Partida Rol por web

Viendo como Jeremy parecía sin intención de revelar datos nuevos y como Hubert tampoco parecía de ayuda. Paolo tras revisar la máquina y ver como obtenía nada nuevo, se dirige hacia las cajas que durante la batalla había registrado en busca de armas, para poder revisarlas ahora de manera más detenida.

Mientras el psicólogo se gira para tratar de entablar de nuevo contacto con Hubert y poder extraerle más información, Paolo y Georgi empiezan a recorrer la sala en busca de más objetos que puedan ser de utilidad.

El ruso se dirige directamente hacia el lugar cercano a la puerta, donde probablemente haya caído la roca que lanzó. Con cautela, por si de repente la puerta pudiera abrirse y estando en el lugar más expuesto de la sala, dirige su mirada de un lado a otro rápidamente, hasta que sus ojos dan con el objeto. Con la misma forma que la que Hubert tenía entre sus manos, del tamaño de un huevo, la piedra destaca sobre el suelo, iluminada por la tenue luz de la sala.

Por su parte, Paolo se dirige hasta las cajas donde el aterrado Hubert se ocultó durante el ataque. Todo el lugar es un caos, con astillas de los contenedores y piedras de todos los tamaños y formas. La gran mayoría parecen piezas de un puzzle, que juntas podrían constituir algo más grande. No encuentra nada similar a la herramienta que Jeremy posee, pero sin embargo, oculta entre unas piezas triangulares, del mismo material rocoso que el resto de cosas de la sala, encuentra una roca igual que la que Hubert sostenía entre sus manos y como la que Georgi acaba de recoger del suelo, cerca de la puerta.

Cuando cogéis la piedra, a ninguno de los dos os pasa desapercibido que está templada. El calor va y viene, como los latidos de un corazón, de forma que no podéis evitar tener la sensación de que esta roca estuviera viva.

Durante varios segundos, el hombre parece no haber escuchado a Jeremy. No hace otra cosa que mirar hacia el suelo, sin enfocar la vista en nada en particular, y acariciar la roca que encierra entre sus manos. Sin embargo, acaba por levantar la cabeza y observar al psicólogo.

Sus ojos están ligeramente vidriosos, probablemente del cansancio acumulado y de forzarse a permanecer despierto. Las ojeras abarcan toda la parte inferior de estos, hundiéndolos en sus cuencas y incrementando la expresión de agotamiento. Sus pupilas se dilatan y contraen, como si les costara enfocar, pero al final centra su vista en la de Jeremy.

- Hola, Jeremy - dice con voz cansada, como si acabara de despertarse y todavía se encontrara entre el sueño y la realidad -. Me alegro de volver a verte.

Sin embargo, sus facciones son incapaces de mostrar alegría alguna. Sus labios se entreabren para coger aire, que luego lanza al exterior en la forma de un largo suspiro. Sus párpados amenazan con caer y cerrar sus ojos para sumirse en el sueño, pero cabecea y hace un esfuerzo para permanecer despierto.

El hombre parece intentar susurrar unas palabras, pero el aire que expele no es capaz de formar algo parecido a un nuevo suspiro.

Las palabras de Hubert, poco más que un susurro, no llegan hasta tus compañeros, enfrascados en la búsqueda de objetos por la sala. Sin embargo, tu cercanía te permite escuchar con dificultad lo que Hubert dice.

- Menos mal que nos hemos podido reunir contigo.

La rotundidad (a pesar de la falta de potencia de voz) con que lo dice te hace pensar que sabía perfectamente dónde estabas y cómo llegar hasta ti. Y todo el "caso Hubert", como tú mismo lo has bautizado, parece adquirir una nueva dimensión. Sus locuras no te parecen ahora tan ficticias, ni sus nervios injustificados. Los acontecimientos de las últimas horas (aunque una parte de tu cerebro todavía quiere pensar que todo esto es parte de un sueño) te hacen percibir sus problemas como tangibles, y sus preocupaciones muy fundamentadas. Incluso te llegas a plantear que todo esto podría ser parte de un plan mayor, de un objetivo altamente meditado.

