Partida Rol por web

Veo la situación.

Es algo peculiar. Veo a algunos cruzando un portón, y a otros yendo para el siguiente

"Lady Megara" le digo a la que parece más regiamente y más instruida (Al fin y al cabo, viste como una doncella de la antigua Grecia, y todo el mundo sabe que en la antigua Grecia, todos eran filosofos instruidos... o espartanos mu brutos) "¿Usted entiende algo acerca de este camino? ¿Sabe que es lo que puede significa esto?"

"Ese "Ella" tiene dragones, así que solo puede ser una persona"

"ELLA es SANTA MARTA, la que venció a la Tarasca en Francia, en Tarascón, hace siglos. Si fuera la Daenerys estaría intentando quemarnos, o haciendo nudismo. Que son las dos cosas que hace mej... ¿HEY?"

Y sep, parece que la han ignorado. Como siempre.
Yo soy Anastaria, la ignorada.

Soy un mero adorno. Una nota al margen. Aquello que el resto simplemente dice "Ah, si. Estaba ahi"

En mi frustración, simplemente tomo el palo en el que me he estado apoyando al cojear, y lo lanzo al aire.

Dejo que de varias vueltas en el aire, y cuando cae, miro en que dirección señala. La dirección que he de tomar.

"En un lado, el Destino. En otro, el Libre albedrío"
"Entre ambos dos, está la suerte" 

"No he nacido señalada por los astros, así que ME SEÑALO A MI MISMA. Y YO ME ELIJO A MI MISMA" declaro "De hoy en adelante, YO seré la elegida"

Con paso -casi- firme pero totalmente decidido, cruzo el arco y me dirijo a mi fraternidad, o sororidad, o zorrorridad, o como narices le quieran llamar.

La arquitectura del este extraño terreno no dejaba de llamar mi atención ya que era una forma totalmente geométrica que en mis años habitando la sábana no pude admirar mar de unas cuantas veces y a una escala menor y sin ningún propósito,pero todo parecía ser diferente en este sitio como si hubiera sido hecho detalle a detalle por alguien.

Incluso avanzando por el lugar tan artificial aún habían varías zona alrededor de prados y naturaleza,era una mezcla perfecta de ambientes pero lo que si me desconcertó era ver ese brillo nocturno en un lugar tan cerrado -Mas hechicería llena de extravagancia- era un disgusto estar sometido a esas fuerzas del más allá sin poder entenderlas p usarlas al menos de momento,quizás en un futuro fuera diferente pero ahora debía mantenerme en calma.

La voz que resonaba llamaba mí atención pues sus palabras estaban llenas de verdad y experiencia pero al ver que solo se trataba de otra de esa hembras mi atención bajo no tenía nada especial a simple vista y sus colores eran menos vivos a comparación de las demás presentes lo único que pudo llamar mi atención fue el instinto de peligro al ver a la gigantesca bestia que la seguía mansamente y simplemente desapareció de la vista entre las nubes.

Esa mujer parecía ser mucho más que solo apariencia y muy probablemente fuera la gobernante del lugar,quien solo confirmo mi sospechas admitiendo que éramos partes de historias del pasado que llegaron a su fin y aun más importante los protagonistas de dichosas historias éramos héroes y villanos lo cual en ese momento llamo mi atención para mí no era sorpresa había manipulado,mentido,utilizado y asesinado a mí hermano sin lugar a duda sería juzgado como un villano.

No dude en atravesar la puerta debía seguir las normas hasta tener el conocimiento sobre mi futuro y sobre mis acciones e incluso podría conocer a otros seres que serían juzgados como villanos solo pude avanzar y despedirme de los presentes riendo mientras desaparecía a la vista -Espero que me ilustren con su presencia en un futuro cercano.

Cuando la misteriosa niebla verde habían llevado a William a aquel extraño lugar tan repleto de gente se había tenido que dedicar unos segundos a palpar su cuerpo para saber que seguía entero. Entero, sí, pero con algunos años menos y una confusión incipiente que creció todavía más según las cosas comenzaron a tomar formar a su alrededor. Había una gran cantidad de caras: unas nuevas, otras que confundía y otras que le sonaban de algo pero tampoco tenía claro de qué.

