Partida Rol por web

 Sin poder evitar el ataque, me agarro el brazo herido que sangra bastante - mierda! fui descuidado al pensar que eran unos mierdas.- me recrimino - Me podía haber costado la vida si me llega a dar en la arteria. - les miro con los dientes apretados, no tanto por el dolor como por la rabia.

Sin tener tiempo para hacerme un torniquete intento evitar a ambos atacantes con la sola idea de acabar rápidamente la pelea. - si mareo más la perdiz, acabaré perdiendo por agotamiento. - al intentar evitar intento quedarme cerca del tipo que acaba de usar el poder para poder arrearle con todas mis fuerzas.

Debéis ser gilipoyas... no es como si nunca haya luchado contra otros esper. - alzo el puño sano - Ahora si que me habéis cabreado. - y fuerzo una sonrisa dando a entender que me voy a divertir. Aunque es más por orgullo y darme ánimos que por otra cosa. Nunca me ha gustado mostrar debilidad, y nunca lo haré. 

Primero viene el tipo desarmado, el más fuerte al menos en corporalidad. No te da un golpe directo, pero alcanza a rozarte el brazo malo, lo cual le causa mas dolor, inutilizándolo aún más, si es que podías haberlo usado anteriormente. Ahora la tensión en el ligamento y la inflamacion a nivel de fosa cubital, y de union entre huesos es considerable, impidiendo un movimiento óptimo, dejandote un bulto al lado del torso, literalmente.

Luego, el otro tipo va a atacarte con su puño metálico, pero falla, siendo evadido grácilmente por tu persona, que se enfoca en el ESPer, mas atrás de todos, el Psíquico que se reveló hace poco, y que quizá será, como mucho, un Lvl 2, por sus movimientos, o algo parecido. No sabes en realidad, pero tu instinto casi nunca ha fallado, si es que no ha sido directamente nunca.

Te acercas, y el tipo intenta concentrarse, contener su masa, tensarse para resistir...

Y lo logra, siendo su logro parecido al tuyo en golpear...

Pero ahí, es cuando chocan los poderes.

Aquello que hace, lo que sea que sea, y que aún no captas... No funciona, dando igual si lo percibas o no.

Tanto es el impacto, que tu propio protector de puño termina rompiéndose, en un sonido múltiple, de explosion inelástica, que hace volar los trocitos en todas direcciones, gracias a la ley de Newton, pero por suerte, no impactándote a tí directamente, debido a las capas sobrepuestas de masa que hay en el mismo objeto, protegiendo tu mano. Mientras, que el estómago del tipo, es duramente apaleado, haciendo que se termine arrodillando... Quedando frente tuyo.

- Mal...dito...

Ahí es cuando le ves mover su brazo derecho, haciendo algo.

Tirando algo, específicamente.

Atrás de él, la cuchilla... Se mueve.

No, él la mueve. La tuvo sujeta todo este tiempo con un hilo, y la lanzó preparando un... Momento como este?

Sí, así es...

Y se dirige directo hacia tí, por contraposición, desde atrás.

Justo entonces, cuando parecía llegar a ser un ataque letal...

Pfzm!

Un sonido.

Un sonido que ocurre directamente desde tí.

A último segundo, la fuerza mecánica, venida de la energía cinética... Se reduce.

A cero. A nada.

Aquella cuchilla, roza tu cuello, tu cuerpo, tus muslos, rozando sin dañar, sin hacer un solo poco, como si no tuviese filo, como si no pudiese deformar físicamente con su filo.

Y el tipo, no puede creerselo.

- No entiendo... Mis ataques calculados... Uso da!!!!!!

Toma la cuchilla, y entonces intenta atacarte.

Mientras vienen los otros dos.

Y has logrado algo por sobre tu típico uso habitual.

Un paso hacia adelante... ¿Sin dar otros hacia atrás?

