Partida Rol por web

El montacargas te sube lentamente hasta detenerse, abre sus pequeñas puertas y ves una enorme habitación clínica, totalmente blanca, que huele a hospital, llena de cadaveres desnudos colgados del techo por las muñecas. Tienen infinidad de tubos incrustados en diferentes partes del cuerpo y son zombies en muy diferentes estados, incluso hay algunos que son practicamente humanos, algunas de aquellas jovenes incluso hacen que algo en tu entrepierna pugne por su libertad, ya que solo se diferencian de las humanas normales en su piel algo más grisácea. Tambien hay hombres en este estado, pero tu condición humana hace que te fijes más, evidentemente, en las hembras.
Todos tienen mascarillas de respiración asistida cuyo tubo de aire se pierde en el techo, ves que todos tienen en su dedo gordo del pie una etiqueta con su número de sujeto y la fecha de su muerte.
Una alarma suena en algún lugar y todos los cuerpos allí presenten abren sus ojos mirandote fijamente, algunos con el deseo de comerte, otros sin ninguna expresión, solo dos gemelos (uno chico otro chica) de unos veinte años te miran con miedo, sin saber donde estan y creyendo que vas a hacerles algo.

Esto es una locura. No puede estar bien. Algo debe de haberse jodido dentro de mi cabeza, mis circuitos están fritos, necesito actualizar mi software porque no soy compatible con Mundo Real XP y veo cosas que no son...

No, esas miradas aterradas, rodeadas de tantas miradas ansiosas, deben de ser reales. Parecen reales. ¿Podrían ser reales?

Enjugo el sudor frío que perla mi frente y avanzo, muy lentamente y con la oreja bien pegada al montacargas, hacia ellos. Hago equilibrismos para no tocar a los demás, imagino que llevo uno de esos cacharros para que los caballos no miren más allá que delante de sus narices.

Estoy frente a ellos. Me muevo muy lentamente. Alzo una mano y la muevo a derecha e izquierda a la altura de sus ojos, tratando de comprobar algún trazo de respuesta consciente.

- ¿Estáis... vivos?

Observo a la chica y pienso que tiene toda la razon, es preferible saber donde estan tus enemigos que estar aqui en medio de la nada con los malditos seguramente acercandose sin que nos demos cuenta

Al tiempo pienso comoe sta chiquilla ha logrado sobrevivir a pesar de lo duro que es el mundo de hoy

Ambos gemelos, pelirojos y de ojos verdes, con cuerpos de gimnasta de un extraño color grisáceo y ambos con heridas cicatrizadas de mordiscos que apenas ya ni se notan por el paso del tiempo, asienten, sin poder hablar por tener el respirador en la boca. Aún te miran con algo de miedo, pero parecen haberse dado cuenta de que no eres un peligro para ellos.
bhjunus dhuhquí dice la peliroja como puede con el respirador en la boca, desde luego las lágrimas que le caen por los ojos son totalmente humanas.

Permaneceis callados, pero hay algo que no os gusta, ois como un extraño siseo, muy debil, pero que parece extenderse por el suelo.

Hay una parte animal en mí. Una parte que ha estado bien escondida todos estos años. Que en lugar de derrumbarme por dentro y hacerse con el control ha ido escarbando poco a poco, como Steve McQueen en La Gran Evasión. Y a veces aparece. Y me dices cosas. Y sabe que así me hace más daño...

El cuerpo grisáceo, magullado, seguramente un paso más allá de muerto pero sin llegar a vivo, aunque a fin de cuentas desnudo de la mujer... ¡Me siento enfermo!

Alargo la mano hacia su respirador, con cuidado, y rozo furtivamente la piel de su rostro, está fría y algo rasposa, pero a ese animal de mi interior le da igual. Mientras que yo le miro directamente a esos ojos verdes como praderas irlandesas, el animal fija la vista en sus pechos turgentes cuyos pezones grisáceos parecen mirarme.

- ¿Qué... qué está pasando? ¿Qué os han hecho?

No hay tiempo, pero hay tantas preguntas...