Caminó hasta aquella verja, aún preguntándose (y preguntando a algún pobre alma perdida como él) dónde diablos estaban aunque no le abandonaba aquella desagradable sensación de déjà vu, como si estuviera repitiendo un sueño muy extraño. Tras cruzar la verja y ver aquellos que habían tratado de saltarla como salvajes un extraño cuarteto de personajes se presentaron para darles la bienvenida y quejarse por su tardanza. ¿Tarde? ¡Un príncipe como él no llegaba nunca tarde, llegaba justo cuando se le necesitaba!

Pero su sorpresa no alcanzó su cúlmen hasta que Ella se presentó. Ella, como un faro de luz tan doloroso que cegó incluso a los más resistentes; ofreciéndoles una alternativa única, una alternativa increíble que... ¿que se le hacía familiar? ¿Por qué se estaba sorprendiendo menos de lo que debiera por todo aquello? William lo tenía bien claro: él no era sencillamente una historia. Y tenía todavía aún más claro que si su cuento estaba estancado era su misión más primordial enfrentarse a esas fuerzas que movían el mundo y conseguir reescribir su sino para encontrar a la mujer perfecta con la que pudiera compartir su reino, su felicidad y su increíble capacidad de dar masajes. Porque, seamos francos, aquella era una dote igual de importante que un castillo con ochenta miembros en el servicio.

Sus ojos se posaron en algunos de los participantes en aquella locura. Gente como @Bella parecía especialmente preocupada por algo que no supo entender, pero cómo se resistía a la cercanía de un tipo fuerte y guapo le hizo suponer que no todo el mundo estaba contento con las compañías. Sea como fuere él no tenía pensado pararse, ya que ni los cuentos, ni las historias ni los buenos príncipes se quedan parados esperando a que todo ocurriera.

No sin cierta curiosidad (y con un bostezo ante las divisiones entre héroes y villanos), Azul se acercó al umbral con paciencia, cruzándola con la determinación de alguien que cree que sabe lo que hace... pero que realmente no tiene ni idea.

-No sabía para nada lo que sucedía a su alrededor, estaba un poco atontado pensando en las palabras que dijo hace instantes que simplemente no hacía más que seguir al grupo. Algunos parecían estar apunto de empezar una pelea, otros coqueteaban y los demás hacían vaya a saber Odín qué, pero sinceramente esto era un gran dolor de cabeza. Tantos gritos, tantas diferentes conversaciones pero nadie podía simplemente caminar, yo solo quería finalmente separarme del grupo, o al menos tener tiempo para saber que era lo que estaba pasando.-

-Pero finalmente hubo algo que me arrebató la atención, aquella figura alada la cual pasó por las ventanas de donde estábamos, lo cual hizo que junto al resto camináramos hasta una especie de patio amplio, con aquel cielo hermoso y estrellado. Pero aquel momento de aparente paz se vio interrumpido por como una mujer caminaba sin más hacia nosotros, y como desde atrás una criatura abrió sus alas y volaba lejos del lugar.- ¡Maldita sea! ¡Un wyvern! -Dije en una mezcla de miedo y sorpresa, nunca pensé el ver alguno en mi vida, en lo absoluto, pero tal parecía que aquí abría muchas cosas fantásticas.-

-Pero después mi mirada se dirigió hacia la mujer la cual parecía que llegó con dicha criatura, la cual comenzó a hablar algo sobre heroes, villanos, y el destino. Pero eso quedó atrás una vez en su mano comenzó a emanar una luz, y como al abrirla unas esferas aparecieron, en un espectáculo magnífico, casi como el de las luces azules las cuales vi antes de llegar a este mundo. Aquellas esferas frente a mis ojos comenzaron a cambiar, a hacerse unos libros los cuales se colocaron frente a cada uno, y al mirar al mío pude ver como en letras doradas estaba escrita la palabra "Brave", el cual abrí y comencé a ojear por encima.-

