Partida Rol por web

Paolo desde su posición que parecía de resguardo se sentía fuera de peligro, pero esa cosa llego de manera extraña a su posición y el dolor de la herida le hacía volverse loco. Pero sus compañeros estaban dándolo todo y no era momento de flojear. El italiano corrió hacia las cajas que se encontraban cerca de él y tirándolas al suelo, espero tener suerte en encontrar algo en las mismas para poder lanzarle a esa cosa para ayudar en la distracción.

Tras el efecto conseguido por el hombre que estaba en la habitación, los recién llegados parecen sacar fuerzas de flaqueza. El que parece el más joven corre hacia las cajas, y buscando apresuradamente extrae una de las rocas redondeadas cubierta de símbolos. Al parecer, es lo más contundente que consigue encontrar en esos pocos segundos que tiene. El ruso ve golpear su piedra contra la criatura sin mucho efecto pero, tal como le comenta el recién conocido, parece que no hay muchas más opciones.

Los tentáculos de la criatura rodean la puerta, mientras algunas de esas extremidades tratan de cerrarse en torno al pequeño cráter que ha dejado el arma improvisada en su costado. La puerta emite un chirrido, como si se resintiera, pero parece no ceder. Los ojos de ese tenebroso ser muestran una faceta que hasta ahora no habíais visto: parece que empieza a tener miedo. Sus fauces siguen abriéndose y cerrándose, amenazadoras, pero sus ocelos parecen recorrer la sala de un lugar a otro, y miran sobre todo hacia atrás, como si esperaran que en cualquier momento la puerta se abriera completamente o un nutrido grupo de criaturas similares a él fuera a unirse a su intento de abrir la estancia.

Entonces, a la desesperada, algunos de sus brazos se abalanzan sobre el que considera el más peligroso de todos. El hombre sin pelo, armado con el misterioso arma salta hacia un lado, forzado por la criatura, para evitar ser aplastado por los dos tentáculos que tratan de quitárselo del medio. Con un jadeo, el hombre se incorpora y parece estar listo de nuevo para la acción.

"¿Y si trato de darle a uno de los "ojos"?" pensó Georgi mientras cogía una de las piedras y apuntaba

"Tal vez le duela aunque sea un poco y se distraiga lo suficiente para que le abran otro boquete con la pistola esa"

Y entonces lanzó la piedra con bastante acierto mientras gritaba, fuera de sí (y tratando de atraer la atención)

- Теперь вы остаетесь с глазами навыкате дерьмо ! - (*)

Jeremy seguia jadeando, la adrenalina le recorria el cuerpo y gracias a ella no sentía el dolor de las magulladuras y golpes que había recibido. por suerte había podido esquivar este último ataque de la criatura, pero a cambio había que tenido que desistir de atacarle él mismo.

Aún así seguia pensando en la situación, y no veia ninguna salida con más opciones, que el seguir atacándolo. Sabía que ahora sería más dificil que antes, ya que parecía que había atraido la atención de la criatura, pero confiaba que los demás humanos intervinieran lo suficiente como volver a entretenerla. el chirriar de la puerta le recordó el panel de mando, por lo que gritó a la espera de que alguien le hiciera caso - El Panel!!, darle al botón del panel!!.. el que parece un número 3 al revés con una luna al lado!!!! (*) - gritó lo más fuerte qu pudo despues de coger aliento.

Parecía que la herramienta le había hecho verdadero daño, así que determinó volver a atacar. se regaló un segundo de tiempo para comprender la situación y ver por donde podría atacar, ya que al esquivar los tentáculos había quedado en una posición diferente a la anterior. Vio como una de las piedras volaba hacía la criatura y deseó que acertara en algún punto crítico que le evitara tener que volver a enfrentarse a ella. aun con estos pensamientos, supo que podía ser una buena opción atacar en ese mismo momento, cuando la criatura tendría que preocuparse por dos ataques simultáneos.

Empujándose en el suelo se lanzó hacía el cuerpo de la criatura, intentando esquivar sus extremidades, en dirección a un nuevo ocelo.

Paolo comienza a rebuscar en busca de algo de valor para atacar al animal del infierno contra el que se enfrentaban, pero cuando se disponía a lanzar uno de los objetos encontrados, las palabras del otro hombre calvo despistan al poco certero italiano que no consigue acertar en su objetivo. Aunque las palabras de Jeremy le hacen buscar con la mirada ese supuesto panel al que se refiere el hombre.

¿¿¿ DONDE ??? ¿¿¿DONDE ESTA ESE PANEL???

Después de recibir una indicación rápida del otro hombre, Paolo se lanza corriendo a través de la habitación, hasta el lugar donde el desconocido con el arma se encontraba antes, esa enorme superficie de piedra cubierta de símbolos. Rápidamente busca el símbolo que éste le ha descrito apresuradamente, y lo golpea con decisión.