La cuestión ahora es si tú podrás mantener la calma y no acabar hundido por el peligro constante como él.

la cosa no pintaba nada bien. Hubert parecia en estado catatónico y él mismo no tenía un aire demasiado diferente. La pierna le dolía mucho, lo que hizo que enfocar su atención al moverse hasta Hubert.

El hombre parecía extenuado, por lo que Jeremy decidió que no era el momento de someterlo a un interrogatorio forzado. - Tranquilo amigo -le dijo suavemente, - descansa un poco, pronto tendremos que movernos - Le apoyó una mano en el hombro para reconfortarlo y se sentó a su lado. su idea era dejarlo que se reconfortara un poco a ver si podía ganar un poco más de confianza para averiguar alguna cosa más.

Se sentó en el suelo tocàndose la pierna. - joder, ese bicho no se anda con tonterias - pensó. La herida parecía grave, pero no mortal. intentó determinar que podía hacer para darse unos primeros auxilios, pero la visión de la propia herida le hizo marearse y tuvo que apoyarse contra la pared y cerrar los ojos para tranquilizarse. - mierda -

-Paolo... llevemos estas al tal Hubert a ver que pasa.- dijo Georgi a su viejo compañero mientras trataba de no pensar por qué una piedra parecía viva, aunque después de lo el cubo ya podía creer casi cualquier cosa.

Mientras se acercaba de vuelta al panel pudo ver al otro hombre agarrándose la pierna, y le dijo -Deje esa herida tal y como está. Ahora veremos que puedo hacer con eso.-

Con la piedra entre sus manos, con la sensación de que pudiera estar viva, Paolo no podía estar que más de acuerdo con Grechko.

Sinceramente, no se si le va a mejorar. Pero el parece más que tranquilo con estas piedras en sus manos, y yo sinceramente prefiero no tener esto entre las mías.

El italiano se dirige junto al ruso en busca de Hubert, esperando que esto le hiciera salir del estado en el que parecía encontrarse.

Durante todo este rato, el hombre ha permanecido ajeno a lo que hacían los dos astronautas y al infructuoso intento de Jeremy de tratar su herida. Sin embargo, cuando Paolo y Georgi se acercan a él y le ofrecen las dos piedras que acaban de encontrar, Hubert levanta la cabeza pesadamente, y fija sus ojos en los objetos que le ofrecéis. Inmediatamente baja la vista con nerviosismo, y parece como si tratara de esconder la piedra que él, cerrando las manos con fuerza y apretando estas entre las piernas.

No podríais asegurarlo con certeza, pero los tres parecéis percibir que el hombre que se siente culpable por algo, y como si la piedra tuviera que ver con ello.

Georgi se acerca a Jeremy y se pone a lo suyo con la pierna herida. Una vez identificado el problema, hace lo mejor que puede con lo que tiene a mano mientras dice:

-Si vas tranquilo esto debería tener que aguantar...-

Dirigiéndose directamente a Hubert, y perdiendo un poco la paciencia que hasta ahora había tenido con él. Paolo no pudo resistir la necesidad de preguntarle.

Hubert, por Dios que demonios ocurre aquí. Se que sabes algo que no puedes o te atreves a decirnos, pero ¿que demonios son estas piedras y en que nos pueden ayudar?. No podemos hacer nada por ayudarnos a salir de aquí sino nos dices que se te pasa por la cabeza cada vez que las ves.

Como si no hubiera escuchado a Paolo, Hubert sigue tratando de esconder sus sentimientos, aunque bastante infructuosamente. La frase del italiano parece haber avivado su malestar, y parece encerrarse en si mismo más todavía. Continúa evitando vuestra mirada, y no parece querer aceptar las piedras.

Cuando pensáis que quizá puedan ser peligrosas, dada su reacción, y estáis a punto de deshaceros de ellas, o al menos dejar de sostenerlas más tiempo, él levanta la vista de nuevo, ahora con algo de decisión en su rostro. Parece que está enfrentándose a una batalla interna encarnizada, donde se debate entre sumirse en el silencio o tratar de explicar lo que sabe.

