Partida Rol por web

Charlotte suspira, desde luego no parecía estar muy de acuerdo en los comentarios de su abuela, pero callaba. Si desde luego las mujeres de la familia tenían carácter, ella era un caso extraño. No se parecía en nada a Ámber o a Lily, era cuidadosa y callada, apenas tenía la picardía o rebeldía de las más jóvenes. Parecía como si la mujer fuera totalmente distinta en el contexto familiar con respecto a Crawler.

- ¿Todo bien Jacob?... - pregunta la muchacha con interés, esperando que el hombre no saliera por la puerta y escapara. Su familia parecía de locos, en un momento peleaban, en otro momento explicaban planes de futuro, y desde luego los distintos invitados estaban en niveles diferentes de comodidad, desde incómodos hasta jodidamente cabreados, y aún así, allí seguían, degustando alimentos juntos, sin aún poner las cartas sobre la mesa.

- Abuela, yo no me parezco en nada a mi madre... - dijo ella con su voz tranquila y sosegada, la típica que Jacob conocía.

- Bueno..., eso es algo que se juzgará a su debido tiempo querida..., siempre a su debido tiempo... - y sonrió de manera enigmática, la anciana ocultaba muchas verdades.

Malcolm, quien estaba concentrado en no probar una gota de alcohol, se quedó de piedra cuando escuchó las palabras de Lily ¿Pero que...? ¡Serán hijos de puta! Habían sido ellos quienes le habían puteado con el tema de las pizzas y quienes habían mandado las patrullas con denuncias falsas. En ese momento le hubiese encantado ahostiar vivo a aquellos niñatos, pero era un policía y no podía actuar de aquella manera. El único consuelo era que todos los presentes habían escuchado aquella confesión y podría denunciar a los dos por sus actos.
- ¡Vaya, vaya! ¿Así que habéis vosotros quienes me habéis estado puteando con mi placa y mis tarjetas? Gracias por la confesión, ahora os tocará pagar por los delitos cometidos Dijo el detective mientras se ponía en pie y sacaba sus esposas - Dime chico, ¿Quieres hacerlo por las buenas o por las malas? El joven tenía pocas alternativas, ya que tenía su nombre y el resto de datos los podría sacar con facilidad de sus anfitriones.

Samuel jamás hubiese esperado que Lily fuese a empezar a hablar en voz alta y frente a todos los presentes de lo ocurrido días atrás, la noche del Dunkin's, cuando la atrapó robando y largándose del lugar. Si bien habían congeniado bien, compartiéndole valiosa información respecto a los poderes que descubrió que tenía y le habló por primera vez del señor Wright, al que ahora podía ver cara a cara, no esperaba que estuviese celosa de Amber. ¿A caso se había hecho ilusiones de algo que no era? Todo se estaba yendo al garete, con un Kabulski deseoso de ponerle las esposas, con la madre de Lily gritándole que si era una menor. ¿Qué se creía esa mujer? Samuel podía ser muchas cosas, pero no un acosador de menores, y al contrario de lo que pudiesen pensar, incluso la había defendido de Matt, no sabiendo que era el prometido de su madre si no un viejo verde que buscaba acercarse más de la cuenta a una adolescente fan de las carreras de motocicletas...

Tragó saliva al ver que el detective se levantaba y tenía intención de dar un rodeo y colocarle las esposas, a lo que Samuel agarró la mano de Ámber como buscando su apoyo, queriéndole hacer ver que era un malentendido y que las cosas no eran así, al menos no del todo. Era consciente de que de quedarse allí, iba a tener que dar muchas explicaciones y estaría en un buen lío, por lo que solo se le ocurrió suspirar y tratar de concentrarse. 

1963, 1963. Quiero ir a ver a mi abuelo Jeffrey con Amber. Vamos, vamos, vamos...