-Una vez el libro se esfumó pude ver un gran arco de piedra que estaba de la nada.- Por Heimdal... -Susurré en un hilo de voz, mirando como aquel traslucido velo llegaba a interactuar con la brisa mientras esas historias que me contaban de niño volvían a mi mente, pensando así en el guardian del Yggdrasil... Y ahora que lo pensaba, este mundo no encajaba con ninguna de los otros 9, así que era un poco extraño el asunto.-

-Todos iban pasando uno a uno, pero ya me llegaba a mí el turno, por lo cual decidido comencé a caminar, pero a mitad del camino solo comencé a correr hacia el portal, cargando como si fuera a la batalla, y eso era porque sinceramente no sabía que me esperaba del otro lado.-

Úrsula se había molestado justo en el momento en que @Hércules le soltó el brazo para ir rápidamente a socorrer a @Ariel. No podía creerse que nada más llegar ya la estuvieran cambiando por ésa. Estúpida niñita... me las vas a pagar. Luego escuchó las palabras de otro tipo con pelazo (@Simba). Se había quedado sorprendida al ver lo hermoso y apuesto que era y no había sido capaz de soltarle ningún comentario ni reaccionar. 

¡Por todos los dioses marinos! ¿Qué pasa aquí? Y entonces fue cuando Úrsula empezó a mirar a su alrededor y se dio cuenta de la cantidad de bombones que había ahí. ¡Madre mía! Sorprendido ante tanta belleza se percató del problema que suponía que también hubiese gran cantidad de féminas. En el fondo estaba tranquila, había suficientes hombres para poder encontrar allí a su media naranja. Habían hablado de que esto era como la Universidad y ella había leído mucho sobre este tema. Tendría que encontrar allí a su hombre ideal.

Y entonces, cuando una voz resonó y Ella apareció frente a todos. Su presencia era pavorosa, casi al mismo nivel que el ser mitológico que había tras ella, ¡aquello era un dragón!

Luego vinieron las palabras de Ella. Por cada poro de su ser se podía respirar grandeza, aquella espectacular mujer hacía que la palabra Feminismo cobrase sentido y se tranquilizó al saber que Ella era la directora y creadora de toda esa locura. Si estaba al mando seguramente no habría ningún problema. Todo iría bien y no había nada que temer, aunque fueran 5 años ahí tejiendo su nuevo destino.

Pero todo lo que había pensado hasta ahora se quebró en mil pedazos al escuchar la manera que tendrían de encasillar a los alumnos. ¿Qué era eso de dividir a cada uno en tres grupos? Si los dividían en Héroes, Heroínas y Villanos ya les estaban sentenciando desde el mismísimo momento. Si tú ya estabas en una hermnadad de villanos ¿cómo iba a ser posible que tejieses tu nuevo destino si ya te habían puesto una etiqueta enorme en tu frente? Ella se cayó del pedestal en el que Úrsula la había puesto. Había pensado que todo iría bien, su forma de hablar, su forma de expresarse... ¡pero esa estúpida norma! ¿Cuán necesaria era? 

Úrsula se llevó la mano a la frente molesta porque sabía dónde la dirigirían. Ella nunca se había sentido como una villana. Ella siempre había tratado de cuidar a esas pobres almas en desgracia, hacía contratos con ellas y les daba lo que más ansiaban. No era malvada, pero el cuento que habían escrito lo habían hecho para esa tonta de Ariel y ya se sabe que todo depende del punto de vista por el que se mire. 

Decepcionada por lo que sabía que iba a suceder, dio un paso hacia adelante y se introdujo a través del velo. Era hora de cambiar su destino, aunque estuviese jodida desde el principio.

Juddy y Nick, la niebla verde os envolvió por separado y al otro lado os arrojó en este lugar. Ambos llevabais ropa mucho más pequeña y ajustada, teníais manos y piernas humanas, aunque no os asustó ni os pareció incomodo, es parte del encanto de este lugar normalizar la apariencia humana en la medida en que vuestra mente es abierta a los cambios.

Obviamente al cruzar el portal, la ropa que estaba hecha para una conejita y para un zorrito, quedó pequeña a dimensiones humanas, y se rasgó, así que presenciáis toda la escena con la ropa hecha jirones, medio desnudos.

