Partida Rol por web

Todos salen del vagón practicamente volando salvo Nairobi que sufre un mareo momentáneo ante tanto movimiento y vueltas a su alrededor.

Observa el contador con un sudor frío en sus ojos.
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También sus compañeros observan el panorama desde las alturas de la tanqueta y a través de la trampilla mientras escuchan a los perros ya a sus espaldas. Tienen que actuar rápido o volarán en pedazos ¿pero que van a hacer?

Nairobi no a podido salir de la tanqueta pero sus compañeros si cabrones... y en vista del poco tiempo que queda no se lo piensa dos veces y se lanza a desactivar la bomba. Parece realmente complicada con tanto botón y cables, asi que procura como buen aficionado al cine corta todos los cables menos el rojo y el negro ¿como? a bocados no hay otra.

Finalmente solo le quedan esos dos. Se saca una moneda del bolsillo y decide que se lo jugara todo a cara o cruz. Lanza la moneda y la tapa. Cara rojo cruz negro. Y sale:

Cara...

Por un momento se para a pensar y finalmente...

-Hermano no me falles. Y corta el negro...

Keira intenta saltar a la otra tanqueta antes de que en la que estaba volara por los aires.

Ramón, que había visto de primera mano lo que había en la otra tanqueta cuando Li Lee se cayó dentro, decidió que lo mejor dada la situación era echar a correr, de modo que eso hizo. Cuando llegó a un determinado punto que consideró lo suficientemente lejano se echó al suelo boca abajo y se sujetó la cabeza. Cerró los ojos y apretó los dientes...

-Lo siento tio, no me gusta dejarte aqui, pero es muy tarde para salvarte, suerte.-le digo a Nairobi antes de saltar del tanque hacia el otro, pero me quedo corto e intento alejarme lo que puedo.

La tanqueta explota con tanta fueza que sacude la misma tierra y desplaza la tanqueta de al lado varios metros. El cuerpo de Nairobi se desintegra totalmente al mismo momento que la carrocería de la carreta se convierte una honda expansiva de metralla que, como lanzas salidas del fuego, cortan y machacan a Kyle y Keira que mueren sin siquiera enterarse de que les ha sucedido. La japonesa había estado a punto de meterse en la otra tanqueta, por unos segundos no lo consigue y su es cercenada por un trozo de chapa de la tanqueta. La cabeza de esta sale volando hasta impactar en el Padre Ramón, el mudo espectador de todo aquel desastre. Los perros también habían sufrido el brutal impacto de la bomba quedando reduciodos a polvo canino, los únicos supervivientes de la manada se marchan aullando con trozos de metal reluciendo en sus lomos.

Esto es lo que hubiera pasado si Nairobi, tocado por el mismos Dios, no hubiera desconectado la bomba en el último segundo. Sus manos aún tiemblan, como esperando una explosión, cierra los ojos y los vuelve a abrir. Sigue vivo, no lo ha soñado. Realmente a desactivado esa jodida bomba.

En el exterior Kyle y Keira se lanzan contra la carrocería de la otra camioneta tapándose la cabeza. El padre se lanza al suelo apretando los dientes mientras espera la brutal sacudida.

Pero la explosión no llega, solo los ladridos de los perros que ya están junto a las dos tanquetas.

De la tanqueta de las serpientes sale volando un puñado de estas, troceadas, y asoma la cabeza del gigante sonriendo. Parece que ahora teneis dos tanquetas.

La voz de Li sale abajo, está en el suelo entre las dos tanquetas y grita lo que para todos es evidente.
Todos dentro de ras tanquetas!!

Los perros van a rodear las tanquetas y saltar encima en breve, todos estais más o menos a salvo menos el Padre que está levantándose del suelo y observando a la jauría.

Ramón ya estaba imaginando como los cuerpos volatilizados de sus amigos serían sus nuevos compañeros de viaje... pero lejos de que eso ocurriera, la explosión no tuvo lugar, no sabía exactamente por qué motivo pero el tanque no había explotado. De modo que volvió a la amenaza más inmediata: los perros, los malditos canes del infierno.

Ramón se levantó y sin mirarlos echó a correr en dirección a la tanqueta: prefería volar en pedazos a convertirse en improvisado Dog Chow. Gracias a su rápida reacción, el padre Ramón logró batir su propio record de velocidad. Incluso los perros, confundidos, ladraron al ver como un tipo tan viejo y hecho polvo conseguía emular al jodido Usain Bolt en una carrera. Parecía que, después de todo, Dios o quien demonios hubiera ahí arriba estaba echándole un cable al viejo párroco.

Cuando llegó a la misma tanqueta de la que había escapado, la escaló con la agilidad de un mono y se dejó caer dentro, casi sin mirar. A continuación, trató de decir una breve exclamación de triunfo antes de caer derrotado:

- ¡¡Chuparos esa, hijos de la gran chingada!!

-¡Keira!¡ayudame con la ametralladora!-digo echando un vistazo e intentando desencasquillarla, cosa que no me resulta demasiado dificil tras tanto tiempo usando armas-Ha sido facil.

La chica cae encima de la tanqueta protegiéndose para sufrir el menor daño posible con la explosión, pero después de unos segundos ve que no llega - ¿qué pasa? - pregunta confusa, pero ahora no era momento para pensar en eso, tenía una jauría de perros enloquecida por pillar bocado por lo que lo más importante era salir de allí.