- Yo... lo siento mucho, porque esto ha ocurrido por mi culpa. ¡Yo no quería poneros en peligro!

A la defensiva, parece preocupado por las consecuencias que pueda tener deciros lo que oculta. Quizá considere que no le creeréis, o que si le creéis le dejéis tirado en este desierto. Pero finalmente la parte más responsable de él vence, y vuelve a alzar la cabeza...

- Yo... ví como hacer esto - dice mientras acaricia la piedra -. Pude ver como funcionaba, y sabía que tenía que hacerlo. Desde que llegásteis con Marc... Él mostró interés en vosotros. Me mostraba imágenes vuestras. Tardé en comprenderlo, pero entonces me di cuenta de que era un mensaje cifrado. En ese momento supe que tenía que actuar y... supe que tenía que traeros aquí. Era necesario por un bien mayor. Porque todavía faltaba una pieza, y sin ella... Sin ella estamos perdidos.

Y después, como si su explicación hubiera sido clara como el agua, agacha la cabeza, como un cachorro arrepentido.

Jeremy vió sorprendido como Georgi le daba daba unas curas primarias a su pierna, con lo poco que había. el resultado fue muy satisfactorio, por lo que determinó que este hombre debía de tener conocimientos médicos. - Muchas gracias amigo - dijo dirigiéndose a Georgi, justo en el momento en que Paolo presionaba a Hubert para que les contara algo.

Jeremy, al ver la reclusión personal de Hubert decidió intervenir. en primer lugar poniendo una mano en el hombro de hubert, para tranquilizarlo y para mostrar el apoyo. por otro lado miró a Paolo, y le hizo señas con la cabeza indicándole que no era el momento de presionar y de ser brusco. Aunque comprendía que Paolo tenía razón y que su situación era desesperada, también sabía que, en casos así, la brusquedad o intentar forzar la situación lo único que hacían era empeorarla.

Por suerte, Hubert, recuperó parte de la cordura, y haciendo un esfuerzo explicó parte de su versión.

Jeremy lo escuchó en silencio sin cortarle ni preguntarle más, a la espera de que fuera él mismo quien dejara fluir la información.

Jeremy escuchó en silencio. Intentando descifrar lo que él decia. cuando Hubert hablaba en tercera persona, en primer lugar creyó que hablaba de Marc, pero, cambió su percepción al pensar que la tercera forma pronominal era para referirse al cubo. hubert lo estaba personificando.

hubert habló poco, pero lo suficiente como para hacer pensar a Jeremy. Por un lado, las imágenes que le había mostrado el cubo. Recordó que en el del laboratorio, Jeremy había visto a Helen. por lo que era muy posible que hubert lo hubiera visto a él en algun momento, y supiera realmente su trabajo y profesión. - Joder. .. - aún así, Jeremy no creía conveniente mostrar sus cartas.

Se obligó a pensar sobre la segunda parte del relato. ela la más perturvadora. Hubert los había traído?. Entonces significaba que conocia las respuestas a varias cosas: ¿como lo había hecho?, ¿sabía donde estabamos?, ¿nos podía llevar de vuelta a casa?. ésta última respuesta le dió ciertas esperanzas y animos al corazón. aunque la última frase, no auguraba nada bueno.

Decidió esperar la reacción de los demás

O sea estamos aquí gracias a este maldito bastardo ... y tendremos que agradecerselo??

Paolo sonrió al ver que la lengua de Hubert parecía haberse soltado, pero aún así esto parecía seguir siendo muy oscuro. Relajando ahora su tono el italiano seguía tentando su suerte para intentar sacarle algo más a su compañero.

Bien Hubert no te preocupes, seguro que has hecho algo bueno por el bien común. Pero, ¿quien o que es esa pieza que fatal? y ¿que imágenes se mostraban de nosotros? ¿En la nave?

Por lo que entiende de psicología, Georgi sabe que hay que dejar que este individuo que los ha traído aquí hable, que diga todo lo que sabe y saber qué le ha contado Marc para que actúe como lo ha hecho.

"Después veremos qué hacer" piensa fríamente el ruso mientras responde con un asentimiento de cabeza al agradecimiento brindado por Jeremy.