Nadie reparó mucho en vosotros debido a la gran afluencia de gente y la novedad de la situación, de hecho ni siquiera os visteis el uno al otro. Como en todas las grandes masas de gente aturullada, algunos captan la atención, otros pasan desapercibidos.

Solo en el momento de entrar en el velo, Nick contempla el trasero semi desnudo de una Juddy humana entrando primero por la puerta, henchida del valor y el arrojo que la caracteriza. 

No. Entres. En. Pánico.

Más fácil decirlo que hacerlo. Cuando sabes que tienes el don de la palabra, y que eres capaz de vender hielo a un oso polar, debes estar seguro de haber borrado todas tus huellas para que el oso no te siga a la madriguera. Aparentemente, no había cubierto bien mi rastro después de todo, y antes de darme cuenta, los matones de Mr. Big me llevan a rastras hasta la mansión del jefe de la mafia.

-Nick, vienes a mi, en el día de la boda de mi hija, no traes regalos, no me llamas padrino...- Lo escucho con un nudo en la garganta. Conozco ese tono condecendiente, de padre decepcionado, que usa con aquellos que han perdido su favor. Una vez yo también tuve su favor, hasta el fatídico día de la alfombra apestosa. No entres en pánico. Pero mi expresión me delata. Estoy aterrado. Con las orejas gachas y el rabo entre mis patas pido disculpas, me arrodillo, le beso el anillo. Incluso el zorro más astuto sabe cuando quedarse callado. Es cuando me cuenta que su nona había muerto y la habían enterrado con la alfombra. Si otra fuera la situación, me estaría riendo en ese momento. Pero es mi cuello el que está en juego, así que no río. -Dale mis saludos a la nona...-

Mierda. -¡No, no, Mr. Big, por favor, espere!- Intento decir, pero sus matones me alzan por el cuello de la camisa y me suspenden sobre el suelo, donde se abre una trampilla hacia el agua helada. Sé que no sobreviviré más que unos segundos. Entonces ocurre el milagro. -¡PAAAAAPIIIII, ya va a tocar la canción para el baile de padre e hija y... ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Prometiste que no congelarías a nadie en MI boda!- Ya no estoy escuchando lo que dicen, pues tengo el corazón bombeando en los oídos y los ojos fijos en el agua helada. -Bajenlo.-

Cierro los ojos y estoy a punto de gritar, cuando medoy cuenta que me han puesto de nuevo en el suelo. -Como regalo de bodas de mi hija, voy a darte una oportunidad. Voy a enviarte a un lugar muy, muy lejano, donde tendrás que aprender a valorar lo que te he dado. Vuelve exitoso, y tendrás un lugar en mi mesa. Vuelve sin cumplir, y te irás a dormir con los peces.- Agradecido, ni siquiera miro el contrato que me hace firmar. Leo la palabra "universidad" pero poco más, pues antes de darme cuenta, uno de sus matones me lanza a lo que parece un armario, y veo una niebla verde que me envuelve...

Y de pronto estoy aquí. Rodeado de... gente. No tengo pelaje en mis brazos y piernas, siento mi hocico más pequeño. De alguna forma comprendo que no soy más un zorro, sino un humano. Es... extraño. Alrededor hay un poco de caos entre el resto, yo me mantengo en silencio. No hay arma más efectiva que las palabras y saber usarlas, así que sólo escucho. Avanzo con ellos en dirección al castillo, y somos recibidos por seres extravagantes. La forma de hablar de los tres mujeres es caótico, pero logro sacar lo importante de aquello. Pertenezco a una historia. Pues vaya, quién lo diría. Cuando llegamos ante la mujer que dirige este "asilo", hace aparecer una burbuja con una portada. Sonrío de medio lado. No es mi historia, sino la historia de la Zootopia. No tengo que pensarlo mucho, claramente heredaría el puesto de Mr. Big y sería el más grande villano de la ciudad. ¿Pero, quién era el héroe? Intento ver si el alcalde Leoncio estaba en el grupo, y es cuando veo a la chica. También ella mira la portada de Zootopia, por alguna razón se me hace familiar. Grandes ojos, boquita curiosa, dos incisvos que.. No, ¿es la conejita de los parquímetros? Esta vez no resisto la carcajada. Pobrecilla.

