Partida Rol por web

Solo fue un instante, una extraña sensación casi imperceptible. Como si un leve hormigueo o corriente eléctrica hubiese traspasado su cuerpo desde la cabeza a los pies en cuestión de milisegundos. Y entonces algo extraño ocurrió en Samuel que era incapaz de comprender y que le confundía sobremanera. ¿Estaba reviviendo nuevamente lo acontecido breves instantes antes?

La canción de "rats" había comenzando a sonar en la jodida radio, otra vez. Resultaba extraño, eso era innegable, pero a veces hasta los locutores profesionales podían cometer un error y repetir una canción por despiste. Hasta ahí bien. La llamada de Bruno por el smartphone y verse sujetando el cepillo de dientes ya empezó a alertarle ¿Se habría olvidado de decirle algo importante? ¿Por qué sujetaba el cepillo entre los dedos si había acabado de lavarse los dientes? Pero todo empezó a colapsar en su mente cuando volvió a escuchar las mismas palabras, con el mismo tono de voz, con el mismo problema entre manos que habían acordado que solucionaría yendo para allá. ¿Pero qué demonios?

Samuel no salía de su asombro, sus dientes estaban por lavar, no había duda alguna puesto que le apestaba un poco el aliento, lo que le molestaba sobremanera al levantarse por las mañanas...y mientras tanto, Bruno empezando a ponerse nervioso... Entonces habló. Cómo en modo automático. Siguiendo la misma conversación exacta que momentos antes habian mantenido. Escupiendo el agua de su boca tras balbucear la misma frase, comentando el mismo plan absurdo que claramente la madre de Bruno rechazaría pero con el que había estado bromeando con su amigo minutos antes,... raíces étnicas, multiculturalidad, nuyoricans, boricuas y memeces varias. Bruno respondía de igual forma a sus comentarios y eso era imposible. Ni en sus mejores sueños Bruno podría haber hecho una interpretación tan soberbia e idéntica como aquella. No estaba ensayado. No era una jodida broma. Estaba reviviendo el momento como si hubiese viajado al pasado. ¿Era posible?

Entonces decidió hacer algo distinto, improvisado, justo cuando estuviese terminando Bruno su broma de la voz ilusionada de niña cambiaría de respuesta para ver si el curso de la conversación cambiaba radicalmente o si seguía de igual manera.

... vente pá casa y luego vamos al desfile, te mueres por ir, lo intuyo por tu voz de niña ilusionada....

Anteriormente me reí a gusto por la broma y empecé a dar por finalizada la conversación pidiéndole que le échase huevos, que rebajara los ánimos de su vieja y que se vistiese con ropa elegante, que en 15 minutos iba a su casa... ¿Qué pasa sí...?

¡Por cierto tío! ¿Sabes algo del tío al que le han abierto la cabeza y lo han encontrado muerto en el parque Long Island? Estoy seguro que habrá movida chunga esta noche si el tipo era miembro de alguna banda local ¿Te suena quién pueda ser? ¿De los Latin King o los Bandidos? Entiendo. Pues bro, si lo que dicen es cierto y esta noche van a correr los mejores miembros de las dos bandas enfrentadas, va a estar jodido de cojones ganar como el año pasado,...sabes perfectamente que van a ir con todo y que yo no pienso ceder, estaré en la final y los barreré aunque después quieran partirme la cara porque un pijo novato les haya reventado el ojete... ¿Me defenderás tú y los tuyos? ...Gracias tío, a ver si tú también te metes en la final este año... Pff, todas las burras van a ser pepinos como las nuestras, estará tajo parejo y se decidirá por mínimos detalles... ¡Puta  Madre, me muero de ganas de tirar a fondo!

Bueno Bro, cuelgo ya. Voy volando a tu casa, tardaré unos quince minutos... Vístete elegante y ves convenciendo a tu vieja de que te vienes conmigo. Se alegrará de verme, sé que le caigo bien... básicamente porque piensa que soy una buena influencia para su hijo y no tiene ni zorra idea de quién soy en realidad, jaja.

Desde luego, todo el resto de la conversación había cambiado y era francamente sorprendente. ¿Podría repetir algo así en el futuro y regresar en el pasado si deseaba algo con todas sus fuerzas? ¿o había sido un hecho completamente aislado? Más tarde lo intentaría de nuevo. Ahora debía vestirse acordé a la temática de este año para acudir al desfile, vistiendo un elegantísimo y caro traje negro bordado con plata, época barroca, sombrero de copa y bastón a juego, con el que sin lugar a dudas sería el foco de atención y miradas,...  y  después, mover el culo cagando leches a casa de Bruno...

Malcolm no pudo acomodarse en el asiento del co-piloto para cerrar los ojos y relajarse un poco como había planeado ya que su nueva compañera no era de las que se dejaban mangonear y lo demostró tanto con palabras como con acciones. Pese a que había pasado olímpicamente de ella cuando comenzó a hablar sobre un no iba a recibir órdenes, no pudo evitar reaccionar cuando le tiró el post-it a la cara y vió como conducía en dirección contraria a su destino. Parecía que Lee no sólo le había castigado poniéndole una compañera, sino que además era de las duras.

La joven comenzó a hablar para poner el punto sobre las íes y eso impresionó a Malcolm, puesto que la mayoría de la gente ni se dignaba a hablarle o si lo hacían eran frases concisas para evitar una conversación. La gran sorpresa fué cuando escuchó que había cabreado al jefe, y en parte se sintió decepcionado ya que pensaba que él era el único que podía cabrear de verdad al Teniente ¿Que habría hecho la joven para enfadar a Lee? La chica tenía razón en varias cosas, y no era justo pagar con ella los platos rotos, así que tragándose ligeramente el orgullo cambió un poco su actitud de dejadez aunque su cuerpo le pesaba cómo si fuese un luchador de sumo. -Long Island está precioso en esta época del año, pero da la vuelta. Vamos a la 108, entre la 47 y la 48, al taller de César Durante unos segundos se quedó callado, jugueteando con los dedos en el reposabrazos que estaba pegado a la puerta, hasta que se decidió a preguntar -¿Que hiciste para enfadar al Teniente? No pareces de las que llegan tarde y sin asear.

Aquel lugar tenía clase, a Kaya le quedó claro nada más poner un pie dentro, y no le hacía falta ver la carta para imaginar que sería caro, se mordió el labio inferior pensando que no debería haber aceptado la invitación de Jonathan, ahora se sentía culpable.

Jonathan hasta había reservado una mesa a la que el maitre les condujo y los dos tomaron asiento. Cuando Kaya cogió la carta y observó por encima lo que había la soltó negando con la cabeza.