Maldita sea..este silencio nunca me ha gustado... y levanto mi rifle apuntando hacia varios lados

Veis justo a tiempo, entre las marañas de cables que surcan el techo de aquel sitio, y casi totalmente camufladas entre el cableado, un grupo de unas cinco o seis serpientes de color gris y ojos rojos, las hay de varios tamaños y aunque no son muy gruesas todas son bastante largas y están casi sobre vosotros.

Mierda.. dice la joven, ella solo lleva un triste cuchillo por lo cual aun no puede atacar, solo podrá hacerlo cuando ya las tenga encima.

Te quedas sorprendido al rozar su piel, que salvo ese toque grisáceo es completamente normal, incluso su tacto es tan suave que te hace recordar viejas sensaciones. Su temperatura no es fría como hubieras imaginado, aunque tampoco es la de un humano, es templada, como si ese cuerpo se debatiera entre uno y otro mundo.

Cuando le quitas el respiradero -cuyo tubo de plástico es realmente largo- empieza a hablar precipitadamente, Tienes que sacarnos de aquí, por favor. Recuerdo que los zombies nos rodearon en el interior de una iglesia en cuya puerta ponía "Lugar Seguro". Desperté luego en un tubo, con el agua llenando mis pulmones, sintiendo un hambre intensa y a la vez una enorme claustrofobia por estar rodeada de agua... y no ahogarme. Nos dejaron aquí "a secarnos", se puso roja hemos meado lo que tragamos en los tubos y lo otro nos lo sacaban con esos tubos dijo refiriendose al respiradero. Yo yo... ¿de verdad era como ellos? Dijo observando a los zombies que parecían aún estar en una fase anterior a los gemelos, aún más zombies que seres humanos mientras les sacaban los líquidos y la solución los volvía algo similar a los humanos.

- ¡Os están haciendo humanos! - exclamo más para mí mismo que otra cosa, asustando a la pobre chica con mis aspavientos - ¡Hay más de una cura! ¡Hay varios caminos para acabar con todo ésto!

Tengo que sacarla de aquí. En ella también está la clave de la salvación. Entre ella y Lauren... ¿Dónde coño está Lauren?

- Escucha bien atenta - empiezo a quitarle los tubos con cuidado, mis manos se mueven de forma inconsciente y experta, recuperando la habilidad de años anteriores - Contigo podemos salvar el mundo, pero ahí abajo hay otra chiquilla que también es la clave de nuestra salvación - la sujeto como puedo para que no se lastime, y hago esfuerzos contra mí mismo para no poner las manos donde no se deben poner, a pesar de las ganas que tengo - Te sacaré de aquí, a tí a tu hermano, si es que es tu hermano, y si es que se le puede sacar, pero antes tenemos que esperar a que llegue Lauren.

Dirijo miradas nerviosas al montacargas por el que he llegado a este lugar. Lauren, bonita, ¿dónde cojones te has metido?

- Por cierto, mi nombre es Gregory...

Cuando sueltas a la pelirroja se abraza a ti sin el pudor que tu sentiste, clavano sus firmes pechos en tus costillas. Medio llorando se pone de pié y empieza a soltar a su hermano gemelo.

En ese momento eres conciente que -no estando seguro de que el lugar fuera seguro- no habías mandado de vuelta el montacargas. Estás más o menos ubicado a pesar de que los zombies lo tapan casi todo salvo si te pones a cuatro patas y miras por el hueco que dejan bajo sus pies. Las alarmas que escuchabas procedentes de algun lugar fuera de la sala ahora parecen acompañadas de voces.

El asunto no parece mejorar.

Yo soy Jane. dijo ella nerviosamente mientras soltaba a su hermano, que pese a tener una mirada conciente había algo en esa mirada que te resultaba indescifrable y extraño.

JesuCRISTO!!! ¡¡¡Es que está tremenda!!! La agarro con fuerza por la cintura, la atraigo hacia mí y la beso con pasión en los labios. Acaricio cada centímetro de su piel, la acuesto sobre el suelo y hacemos el amor hasta que todo se vuelve oscuro y comienza a amanecer en una pradera de hierba fresca y recién cortada...

...entonces me despierto. Nada ha cambiado. Seguimos en la misma sala. Mi País de la Felicidad se ha pervertido un poco ante la visión de una pelirroja... de Jane, perdón... desnuda...

Golpeo mi frente con la palma de la mano de forma tan inesperada y sonora que la pobre mujer se asusta.

