Partida Rol por web

Descripción: La noche comienza trayendo consigo a un nuevo luchador, traído desde las granjas de su padre, un hombre con rudos modales y puños de hierro; Tractor Bill. Pero alguien debe enseñarle que en el ring el trabajo es tan duro o mas que con la tierra y quien mejor que la cara bonita en agüe; Francis, tendrá derecho esta noche a enseñar al rookie como hicieran con él, no hace demasiado.

Tipo de Combate: 1 vs 1

Cinturón en juego: No

Expectación: Popularidad: 1 puntos para cada luchador + 1d4 para el vencedor.

Anunciado por una música de banjo  ("Jam-bala-jam-bala in the Bayoo" para los puristas), Tractor Bill acude a su cita con el ring. 

Pequeño y fibroso, el luchador no impresiona por su aspecto: ropa vieja y sucia, mal afeitado y una gorra mugrienta en la cabeza. Lleva al hombro una bolsa de plástico negro  (Sí, como las de basura) mientras masca tranquilamente un cigarro húmedo y mal liado.

Tractor Bill sube al cuadrilátero. Da una vuelta saludando al público con gritos incoherentes para finalmente irse a su esquina. Abre la bolsa y empieza ahora sacar objetos que arroja al respetable sin demasiada ceremonia:

Hay cierta expectación cuando lanza paquetes de galletas y patatas fritas  (algunos, abiertos).

Se oyen gritos de asco y horror cuando lanza varios puñados de calcetines sudados.

Cuando saca una gallina viva y la lanza aleteando contra la multitud, el griterío es ensordecedor. 

-¡¡!TRAAAAC-TOOOOR BILL!!- ruge el Titantrón.

Escupe su cigarro y alza los brazos.

Francis entró corriendo, como ya era propio en él, y sonriente a más no poder. Estaba emocionado porque ahora él era el veterano (en una comparación relativa) y podía estrenar a un rookie. ¿Sería un combate reñido? ¿Sería fácil? ¿Perdería contra un nuevo? No había parado de pensar en ello desde que supo cuál sería su siguiente combate.

Entonces vio a su contrincante y dejó de pensar. Subió al cuadrilátero sin mucha ceremonio y se quedó pasmado al ver lo que hacía ese tipo. Tuvo que esquivar un calcetín usado. ¡Un calcetín usado!

- ¡Tío! ¿Estás bien de la cabeza?- preguntó entre risas nerviosas.

Estaba acostumbrado al espectáculo pero no a algo tan excéntrico como eso. Se fue a su esquina y saludó rápidamente al público mientras su música terminaba. Si perdía contra ese tractor sucio, se convertiría en el hazmerreír de la competición. Miró a su oponente y sonrió para ocultar su desconcierto.

-¡Ojo, conmigo, que muerdo!-advierte Tractor Bill señalando a su oponente con el dedo-Que tu no has visto a un tipo duro de verdad entodavía...

Adopta una pose de boxeo (no especialmente brillante) y empieza a caminar en circulos empleando un exagerado juego de piernas.

-Venga, guapito de cara, ven, ven para aquí si t'atreves. Si te portas bien igual te respeto algun diente para que no comas con pajita el resto de tu vida...

Francis se rió, aún sorprendido por aquel tipo. No entendía muy bien de qué iba y su apariencia de cateto era bastante graciosa.

- Gracias por el cumplido. Sé que soy guapo.- ​dijo con tono burlón. Se acercó a Tractor Bill e hizo un amago para medir sus reflejos.- ¡Vamos a ver si eres duro de verdad!

Le golpeó un par de veces, de nuevo tanteando las habilidades de su contrincante. Cuando Bill hizo un movimiento torpe hacia adelante, Francis se pegó a él y le agarró de los brazos para inmovilizarle. Después de un breve forcejeo, el chico pudo apoyar los pies sobre el estómago de su oponente e impulsarse con fuerza hacia atrás, oprimiéndole el diafragma.

Él mismo cayó de espaldas pero pudo recuperarse rápidamente y echarse encima de Tractor Bill. El árbitro empezaría a contar en seguida. ¡Un tipo pequeño como ese sucio pueblerino no era nada nuevo para él!

-iUno!

​Mientras aprieta a su rival contra el suelo, Francis nota que Tractor Bill huele a sudor y a queso rancio. Honestamente, ​espera que sea simplemente queso rancio. Su ropa es pegajosa y sucia.

​-iDos!

​Es fibroso pero no especialmente fuerte. Por un instante, Cara Bonita siente una punzada en la conciencia. Espera no haber hecho daño de verdad a ese pobre... de repente nota como Tractor Bill se agita, se revuelve y, literalmente, se escurre de debajo de el como un hurón recién salido de las cloacas.

Tractor Bill rueda por el suelo, se incorpora de un salto y vuelve a adoptar su ridícula postura de boxeo. Agita la cabeza para despejarse:

​-¿Eso es todo lo que sabes hacer, guapito? iMi hermana pequeña pega con más fuerza que tú! iVenga, ven aquí, que vas a durar menos que un cerdo engrasado a la salida de un colegio en Iowa!

​Francis todavía no se ha incorporado pero Tractor Bill ya ha dado tres vueltas a su alrededor dando saltitos.