Nada. Ni un mísero pelo se movió. Allí estaban sentados y escuchando los gritos y acusaciones que se estaban profiriendo. La parte buena es que o Kabulski se arrastraba por encima de la mesa, o intentaba pasar por debajo a gatas, o lo más probable, debería dar un rodeo hasta llegar a su posición. Si ese era el caso, se levantaría y se movería en dirección opuesta, y ya en caso de que la tal Lexi quisiese prestarle apoyo. Buscaría nuevamente el modo de desaparecer...

Samuel jamás hubiese esperado que Lily fuese a empezar a hablar en voz alta y frente a todos los presentes de lo ocurrido días atrás, la noche del Dunkin's, el día que la atrapó robando y largándose del lugar. Si bien habían congeniado bien tras conocerse y descubrir que también era especial, compartiéndole la adolescente valiosa información respecto a los poderes y su funcionamiento, y hablándole por primera vez del señor Wright y de la posibilidad de aprender a controlarlos, hombre al que ahora podía ver ahora mismo cara a cara, lo que no esperaba fue que estuviese celosa de Amber. ¿A caso se había hecho ilusiones de algo que en realidad no era? Todo se estaba yendo al garete muy rápidamente, con un Kabulski deseoso de ponerles las esposas y con la madre de Lily gritándole airada que si Lily era una menor. ¿Qué se creía esa mujer? Samuel podía ser muchas cosas, pero no un acosador de menores o pederasta, y al contrario de lo que pudiesen pensar, incluso la había "defendido" del tal Matt, no sabiendo que éste era el prometido de su madre y no un viejo verde que buscaba acercarse más de la cuenta a una adolescente fan de las carreras de motocicletas.

Tragó saliva al ver que el detective se levantaba de su silla poniéndose en pie, teniendo la manifiesta intención de dar un rodeo y colocarle las esposas que dejó entrever del bolsillo de su chaqueta, a lo que Samuel entrelazó momentáneamente los dedos de la mano de Ámber como buscando su apoyo, queriéndole hacer ver que era un malentendido y que las cosas no eran así, al menos no del todo. Después de unos instantes en los que hubo un intercambio de palabras entre los presentes, donde Samuel se mantuvo en silencio y no supo bien que responder ni como actuar, al final decidió hablar no sin antes dedicarle una mirada casi fulminante a Lily de reojo.

- Señora Campbell, me temo que ha habido un malentendido que espero aclarar. Es cierto que hace un par de días conocí a su hija Lily, justo después de haber terminar de cenar en un Dunkin's cercano con unos amigos, y digamos que la descubrí...ejem.. con la mano larga, casi por mera casualidad, al estar sucediéndose algunas circunstancias un tanto extrañas e inexplicables, podríamos decir que fuera de toda lógica, que posteriormente entendí que se debían a la increible habilidad que posee su hija. - Samuel no era quién ni pretendía revelar el poder de la joven abiertamente, salvo que se viese forzado a ello, por lo que meditó sus siguientes palabras. Como entenderá, descubrir a alguien que también es especial fue toda una sorpresa para mi persona y despertó mi curiosidad, razón por la cual en efecto le di una vuelta en motocicleta y la acompañé hasta su casa, mientras hablábamos del tema. La joven me habló de usted, señor Wright, mencionando que era posible que pudiese enseñarme a usar y controlar mejor mi habilidad, y que si así lo quería, igual podría concertar un posible encuentro. Las casualidades en esta vida han querido que, sin yo haberle dado una respuesta en firme a su nieta Lily, ayer mismo conociese a Ámber y terminase aquí hoy. Supongo que era un hecho que íbamos a coincidir de un modo u otro...

Kabulski le miraba con actitud hostil y dispuesto a intervenir para apresarle, ya fuese por las buenas o por las malas, a lo que terminó por dirigirle la mirada y responderle.

