. Y deprisa -el susurro de la chica libera tonos apremiantes en la humedad del aire que rodea a Jason. *