- Jonny, esto es carísimo para desayunar, eres un cielo pero me va a sentar mal solo de pensar en la cuenta, ya ya se que invitas tú, y es por eso mismo….

Sabía perfectamente la reacción de su amigo, iban a desayunar allí si o si, y él iba a pagar, le encantaba dar caprichos a su amiga, caprichos que sabía que ella no podía permitirse y solo verla sonreír le hacía sentir bien.  Kaya ya sabía de sobra como era él, le quería como al que más pero en ocasiones sentía que la mimaba demasiado y se sentía culpable por ello.  

- Vale vale… pero elige tú… y que no tenga muchas calorías o te arrastraré a gimnasio conmigo señorito.

Kaya sonrió con dulzura a su amigo, el sabía que le encantaba el chocolate y la combinación de salados, seguro que elegía bien, además de que la conocía tan bien como para saber que no engordaba con facilidad y que su cuerpo quemaba prácticamente solo aquellas bombas de calorías, siendo aquella amenaza era más una broma que otra cosa.

La mujer miró a Matt con cariño, era curioso cómo la vida podía llegar a cambiar. Había sido madre soltera por primera vez hacía 13 años, obteniendo a su hija Lily como resultado. Posteriormente conoció a un hombre que le prometió que siempre querría y cuidaría de ambas, pero aquello resultó ser la mayor mentira a la que jamás se había enfrentado. James Slam era un hombre colérico y de mano demasiado larga, actitudes que se reflejaron cuando su hijo menor de nueve años nació. No soportaba el llanto del bebé ni la poca disposición sexual de la muchacha, la cual pasó por un momento depresivo que jamás contó a nadie, y es que bajo las cientos de capas de dulzura y bondad, existía una Miracle cargada de miedos, complejos y secretos.

Y ahora estaba con él. No era el tipo más atractivo de Nueva York. De hecho podía considerarle bastante feo. Pero su fácil conversación, su trato delicado con ella y el hecho de que parecía no cansarse nunca de satisfacerla, consiguieron que de alguna forma comenzase a estar más cómoda de lo que en un principio supuso que ocurriría. Había retomado su vida sexual y de qué manera, Miracle no esperaba a que él fuera a buscarle, ya estaba dispuesta ella de dar el paso para incitar al varón y provocar momentos eróticos dignos de película con dos rombos.

- Esta noche nos vemos... - le dijo antes de marchar por la puerta del piso -....son muchas horas, no dejes de pensar en mi... - le da un beso intenso en los labios antes de marcharse -... ten buen día cielo... - y así se retiró la bonita mujer sin expresar una realidad, estaba muerta de miedo porque Matt aceptase a sus hijos, y es que aqueñño podía resultar el antes y el después de la relación que entre ambos había comenzado a surgir.

El hombre se movía nervioso por el estudio de grabación, desde la zona de captación, que era la parte insonorizada de aquel espacio donde el sonido se producía, y la de control donde se grababa y procesaba el grabado, para darle una forma final y adecuada para su salida al mercado.

No era para menos. Matt siempre era puntual, solía llegar con tiempo más que de sobra para calentar, charlar e incluso tomar un café juntos. Y aquella mañana estaba sin su dosis de cafeína, y sin que su bajista hubiera calentado para la llegada del youtuber al cual deseaban extraer su esencia, pues eso era la música para aquellas personas que no se dejaban vender con cualquier porquería del gran mercado global. Las joyas musicales de ese estudio de grabación eran únicas, frescas, carentes de influencias previas de otros artistas. Música pura en el sentido más estricto de la palabra.

- Bassman, ya pensé que no llegabas...., ¿qué cojones te ha pasado?.... - Richard era un buen tipo, a veces decía cinco tacos por oración, pero la confianza que entre ambos fluía denotaba buen rollo y amistad, no era una recriminación a las malas, sino una clara preocupación por el tipo que siempre cumplía con él y del cual no dudaba, seguiría haciéndolo.

El dueño del estudio echó hacia atrás sus cabellos rubios oxigenados, los cuáles necesitaban algún que otro lavado, no es que fuera su colega demasiado escrupuloso con su aspecto, para contrarrestar en virtudes, era un tipo de fácil trato, un lince para los negocios y bastante fiel con la gente que merecía la pena, laboralmente hablando.

- Ve calentando joder, que la sesión de hoy va a ser la polla... Daniel Harris se llama el tipo que va a venir, es guitarrista y vocalista, por su aspecto nadie diría que pueda saltar a la fama y tener un club de fans femenino, pero vaya, toda esa mierda me sobra, cuando lo escuches ya me dirás qué te parece..., tiene potencialidad de ser un boom comercial si le damos un marketing adecuado.... Y ya sé que eso no te gusta, pero un contrato potente nos puede retirar de currar mínimo tres años..., el hombre es un jodido crack...

La duda en Richard determinaba una cosa, el dueño del estudio quería su opinión de profesional, y es que a pesar de tener renombre y experiencia en ese campo profesional, las ideas de otros músicos podían mejorar la propia, y con grabaciones espectaculares de tipos como aquellos, podía dar un paso a convertirse en su agente, algo que en alguna otra ocasión había hecho, y es que así ganaba lo suficiente como para vivir temporadas sin dar palo al agua.

En aquel instante llegó el hombre al que esperaban, su aspecto era un tanto vulgar, tal y como Richard había insinuado. El dueño del estudio se fue a charlar con él para tratar temas económicos antes de dar comienzo a la sesión, y así permitía un cierto espacio temporal a Bassman, el cuál aún debía calentar los dedos para pasarlos por habilidad por el mástil de su bajo, aunque claro, ¿no había ensayado ya bastante con los bajos de Miracle?....

La conversación con Bruno Evans transcurría tal y como hacía unos minutos había sucedido, de manera idéntica, inmutable, hasta que Samuel decidió, mostrando una clara creatividad, cambiar el curso del diálogo, preguntando por el tipo que había aparecido muerto, cambiando radicalmente la respuesta de su amigo.