 Excitado y muy emocionado de haber desarrollo otro efecto relacionado con mi poder, lanzo una carcajada. Pero sin confiarme decido acabar con mi peligroso oponente sin piedad alguna. ¡Maldito! éste es tu último truco, te voy a dar ostias hasta que se te borre esa cara de gilipoyas que tienes!

Acto seguido le intento dar una patada en las costillas y luego otra en la cara o el cuello para dejarlo completamente inconsciente.

Luego me encaro al resto esperando sus ataques. 

Una escena terrible, llena de poder, y de odio, y de amor... A la pelea.

Primero, tu patada al estómago, le llega, sin embargo la sujeta con una mano, y contiene.

Tu segunda patada, le llega a la cara, empujándolo lejos, al aire, en un movimiento digno de cámara lenta.

Tic toc... Tic toc...

Se mueve en el aire, y entonces...

- To...¡Maaaaaaaa!

Lo ves.

La cuchilla con el hilo, que sujetó a pesar de todo.

La mueve, y entonces... Percibes el hilo. Percibes como se va moviendo, y por fin te das cuenta de su poder.

Calculos.

Analisis.

Movimiento estadistico predeterminado.

Así pudo cortar tu hombro sin problema.

Y asi ha podido ir prediciendo, como en un tablero, todo lo que se le tira, de manera bastante cobarde, pero efectiva.

Logrando así... Que la cuchilla llegue a tu mejilla, se mueva entre dicha, corte los epitelios de piel, y un poco mas hacia dentro, avanzando hasta adelante...

Tal como si fueses un animal, un porcino, siendo destajado por partes, para una cena.

Y al final cae la cuchilla...

Y así tambien, lo hace tu enemigo, en el piso, tras el impulsazo escalarizado, mejorado por tu Poder, que le diste.

Ya no es más. Por fin se dejó de molestar.

Pero te ha dejado una marca profunda, con esa molesta arma metálica, que a un lado tuyo se encontraba.

Se acercan los otros y...

¡Algo pasa!

Algo que os afecta a todos por igual.

Algu...Alg... Sea lo que sea, está ahí.

Pero se ha ido. O deja de estarlo. O no.

Algo que distrae a uno de los tipos, al mas fuerte, para que puedas atacarle con un puñetazo, y potenciarlo confiadamente con el don escalar.

Simplemente artístico, poético, épico. No solo le logras pegar en el estómago antes de que te pegue en la mejilla donde tienes cortado, sino que le mandas volando 12 metros a distancia, y rodando, haciéndole ver quien manda. No se levanta de nuevo, tampoco muere, pero no se despierta.

Finalmente, queda el tipo con el puñal americano. Tiene los... Cojones contraídos. Aún si estés herido, tu aspecto sangrante, cortado como en una rodaja, sucio, y con tu propio puño de mano hecho pedazos, producto de tus impactos, es suficiente para amedrentar al mas gamberro.

Se va, huye como una nena.

Has ganado, oficialmente...!

Y cualquier cosa que se haya presenciado, ya no está ahí.

 Aun con la vista borrosa por los golpes, las heridas y la sangre, y doliéndome todo el cuerpo. Huesos destrozados y músculos rasgados soy capaz de darme cuenta de que el último de ellos ha salido huyendo.

No me jodas malnacido - rezongo. Cojo el cuchillo y con el brazo sano (que no la mano) apunto como puedo y le arrojo el cuchillo por la parte roma, potenciándolo después para que alcance y golpee con intensidad al tipo que corre.

Luego, independientemente de darle o no, me derrumbo sin que mis rodillas puedan sostenerme por más tiempo. - Mierda... he agotado mis fuerzas... - murmuro sin poder siquiera alzar la voz. Me recuesto un momento contra una pared. Escupo algo de sangre y me fuerzo a levantarme tras recuperar algo de resuello. Ha sido una buena pelea... pero aun no soy suficientemente fuerte... no lo soy. Hago acopio de toda mi fuerza de voluntad para ponerme en pie.