Al mismo tiempo, Georgi y Jeremy continúan con su embestida contra la indefensa criatura, que se agita para intentar escapar de la amenaza que se le presenta enfrente. Georgi se agacha y recoge del suelo otra piedra anaranjada. Apunta a uno de los ojos, y con precisión arroja el arma improvisada, que golpea fuertemente a la criatura. El efecto no es tan drástico como el que consigue su compañero con el arma, pero a pesar de todo veis dolor por como se contrae la zona golpeada y el ojo queda cubierto por la masa negra que lo rodea.

Antes de que la criatura pueda recuperarse y golpearos, Jeremy apunta nuevamente el arma a otro de los ojos, pero la contorsión que se ha producido en el cuerpo oscuro por el ataque de Georgi le hace fallar su objetivo, dañando en un costado oscuro en lugar del ojo. Sin embargo, el efecto es tan drástico como el del anterior ataque: el calor del arma parece fundir parte de la criatura, que gotea pesadamente en el suelo de la habitación.

Entonces el mecanismo accionado por Paolo comienza a responder, y la puerta se abre despacio, liberando a la bestia de la presa...

El cuerpo se contrae varias veces, se infla y desinfla como si la criatura respirada agitadamente, y con un impulso de los tentáculos, se lanza hacia atrás, perdiéndose en la oscuridad exterior y dejando en su camino un constante goteo de sustancia negra. Os permitís soltar un suspiro, pero no tenéis tiempo para relajaros, pues al otro lado de la puerta, a través de la abertura que poco a poco se hace más grande, podéis ver lo que a primera vista os parece un cielo estrellado...

El problema es que el cielo no debería estar frente a vosotros, las estrellas lucen de un color naranja apagado, y se mueven a izquierda y derecha, observando con ansia el interior de la sala; el aire se agita nuevamente, como si cientos de cuerpos lo empujaran con violencia, y la arena se arremolina en la sala, adheriéndose a vuestros cuerpos empapados en sudor y sangre.

-Ciérrala, Paolo! Cierra la maldita puerta!- grita Georgi tratando de , en lo posible, evitar mirar el exterior.

La alegria que se había reflejado en el rostro de Jeremy al ver que la criatura soltaba la puerta se vió rápidamente truncada cuando su mente descifró lo que aprecian estrellas naranjas en la noche exterior. Reculó unos pasos, hasta que oyó la voz de uno de los otros hombres que apremiaba a su compañero a cerrar la puerta. entonces se fijó en que la puerta no bajaba y cayó en la cuenta - Mierda... ese es el botón de abrir... no de cerrar!!! -

Jeremy giró sobre si mismo y corrió hacia el panel de control - vamos vamos! - se animaba. Cuando llegó al panel echó una rápida mirada a los diferentes iconos. el de cerrar la puerta no debería de estar muy lejos del de abrir... - Espera.. dejame un momento - dijo apurado al otro hombe que había en el panel.

Mierda Mierda Mierda ... esto se va a llenar de malditos engendros.

Paolo siguió las indicaciones del hombre y operó la consola, y lo que parecía un éxito pronto se volvió algo peligroso. Paolo preocupado intentaba buscar algo en la misma que le permitiera cerrar la puerta, mientras las palabras de Georgi le recordaba la urgencia de una acción. Y cuando se disponía a realizar una acción aunque fuera descabellada, el hombre corrió hacia él y Paolo le dejó hacer mientras observaba en segundo plano.

Sin problemas, no se que demonios es esto. Aunque lo mío son los cacharros, esto se escapa de mi comprensión. 

Georgi retrocedía lentamente hacia el panel, atento a cualquier cosa que pudiese entrar por aquella puerta.

Todos sabéis cómo reaccionar en el momento en que veis el exterior: sellar este lugar de inmediato. Los gritos se sobreponen al sonido del viento y recorren la estancia, rebotando en las altas paredes y produciendo un eco similar al que se escucha en una catedral.

A pesar de las heridas, Jeremy recorre el lugar a grandes zancadas y echa un vistazo rápido al panel, reconociendo el símbolo que quería haber descrito en primer lugar. Lo presiona sin dudar, y la puerta cambia su dirección, ocultándoos poco a poco el exterior.

Los pequeños ojos otean el interior con avidez, pero ninguno se decide por lanzarse por la abertura, que no ha llegado a ser demasiado grande. La puerta se acerca más y más al suelo, y cuando solo queda una rendija, la arena se cuela movida por la corriente del exterior, que silba como si profiriese una amenaza.

Al final, con un sonoro golpe, la entrada se sella completamente y, salvo por vuestros jadeos, el lugar queda en completo silencio. Os miráis de hito en hito, en el que es el primer momento de tranquilidad desde la aparición repentina del grupo en la sala.