- ¿El tipo de treinta y tantos?..., ni puta idea, a saber con quien cojones se relacionaba o a quién tocó los cojones... psss...., he escuchado la noticia en la radio y no se sabe nada de que estuviera relacionado con bandas, pero si lo estaba, ten por seguro de que esta noche no merecerá la pena ir a ningún lugar, porque más que carrera de motos lo que habrá será un reventar de cráneos o peor, algún loco pegando tiros... Me intentaré enterar..., si el muerto es de banda pasamos de lo de esta noche..., si no..., a muerte bro..., que los Black Phantom tienen un nombre que mantener.... - a decir verdad Evans podía defender a Johnson de cualquier movida en la que se metieran, pero él no era miembro de banda alguna y pelear contra grupos callejeros organizados y de origen latino era suicidarse. Bruno mataría y moriría por él, pero no debían olvidar que los dos juntos eran solamente eso, dos en una ciudad donde los barrios bajos eran amplios y donde casi cualquier cosa tenía un precio.

Habar de motos siempre podía alargar la conversación entre ambos, lo cual marcaba una diferencia significativa con lo que Johnson había vivido en la primera llamada, por lo visto el pasado podía cambiarse..., ¿y el futuro?...¿se podría?....

- Joder, ten por seguro de que motos potentes habrán muchas, y si vamos más allá de las apuestas de Parker, quizás podamos ganarnos alguna si retamos directamente a los competidores..., algunos tienen buenas burras y poca habilidad, tú sabes... - le dice tras reír levemente -... joder mi vieja..., ya le voy calentando la oreja, si cuando vengas no me ves, es porque me habrá llevado a la iglesia, así que pierde el culo pá venir pa cá.... - le indicó con cierta dosis de prisa al recordar que la máma era la jefa de su clan familiar.

El tráfico hasta la casa de Evans era fluido, se notaba que la hora punta ya había pasado y que la ciudad estaba despierta,  sobre todo por los transeúntes que aprovechaban el domingo para pasear, muchos dirigiendo sus caminos hacia Central Park o cualquier lugar lo suficientemente amplio como para poder pasar el día entre amigos, familiares o mascotas. Había de todo un poco, pero se agradecía este movimiento tan alejado de la rutina caótica de un día entre semana en la gran Manzana.

Samuel se dirigió hacia el Bronx, y como siempre las miradas de las personas que vivían en aquel barrio quedaban prendidas de su moto, un modelo realmente bonito y que determinaba que eras un tipo con dinero, nada que ver con los que habitaban en aquella región de la ciudad. La casa de Bruno era uno de esos apartamentos de tipo colmena donde casi podías escuchar la respiración del vecino de al lado, y su vivienda estaba en el segundo piso. 

Cuando te aventurases a subir hasta la casa de Evans y llamases a la puerta te recibiría el ser más angelical que jamás hubieras visto:

Bueno, en realidad el ser angelical no era quien abrió la puerta, pues lo hizo la madre de Bruno, una mujer que por lo que sabías, era de armas tomar e iba vestida de domingo, lo cual solo significaba una cosa, iba a misa sí o sí. Y la muchacha que estaba a su lado, una joven muy bonita, iba decorosamente arreglada, probablemente como para ir también a la iglesia. Ella levantó su mirar hacia Samuel y le sonrió levemente, clavando su castaño mirar en el rostro del muchacho, sorprendida quizás de su aparición.

Se escuchaba música latina a todo volumen en el edificio. Probablemente del vecino de al lado, probablmente este tipo de sonidos desagradase a alguien que adoraba el jazz, y es que determinada música actual debería ser erradicada del planeta tierra:

https://www.youtube.com/watch?v=4j725wScY0E

- Bruno no puede ir contigo hoy, se viene a la iglesia, es domingo, el día del señor... - dijo la madre de Evans rompiendo el encanto del momento -... pero si quieres puedes acompañarnos... - le dijo a la señora a Johnson antes de intentar siquiera convencerle de nada.

Detrás de ellas aparecía su amigo vestido de naranja y con cara de pocos amigos, y es que estaba claro que habían guerras inicialmente perdidas. Aunque...¿y si Samuel conseguía convencer a la señora?....

- Ay tita..., déjelo estar..., ya le acompaño yo... - dijo la muchachita con amabilidad, estaba claro de que ella iba a la iglesia por convicción propia o quizás simplemente por amabilidad....

La muchacha iba con el ceño fruncido, literalmente enfadada por la actitud del detective, pero al escuchar sus primeras palabras, pudo notar Kabulski de que ella relajó su semblante y ya no apretaba el volante del coche como si desease estrangular a alguien. Lexi asintió a la sugerencia de que diese la vuelta, así que continuó su avance hasta el primer cambio de sentido que provocó un giro de 90 grados en la dirección que estaba tomando, reculando en la carretera hasta que llegase casi a su posición original.

- De acuerdo, la 108... - comentó ella con bastante más suavidad de la inicial, por lo visto era una mujer que podía adaptarse con facilidad a las situaciones, siendo dura y terca si se la retaba, o razonable si la situación así lo requería -... no conozco ese taller, si te soy sincera soy de moverme poco en coche, de hecho no tengo el carnet...., pero me gustan mucho las bicicletas, tengo la mía en la puerta del trabajo, aunque no es un tándem... - dijo asomando la primera sonrisa de entre sus labios, haciendo alguna que otra S en la carretera.

La pregunta sobre qué hizo para cabrear al teniente provocó que volviera a ponerse seria, le era vergonzoso tener que decir el porqué, ya que explicar que al no aceptar la invitación a cenar de James Lee le impedía que pudiera abrirle las piernas... En definitiva aquello era una acusación muy grave, y más si no tenía pruebas que respaldaran sus palabras. Si decía eso y el detective hablaba más de la cuenta podían abrirle un expediente por difamación, o peor aún, que nadie creyera su postura, siendo una paria entre los propios compañeros.

- Será porque no me callo una y siempre que puedo le llevo la contraria... - no era una mentira en el sentido estricto de la palabra, aquello también era verdad, su capacidad para expresarse con claridad hacía que más de uno se sintiera incómodo a su lado, y quizás a Lee esa faceta suya también le desagradase, como cuando le llamó adúltero de mierda.

La muchacha conducía a pesar de lo dicho por la carretera, mirando de reojo a su compañero.

- Por cierto sí que tengo el carnet de conducir..., me apetecía saber cómo eres de bueno aguantando la presión... - expresa con una sonrisa -... bueno vamos al caso..., nos dirigimos al taller del César según tus palabras..., si el tipo sabe de carreras de motos ¿tú crees que será sincero cuándo le preguntemos?..., ten en cuenta de que si vende a sus propios clientes, no tendrá beneficios económicos..., y si mi lógica no falla, el secretismo que rodea a esa afición debe mover mucho pero que mucho dinero en recambios, piezas y mano de obra... ¿por qué te decides a ir allí a hablar con ese mecánico?....