Una vez erguido y sin volver a mirar a los gamberros, vuelvo mis pasos a la calle y busco un parque donde sentarme y hacerme unos primeros auxilios. De todas las peleas que he hecho, algo he aprendido, así que me hago un torniquete aquí, me pongo un paño húmedo allí y me cuelgo una venda del cuello allá, para evitar el desangramiento, limpiar las heridas y sostener el brazo herido.

Sentado y bien fastidiado cojo mi móvil y llamo a un taxi. Esos hijos de puta! grito sobresaltando a los pocos transeúntes que pasean por el parque. ¡MALDITOS HIJOS DE PUTA! repito otra vez en voz alta. No puedo presentarme así en casa... otra vez toca ir al hospital. Esperemos que al menos me den el alta para ir mañana a la escuela.

Con este pensamiento, y esperando el taxi, cierro los ojos y descanso. Sólo fugazmente pienso en aquella presencia que les distrajo al final.

Sujetas el cuchillo... Te enfocas hacia adelante, a lo lejos... Percibes como la sangre fluye por tu mejilla, cayendo hacia abajo, lateralmente... Y entonces, te haces con el movimiento preciso...

¡Lográndolo!

Fzum, suena, moviéndose en giros, como lo haría el arma de un medio-oriental en distintas, previas épocas. Al final, le termina llegando al enemigo, en medio de la articulacion de la pierna, haciendo que caiga en seco hacia adelante, irónico, considerando como este combate partió verdaderamente con el corte de la articulacion de tu brazo.

Sin embargo, percibes una regresión tardía de tu Poder. Un sonido presionado e intenso, termina por causar daños, como rasguños reversos, como tirajes hechos por rastrillos en contra, sobre toda tu mano, y el sector distal del brazo. Duele como el diablo, tanto como todo lo que ya estás sintiendo, pero ha sido el contra-efecto, el A.I.M. negativo, contrario al positivo, que te ayudó con la cuchilla en aquel momento anterior.

Sales del callejón, y entonces llegas hasta una banca en medio de lo que sería una especie de plaza, al lado de una carretera, como las muchas que hay en Gakuen Toshi. Percibes que el sol está cayendo, y los ventiladores eólicos ya están empezando a moverse mas rápido. Se torna un naranjoso azulado en el cielo, cuando entonces...

Una sola persona, te mira. Todos los demás habían apartado sus cobardes seres, ante tu grito, y tu presencia dañada, pero dicha persona, se quedo ahí, mirándote, ante aquel atardecer que se posaba tras su figura... Femenina? Sí.

Aquella joven. Que te dijo. "Hentai".

- Hentai... Así que... Peleandote tambien. Pervertido, y delincuente de paso. Tienes todo. ¿Acaso tambien eres un super estudioso sin que lo sepa? Sería interesante...

Se acerca, y te mira la herida de la mano, sujetandola.

- Una concusion por presion... -Susurra, y luego te mira, hablando normal ahora- ¿Le pegabas a una pared por furia? Si ya te he perdonado, no tienes que flagelarte..

Logra, de algún modo, posicionar tu mano, y tratarla con sus movimientos, tanto de ella, como los que impone sobre tu mano, para que... No duela. Al parecer sabe, sin que sepas como. Ahora no duele tanto como antes, y tampoco sangra. Te fijas, y notas que usó hilos, claros, cómodos, pero firmes, y delgados hilos, los cuales ahora te sujetan como a un títere.

- Ahí... Y si quieres... Puedo llevarte a un hospital.

Se acerca un taxi... Y parece que esta chica... Tiene una mejor alma de la que se pudo pensar. Malentendidos comprendidos, a medida que llega el transporte futuro.

 Estaba descansando, intentando subyugar el dolor a mi voluntad -sin demasiado éxito- cuando aquella chica me llama "delincuente" y "pervertido" - y yo que pensaba que mi vida escolar iba a ser aburrida... pse...

Cuando se pone a mirar mis heridas no puedo más que sorprenderme. Pensaba que estarías enojada y lo menos que te gustaría hacer es precisamente ayudar al tipo que te arruinó el día de hoy. - le comento mientras trata las heridas.

