Partida Rol por web

Es hora de seguir nuestro camino, y para ello, me aseguro de seguir el rumbo adecuado.

Las aguas del río Podrido han quedado atrás y en el lago son neutralizadas por el fango. Comineza a atardecer y una leve bruma se extiende por el siniestro lago. Queréis peinar el lago cuanto antes pero en la penumbra resulta difcil.

Le preguntáis al guía dónde podríais pasar la noche.

Aquí y allá emergen del limo árboles con brazos desnudos que caen como cascadas hasta hundirse en la niebla. Tenéis los pies húmedos...

Preocupado por el estado de Wynna, el elfo casi no había tenido tiempo de conocer más al Mediano. Quizás era la situación de necesidad y emergencia, pero había pasado a formar parte del grupo con total naturalidad. Además, su aguda vista e intuición estaban resultando una ayuda inestimable.
Mientras la joven humana y Griffo seguían buscando pistas del paso de los enanos, Falenthal trataba de encontrar un lugar de descanso para todos. Después de unos minutos infructuosos, decidió usar lo que sabía del Bosque Negro para construir su propio refugio improvisado: Wynna necesitaba un lugar seco donde descansar, y los rugidos del estómago de Griffo debían ser acallados antes que alguna otra criatura los localizase.

Sobre unas raíces gruesas, aunque húmedas y resbaladizas, os acomodáis como podéis. Lo de comer lo veo difícil, muy difícil: tira para NO 18 cazar.

Que Wynna descansara esa noche, y se recuperara en la medida de lo posible del ataque horrible del troll, había sido su prioridad. A Falenthal le resultaba curiosa esa preocupación en él, pero no tenía tiempo de preguntarse por ella.
Debía encontrar algo para comer, y quizás algo de agua potable, antes que sus compañeros regresaran de su búsqueda. Pero la ponzoña del río lo contaminaba todo...

"Es llamativo la facilidad con que duerme el mediano" piensa Wyna mientras intenta acomodarse recostando sus doloridas costillas sobre la húmeda corteza de la raíz. Sin embargo también  ella termina por caer en un duermevela. Mientras, el elfo escruta la bruma que los rodea en esta especie de isla cuya base no es otra que la del viejo sauce.

Después de un par de horas también cae dormido falenthal apoyando su joven cabeza sobre el pie de wyna (tampoco hay sitio pra más gente).

En ese preciso instante un susurro arborescente de ramas moviéndose desciende desde unos metros más arriba; de entre las ramas, si bien no se pueden ver muy bien "ssssSSSSSEEeiiiiiii". unas hierbas siniestras se posan sobre las cabezas de cada uno de los personajes y.... -KLASSSSSSH. como si se tratara del ruido de una maroma al restallar. se tensan y alzan a los héroes (aunque no sé si llegan a tal dignidad todavía je) mientras estos con cara de pánicos se agitan en el aire un momento.

Se os permite una tirada de ALERTA! suerte.

"¡La hierba del ahorcado!" -pensó Falenthal en un segundo, en cuanto percibió la presión en su cuello. Las palabras del viejo loco se abrieron paso en su mente como un relámpago, y entendió perfectamente a qué se referían.

Pero fue demasiado tarde. Mientras las hierbas podersas alzaban su cuerpo del suelo, tanteó rápidamente la rama que apretaba su cuello buscando abrir un poco la presa, para intentar escurrirse de ella.

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Por cierto, de Esperanza de Comunidad, ahora tenemos 4 puntos ¿verdad? Griffo aporta 2 más debido a su Bendición Cultural de Hobbit.

Caminaron en una zona desconocida para ellos pero teniendo una idea hacia donde se dirigían, con la sensación de estar en el camino correcto. Los pies del hobbit levantaban fango con cada paso que daba, como si fuera un niño jugando en la lluvia y mojando a sus amigos, el elfo le pidió silencio y cuidado como un adulto se lo pide a un niño, con dureza pero sabiendo que no hay maldad en esa acción infantil, sólo juego. Griffo acató con una sonrisa vergonzosa y miró a Wynna como un chico mira a su madre cuando su padre lo regaña, ella sólo sonrió.

Falenthal encuentra sitio debajo de un árbol para descansar luego de una larga caminata, los tres se acurrucaron como pudieron en el poco espacio que el húmedo sauce les daba para evitar llenarse de barro, para Griffo no era problema, su tamaño le era una ventaja en esa situación. El hobbit tenía la mano llena de jalea de zarzamora y su manga se manchaba con ella cada vez más a medida que metía su brazo en el frasco de su tía, con cada bocado tenía más hambre y sentía en su boca más amargor, la dulzura de la jalea no lo podía opacar. De repente, siente que le tironean su mano pegajosa, era su tía y su cara no era de estar contenta por la gula de su sobrino, "¡Grifferios, ya basta!" le grita y le da un cachetazo. Griffo se recupera del golpe y se lleva su mano a la mejilla llenandose de fango la cara. El olor a zarzamora ya no estaba, sólo el hedor del bosque que soportaron todo el viaje y el cosquilleo que se acerca a su cuello. ¿Cosquilleo? pensó rapidamente el hobbit, mientras veía unas extrañas ramas que buscaban rodear su cuerpo, y especialmente, su cuello.

De un brinco escapa de las lianas y ve como Falenthal peleaba para zafarse de otras, esperaba que Wynna no haya caído también.

Bastante aturdida por como estaba resultando el día, parecía que al fin íbamos a tener un descanso en una zona apartada del olor nauseabundo del río y, aparentemente, fuera del peligro de troles u otras criaturas. No me costó caer rendida por el cansancio.

Pareciera tener un sueño inquietante, en el que unas serpientes se enroscaban en mi cuerpo y empezaban a tirar de mí... ¡¡hasta que me doy cuenta que esto no es un sueño!!

El mediano y la humana consiguen zafarse inesperadamente a pesar de su agotamiento. Se dan cuenta de que Falenthal no lo ha logrado y sólo tendrán una ocasión antes de que las ramas consigan alzarlo más allá de su visión y alcance.

Suerte.

-fisssssssssssshhhhh -susurran las hierbas que se afanan en retomar su objetivo...

¡¡Desenvaino mi espada y me lanzo de inmediato a liberar a mi foco de comu... a mi compañero de aventuras!!

...ayuda... -logró a duras penas susurrar el elfo de forma entrecortada.

Los compañeros de Falenthal ven cómo el elfo es arrastrado lentamente en las alturas con el replegarse de las malignas hierbas.

El elfo se afana en soltarse siente pánico, horror.

vamos tiradas de atletismo por cada fallo 3 punto de aguante menos.

El primer apretón de las lianas traicioneras lo había pillado totalmente desprevenido. Se había quedado sin aire sin darse cuenta, y los pulmones estuvieron a punto de explotarle. Pero aun le quedaban energías suficientes para usar todas sus fuerzas, y el elfo era ágil y escurridizo. Logró colar las manos entre la rama y su propio cuello, permitiéndole dar una bocanada que lo reavivó... al menos por unos segundos. Si lograba sobrevivir a esta, su saber sobre el Bosque Negro se vería notablemente aumentado: seguro que no volvía a ver una Hierba del Ahorcado y no identificarla en toda sus vida.

Notaba la presión sobre sus manos. Si sus compañeros no lograban cortar de raíz la hierba correcta, no sabía cuánto podría aguantar.