Aunque de camino a casa Bruno el tráfico fue fluido y Samuel pudo llegar sin ningún contratiempo y en tiempo récord, nada más llegar, en cuanto estacionó su motocicleta y llamó al timbre, pudo entre ver que las cosas no iban a ser tan fáciles como en ocasiones anteriores. La mujer que abrió la puerta no fue ni más ni menos que la madre de su compañero, que como no podía ser de otra forma, ya estaba preparada para ir a misa y dispuesta a salir, pero no sola, si no acompañada por su hijo y...¿Quién demonios era esa preciosidad? Tenía un rostro angelical y una sonrisa encantadora, y su dulce voz y delicados gestos le atrayeron mucho, ¿Sería familia directa de Bruno? ¿Por qué no le había dicho nada?

Durante un breve lapso sus miradas se cruzaron y quedó embelesado por su belleza, y aunque percibió que la muchacha le sonreía discretamente, Samuel se recompuso y no tardó en responderle a la madre de Bruno, quién se había dirigido a su persona. 

- Buenos días, señora Evans. Es un placer volver a verle y siento si he llegado en un mal momento, parece que ya teníais un compromiso... - empezó a dialogar Samuel consciente de que debía simular que el encuentro era casual y que no estaba acordado de antemano. La verdad es que se le daba bien aquello, pero solo con una simple mirada al entorno era consciente de que iba a ser casi imposible lograr su propósito. Bruno necesitaba ser librado de ir a aquella ceremonia fuese como fuese, pero por otro lado sentía curiosidad por la joven que les acompañaba y no quería quedar mal con la madre de Bruno, la cual las pocas veces que habían coincidido siempre le había tratado realmente bien. ¿Cómo podía encontrar una excusa lo suficientemente convincente para lograr su propósito? Le prometí a Bruno que en cuanto se celebrase el desfile del Día Nacional de Puerto Rico, que conmemora el apoyo a la multiculturalidad, las raíces étnicas y su tradición, lograría unas entradas para visitar la emblemática Torre Trump y observar desde esas privilegiadas vistas la ciudad y la fiesta. Entiendo que hoy también habrá más movimiento en su comunidad e iglesia por la misma razón, tanto de turistas que quieren ver una misa Gospel por primera vez, como de familiares que hayan podido desplazarse aprovechando el desfile, por lo que habrá masificaciones y largas esperas... ¿Le importaría ser tan amable de hacer una excepción para que no deba cancelar o perder el dinero de las entradas, y permitirle acompañarme hoy? También pensaba llevarle a la Universidad de Columbia para enseñarle los proyectos que hemos hecho y llevarle a algunas conferencias y seminarios. Hoy es uno de los pocos días que celebran este tipo de jornadas en la institución, y que cualquiera que no sea estudiante o docente del lugar pueda acudir, si logra una acreditación, y yo puedo conseguirlas, incluso para la hermosa joven si le agradase la idea de acompañarnos... La verdad es que me costó organizar todo, pero le debía eso y mucho más a Bruno por haberme ayudado en el taller todos estos meses a poner a punto mi motocicleta... ya sabe las horas y horas que hemos estado dedicándole. No obstante, si se niega lo entenderé y no insistiré ni me parecerá mal, de verdad. Ante todo siempre he respetado y respetaré sus creencias... 

 La jugada ya estaba hecha y ahora tocaba apelar a que hubiese sido suficiente como para tocar la fibra sensible de la madre. ¿Tener que cancelar unas entradas? ¿Privarle a su hijo de acudir a una de las mejores universidades del mundo, a un desfile que apoya la multiculturalidad, las raíces etnicas y las más nobles tradicionew puertorriqueñas, a visitar una institución emblemática como era la Torre Trump, presidente de los EEUU? ¿Privaría a Samuel de demostrarle todo el agradecimiento que profesaba a su hijo y del detalle de haber preparado todo? ¿No era en realidad la primera vez que le había pedido que hiciese una excepción? Samuel sería un jodido abogado algún día y ya estaba empezando a dar muestras de ello...

La situación parecía haberse relajado un poco entre los dos compañeros y ya estaban encaminados hacia el taller de César. El comentario sobre que no tenía carnet hizo que Malcolm levantara una ceja sorprendido por esa revelación ya que en la academia solían dar cursos de conducción y era necesario pasar un examen para graduarse. De todas formas, no era descabellado que un examinador pasase eso por alto si el cadete tenía buenos contactos. Malcolm miró fijamente a Lexi a ver si su rostro le fuera familiar ¿Hija de algún comisario? ¿O de algún político? La joven siguió hablado sobre bicis, y Malcolm se agotó sólo de pensar en moverse por la ciudad con bici evitando coches, peatones y tragándose todo el humo de los coches y autobuses. La joven policía volvió a sorprender al detective al hacer un chiste hablando de tándem y cambiando su semblante serio de hacía unos minutos a una ligera sonrisa. Desde ligero la chica mejoraba cuando sonreía, pero Malcolm no se lo diría ya que no quería incomodarla.

Malcolm vió como la media sonrisa de la joven desaparecía para regresar a un semblante serio a raíz de la pregunta sobre el Teniente Lee, y se dió cuenta de que había tocado un tema peliagudo. Lexi tenía carácter, y ese mismo carácter había cabreado a Lee, por lo que ganó un punto para la opinión de Malcolm No es de las que se dejan pisotear, ¡Bien por ella! Necesitará esa actitud para progresar en esta profesión

Al final reconoció que si tenía carnet y que todo fué una prueba... Se necesitaba algo más para que Malcolm se pusiera tenso, y lo hubiera conseguido más fácilmente hablando de temas personales. Por suerte, la chica comenzó a preguntar sobre temas del caso, y ahí Malcolm se sentía mucho más en su salsa -César nos ha servido en más de una ocasión como informador. Hace unos años le pillamos con un negocio turbio entre manos y para evitar la carcel se ofreció a colaborar con nosotros. Es verdad que puede perder mucho dinero, pero si nos putea tiene mucho más que perder que un puñado de dólares. Hacia mucho que Malcolm no veía a César, así que era posible que le pusiera las cosas difíciles por los que necesitaría pensar en un plan b -Para un segundo, vamos a cambiar. Dijo Malcolm mientras señalaba un parking de un McDonalds -Cuando lleguemos al parking, tú quédate dentro del coche y procura que no te vea Cosa que era fácil teniendo en cuenta que las lunas estaban tintadas -En caso de que no pudiera sacarle nada, nos iremos, daremos una vuelta a la manzana e irás tú andando hasta el taller. César es el típico latino de sangre caliente, así que no sería extraño que si le preguntas sobre las carreras de forma sensual hable más de la cuenta, ¿Si te parece bien? A Malcolm no le gustaba la idea de usar así a su nueva compañera, pero quizá era la única forma de conseguir información.