Luego a su ofrecimiento no puedo más que asentir. - Como quieras... 

Dejo que me acompañe. Se me notaría la cara de sorpresa y cierto rubor en las mejillas por estar en compañía de una chica si no fuera porque tengo las mejillas hinchadas, el labio partido y un ojo morado. No hay mal que por bien no venga...

- Pues... No es tan grave. Tu petición de disculpas fué sincera, y no miraste por más de dos segundos después de... Tu... Sabes... Además mi mamá es doctora, así que no me cuesta mucho, conozco algunos de estos... Procesos. Listo!

Termina, notablemente dejando que no te arda. Ahora eres un muñeco andante, cubierto por hilos y algo de gasa, escasa, pero existente. Si te mueves un poco de forma incorrecta, o peleas de nuevo, se te saldría lo más probablemente, o perdería su esencia, después de todo. Al final, la chica, Saiyuki, se sorprende un poco.

- Ahora que me pregunto... ¿Que haces tan herido? Yo daba una vuelta, porque mas rato saldré con unas amigas al Seventh Mist, pero... Bueh, no soy quien para preguntar, pero se ve preocupante...

Por un instante notas como va acercar su mano a tu mejilla, lentamente, y entonces... ¡Y entonces...! Solamente te observa. Ladea un poco su cabeza, y luego se pone normal, suspirando. Tu mismo te das cuenta de que... No estás tan herido como pensarías, de hecho.

- Aparte de Hentai, y Delincuente, eres mounstrosamente fuerte. No te ha pasado nada. ¿Que eres? No importa... Si te encuentras bien, dime...

Notas como mira su hora, pero parece dispuesta a acompañarte. Algunas personas pasan, y no se fijan, ya que ya estás, en gran parte, no-sangrante, siendo la mas destacante de tus heridas la de la mejilla, que fue sin duda grotesca, pero las otras ya casi no molestan, y la del brazo parece estar siendo supera con mejoría de lo que se pensaría. Poco a poco el sol piensa en ocultarse, ahí en el cielo, en frente de vuestros juveniles (O no tanto) ojos...

 Es muy rudo que sigas llamándome Hentai, ¿no crees? - y me presento - me llamo Hitsuo Kyuji. Le tiendo la mano a modo de saludo formal - Creo que dijiste que te llamabas Sayuki, ¿no? encantado. Y bajo la cabeza de forma reverente. Y no... no soy tan fuerte... sino no habría acabado así. - me duele todo, así que me muevo lentamente.

Gracias por tu ayuda - reviso que tengo vendas y tiritas por doquier pero apenas me duelen gracias a sus excelentes cuidados y a mi resistencia natural a las heridas.

Me he peleado con unos gamberros... un tres contra uno, y por eso acabé tan maltrecho. - Me voy a levantar pero aun me duelen las piernas y me vuelvo a sentar con un chillido ahogado de dolor. - Pero ellos se llevaron su merecido. - se me iluminan los ojos con el fuego del recuerdo.

El taxi que he pedido llegará en seguida, si quieres vamos primero a Seventh mist para que llegues a tiempo a divertirte con tus amigas - digo sincero. Como parece que no eran tan serias como creía, iré a mi casa a limpiar las heridas y cambiarme.

- Hitsuo-kun... Ya veo. Pues bien, me sigues preocupando... Así que tomaré tu oferta.

Ahí, llega el taxi, de entre muchos autos que abundan en la ciudad de Gakuen Toshi, sin necesariamente congestionar, logrando el extrañamente cómodo ambiente que orbita en toda la metrópolis, como si jamás se acercara a ser un lugar un poco menos ideal, excepto por los callejones, claro está. Saiyuki entonces se levanta, a lo que luego ambos tomáis el transporte.

- A Seventh Mist, por favor...

A medida que pronuncia la joven, comienza a moverse la maquinaria móvil, a lo que entonces, la joven parece curiosa, observando tu estado, y habiéndose fijado en tu destello ocular.