- ¿De qué delitos está hablando, agente? ¿Tiene a caso usted alguna prueba contra mí por la cual incriminarme? A ver cómo lo digo, sería más fácil de demostrar que usted lanzó una especie de onda expansiva ayer mismo que envió a su compañera y varios de los presentes a volar por los aires varios metros, y de que tiró por el suelo en el proceso varias motocicletas de alta cilindrada, que dudo pueda llegar a costear sus rozaduras, de que nosotros dos pudiésemos estar implicados en aquello de lo que nos acusa. ¿Quiere detenerme? Encantado llamaré a mis padres, ambos abogados, y hablaremos de como las supuestas pruebas se limitan a que la joven aquí presente mencionó una hermosa historia de un detective imbécil, ¿Debo entender que se refería a usted? Y de unas llamadas que...¿A caso está completamente seguro del lugar en que se produjeron? Llame a la compañía de teléfonos, por favor. Siga rebuscando en las videocámaras del Dunkin's y acusando a pobres indigentes afroamericanos... 

¿Y si nos tranquilizamos todos un poco? - dije, sin creerme ni yo mismo que eso fuese a ocurrir... en primer lugar porque Miracle estaba a punto del colapso... que Lily hubiese reconocido públicamente cometer un delito... que por lo que medio podía deducir tenía que ver con suplantar la identidad de un agente, y eso era una falta jodidamente grave... en segundo lugar, porque parecía que Kabulski era el suplantado... y ese delito, no como decía el tal Samuel, no se limitaba a unas "llamadas"...

Malcom... supongo que todo esto podrá explicarse, y si hay que pegar un tirón de orejas, habiendo menores implicados, pues se pegará, y en cualquier caso... me hago responsable de los daños o consecuencias que los actos de Lily hayan podido tener... - aproveché el momento para lanzar una fulminante mirada a la pequeña y díscola pelirroja.

De todos modos... no todos los que estamos en esta mesa vivimos en los mundos de Papalandia... sino en el mundo real, donde hay que luchar cada minuto, y si algo de lo que ha dicho el chico - dije señalando levemente a Samuel Johnson - es que un buen bufete le puede arruinar la carrera dándole la vuelta a la acusación, incluso teniendo pruebas... pero eso ya lo sabe, ¿verdad? 

Dejemos que continúe la velada, que nos digan todo lo que tienen que decir y, si los señores Wright son tan honorables como tratan de aparentar, sabrán como actuar con respecto a ese tema y satisfacer a todas las partes... con todo respeto - dije esto último mirando con sincera humildad a Harold Wright. Y es que, lo que pretendía con ese comentario era no solo tranquilizar a Malcom, sino dejar el marrón en manos del pez gordo. Estaba claro que querían convencernos de algo, o para algo... bien, pues tendrían que demostrar que no eran solo palabras vacías de un ricachón sin escrúpulos jugando a ser dios.

Lexi actuó como un resorte, cuando su compañero se puso en pie ella hizo lo propio, llevando una mano a la parte trasera de su pantalón, extrayendo sus esposas y mirando a la joven pelirroja. Ese no iba a ser un trabajo agradable, detener a una menor de edad, delante de su madre y en una comida familiar, y todo por una estúpida broma que podía haber tenido muy malas consecuencias para Kabulski. Creyó necesario dar una explicación.

- Las palabras de Lily han sido muy aclaratorias.... La acusación es por robo a un agente y suplantación de identidad... - informó la mujer mirando a la niña -...Hicieron varias llamadas a los servicios de emergencias, dando el número de placa de mi compañero, hablando de que habían disparado a un hombre y luego en otra llamada dijeron que se había producido un incendio... Son hechos muy graves porque cuando los bomberos o las ambulancias están en una punta de la ciudad, perdiendo el tiempo por una broma deleznable, no pueden estar en otro lado haciendo su trabajo, salvar vidas... -el porte de Lexi era tan serio que denotaba la gravedad del asunto, para ella aquello no era una medición de quién la tenía más larga, si no un delito que podía haber tenido consecuencias fatales -... A esto se le suma el porte de 500 dólares por el encargo de comida rápida, cuya factura nos llegó a la comisaría... Como podrán deducir por mis palabras, estas acciones no corresponden a niñerías, son claros delitos....

