Partida Rol por web

[Viernes 13 de junio de 2018 - 18:05]

Ha llegado el día. Ya está aquí el día del fin de semana de ensueño, donde hasta los más perdedores ven una pequeña posibilidad de tocar una teta.

Tampoco ha pasado tanto desde que ha corrido como la pólvora el secreto de que Major Gordon preparaba una fiesta en su refugio de montaña, pero el hype es intenso. Por motivos bastante diferentes, todos los alumnos de la clase se juntan para despedir su vida como alumnos de instituto. ¡Incluso los frikis a los que no se les invita ni a su propio cumpleaños!

Todos se buscan la vida para ir en pequeños grupos hacia el refugio situado en las montañas nevadas de Blackwood Pines, en Canadá, a poco más de dos horas de viaje desde el Instituto.

Kala, Diana y Yui van en un coche después de negarse en rotundo a subir al super trepidante Lexmóvil reparado y mejorado por Lester y Victor, así que las chicas se van cómodamente en el coche del hermano de Kala seguidos por el Lexmóvil donde van algo apretados Victor, Lester, Mary Jane Miles, Jackie Pickle, Cornell Michaels, Joe Bunnag y Wu Tang: el Club de Rol al completo.

En mitad del viaje, el coche del hermano de Kala empieza a hacer un ruido extraño pero deja de escucharse tan pronto como alguien sube el volumen de la música al tope. ¡¡Fiesta!! Hasta que el vehículo sufre una sacudida repentina, se detiene el motor y de debajo del capó sale un espeso humo blanco.

El coche muere definitivamente en una carretera desértica, a media hora de vuestro destino.

Bienvenidos a Blackwood Pines, bastardos.

¡Mierda! ¡Con lo bien que nos lo estábamos pasando cantando, animadas, y cuando faltaba tan poco para llegar!

Escucho al hermano de Kala cagarse en todo y abro la puerta para salir, chasqueando la lengua. Por suerte, los chicos nos siguen con la furgoneta así que enseguida les hago gesto con las manos para que se paren detrás del pobre coche averiado.

— Vic sabe mucho de mecánica, seguro que puede apañar algo –trato de tranquilizar a Mako, apoyándome en el coche con los brazos cruzados.

Mako sale corriendo el primero, con urgencia, mascullando mierdas y tratando de abrir el capó sin importarle nada que esté caliente como yo por las mañanas. Salgo detrás de él, no sin antes comprobar en el GPS que al menos no estamos tan lejos. Lo malo es que estamos literalmente en la nada...

Por supuesto, Mako se quema y se caga en todo, así que decide hacer caso a Diana y esperar a que la FurgoFriki se aparte también a echarnos una mano. Coño, yo no sabía que Victor era de ese tipo de manitas.

— Va, seguro que no es nada: ¡¡si mimas más este coche que a tu novia!! —le tomo el pelo a Mako.

Victor se había puesto los auriculares retro para escuchar Body Count y Sick of it all. Por alguna estúpida razón, había salido en votación escuchar Beyoncé y la Perry (culpa de Mary Jane) y por ahí no pasaba. Ya bastante de bajona estaba con que Diana se hubiera ido con la animadora y Yui. ¡¡En otro coche!! Aunque mirando lo que hay en las dos hileras de asientos de detrás suyo (él va en el asiento del copiloto, por supuesto, que para eso es co-propietario de la furgo), tampoco le sorprendía del todo. Y más con la actitud que tenían todos últimamente. Estaban muy rancios.

Mientras se venía arriba escuchando “Cop Killer”, ve como el coche de delante, repetimos de nuevo, con su novia en el interior, se para.

— ¡Frena! —dice éste a la vez que su primo ya estaba frenando, claramente. Sonríe maliciosamente. Yesss. Abre la puerta de la furgo y se baja, con los auriculares colgando de su cuello.

¿Uh? Miro en el retrovisor interno la cara del hermano de Kala en cuanto el coche empieza a hacer ruidos raros. Que no seré yo mecánica, pero no sonaban muy allá. No obstante, viendo que nadie parece preocuparse, yo también lo ignoro.

Hasta que pum. Adiós coche.

—Si es que donde esté una buena bici... —aunque la distancia era demasiado. Pero no lo reconocería en voz alta, claro. Ni aunque fuese obvio.

Imito al resto y salgo del coche, más que nada para mirar de cerca qué ocurre, porque yo de mecánica cero. Arreglar cosillas de la bici si, pero los coches son otro mundo.

Lester pone las luces de emergencia y detiene el Lexmóvil a un lado de la poco mantenida carretera. Se baja con una sonrisilla después de decirle a Victor por lo bajo "hora de demostrar que somos los machos" y se acerca al coche averiado mientras se pone unos guantes.

Una de las épocas a las que no le importa el contratiempo es Jackie Pickles, que aprovecha que bajan del vehículo para poder estirar las piernas. ¡Y es que ya no aguantaba estar sentada ni un minuto más! Con su entusiasmo de siempre, da saltitos al caminar y no para de decir:

— ¡QUE GUAY! ¡QUÉ GANAS DE LLEGAR!