- Dime, Hitsuo-kun, ¿Te gustan mucho las batallas? No lo sé... No me imagino pudiendo soportar tal dolor de esa forma...

Dice mientras se pasa una mano sobre un brazo, mirando preocupada. Por otra parte... Algo viene a tu mente, a la vez que varias cosas parecen querer procesar el tejido neural al mismo tiempo.

Sin embargo, no parece haber demasiado éxito. Algo que había en clases, y a su vez algo que ocurre afuera, que se "Siente" en el ambiente, como mucho. Nada muy lejano, o diferenciable, mas allá de estar con una chica, solo, aparte del taxista, mientras estáis por llegar al Seventh Mist, y veis como poco a poco el cielo va tomando colores extraños, dignos de una pintura...

 No hace falta que te preocupes, estaré bien. En unos días habrán desaparecido las heridas, como mucho el ligamento del codo tardará un poco más. - le comento quitando hierro a la gravedad de las lesiones.

Bueno... desde siempre me he metido en peleas, digamos que es algo que ya tengo interiorizado. De todas formas, cuando estás combatiendo, no sientes el dolor debido a la adrenalina y a que los musculos están calientes. 

Por eso parece que puedes aguantar más. - explico.

Me quedo en silencio mirándola, intentando recordar algo.*

Saiyuki-san sonríe levemente al oirte hablar, de manera fascinada, pero atenta, sujetándose de vez en cuando alguno que otro mechón de cabello que pasa por el lado de su cara. Al mirarla bien, notas que es de verdad hermosa, o al menos bien cuidada y de aspecto pulcro. Al final, bajais, pagais, y estais en aquel gran centro comercial, recurrido altamente, y conocido, con la plazuela al frente, llena de lugares para encontrarse, o espacios útiles.

- Sabes mucho, Hitsuo-kun... Me gusta eso. Solo espero que no te pase nada malo... Sería un... Des...

Justo antes de seguir, con una extraña mirada, la "Atacan" por detrás, dos niñas, vestidas parecidas, y que, sin estar mal, no estan al nivel exacto de Fujiwara (Saiyuki). Sus amigas, a las cuales mira, y termina saludando, habiendo sido interrumpida.

- Ne, muchas gracias, Hitsuo-kun, nos veremos en el colegio, como siempre. Ten cuidado, por dos...!

Sonríe un poco más que antes, mirándote como por un buen lapso de tiempo, y finalmente, se está yendo.

Al momento en que tu tomas memorias. Pasado que se hace presente, al ver el cielo, y la tecnología.

Hace muchos años...

Aquellos días en que estabas... Confuso, sin sentir mucho más que oscuridad, y palidez...

Un enorme dispositivo amenazaba con destruir la ciudad, siendo estrellado encima de dicha.

Algo como el Tree Diagram mismo, echado de manera inevitable sobre la tierra, sobre Gakuen Toshi.

Y entonces, la visión de un hombre, un joven... Junto a una mujer.

Ambos, con sus almas, sus fuerzas... Detuvieron aquella amenaza que acabaría con todo, aquel pisotón metálico de Dios.

A mucha dificultad, lo lograron. Pero eso implicó destrucción de muchos edificios.

Uno de ellos aquel donde estabas, bajo "Observación".

Aquella destrucción, fué cuando viste, por primera vez, la luz.

Aparte de la sonrisa de aquel hombre, de pelos puntiagudos, y determinada mirada.

Y aquella mujer, una estudiante, de cabellos largos, y cobrizos, con una gentil sonrisa.

Aquel día, Gakuen Toshi pudo perecer.

Pero pocos, aparte de tí, y unos cuantos... Tienen el poder para recordarlo.

Dado que terminan los Flashbacks.

Y se vuelve...

Al mundo ya conocido.

Al tiempo actual, y real.

¿Qué quería decir? - me la quedo mirando y observo perplejo como se queda un buen rato fijándome en mí. - Parece que la he caído bien... bueno, a mí ella también... es simpática y agradable. Me doy cuenta de que me he ruborizado un poco al pensar en eso. Agito la cabeza para quitarme la tontería

No puede ser que alguien como yo le guste a una chica... - y antes de dirigir mis pasos hacia el taxi no puedo evitar mirarla como se aleja - pero esa chica...