Jonathan era un tipo que solía estar en todo, y cuando se percató de la incomodidad de Kaya, quiso quitarle hierro al asunto y es que lo que menos deseaba era que ella no disfrutase del lugar y de la comida.

- Seamos prácticos Kaya, ya sabes cómo soy y no me van las filosofías de decirte que tú te lo mereces todo, que también es verdad... - sonríe levemente - ... Yo trabajo para vivir bien, y ¿qué significa para mi vivir bien? Pues invertir lo que tengo en disfrutar de las personas a las que quiero, y tú estás entre esas personas... Me encanta el compartir mi tiempo contigo y no quiero morir siendo el tipo más rico del cementerio, sino el que más haya disfrutado de los pequeños momentos... No sé si compartes mi forma de ver la vida, pero sea como sea, no te preocupes si no quieres pedir, ya lo hago yo por los dos, y como sé tus gustos... - no se callaba una, tenía la sartén por el mango.

El hombre abrió la carta y sonrió casi al instante, sabía exactamente lo que ella podía valorar de amplia gama de exquisiteces que podían servirles en aquel lugar

- Uno de smoked salmon tartine, una quiche Lorraine, un croissant de jamón y bechamel, un sandwich de pavo asado y dos chocolates calientes.... - la mira esperando que hubiera conformidad, cualquier sugerencia que hiciera la tendría en cuenta de inmediato, y es que deseaba agradarle y pasar un día espectacular a su lado -... por supuesto nada de esto engorda, porque después vamos a ir a la quinta avenida a bailar ritmos latinos... - odiaba bailar, el prefería cuando salía la tranquilidad de una barra donde apoyarse -... Por cierto, ¿qué tal te ha ido esta semana? ¿todo bien en el trabajo?

Mientras mantenían la conversación, uno de los camareros fue a tomarles nota, no tardando prácticamente nada en servirles posteriormente, estaba claro que en aquel local el cliente era atendido de manera excepcional, y por supuesto, por ello sus precios eran como eran.

El desayuno podía ser magnífico. Buena comida, una compañía perfecta, un ambiente selecto, un tema de conversación que se basaba en el futuro de ella como modelo y camarera...

Pero como siempre, había algo que podía arruinar aquel magnífico encuentro, y es que cierta persona conocida por Kaya entró en el restaurante Balthazar, una mujer que conocía muy bien y a la que no debería tener mucho aprecio, Nathalie Darrell, una modelo a la que contrataban muchas más veces que a ella misma, una dama con escasa moral, elevada competitividad laboral y personal. 

La mujer entró con porte distinguido en el local, y no pasó desapercibido que los camareros se volcaban en ella, haciéndole casi la reverencia, acompañándole a una de las mejores mesas de la sala. Fue entonces cuando ella se fijó en ti y levemente sonrió. Sus sonrisas podían competir con las de Satanás cuando recaudaba almas....

Me encontraba en mi salsa... con un modesto amplificador marshall de válvulas del 72... una joya... era lo que más apreciaba del estudio de Rick, ese pequeño amplificador, la pureza del sonido que ofrecía era pura magia. Una luz roja sobre la puerta me avisó de que debía pasar al estudio en si, el guitarra había llegado... bien, vamos a ello - pensé

El tipo parecía sacado de la facultad de informática... desde luego parecía cualquier cosa menos un músico, no obstante, ya lo había visto tocar en youtube y el chaval sabía lo que se hacía. Era uno de tantos virtuosos que poblaban la red, buscando su hueco... por mi parte, aportaría mi granito de arena, experiencia y saber hacer sobre el mástil, pero dudaba mucho de que sus composiciones pudieran servir para algo más que unas decenas de miles de visitas...

Hola, soy Matt, tu bajista - le dije, tendiéndole la mano. El chaval me miró, y vi duda reflejada en su semblante. Supongo que esperaría alguien más joven, quizás más capacitado... ese tipo de actitudes las odiaba. Bien, tú mismo, veremos si bajo esa capa de soberbia existe algo más - pensé

Comenzamos con unas frases en si bemol, unos riffs sencillos para acompasarnos y terminar de ajustar el sonido de ambos instrumentos... el tipo fue poco a poco subiendo la velocidad y la dificultad, pensando que no podría seguirlo... ¡ay! Que iluso el tipo... no solo le seguí, si no que doblé a la perfección cada nota que daba, me desmarqué subiendo una octaba para conseguir una armonía ciertamente complicada... y entonces ocurrió... sus dudas se transformaron en sorpresa... vi como observaba mi mano derecha, el secreto de todo bajista, con solo tres dedos conseguía una velocidad vertiginosa, parecía como si estuviese tocando con tres puas... 

Ahí andábamos cuando se escuchó a Rick por el altavoz... - jajaja, bien bien, ya vale, Matt, colega, ya has dejado claro que estás a la altura - dijo mi colega, saboreando cada palabra, pues eran pequeños momentos luego nos gustaba rememorar en el bar de la esquina con unas buenas pintas de cerveza - Matt, ahí tienes las partituras. ¿Qué os parece si ponemos la base rítmica del Running free para un último check y, si está todo ok, podemos comenzar... va a ser una larga jornada de trabajo... rock and roll!!! 

La muchacha mantenía la mirada fija en la carretera, disfrutando del trayecto de camino al taller de César, y es que había pasado de tener un compañero casi autista, que no deseaba interaccionar con su persona, a cambiar radicalmente para darle información y comentar una posible forma de trabajo entre ambos. Lexi atendía las palabras de su compañero con atención, pensando cómo abordar al contacto con el que se iban a entrevistar.

- Entiendo que si el mecánico tiene información sobre carreras ilegales, no vaya a compartir su saber con nosotros, y menos porque no podemos probar que sabe algo al respecto... Podríamos extorsionarle e incluso ponerle las cosas difíciles, pero si no quiere hablar porque le renta más su secreto, no lo hará..., y si le puteamos y realmente no sabe nada, estaríamos fastidiándole por nada....¿estás seguro de ir por las malas?... - pregunta ella ante el primero de los planes. Kabulski por lo visto también dudó puesto que una nueva idea le vino a la cabeza y como tal le fue formulada...