Un portal se abre ante nosotros, y de uno en uno, casi en carrerilla, van saltando todos dentro. Me limito a mirar, pensando. Puedo volver. Tirarme al agua y olvidar que existe este sitio. Pero sé que no podré huir de Mr. Big para siempre. Además, aquí seguro aprendería como volverme el villano que necesito ser. Ya tengo la astucia, tengo el carisma. Será sencillo. Casi de forma inconsciente mi mirada cae en el culo de la chica conejo, y vuelvo a sonreír de medio lado. Bueno, ¿qué estamos esperando? Sin podermeterme las manos en el bolsillo debido a mi ropa destrozada, atravieso el portal.

 Y allí estoy en un lugar donde no sé que es, con una apariencia que dista muchísimo de lo que soy y lo peor: DESNUDA. Lo cual, completamente avergonzada, me cubro con la poca tela que ha quedado de mi atuendo de policía mientras observo a mis alrededores para saber quién está allí. 

Un suspiro escapa de mis labios al descubrir que Nick también ha aparecido. ¿Qué ha hecho con su hocico y sus largas orejas? Ya veo que esto es una alimaña de él y esta vez juro por mis Padres que me la cobraré. Siempre me engaña, me hace cosas horribles y ahora, está allí mirándome con su actitud pura de suficiencia. 

Ya roja como tomate, pensando que si tuviera las orejas ahora mismo estarían caídas, camino por donde sea que hay que ir, completamente perdida y atemorizada por momentos. Aunque de alguna contraria manera, si está allí es por algo, quizás esté relacionado con lo mío, quizás no. Nick...

Negando con mi cabeza, avanzo a paso firme solo para dejarlo atrás mientras traspaso el velo y anhelo aparecer del otro lado al menos con ropa. Qué vergüenza, qué incómodo. 

El castillo es un hervidero de gente, los pasillos abarrotados, algunos cristales rotos, ninguno de vosotros sabe lo que pasa pero que es algo peligroso se nota en la cara de Cheshire. Corriendo os dirige por entre los pasillos, os seguís unos a otros entre todo el barullo de gente saliendo. Una vez fuera del castillo juraríais que algunos árboles se han levantado y caminan hacia lo que parece el centro de la tormenta. Más allá, en lo alto de la montaña más lejana.

Hacia allí se dirigen todos, veis a Myterio sobrevolar el cielo, erguido, como si flotara, con el ceño fruncido ni siquiera repara en vosotros. 

El enorme dragón cruza el cielo. En su lomo está ella que aterriza haciendo temblar el suelo. Cheshire la mira asustada, luego os mira, abre los labios para pronunciar algunas palabras pero rápidamente la cierra; sabe que nada recordaréis en unos minutos. La véis sonreír por última vez, su cuerpo se desvanece mientras su sonrisa blanca se aleja. 

Ella, ojerosa, debilitada, más delgada y pálida, consumida y gris, igual que el desolador e inhóspito páramo en el que se ha convertido todo en derredor vuestro. 

- Debéis volver a vuestra historia. Hay quienes no están de acuerdo con que las historias se reescriban, fuerzas poderosas a quienes les gustan sus finales. Este ya no es un lugar seguro. Siento tanto que haya durado tan poco... 

Empieza a llover, gotas negras de una textura densa se os van derramando encima. Es tinta. 

- No os he dicho mi nombre, si logramos que Far Far Away sobreviva, quizá pueda... - el dragón suelta un alarido con  los ojos fijos en la tormenta - ahora debéis marchar.

En cuanto tocáis las aguas negras empezáis a sentir una paz extraña, el agua está caliente; la tormenta se agarra al cielo, su pelo blanco se mancha de negro mientras aguarda a que la última cabecita quede cubierta por el agua.

Pronto olvidáis todo lo sucedido, despertando tal y como estabais. 

Todo esto fue cierto y pudo no haber sucedido jamás… Y como mi cuento fue tu arrullo ahora yo quiero conocer el tuyo.