Suspiro.

Y es entonces cuando algo me sucede. Apenas consigo llegar al taxi, me pierdo en antiguos recuerdos o quizá en sucesos futuros. No me doy cuenta de que hace unos minutos que el vehículo se ha detenido en frente de mi casa.

Salgo ya algo más centrado. ¿qué ha sido eso? - me examino aunque sé que ha sido un recuerdo fugaz. Algo que olvidé y que creo, no me gusta recordar.

Entro en casa y espero que no haya llegado todavía mi madre, no me gusta que me vea en este estado, tras una pelea.

No ha habido nada extraño en tu recuerdo, solo que... Se sentía tan vívido, de aquellos días en los que eras un C...

Mejor es no decirlo. ¿O mejor es aceptar la realidad?

Durante tu pensamiento, y entrada a tu hogar, apenas estás cruzando la puerta, recibes un mensaje, Mairu!

'A pesar de que ya no me caigas mal... Me gustaría que no hablaras sobre mis panties...

Me gustan los diseños bonitos, y llamativos. Queda entre nosotros, sí?

Adios.

Fujiwara S'

Un mensaje de... Sí, ella, efectivamente. Nadie más podría haber hecho un comentario como ese. Y al pensarlo, ni siquiera te... Acuerdas... Mucho. Ok, eran rosadas, no, violetas... Y tenian enc... Um... ¿Confianza? Si, supones que tendrías que ser confiable para ella, y sus sexys... Pant...ies...

Al fin, entras en tu hogar, y no parece haber ningún otro problema, nada nuevo, todo tal en el orden en que lo dejaste, y Mamá no está.

Tus heridas han curado bastante rápido desde aquella pelea. De hecho... Te pones a pensarlo un poco y...

Al mirar bien los daños, no es como si "Se hubiesen curado", a pesar de que seas todo un mounstro a la hora de pelear.

Lo que pasó realmente, es que tu propio poder actúo de forma débil, para poder reducir los impactos de los cortes, y de los golpes en general, de manera parcial, como una especie de escudo invisible, o mejor dicho contra-acción escalar hacia los ataques que recibiste.

Dentro de tu casa, a la vez que te vas dando cuenta de eso, te fijas en que tienes las mismas tareas de siempre, todo normal, y en el Correo, ya que todos los hogares de Gakuen Toshi poséen internet, o al menos el tuyo si lo hace, debido al trabajo de Mamá, ves algo, que podría o no ser de atención.

'Censo de Encuesta:

¿Que Poderes son de tu interés?

Si te apetece, podrías rellenar este formulario simple, en el cual indiques, si es que eres un Psíquico, que poderes te interesaría conocer, enfrentar, ver, o simplemente comprender. Se trata de un formulario simple, para aquellos a los que le interese.

Nombre:

Poder de interés:

Poder temido:

Opiniones anexas:

Sería de agrado que respondierias todo, si es que lo haréis.

Atentamente, se despide la escuela Nagatenjouki.

Tened un buen día!'

Al mirarlo, notas varias cosas. Uno, es publicidad, pero una bien definida, y preparada. Dos, es opcional. Tres, es sólo para psíquicos, o supones que lo es. Cuatro, hay un programa en la casilla de tecléo que impide que no pongas nada en "Poder temido", por lo que debes rellenar todo, al menos en ese aspecto junto con el Poder de interés. Quinto, Nagatenjouki es una de las escuelas mas poderosas de Gakuen Toshi, tanto que vencieron una, o dos veces a Tokiwadai, por lo cual no es subestimable, y si es su proyecto, algo importante debe ser, además de haberlo esparcido a todos. Sexto, no parece haber ninguna trampa ni virus visibe en el programa, siendo este bastante simple, aparte de lo ya explicado. Séptimo, si no conoces poderes, puedes inventarte, o describir lo que considerarías que sería un poder, o lo que imagines que sería un poder.