Cuando Kabulski fue por un lado de la mesa, Lexi caminó por el otro para evitar que que ninguno de los jóvenes echase a correr y se marchase. Detestaba aquello, pero era su trabajo, y en definitiva, si de verdad querían justicia, ese era el proceder. Detenerles, leerles sus derechos y llevarles para comisaría a prestar declaración y que la ley siguiera su curso.

La tez pálida de Lily se había vuelto nívea. Tras sus palabras supo del error que había cometido viendo como Kabulski se levantaba para detener a Samuel, y la detective seguramente se dirigiría hacia su persona para hacer exactamente lo mismo. Tras explicar Lexi Taylor con todo lujo de detalles lo que hicieron, intentó hablar pero no le salieron las palabras inicialmente, comenzó a respirar algo agitada, se estaba poniendo muy nerviosa. Cuando por fin se arrancó a hablar, sus palabras no ayudaron demasiado a darle credibilidad.

- No queríamos que nada sucediera...., tan solo era una broma... - fue su primer comentario, pero ante la mirada de su madre, la cual parecía haber entrado en shock y la intervención de Lomenzo determinó que lo mejor debía ser callar de nuevo... ¿No decían eso en las películas?... "Todo lo que dijera podía ser utilizado en su contra".

El tipo que estaba con su madre se ofrecía a hacerse cargo de los daños, al menos antes de saber que la cantidad ascendía a 500 euros y la mirada reprobadora de Matt Lomenzo hacia la niña hizo que ésta se encogiera por unos instantes, a él no le tenía tomada la medida como a su madre y no sabía qué podía esperar de aquel conflicto, provocando cierta dosis extra de miedo debido a la incertidumbre.

Lily miró a Samuel, él tenía mucho que decir al respecto, pero su tez blanquecina se volvió roja de enfado cuando él le delató con el tema del Dunkins ante su madre.

- ¡¡¡¿Cómo puedes decirle eso a mi madre?!!!.... - le chilla la niña perdiendo la compostura -... ¿con la mano larga?.... - iba a abrir la boca y a hablar, decirlo todo largo y tendido, pero la joven se mordió el labio y comenzó a llorar -... Yo no le he robado nada al detective..., lo juro... - pero su palabra siendo una niña con tendencia a mentir, en esos instantes no valía nada.

- ¿Robando?....- fue un susurro más para sí que para el resto, la mujer estaba completamente sorprendida y avergonzada por lo mal que había criado a su hija, y ahora las miradas de la familia paterna eran quienes podían juzgarle

Miracle tras escuchar las palabras de Samuel y digerirlas, miró a la niña con clara decepción en su rostro, no la creía. Aún así no le dijo nada, ya habría mucho que decir al respecto, dejando en manos de su pareja la posibilidad de reconciliar aquello. Si de la mujer dependía, podría hacer hasta un pacto con el diablo para que su hija no acabase en prisión. Ninguna madre desea algo así para quien tiene a su cuidado.

- Señor Kabulski le abonaré los 500 euros esta misma tarde..., sin falta... - para ella ese dinero podía implicar no tener ahorros del mes y tener que echar muchas más horas extras en el trabajo. Un inconveniente no medido -... Le ruego que disculpe a la niña y estaría conforme si considerase alguna manera de enmendar sus errores sin llegar tan lejos como es una detención... -  su tono de voz era suave, imploraba piedad, desde luego la pelirroja no había salido a su madre.

- Yo creo que podríamos escuchar las dos partes, supongo que es un malentendido y... - comenzó a decir Ámber, posicionándose al lado de los dos jóvenes.

- Tú te callas, Ámber.... - la mirada de su padre fue inquisitiva. Había un problema familiar y ella no tenía el rango para tomar la palabra por encima de sus mayores, y más allá de eso, no le gustaba aquella cuestión, aquel joven parecía ser un foco de problemas, primero liaba a su sobrina, y ahora parecía tener sus ojos puestos en su hija.