Una ametralladora se encuentra sobre la tanqueta y Keira ve como Kyle puede arreglar la ametralladora sin problemas por lo que le deja a él el "honor" de disparar, ya que ella eso no lo domina demasiado bien, por no decir que no tiene ni idea. Por lo que intenta meterse dentro.

Corta el cable y....Nada.
Ni una explosión ni una luz cegadora ni el teniendo una entrevista con san Pedro. Lo habia logrado.
Se toca todo su cuerpo para ver si esta entero y grita de alegria cuando por ultimo lugar se toca en sus partes y se da cuenta de que aun puede tener Nairobis pequeñitos.

- Si tioooo siii, yujuuuuuuuu!!!! gritas mientras intenta salir fuera del tanque para celebrarlo con sus compañeros. Pero escucha gritar Li con lo que se da cuenta de que hay que salir cagando leches de alli. Espera a que se hayan montados todos y cierra la trampilla. Mira en unos de los laterales y ve una ametralladora.

-Miaaa grita a los cuatro vientos mientras la agarra con fuerza.

La japonesa de nombre chino se hace a los mandos de la ametralladora, cada algunos disparos la correa de la munición se encasquilla pero Kyle con una pericia casi sobrehumana parece que le coge el truco a encarrilarla y entre ambos se ponen a disparar a los putos perros.

Quien sabe, quizás Dios siempre a existido, salvo que cuando había miles de millones de personas viviendo era más dificil fijarse en algo concreto, elegir a quién ayudar y a quién no.
O puede que sea suerte, o que Murphy ahora ande vagando entre las legiones del infierno y sus malditas leyas con el.

La cuestión es que tras el milagro de Nairobi, este se encierra en su tanqueta y una de las ametralladoras de la misma empieza a rugir llevándose por delante a unos diez perros.
Desde arriba de la otra tanqueta la ametralladora revienta a un par de perros y hiere a unos tres más que se dirigen hacia el padre y se estrellan contra la tanqueta cuando este salta apenas unos segundos antes arriba de este para saltar en su interior casi como un ninja.

Los cinco perros llenos de plomo se alejan sin mirar atrás, parece que al contrario que los humanos nomuertos los animales aún conservan su instinto de autoconservación.

Keira y el padre cuando saltan dentro de la tanqueta ven el suelo repleto de serpientes cortadas y pisadas como una tortilla y al gigante sentado en uno de los banquillos laterales saludándolos.

Todos se quedan un momento esperando, y es verdad. Hay silencio y tranquilidad. Cuanto durará no lo sabeis pero seguis estando vivos, de hecho os sentís más vivos que nunca.

¿Es... estamos vivos!!!

Ramón aún se encontraba espanzurrado en el interior del tanque, casi sin poder moverse debido a los nervios, el miedo y el cansancio. De repente, tras la pregunta de Lee, Ramón empezó a reir con fuerza, como hacía años que no hacía.

Seguían vivos, joder, seguían vivos.

Tras un minuto riendo y llorando a lágrima viva, respondió a la chica zarandeándola por los hombros:

- ¡¡Sí!! ¡¡Estamos vivos!!

Cuando por fin consiguen poder salir de la maldita tanques a Nairobi le parece que dia que hace es el mas cojonudo de toda su vida. no le importa si no hay pajaros cantnado ni un sol radiante arriba en el cielo. Esta vivo y eso despues de la jodida situación de antes es mas de lo que podria esperar.

-Joder, si estamos jodidamente vivos...pero tenemos un problema....YO SIGO CON HAMBRE.

Cuando me doy cuenta que todo ha pasado caigo de culo sobre el tanque, aliviado-Nairobi, eres un jodido suertudo.-tras tomar un poco de aire me pongo en pie y me dirijo al otro tanque-Saquemos los cadaveres de este y llevemonos ambos tanques

Entre todos -salvo el gigante que parece dormitar felizmente dentro de la tanqueta que a vaciado de sacan los cadaveres de ambos vehículos y al cabo de diez minutos los tienen apunto.

Los primeros intentos de arrancar ambos vehículos fracasan, aunque Keira cogiendo piezas de aquí y allá, al igual que gasolina consigue ponerlos apunto.

Ya solo falta que os repartais entre la tanqueta de las serpientes y la de la bomba (así las habeis bautizado)
Eso sí, estais algo alejados de la estación por lo que la maraña de coches esparcidos no es tan compacta y podeis avanzar etnre ellos lentamente. Cuando mása os adentreis mas complicado será conducir entre los coches, aunque si podeis conducir varias calles en la seguridad de la tanqueta, bienvenidas sean.

Keira estaba más que feliz, no sabía que sentimientos tener en estos momentos, estaban vivos de momento y con dos tanquetas que intentaba poner apunto - esto es... increíble - murmuraba para sí, aun no se lo creía del todo, nunca había creído en nada pero esta suerte era muy extraña.

Bueno podemos dividirnos en dos grupos de tres - dice sopesando las posibilidades - o bien ir todos en una, aunque tendríamos más espacio y cobertura yendo en dos diferentes, ¿qué decís?

-Me parece mejor ir en dos. Sobre los equipos, yo propongo a Li, el padre y el grandullon en uno y tu, Nairobi y yo en el otro, asi estaran mas o menos compensados.-digo pensando-Aunque podeis ir como querais.