 Me tiré en mi cama, tras terminar de hacer los deberes y cenar algo. No tenía el estómago para comer gran cosa, pero me obligué a hacerlo porque sino sería más difícil que me recuperase de las heridas. Y además necesitaba algo en el estómago para no despertarme a media noche.

Odiaba cuando pasaba esto. Aunque siempre estaba preocupado de que su madre le descubriera lleno de moratones y heridas -pues siempre le abroncaba y le sermoneaba- lamentaba que no sucediera más a menudo. De alguna forma en ocasiones, más de las que le gustaría, se sentía solo. Muy solo. Como si volviera a "ese lugar".

Aunque ahora "ese lugar" estaba muy oculto en su memoria y tan sólo podía sentir la maldad y el daño que aquel sitio le había provocado. - seguramente está relacionado con lo que he recordado antes - me dije y aparté la idea de ese pensamiento.

Su madre trabajaba mucho. Quizá demasiado, pero ellos dos vivían solos, y con la ayuda de enviudez que le daban no llegaba para los pagos. A duras penas lo hacían para su educación. Así que además de trabajar en su proyecto, ayudaba a los "jueces" y los "antiskill". Se sentía verdaderamente mal por ser una carga. 

Pero él no podía hacer nada. Hasta que no cumpliera los 18 no podía trabajar. Lo único a lo que podía aspirar era a trabajar dentro del "judgement", pero ellos no cobraban por hacerlo. Así que no servía. Además si no había remuneración, las preocupaciones que tendría su madre serían mayores y no habría recompensa... no habría modo de enfrentar esos reproches heridos. Y no quería verla llorar más.

La primera vez que lo hizo, tras haber sido hospitalizado, se me rompió el corazón por su llanto. Me prometí que no volvería a hacerla llorar. 

Pero era más difícil hacerlo que decirlo. A pesar de querer cambiar mi forma de comportarme, parecía que todos los problemas le perseguían... y cansado de evitarlos, al final dejaba que le alcanzaran y les enfrentaba como sólo podía hacer. Con sus puños y su poder.

Su poder... no era gran cosa. Seguramente un nivel 1. Pero era suficientemente listo para saber sacarle partido y a veces, como en esta ocasión, le sorprendía lo que podría de verdad hacer si fuera más poderoso. 

Las heridas eran mucho más leves de lo que imaginaba gracias a su poder, y también había logrado acabar con aquellos tipos -incluyendo al cabrón con habilidades- usándolo. Y de qué forma... Me miré las manos con los nudillos aun enrojecidos y los brazos vendados. Me pregunté si volvería a poder usarlo así.

Ese pensamiento dio paso al recuerdo de Fujiwaru Sayuki. Era una chica extraña. Aparte de llevar esos panties tan llamativos... y... ¿qué podía decir? era raro que alguien se acercara a él, lo normal tras haberme disculpado habría sido ignorarme sin más.Quizás le gustase. No, no es posible... ¿o sí?

No estábamos en la misma clase, y cualquiera que supiera un poco de mí no habría cruzado siquiera la mirada conmigo cuando me viese en la calle o en el parque. Pero ella sí. Es más, me había curado -o al menos lo había intentado. 

Esa chica se había preocupado por mí... aparte de mi madre nadie más lo había hecho nunca. Los chicos de mi clase, con los dos o tres que se juntaban lo hacían más por compañerismo o por parecer mayores o quizás para que les protegiera de los de otras clases que por sincera preocupación o amistad. Pero ella... 

... ella además era... no podía organizar bien lo que sentía al verla o al pensar en ella. Solo por el momento, podía pensar que era rara. Muy rara. Y además muy linda. Una chica bastante guapa con muchas amigas y estudiosa por lo que sabía.

Quizás sería alguien a la que podía llamar de verdad "amiga". E inconscientemente me ruboricé. Quizás llegara a ser algo más que una "amiga". Me gustaba.