Sobre mi cadáver

Y tenía muy claro que sería sobre éste cuando consintiera que un joven así la pretendiera, ya podía buscarse a otra tonta a la que engañar que no tuviera un padre guardándole las espadas, como él hacía con Ámber.

- Calla querida... - le puso una mano en la pierna a Ámber, tratándola con mucha dulzura y suavidad -...No hagas enfadar a tu padre... - le aconsejó, como si viera venir que la joven pudiera llevarle la contraria, y es que la abuela conocía profundamente esa familia como para determinar en qué momentos dar uno u otro consejo.

- Harold, me temo que hoy tendré trabajo... - comenta la mujer con una sonrisa forzada -... ¿No crees que deberíamos....?.... - le mira significativamente, muchos años juntos, sabía lo que su mujer le sugería.

El anfitrión no se levantó de la mesa, tan solo miró a los presentes y fue directamente al grano. Era un hombre de negocios que no le agradaba perder el tiempo y menos con conflictos.

- Todos ustedes están sentados en mi mesa y por lo tanto están bajo mi protección... - dijo el hombre con una sonrisa enigmática -...Así que las detenciones deberán esperar a que termine el almuerzo, ya que por cierto, está por llegar el primer plato.... - mira al mayordomo significativamente, el cual se marcha hacia la cocina a dar las instrucciones necesarias -...Señor Kabulski, me temo que el joven Johnson tiene razón en algo, hay cosas que son difíciles de probar y más cuando de por medio interfieren nuestros poderes.... - asegura el hombre con un claro razonamiento -.... Pero comprendo la ofensa y el problema que quizás haya causado su pérdida de cartera... Así que si le parece bien podemos llegar a un punto medio.... Si alguien murió por culpa de esas llamadas telefónicas, me encargaré de resarcir económicamente a las familias de las posibles víctimas, no quiero que piensen que es una manera frívola de tratar el tema, pero no puedo devolverles la vida, al menos sus familiares tendrán durante los próximos diez años lo suficiente como para vivir bien... Con respecto a usted, detective, si le ha causado malestar en el trabajo el problema, puedo conseguirle un ascenso inmediato que será efectivo para dentro de dos días... ¿No ansía ser comisario?... Le mandaría a una comisaría distinta con su nuevo cargo, nuevos casos y con el personal que usted mismo elija... Y para que vea que no deseo escurrir el bulto...., usted decidirá qué castigo merece mi nieta, siempre que no sea algo que atente de manera moral a mi familia, por supuesto, esto es un pacto de caballeros y recordemos que hablamos de mi sangre.... - mira a la niña muy serio -... Y tú obedecerás porque de lo contrario no volverás a trabajar tus poderes conmigo.... - la niña no abre la boca -... Respecto al dinero Miracle..., yo me hago cargo... Por cierto señor Lomenzo, aunque tarde...., bienvenido a la familia... - le dice con convicción renovada, y es que se hiciera cargo de Lily sin que nadie se lo dijera, era algo que bien merecía ser premiado.

- Respecto a usted joven Johnson.... No será necesario que molestemos a sus padres en asuntos de familia... - miró a Ámber y sonrió, aunque a Arthur aquel gesto le hizo endurecer su rostro -... Quizás debiéramos conocernos mejor, aunque estoy seguro de que es un joven con muy buenas intenciones e íntegro..., como no podría ser de otra manera... Y en cualquier caso, ¿quién no ha hecho alguna locura en su juventud?.... Yo una vez estuve en la cárcel por robar una botella de whisky.... - sonrió -... Pero eso es otra historia y de las experiencias se aprende....

El hombre hizo un gesto con su mano al detective para que se acomodara en su asiento de nuevo -...¿Están ustedes conformes?... ¿O prefieren dialogar al respecto?....