- ¡El montacargas! ¡Joder, joder, joder! ¿Cómo cojones quieres que venga nadie si no lo llevas de vuelta?

Avanzo a pasos gigantescos pero a gatas hasta el panel, murmurando  blasfemando contra mí mismo, para mandarlo de vuelta.

- Tranquila, Jane, enseguida llega la caballería, tú cuida de tu hermano y yo cuidaré de tí.

Por favor, si existe algún dios allí arriba, sea quien sea, que estén vivos todavía...

Bien dicho chiquita....Y me acomodo el sombrero mientras veo como esas malditas se deslizan hacia nosotros Y el estupido medico nada que nos indica si ya descendio o no....Mierda... Y con la paciencia de aquellos tiempos en que me dedicaba a vagar por los bosques y desiertos cazando, preparo mi rifle

Vamos a ver...quedate quieta perrita Susurro hablando solo y con suavidad jalo el gatillo dando con exito en el blanco y soltando un IIIIJJJJJAAAAAA!!! e inmediatamente sin pensarlo y dejandome llevar por la euforia disparo sin mucha precision a otra serpiente sin exito

Mierda...debo calmarme.... Lanzo una mirada a la chica sin decir ni una sola palabra y me doy cuenta de la proximidad de esas malditas, en especial esa que acababa de escapar de mi mira Tranquilizate cazador... Digo para mi mismo y nuevamente preparo mi rifle y pam!!...en el blanco, esta vez no hago mucha euforia

Chica....estamos fritos...ya deben saber de nuestra ubicacion y nos llegaran en un santiamen...no se si volver a disparar o guardar las balas...las necesitaremos Hablo lo mas texano posible

Escuchais el montacargas como desciende lentamente al mismo tiempo que los dos certeros disparos del cazador son suficientes como para que aquellas serpientes volaran en pedazos partidas por la mitad y las tres serpientes restantes saltaran sobre Laureen como arietes del infierno. Corta a la primera de ellas aunque las otras dos está claro que van a impactar contra ella si el cazador no consigue hacer dos blancos.

Te acercas hasta el panel y pulsas el botón, el lento descender del montacargas se te hace más agónico cuando escuchas el inconfundible sonido de los disparos de la escopeta tejana procedentes de dos pisos más abajo.

Y el montacargas sigue descendiendo...

Se hace interminable... Toda esta espera, siempre ah sido interminable, cada segundo de mi vida estos últimas años han sido... Interminables...

Necesito concentrarme en algo.

El chico.

El chico se ve mal. Es decir, peor que ella.

- Jane, ¿es tu hermano? - le pregunto con un hilillo de voz - No tiene buen aspecto... Creo... Debería hacerle un reconocimiento rápido. - trago saliva, incómodo ante mi siguiente frase - Bueno, a los dos...

Las mejores intenciones médicas del mundo y sólo puedo pensar en tocar una teta de nuevo. Jódete, juramento hipocrático.

Por un momento me distraigo cuando escucho el montacargas descender y no alcanzo a percatarme que las serpientes se han lanzado sobre la chica y aunque intento hacerla a un lado empujandola, es demasiado tarde y las serpientes ya estan sobre ella

Maldicion!!!

Tus palabras se pierden entre los "zombies" colgantes, hay varias lineas de ellos entre tu y los gemelos, seguramente te han escuchado y quizás contestado, pero su debilidad y la alarma que no deja de sonar puede que haya apagado sus voces.

Eso o a ocurrido algo.

Escuchas más sonido de disparos e incluso un grito femenino desde allí abajo, si se escucha más nitido es porque se han abierto las puertas.

Una de las serpientes le muerde la garganta mientras se enrosca fuertemente a la algura del pecho, casi escuchas el ruido de sus costillas.
La siguiente le muerde el muslo, la última acción conciente de Laureen es intentar matar a esta, pero se le enrolla en el brazo justo en el momento en que Laureen pierde el conocimiento y la pequeña compuerta del montacargas se abre.

Escuchas pasos, parece que quienes os persiguen han encontrado vuestro escondrijo, aún así deben de estar en la sala amplia, eso si, sabes que solo es cuestión de tiempo -y no mucho- que llegen donde tu estás.