Lexi no podía creer lo que su compañero le pedía...¿ir ella de buscona y tantear al tipo para conseguir información al respecto? ¿de verdad esperaba eso?.... El concepto no le agradaba nada, pero analizando... ¿qué posibilidades había de que el mecánico fuera completamente sincero con un poli? Si debía sacrificarse para tener éxito en esta empresa lo haría, y es que decirle a Lee que era una fracasada era el último mensaje que deseaba transmitir, bastante dañado estaba ya su orgullo.

- Tu idea es nefasta... Veamos..., si tú vas a hablar y luego voy yo a hablar de lo mismo, es obvio que sabrá que soy poli y que es una trampa para sacarle información... Pero si primero voy yo buscando el sitio donde se va a celebrar alguna carrera de motos... quizás me vaya bien y si fracaso siempre podrás ir tú detrás para intentar convencerle o forzarle..., lo que prefieras.... - le razona la mujer parando el coche en la calle 108 con la 45 -... me voy de compras..., hay una tienda justo ahí que se llama "Oh So Dressy", voy a ponerme algo mono para gustarle al tipo latino.... - mira muy seria a Malcolm -.... pero no quiero ni una burla al respecto..., ¿de acuerdo?... No te haces una idea de lo que me cuesta hacer esto... - y dicho esto salió del coche, caminando con paso seguro por la calle hasta que su imagen se perdió de vista.

La mujer tardó quince minutos en aparecer, haciéndolo de esta guisa:

- Bien..., vamos a aparcar cerca del taller..., no sé si te haces una idea de lo que es andar con tacones... - y es que se había comprado unos excesivamente altos, obviamente deseaba llamar la atención del César, y si no conseguía la de éste, habían un par de muchachos que pasaban por la calle que sin ningún miramiento se quedaron mirando el trasero de la mujer antes de subirse al auto y volver a conducir hasta la 108 con la 48, donde se reparaban los coches -... Bien espérame aquí....

Lexi Taylor se apeó del coche y se dirigió con paso firme hacia el tipo que reconocías como el César, el cual tal y como dijiste, tenía sangre latina y no podía dejar de mirar a la mujer que delante de sí estaba. Para tu gusto el tipo babeaba demasiado, tocaba demasiado y la bonita policía mostraba su incomodidad casi abiertamente, retirando las manos del mecánico un par de veces...

La charla duraría unos quince minutos, Taylor se giró con una sonrisa en los labios y fue hacia el coche, pero el César la tomó del brazo y tiró de ella hacia su persona, aquel gesto no podía considerarse como tonteo en sí, podía pasar la línea de la agresión. Pero Lexi no deseaba desvelar su coartada, no agredió al tipo, no enseñó la placa.

La madre de Bruno escuchó tu saludo, entendiendo que aquel encuentro no había estado prefijado sino que era fruto del azar, algo bueno porque podía enfadarse mucho si intuía que su hijo pedía ayuda al "gringuito abogado", así era como le llamaba, para librarse de los oficios religiosos, un plan familiar que todos los domingos se realizaba.

- Hijito..., qué elegante vas... - le adula la mujer tomándole del antebrazo, en un gesto maternalista -...deberías haber consultado antes que haber sacado las entradas.... - dice ella moviendo negativamente la cabeza, pero curiosamente no era una señal de enfado, sino más bien intentaba expresar algo así como "qué alocada está esta juventud" -...¿y tú por qué no le dijiste que los domingos es el día del Señor?.... - recrimina a su hijo, el cual, con todo lo peleón que era en la calle, no tenía agallas frente a su madre, agachando la cabeza sumiso.

Lo siguiente que explicó Johnson a la señora Evans la dejó casi sin aliento. Su hijito Bruno nunca había tenido interés por los estudios y la aparición de Samuel en sus vidas estaba provocando que el alocado muchacho madurase. Últimamente no se le veía envuelto en peleas, de hecho hacía un par de años siempre estaba metido en todos los fregados con los tipos del barrio y le preocupaba que entrara en alguna pandilla. Y desde que apareció el gringuito esas movidas habían desaparecido. Lo que la pobre señora no podía siquiera intuir era que su querido Bruño seguía liándola, pero a mucha más distancia de casa, y siempre que veía problemas huía más rápido en su moto que corriendo, como en el pasado hacía.

- ¿A la universidad?.... - los ojos de la mujer estaban como platos, ¿podía ser su Bruno un intelectual? ¿uno de aquellos tipos de la tele que salían en programas ganando dinero por sus conocimientos?.... Y es que la mujer cuando pensaba sobre su familia no deseaba ver la realidad, pues ésta era tremendamente dura, era un chaval con pocas oportunidades para destacar en saberes, bastante si se sacaba un grado medio de mecánica, pues al menos eso le daría de comer..., eso y por supuesto, las carreras ilegales.... -... bueno, bueno, bueno gringuito..., el Bruno va con usted, y vos también señorita.... - le dijo a la muchacha que tenía al lado y era claramente su sobrina -....Mía, aprende de todo lo que veas, porque los que tienen mejores casas y coches son los que van a la universidad, y tú eres muy lista mi niña..., no te conformes con menos... - le dice la señora a la bonita muchacha tras acariciarle el rostro -... no me vengan muy tarde..., no quiero estar preocupada... - dijo la señora Evans antes de dar sus bendiciones para que pudieran partir

La muchacha parecía ser muy modosita y educada. Sonreía con suavidad, en un gesto de simpatía, mientras su tía hablaba no la interrumpía y afirmaba con la cabeza todo lo que decía, incluyendo cuando le indicó que iba a ir con los muchachos a la universidad para asistir a unas conferencias y ver proyectos.

- No se preocupe, nani..., que haré lo que me dice... - le responde antes de darle un suave beso en la mejilla a la señora Evans, y su oscura mirada, felina e interesante queda prendida de Samuel, sin intuir que en realidad le estaba mintiendo para tener una excusa con la que librar a su primo. 

Mía bajó los escalones del segundo piso hasta llegar a la calle, meneando el trasero con naturalidad en el proceso, quizás la mirada del muchacho se le fuera hacia la zona de las caderas, desde luego era una visión interesante, más que observar a su amigo Bruno. Ella miró la moto de Johnson con sumo interés y se gira hacia el muchacho.

- Ya que mi primo no nos presenta ya lo haré yo... Mi nombre es Mía Evans..., y tú te llamas... - hizo una pausa dramática, y es que el término "gringuito" no creía que le agradara demasiado.

A Bruno le faltaba bajar los escalones a saltos y de dos en dos. Librarse de la misa había sido su mejor satisfacción del día, y su recién adquirida libertad ganaba sentido por cada paso que daba hacia su magnífica moto. Llevaba dos cascos, uno de ellos se lo pasa a su prima una vez que están en la calle y el otro lo reserva bajo el brazo, no se lo pondría hasta que abrazara a Samuel.