Malcolm notaba cómo le hervía la sangre por aquella situación, sobre todo cuando escuchó a Sam hablando sobre llamar a sus padres. Era verdad que no tenía una prueba tangible como una grabación de los hechos, pero Lily había confesado delante de varios testigos y de dos miembros del cuerpo de policía, por lo que algo tenía. -¿Quieres llamar a tus padres? Estupendo, seguro que les encantará saber que su hijo participa en carreras ilegales en mitad de la ciudad. Se sentirán orgullosos de tener a un campeón en la familia.
Pese a que también sentía rabia por la participación de Lily en todo aquel caso, el hecho de que Matt le cayera bien intervenía en sus ganas de detenerla. De repente la velada se había ido a al mierda y todos comentaban sobre el tema y cómo se podía arreglar. Kabulski no aceptaría el dinero de la madre, ya que para él era lo de menos en todo el asunto, pero quería que al menos recibiera un buen susto a ver si así se le quitaba un poco la rebeldía Quizá después de esto no sea tan cabeza loca y deje de darles tantos quebraderos de cabeza a Matt y a Miracle.
Por último habló él cabeza de familia, dispuesto a pagar los posibles daños causados por los dos jóvenes e incluso ofreciendo al detective un ascenso. Era cierto que ser comisario era demasiado jugoso para rechazarlo, pero Malcolm no quería ascender de esa forma. Sabía que, debido a sus problemas de bebida, era posible que nunca llegase a ser comisario, pero prefería seguir siendo detective por sus méritos que un comisario enchufado por un ricachón. De todas formas, el viejo había pronunciado el apellido de Sam, así que ya tenía más datos sobre él para que no se le escapase Sam Johnson, con padres abogados... Imagino que esa actitud de chico rebelde vendrá por un intento desesperado por llamar su atención. pensó mientras sonreía al creer que había calado al chico.
Durante unos instantes, Malcolm se quedó quieto pensando en cómo actuar a continuación. Si se llevaba a los jóvenes a comisaría, perdería una gran oportunidad para conocer más detalles de lo que estaba pasando con el tema de los poderes. Se dio cuenta de que ganaría más quedándose y conociendo mejor a aquellas personas, ya que si descubría sus poderes y cuánta gente poseía un don, podría realizar una base de datos y usarla en caso de que en el futuro se perpetrase un crimen usándolos.
El detective respiró hondo un par de veces mientras guardaba sus esposas y miraba a su compañera para que hiciese lo mismo - Por respeto a nuestros anfitriones comenzó a mentir ya que aquella pareja de viejos le importaba una mierda dejaré por ahora el tema. No quiero un ascenso ni ninguna otra compensación Por ahora dijo y pensó mirando a Harold mientras volvía a tomar asiento.

Buooo buooo buooo, paz, socios... - me atreví añadir, pues comenzaba a tomarle el pulso a esta familia, a la cual me habían dado la bienvenida sin haberlo solicitado. A fin de cuentas, daba igual el estrato social al que se perteneciese, las miserias eran las mismas. Tan solo se diferenciaba en el importe de las mismas. Y por qué no reconocerlo, Lily había sentido el patinazo que había dado, ya no se la veía tan segura de si misma, no se si por la presencia de sus abuelos, o por la entidad del delito y que se hubiera hecho público.

Malcolm, hagamos como dice el señor Wright, comamos y demos la oportunidad de que estos dos se expliquen - dije mirando alternativamente a Samuel y a Lily...

Por cierto, señor Wright... ¿puedo llamarle Harold? Bien... Harold, gracias por la bienvenida, aunque no se si quiero formar parte de ella. Primero tendrán que aceptarme sus nietos... luego ya veremos - en ese momento volví mi atención a Miracle, que mantenía la cabeza agachada, seguía avergonzada por la actitud de su hija... joder, esa niña merecía un severo correctivo... seguro que los Wright pagarían alguna institutriz para que la regañara, y así ellos poder seguir jugando a su monopoly particular...