Georgi quería preguntar muchas cosas: Donde estaban, quienes eran aquellos dos extraños, de que modo habían acabado todos allí, que sabían los dos "nuevos" de todo esto; sin embargo su mente práctica de militar ruso se impuso a todo aquello y lo primero que pudo articular, mientras se frotaba donde le había dado el latigazo la cosa aquella fue:

-¿Dónde hay más armas como esa?-

Jeremy se sentó agotado al lado del panel de mando. Que estupido, mira que decirle el botón de abrir la puerta en vez de bajarla... se ve que este mundo tienen un botón para cada cosas y no como en su casa que abre y cierra el parquing de su casa con el mismo. La tranquilidad y el silencio de la sala (al menos comparado con hace un momento) hace que la adrenalina del cuerpo remitá y el cansancio y el dolor hagan acto de presencia.

Jeremy estaba herido, el tentáculo le había dado en una pierna y se la había lastimado, aunque no parecía grave y podía moverla con normalidad. no tenía nada roto. El dolor que sentía por todo el cuerpo originado por el grito de la criatura era otro cantar. Le dolía toda la piel y las extremidades. Y aunque parecía que no tenía ninguna limitación física importante aceptaría de buen gusto ponerse a dormir ahí mismo.

su cuerpo magullado y cansado reposaba en la esquina entre la pared y el panel de mando, la herramienta que había usado se desprendía lentamente de la mano y los ojos le picaban. fue entonces cuando se le acercó uno de los hombres preguntándole por la herramienta... sorprendido, como si fuera la primera vez que jeremy veía a esta persona se quedó mirándolo fijamente.

no podía creer que hubiera encontrado a otras personas. cuando parecía que todo era un sueño, o más bien una pesadilla, aparecía este grupo. Las palabras le costaron un poco pero pudo contestar al hombre..

- hem... arma?.. ah! si... - dijo mientras sus ojos echaban una mirada lenta a la herramienta - no, ... no lo se... vaya.. no he encontrado más, solamente esta..

Las cosas se habían tranquilizado al fin, y podían intentar saber que estaba ocurriendo allí. Una mirada rápida para comprobar que todo sigue correcto y le lanzó la pregunta que le estaba quemando por dentro.

Alguien puede explicarme: ¿que esta ocurriendo aquí?, ¿donde estamos?, ¿Que demonios era eso? y por último ¿que demonios es ese artefacto?.

Paolo se paró mirando a sus nuevos compañeros esperando que alguien pudiera contestar a todas esas preguntas que le pasaban por la cabeza.

Un poco más calmado según se estaban dando las cosas el ruso dijo:

-Bien. Nosotros somos cosmonautas, Georgi Grechko y Paolo Torboli. Acabamos de regresar de la ISS, que acaba de ser destrozada por una cosa como esa que hemos parado en la puerta. ¿Vocotros quienes sois?¿Y cómo es que estamos aquí, dondequiera que esto sea que esté?-

Sentado en el suelo Jeremy estaba más pendiente de sus pensamientos que lo que decia el hombre que tenía delante suyo. Despues de sosegarse, su mente había vuelto a funcionar como siempre, sopesando todas las posibilidades y buscando una opción segura. Quizá ahora sabría que estaba pasando.

Él solamente conocia a Hubert. Y Hubert lo conocía a él como el psicologo de su empresa. aunque.. después de ver las imágenes del cubo, podría bien ser que supiera realmente que no era un psicologo real. tendría que ir con pies de plomo. aun así no valía la pena enseñar sus cartas si no había necesidad, y si por algo, o por cualquier imagen, alguien lo relacionaba con Helen... siempre podría decir que la empresa de ella también le había ofrecido un puesto de trabajo.. Él era muy bueno en esto de las mentiras a medias.. o medias vedades.

... Helen... que tenía que ver ella con esto, estaría implicada de algún modo?.. estaría bien?... - ¿Pero que coñ.. - Pensó Jeremy. Obligándose a centrarse en lo que tenía entremanos.

- Cosmonautas? - Dijo Jeremy más para si mismo. Jeremy parecia haber recuperado parte de su serenidad, aunque se apretaba la pierna y, de tanto en cuanto, hacía una mueca de dolor. 

Yo... soy Jeremy.. y soy psicólogo. De hecho trabajaba.. bueno.. trabajo.. en la empresa de Hubert - dijo señalando al hombre que todavía estaba al lado de las cajas. Y.. bueno. no tengo ni idea de que hago aquí ni como he llegado. de hecho, pensaba que vosotros sabriais alguna cosa al respecto.

por cierto, ¿qué eran esas criaturas?

-No sabemos... aun.- respondió un pensativo Georgi -Yo era el médico de la ISS cuando nos golpeó lo que parecía un asteroide. En realidad era una especie de cubo que debe de ser realmente importante, porque al menos dos grupos internacionales van tras él... y la cosa esa que nos ha atacado también. Y en el proceso se ha cargado la ISS.. Nosotros le vinos caer a la Tierra enganchado a los restos de la estación espacial, nos refugiamos en un edificio y al salir nos encontramos aquí.- dicho esto se detuvo unos segundos y terminó por decir -Que no tengo ni remota idea de donde sea que estemos.-