- Joder bro..., ¿cómo carajos lo haces?... Llevo toda la puta mañana peleando y no ha habido forma... - mira a su prima y baja la voz -... ¿y cómo nos deshacemos de ella ahora?.... Si se entera de que vamos a las carreras de esta noche y se chiva nos matan..., joder, si mi madre se entera de que le hemos mentido caeremos los dos y esta vez yo no seré el primero...

Estaba claro que Bruno no había salido mucho con su prima a la calle, quizás por eso Johnson no la conocía y no sabía de qué iba aquel bombón, quizás fuera interesante saber hasta qué punto era de fiar.

- Mía ponte el casco y monta detrás de mi... - le ordena bruno en un tono machista, normalmente no solía hablarle así a las mujeres con las que alternaba, pero su prima ahora era su responsabilidad y no esperaba de su parte desobediencia alguna.

El día pasó bastante más rápido de lo que cabía esperar en un principio. El tal Daniel era bueno, muy bueno, y tenía encanto. Quien sabe, igual al final sale algo positivo de todo esto.

Nos despedimos a eso de las cinco de la tarde. Habíamos comido allí mismo, entre mástiles y cables, para no perder tiempo. No era lo que se dice barato reservar un estudio para grabar, y cada minuto cuenta. Y que carajo, somos profesionales, se lo que cuesta empezar, así que tocamos y tocamos hasta casi hacer sangrar nuestros dedos.

No recordaba a que hora habíamos quedado exactamente, demonios, que mala cabeza la mía. Pensé que Miracle saldría como muy temprano a eso de las seis y media o siete, así que después de su jornada aun quedarían cerca de dos horas hasta que fuese de noche, eso retrasaría la cena. Llegando a las 8, ella ya estaría allí, no sería ni muy temprano ni muy tarde. Si, a las 8. Decidido. Tenía tiempo de sobra, así que me encaminé a casa por la ribera del río Este y Harlem.

Conforme se acercaba el momento me daba más y más miedo enfrentarme a los hijos de Miracle, una adolescente de 13 años y un chaval de 9, ¿qué pensarían de mi? ¿Me verían como un fracasado? ¿Un pureta que daba sus últimos coletazos en el mundo del rock? ¿Sería aconsejable alquilar un traje? Jamás había usado uno, me sentía ridículo con ellos, si... yo tenía que aceptarlos, pero... ellos también tenían que aceptarme a mi... no podía fingir ser quien no era... Una camiseta de los Who y una camisa encima. Me recogí el pelo con un pañuelo negro y "olvidé" las zapatillas por unos viejos zapatones de cuero que me habían traído de Exeter, al sur de Inglaterra, que pese a tener ya bastantes años, seguían teníendo muy buen aspecto.

Y quedaba por último el qué llevar. Había pensado en una botella de vino pero... ¿para que coño iban a querer una botella de vino los chicos? ¿refrescos? Joder... andaba muy perdido en estas lides. Hablé con Rick en uno de los pequeños descansos que hicimos durante la sesión, y sus ideas era más extravagantes que las mías. Descartadas.

Al final opté por algo práctico y que siempre queda bien. Libros y música. Para ella elegí un clásico de la literatura sajona, los Cuentos de Canterbury, en una bonita edición. Y para él, no sabía sus gustos musicales, ni si los tenía, pero escogí un vinilo de U.F.O., Phenomenon, un clásico de 1974. Si no le gustaba, siempre podría venderlo, estos discos cotizaban bastante bien. Al menos, a ojos de Miracle vería que me esforcé en causar una buena impresión, regalando objetos con un alto valor personal.

8 y 7 minutos de la tarde. En el 137 de la calle 145 oeste... aun con algo de sol en el horizonte... (ring) pulsé el timbre de piso de Miracle...

Tal y como le explicó Lexi, su plan tenía un fallo muy gordo si no invertían el orden de acción y Malcolm se sintió idiota por no haberlo pensado antes de hablar. No, no se sentía idiota por no haber pensado en eso, se sentía idiota por estar trabajando con resaca y no estar al cien por cien a diferencia que su compañera Tengo que dejar de beber... O por lo menos de beber los días antes de venir a trabajar ¡Si fuese tan fácil....!

Cuando Lexi bajo del coche para realizar unas compras para la misión, Malcolm aprovechó para volver a descansar la vista con las ventanas bajadas esperando que corriera un poco el aire. Necesitaba un café bien cargado, pero no era el momento apropiado. Pasados quince minutos, Lexi reapareció totalmente cambiada, como si se dirigiera a una fiesta elegante o a una cita nocturna, y Malcolm se echó la mano a la cabeza ¡Se ha pasado!. Cuando la joven entró en el coche, Malcolm no dijo una palabra para no burlarse, pero le costó mucho mantenerse callado si reírse de los tacones de Lexi.

César había ganado varios kilos desde la última vez que le vió, por lo que parecía que las cosas le iban bien al mecánico. Lexi realizó su papel con tal perfección que hasta Malcolm pudo ver las babas del arqueroso desde su posición dentro del coche ¡Que asco de tío!. Le hubiera encantado haber bajado del coche para darle un par de callejas, pero tenía que confiar en el plan y en que Lexi podría manejarlo.

Finalmente, la joven se dió la vuelta con una sonrisa en los labios que Malcolm interpretó como victoria, pero César no parecía dispuesto en terminar tan rápido la conversación cuando agarró de forma violenta el brazo de Lexi. En ese momento, Malcolm se puso tenso y apretó muy fuerte los puños deseando soltarle una hostia al mecánico y romperle los dedos de la mano. Estuvo a punto de salir del coche para parar esa situación, pero la actitud de Lexi indicaba que no quería descubrir la tapadera y si bajaba del coche lo haría. Rápidamente pensó que podía hacer para ayudar a su compañera, y lo único que se lo ocurrió fué apretar el claxon del coche con fuerza y durante varios segundos. Así César sabría que la joven no estaba sola y quizá de esa forma la soltaría.

El plan había salido a la perfección, sintiéndose Samuel satisfecho interiormente por lograr algo como aquello, para nada fácil, y si bien no había mentido en todo realmente, si que era cierto que había ocultado bastantes datos relevantes que era preferible se mantuviesen en secreto. ¿Qué les diría la madre de Bruno si llegaba a enterarse que participaban en carreras ilegales, siendo ambos líderes de una, cada vez más reconocida, banda de moteros, los Black Phantom? La mujer sentía cierta admiración por él, hijito y gringuito le llamaba en plan cariñoso, no siendo consciente de que en verdad no estaban siendole honestos, pero mientras pudiesen mantener el asunto en oculto, todo estaría bien. 