Volviendo un poco atrás... ¿a qué causa se supone que nos vamos a sumar este grupo de boy scouts que formamos? - pregunté directamente a Wright, ahora que tenía captada su atención, y es que esperaba que mi intervención quitara algo más de hierro al asunto, aunque las caras de Kabulski y de Samuel no daban impresión de que los ánimos se estuvieran enfriando... ni mucho menos

-¿Dominarme? -repite como pensando lo que acababa de decirle la mujer- Bueno, no lo creo, ni tampoco lo veo necesario, pienso en que toda decisión, todo acto de una pareja debe hacerse conjuntamente, respetando el margen de espacio que cada uno necesite para no agobiar... Es por así decirlo encontrar un equilibrio. Y no se confunda señora Collins, no soy un adulador y vuestra hija puede dar fe de ello, todo lo que digo es porque así lo creo y lo siento, y ella es la mujer más inteligente y hermosa que he conocido jamás.

Iba a decir algo más Crawler cuando pareció que iban a haber problemas, y donde menos se lo esperaba, o al menos no de esa índole, y es que la más joven en la mesa parecía haber sido cómplice de algún tipo de delito que, según iba oyendo, parecía ser bastante grave, provocando en el detective y su compañera que se levantaran y fueran, presumiblemente, a detener a la joven y al acompañante. En esos instantes el señor Wright intervino, mediando y haciendo uso de un poder que era el más común en la humanidad, el de las influencias, pero debía concederle que aunque era algo que a él personalmente no le agradaba lo manejaba con el suficiente estilo como para no parecer que fuera un soborno si no, casi, una aportación desinteresada. Igual hasta pensaba de aquella manera...

-¿Bien? Bueno... no es la tipica reunión que esperaba tener con mis suegros... pero por ahora todo bien, o eso creo... -dice mirando hacia ambos policías, los cuales parecían haberse calmado tras las palabras del señor Harold Wright, para luego asentir hacia Caitlin- Disculpeme por no haberla contestado antes pero no quería interrumpir la... -iba a decir discusión, detención, incidente- conversación entre el señor Wright y los agentes, y sí, para mí sería un honor comer con ustedes siempre y cuando no sea abusar de vuestra hospitalidad y me lo permita mi agenda en el hospital -comenta con absoluta honestidad, ya que quería saber todo lo posible sobre la familia de Charlotte, la cual ahora entendía de por que era tan reservada- ¿Tú estás bien Charlotte? -le pregunta a su pareja con suavidad, parpadeando, pensando en que para ella esto debería de ser de cierta manera incomodo.

Las amenazas de Kabulski le traían sin cuidado a Samuel, sabiendo que todo eran amenazas veladas al no haber pruebas reales que pudiese aportar en un juicio con las que inculparle. Desde que conociese al detective en el Dunkin's, solo recordaba como estuvo provocando a Bruno incesantemente hasta hacerle perder la paciencia, sonsácandole información de la carrera de malas formas e insultándole pese a ser un madero,  le forzó a apostar una suma de dinero ingente, incluyendo una mamada de su acompañante, promesa que nunca cumplió. ¿De qué cojones iba ese tipo? 

Samuel reconocía que se había sobrepasado con el tema de la suplantación de identidad, pero era nada más y nada menos porque se lo tenía merecido, y su intención era hacerle enviar en breves la documentación a comisaría, pero la verdad es que se lo estaba poniendo difícil y su paciencia tenía un límite. ¿Cómo podía ser tan prepotente y encima amenazarle frente a todos de meterlo en la cárcel, por el simple testimonio de una adolescente que perfectamente podría estar mintiendo? 

El joven Johnson estaba contrariado, y a pesar de que Harold hubiese intervenido para mediar entre ambos, sabía que aquel poli querría joderle tarde o temprano, por lo que confiando en su habilidad, se le ocurrió una brillante idea. Paralizaría el tiempo y le haría una buena jugarreta, y si las cosas realmente se complicaban en exceso a partir de ahí, regresaría en el tiempo posteriormente para que todo lo ocurrido quedase en el olvido de los presentes. 