Me quedé dormido sin darme cuenta. Me despertó el zumbido de alerta del correo. Una encuesta enviada por una de las escuelas más importantes. Dudé un momento en abrirlo, lo normal es que fuera publicidad, siempre buscaban nuevos alumnos y también nuevos retos: había muchas tareas que sus alumnos hacían y recopilaban datos de "prácticas" en la calle, con otras escuelas.

Qué interesante. Fue lo que me pareció al leerlo. Luego rellené el formulario pensando que sería divertido...

Nombre: Kysuo

Poder de interés: Incremento/reducción atributos físicos (vease Fuerza, Resistencia,Agilidad y velocidad)

Poder temido: Poderes mentales del tipo Telekinesis y Telepatía.

Lo envié. No sé para qué querrían algo así, pero de seguro sería para algún tipo de proyecto. Lo único que le daba curiosidad era saber si lo habían enviado a todo el mundo o solo a algunas escuelas... y en caso de ello, ¿para qué sería? el número de poderes que podían aparecer era infinito, y la base de datos de Gakuen Toshi aunque vasta, no podía almacenar toda la información del mundo.

Empezaba a dolerme la cabeza. Me fui a dormir... mañana tendría otro terrible día por delante.

Sueño.

¿Que era acaso, un sueño, el sueño?

Saber era difícil, cuando no se tenía ninguna base para saber.

Quizá eso era lo que buscaban aquellos que enviaron el cuestionario. Todos estos pensamientos fluían en tu cabeza mientras estabas adormilado.

Y entonces, vino la paz. Ya no tenías nada que te molestara.

O al menos, eso esperabas.

[...]

Algo ocurría.

Sentiste ganas de... Algo así como ir al baño, o simple molestia. Un clásico al ir a dormir. Ni los mejores somníferos de G.Toshi podían evitar algo así.

Sin embargo, medio cabeceando, lo sentiste.

...

...Toc...

...Tc...Tc...Toc...

¿Qué? ¿Cómo?

Sí. La puerta. Al parecer... No, efectivamente, era la puerta.

Y estaban tocando.

¿A esta hora quién podría ser...?

No, no podía ser nada bueno.

Pero entonces, percibiste un...

Una molestia, cerca de tu cara, cerca de...

No, quizá era, tan solo...

Un sonido, afuera, un silbido, un...

No, tampoco...

¡Fzum!

Atravesaron.

Tres personas.

Tu puerta cruzaron.

Así, como si nada, en la noche, en medio del tiempo oculto, y aprisionado.

Ahí estaban.

A la izquierda, una mujer de cabellos claros, plateados, y un buen rostro, de piel clara, y bella sonrisa, ojos oscuros.

A la derecha, un joven, de pelo corto, negro, y ojos ámbar, descuidado en ropajes, pero serio.

Y al centro, un sujeto pálido, con ojos extraños, de color variado, sujetando a los otros dos, flaco.

Antes de que hablaras, y mientras te hacías consciente, primero hablaron.

~Mujer~ Lo siento... Kazuo-kun... Pero tenemos que hacer esto. No solo nos caes mal, sino que... Nos lo han pedido...

Los otros dos solo miran, antagónicamente.

~Joven de la derecha~ ...Deshonesto, cierto. Pero necesario tambien, cierto.

Finalmente, el tipo del centro soltó a sus compañeros, bruscamente, mezclando sosiego con impulsividad, a lo que te miró, ido, cual demonio.

~Joven del centro~ Solo te dejaremos en coma... Ni siquiera Modosu-sensei podrá despertarte...

Y no.

No parecen amigables.

Sin embargo, algo te da... Algo, ese... Algo que te permite siempre reaccionar, ante la mala suerte.

Siempre moverte, cuando se viene encima el poste.

Siempre mirar, o actuar, cuando de quiebra la pared, y la vida se desordena.

Aquel algo que te permite, ante toda tu mala suerte, y misfortunio...

Actuar primero.

Actuar.

Impulsarte, en contra... O hacia adelante.