Ya bajando las escaleras, despues de despedirse formalmente,  Samuel no pudo evitar recorrer de arriba a abajo y deleitarse con la mirada del atractivo contorno y bella figura que ofrecía el cuerpo de la joven, y siendo que era él quien cerraba la comitiva, no habría problemas con que su colega le reprobase su acción al tenerlo de espaldas. Aún así, la muchacha parecía observarle de reojo al bajar y sonreía complacida, o al menos esa fue la percepción de Samuel, ya fuese equivocada o no, lo que en cierta medida le dio algo de morbo al joven Johnson. ¿La joven le estaba provocando o solo eran imaginaciones suyas? No siendo suficiente aquello, la muchacha hizo acopio de tener iniciativa y encanto al presentarse, lo que le gustó a Samuel, el cual no tardó en responderle.

- Sa-muel, Samuel E-vans. - se vió respondiéndole con un leve tartamudeo, lo que siempre le ocurría al hablarle a las féminas, más si eran atractivas como Mía. E-encantado de co-nocerte... y tras aquello, bajó la mirada un tanto avergonzado y visiblemente ruborizado. Probablemente habría causado una pobre y patética primera impresión en la joven, y seguro que Bruno bromearía al respecto, como solía ser habitual en ese tipo de situaciones. Solía darle una afectuosa palmada en la espalda e invitarle a lanzarse a hablar, pero en este caso, siendo su prima, ¿Cómo reaccionaría?

Cuando Bruno le hizo un a parte para intercambiar palabras a expensas de la joven, Samuel volvió a recuperar su aire desenfadado, y le sonrió divertido ante los halagos.

- Ya sabes que soy bueno en eso. - sonrió divertido y se señaló la sien, indicándole con ello que era el cerebro del equipo. En cuanto a librarse de ella... De momento no lo veo necesario...A ver, he pensado que podríamos hacer lo siguiente, siempre que te fíes de mí. Te comento...

El desfile empieza a las 10,30h, y son ahora, las 7,43h. Vayamos a alguna cafetería cercana a la universidad y desayunemos con calma, sobre las 8,30h podríamos ir a la conferencia que dan de mecánica y damos una vuelta, así yo aprovecharé para saludar a mis profes y lograr alguna excusa para que me estiren las notas, que en breves van a cerrar las convocatorias. Hasta aquí todo bien, solo debemos guardar las apariencias...

Entonces, cuando vayamos a ir a la Torre Trump, con la excusa de que solo hay dos entradas, podríamos acercarnos alguno de los dos a hablar con Gregory y enterarnos de cómo está la movida de esta noche y si hay peligro o no. Lo ideal sería que te acercases tú, mientras yo entretengo a tu prima y vemos el desfile desde allá arriba, y cuando acabes de hablar, me llamas y bajamos para ver el desfile desde abajo los trres, nos relajarnos en Central Park, comemos por ahí y la llevamos a cualquier sitio por la tarde para que se divierta, y pronto para casa. Sales por la ventana y nos largamos a las carreras. ¿Cómo lo ves? Ves procesando, de momento vayamos a tomar algo en la cafetería...

Sabía que Bruno tendría sus dudas, no sabía si le molaría dejar a su prima a solas con él, pero era el momento clave para saber cómo estarian las cosas para esta noche y si convenía ir o no. Mientras no hablasen de las bandas de moteros y las carreras por la noche, no tendrían por qué tener problemas ni que la joven sospechase de nada. Y que cojones, le apetecía pasar un rato a solas y conocerla un poco.

La bonita detective forjeceaba contra la insistencia bruta del mecánico, ella intentaba tirar de su brazo de forma femenina y elegante, no como lo haría un policía, mientras que él ansiaba atraerla para sí. Varias cosas en el taller cayeron al suelo de manera incomprensible, herramientas que estaban bien dispuestas en las estanterías y que fue una suerte, no le diera a nadie en la cabeza.

Pero ni por esas el tipo deseaba soltar a la fémina, hasta que el fortuito sonido de un claxon rompió el silencio de la calle y atrajo miradas de los transeúntes que avanzaban por la calle 108. La buena fortuna hizo que César se sobresaltase, momento que aprovechó Lexi para dar un fuerte tirón, y correr dando prácticamente saltitos hacia la dirección donde el vehículo estaba estacionado. El mecánico no la seguía.

- Será cabrón... - dijo la muchacha al entrar en el coche -... tiene buen agarre, si en las prácticas de defensa personal me hubiera tocado con un tipo como él quizás no hubiera salido de la academia... - comenta tocándose el antebrazo dolorido, sin duda le saldría un marcado cardenal- .... por cierto Kabulski, gracias..., si le hubiera dado la paliza que se merecía, habría intuido que soy poli y la información que me ha dado no habría valido para nada porque hubiera llamado para cancelar lo que esta noche se va a producir... - le mira a los ojos emocionada -... en dos días hay una carrera ilegal....¿me estás escuchando?..., vamos a poder presenciar una de esas y si nos metemos en su mundo podríamos romper con toda la cadena de apuestas ilegales, drogas, prostitución..., todo lo que conlleve ese mundillo... Si logramos descabezar a los organizadores quizás nos propongan para medalla.... - su rostro estaba colorado por la emoción, con el tono subido lucía mucho más guapa.

La muchacha cogió los tacones y se los quitó, los hubiera lanzado hacia atrás si no fuera porque la mampara del coche policial lo impedía.

- Te explico mientras nos vamos a celebrarlo..., me gusta festejar los triunfos con comida..., ¿te apetece ir al Balthazar?... Ponen unos dulces espectaculares, eso sin contar con los menús degustación... - le mira de reojo -... si eres muy maniático siempre puedes pedir un sandwich....- la mujer comienza su conducción en dirección al sitio -... es casi una hora de viaje, pero créeme, no vas a arrepentirte, es más, te cuento lo que me ha dicho César...., por lo visto lo del martes va a ser muy sonado, así que podemos actuar siguiendo varias líneas, por un lado podríamos hacer una redada, pero sin conocer a los organizadores puede ser una tontería..., o quizás podríamos infiltrarnos en la movida motera.... ¿qué tal se te dan a ti las motos?..., espero que mejor que los coches... - le bromea esperando que diera su información al respecto -...la carrera comienza en el Grand Army Plaza a las 00.00, la hora de las brujas....