Vale Samuel... Quizá viajar en el tiempo a una fecha tan distante como 1963 y sin una referencia o imagen nítidas de aquel entonces, y más acompañado de Amber fue una locura. Vamos a hacer algo más simple, detener el tiempo aquí y ahora y joder los ánimos del madero un poco más, para ver si escarmienta y se da cuenta de que sus amenazas me importan un pepino...

Y sin pensárselo dos veces, se concentró visualizando detener el tiempo, mientras escuchaba las voces de los presentes queriendo escuchar las palabras del anfitrión en cuanto a que se esperaba realmente de ellos. Miró las manecillas del reloj de pared como se movían lentamente, y de improviso, click. Todo se había detenido por completo.

Samuel tuvo muy claro lo que quería hacer. Se levantó de su silla y avanzó hasta la otra parte de la mesa, donde estaban Lexi y Kabulski, tomando las esposas y llaves de ambos de sus bolsillos. Enganchó los tobillos de ambos, según estaban sentados uno al lado del otro, y con el otro par de esposas encadenó a Kabulski del otro tobillo a la pata de la mesa, tras lo cual depositó ambas llaves en las manos del anfitrión Harold, como un regalo y señal de respeto, no sin antes limpiar las huellas dactilares que hubiesen podido quedar impresas en las esposas y las llaves. Le dio un beso a Amber en los labios que postergó en el tiempo para disfrute personal, esperando que sientese algo cálido y agradable cuando todo volviese a transcurrir con normalidad, y finalmente se sentó en su lugar, entrelazando los dedos de la joven como si nada hubiese ocurrido, exactamente en la misma posición en la que se encontraba anteriormente. ¿Qué cara de imbécil se le quedaría a Kabulski al verse allí esposado con su socia, cuando tratase de levantarse? ¿Le entraría en la cabeza que iba a estar jodido si se metía con él?

Samuel no sabía muy bien que decir ante el circo que estaba montando Kabulski, amenazándole con que les diría a sus padres que su hijo corría en carreras ilegales. ¿A caso se pensaba que le iban a creer o castigar, obligándole a dejar de competir? ¿Qué tomarían cartas en el asunto siendo un estudiante de abogacía modélico y de notas sobresalientes? Aquellas amenazas caían en saco foto, y en verdad estaba tentado a darle una lección que no olvidase jamás, pero ante todo estaba el respeto ante el anfitrión, por lo que asintió de forma ejemplar cuando Harold propuso continuar y que les sirviesen el primer plato.

- Por supuesto, señor Harold. Por mi parte todo está bien así y no hay nada más que quiera dialogar con el señor Kabulski, proceda por favor. - mencionó en tono educado, sentado al lado de Amber y con los dedos entrelazados a la joven por debajo de la mesa. Seguro que todos estaremos sentados en nuestro lugar y frente a la mesa hasta que termine lo que tiene que contarnos, disfrutando del almuerzo al que tan gentilmente nos ha invitado.

Y como si todo estuviese solucionado y no hubiese ningún problema entre los presentes, dio un trago a su bebida esperando a que el señor Wright procediese con la interesante charla con la que les explicaría la razón por la que estaban allí y el propósito de haberles invitado al brunch. 

- Estaba pensando... ¿Es posible que conozca a mi abuelo, señor Wright? Jeffrey Adam Rosen, el actual Fiscal Adjunto y número dos del Departamento de Justicia. Creo que sí hay alguien que pudiese ser especial en mi familia, por así decirlo, podría ser él. Aunque es una simple corazonada, en verdad no tengo ninguna seguridad de por dónde he podido recibir el gen que menciona. Ni si quiera sabía que fuese diferente al resto hasta hace unos días... - trató de dialogar para cambiar de tema y dejar a un lado las amenazas y tensión vividas hasta hacia escasos segundos. A su vez, también pretendió dejarle claro al madero que tendría muchísimo que remar si pretendía joderle, y que probablemente terminase con un palo en el culo. Disculpe si le he interrumpido, háblenos del verdadero propósito por el que nos ha reunido aquí hoy. ¿Qué podemos hacer para ayudarle?

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