Joe Bunnag aprovecha que se han bajado todos y al ver al hermano de Kala deja caer la mandíbula y sin cambiar su expresión de asombro se acerca a las chicas y pregunta:

— ¿Y ese tío bueno quién esss y por qué yo no lo conozco?

Me separo del coche al ver aparecer a Victor con su primo para “salvar a las pobres chicas en apuros”. Espero que no se les suba a la cabeza, al menos a mi novio (lo que haga su primo me da igual), que para machote chulito ya tuve a Alex y terminó como terminó.

Sonrío a los chicos, acariciando un momento el pelo de Victor.

— Qué suerte que vinierais detrás. Ya he presumido de que tengo un novio que sabe de mecánica así que espero que no me dejes mal, chico sexy —río entre dientes antes de apartarme para dejarles ir a echar un vistazo.

Me hace gracia el comentario de Bunnag y divertida, le respondo:

— Es Mako, el hermano de Kala.

Me quedo mirando la escenita con una sensación agridulce, y acabo escogiendo ignorarles. Es muy reciente todo: apenas hemos estado de nuevo juntas un rato en el coche y no puedo empezar a celarme ya.

— Di lo que quieras, Yu; en tu Shimano no cabemos todos...

Mako se acerca a Victor con su media sonrisa de "yo no puedo, porfa, ayuda. Soy cool" mientras se revuelve los rizos.

— Dice Di que puedes mirar mi coche, ¿no? Te lo agradecería, tío.

Victor suelta una risa ahogada ante la pregunta de Joe. Avanza a paso rápido y le da un codazo a su primo para que no se entusiasme. Se acerca a donde está Diana en pie, esperando.

— ¿Estáis bien? —se le escapa un poco la sonrisilla. Sacude la cabeza, intentando recuperar la concentración cuando se acerca Kala tocándose el pelo. Se sonroja levemente.

— Bueh, voy a mirar el motor. No vaya a ser que Lex la lie… —balbucea levemente. Desvía la mirada y se encamina hacia la parte delantera del vehículo. Su primo ya ha abierto el capó y se ha puesto a remirar. Sale mucho humo. — ¿Qué tenemos aquí? —empieza a mirar con detenimiento, olvidándose de todo. Lanza otro codazo a su primo.

Le susurra algo y señala con la cabeza hacia las chicas. Hace un gesto con la cabeza y sonríe.

— Lex, no. ¿Quieres chicas en la furgo? —sonríe maliciosamente. —Diremos que se ha roto... —coge una pieza del motor de arranque -Esto. No se puede sin la sustituta -y se la mete disimuladamente en el bolsillo de sus pantalones.

— Si yo se que mi Shimano es dios, pero donde no hay hueco no se puede sacar. —mientras el resto le está echando un ojo al coche, yo miro la baca para ver cómo bajar la bici de ahí llegado el caso.

— ¿No me digas que también viene el fin de semana? —pregunta a Diana con una sonrisilla de putona total, devorándolo con la mirada mientras él se pavonea con sus rizos.

Después de mirar el motor junto al experto de su primo, ambos murmuran con una expresión seria al coincidir ambos que está definitivamente estropeado.

— Definitivamente podría arreglarlo... —dice Lester con una sonrisa. —Si tuviera un taller y la pieza de repuesto a mano.

Estaba con las chicas y Joe, pero entonces escucho a Lex y me acerco al capó con los chicos.

— ¿En serio no podéis hacer nada? —bufo, algo decepcionada porque no puedan hacer un apaño después de haberle dicho a Mako que sí. — Pues empezamos bien… Vamos a tener que llamar a una grúa, entonces, para que se lleve el coche.

— ¡¡Una grúa!! —Mako se lleva las manos a la cabeza, empezando a dar vueltas. — Que voy para Vancouver, tíos, ¿cómo me decís esto?

Me acerco también, después de pasarle la mano por la cara a Yui para que deje de mirar con esa ansia su bici.

— Que te lo arreglen en el taller y te vas a Vancouver, dramático. Ahm... —pico con el dedo a Lester en el hombro. — ¿Hay sitio en la furgo para media horita de camino?

“Cabrón, se pone la medalla, será… ¡mal primo!”, piensa para sus adentros. Pero no importa, porque el resultado iba a ser el mismo.

— Aish, lo siento. La pieza de arranque. Sin una para sustituir, no hay nada que hacer, aparte de que se ha quemado parte del motor. Hay que llamar al seguro para que se lo lleve a un taller cercano —le dice a Diana, mientras vuelve a sonrojarse.

— Peeero, podemos seguir hasta el resort y esperar allí a que se lleven el coche. No irá a ninguna parte. Y hay sitio en nuestra furgo. No mucho, pero nos podemos apretar… —sonríe de forma suficiente.

Definitivamente adiós coche. Pues si que había empezado bien el tema. Echo mano a la bici para comenzar a bajarla.

— Hay hueco ahí, ¿verdad? —miro a Victor, señalando mi bici y luego la furgoneta. Podría ir directamente en ella hasta el refugio (si me dijeran donde es) pero la verdad, no me apetecía mucho ir sola.

— Ah, ahora sí que queréis subir al Lexmóvil, ¿eh? —finge que se lo piensa. — Pues ahora no... va, venga. ¡Wu, a la parte trasera!