Francis tuvo que resistir el impulso de apartarse de aquel hombre hediondo. No se había llegado imaginar lo poco pulcro que era, por decirlo finamente. Fue un alivio que Tractor Bill se escurriera de su presa porque así podría respirar aire no contaminado durante un rato, al menos hasta que tuviera que volver a luchar contra él de cerca.

Se levantó. Su oponente había estado dando vueltas a su alrededor como un boxeador... otra vez. ¿Se habría equivocado de deporte? Francis miró al público y sonrió, pensando que ese tipo les encantaría. Era bastante asqueroso pero sabía hacer espectáculo. ¿Lo haría concientemente o era así de excéntrico? No importaba. ¡Sería divertido!

- ¿Por qué no le dices a tu hermana que venga a probar suerte?- preguntó imitando la postura de combate del otro.- ¡Podría resultar ser una gran luchadora!

Se adelantó y le pegó un par de puñetazos que Tractor detuvo fácilmente. Francis intentó darle una patada en la pierna pero él la esquivó con uno de esos saltitos que hacía. Francis se alejó cuando Bill podía sacar ventaja de su ataque fallido.

Francis no lo vio venir.

El aparentemente ridículo baile de Tractor Bill tenía como objetivo hacerle bajar la guardia. 

El joven luchador, en su corta carrera, se había ganado un pequeño pero leal grupo de seguidores compuesto fundamentalmente por adolescentes y jovencitas más que dispuestas a animar a un tío cachas cuya cara no pareciese un mapa de cordilleras.

Ligeramente relajado por el tono del combate, Francis se permitió saludar al sector más histérico del público que, junto al ring, emitía un coro de chillidos y ruidos de cámaras.

El puñetazo en los riñones le cogió completamente por sorpresa.

-¡Pero mírame, zumbao, que estoy aquíiiii!-le susurró Tractor Bill a la oreja cogiéndole del cuello. 

El brazo del redneck se cerró en torno al cuello de Francis como un cepo lobero dejándole sin respiración. Ignorando por completo a las fans, Tractor Bill propinó varios rodillazos contra la espalda de su rival haciéndole caer de rodillas. Con un bufido, se echó al joven al hombro y le dio la vuelta:

-¡Mississipiledriver!

El ring tembló con el impacto. Tractor Bill se incorporó y apoyó el pie sobre el pecho de su rival iniciando la cuenta de tres...

-El combate a empezado un tanto...

-Sucio, pero no de tretas sino por culpa del nuevo luchador.

-¿Eso que vuela es un calcetín?

-Prefiero no saberlo, pero parece que Francis ya lo ha descubierto.

-Bueno empezamos el primer combate de la noche con un rookie un tanto amargo, parece que por el momento no sabe como actuar.

-No hombre es que intenta desmoralizar-lo verbalmente.

-Pues me temo que eso no le ha ido del todo bien, Francis a tomado la delantera y Bill acaba de caer el suelo tras un vuelo.

-Creo que Francis piensa como muchos entre el publico ahora mismo.

-Que el hombre huel...

-Quiere terminar pronto el combate. Y ya van por la segunda palmada...

-El arbitro se levanta y Tractor sigue en el ruedo. Parece que el rookie no quiere que esto se acabe.

-Francis tantea a su rival desde una distancia prudencial.

-Cualquiera diría que evita tocarle.

-Pues mas vale que se ponga la pilas, porque el nuevo esta decidido a convertir su debut en una victoria.

-Tractor-man, aprovecha la distracción de su rival para reblandecerlo a base de medicina de rodilla e increíblemente practica su pill-finisher.

-¿Que tienes hoy con las palabras dobles?

-Na-da. Pero mas le vale a Francis hacer algo mas que nada, porque el arbitro a empezado al cuenta.

-Sorpresivamente Bill a dado la vuelta a la tortilla. Una vez mas Francis peca de confiado.

Sin esperárselo, Francis se vio rápidamente envuelto de un hediondo aire. Antes de darse cuenta estaba en el suelo intentando quitarse a ese tipo de encima y doliéndose por su espalda reblandecida. Quizá no debería haber saludado al público durante tanto rato, pero le gustaba tener contacto con sus fans.

Tuvo que contener una tos violenta al inhalar el perfume natural de su oponente. Desesperado, le dio un golpe en el brazo y rodó a un lado rápidamente, escapando de su maniobra. Respiró disfrutando del aire no contaminado y se giró hacia el sector del público con quien se había despistado antes.

- ¡Sois lo más!- exclamó señalándoles.

En seguida se encaró con Tractor e hizo una mueca.

- ¡Oye! Solo me estaba tomando un descansito para saludar a los fans... ¡Un respeto, Billy Elliot!- gritó a modo de desafío y sonriendo. ¡Se iba a enterar!

-¡Venga, valiente! ¡Acércate si tienes lo que hace falta!

- ¡Claro que tengo lo que hace falta!

Francis saltó a la cara de su oponente y lo arrolló hasta ponerlo contra las cuerdas. Aprovechó el rebote para pegarle un puñetazo en el estómago. Cuando Tractor Bill se giró para devolverle el golpe, Francis saltó a un lado para esquivar y se subió a los hombros de su oponente de un salto.

Luchando ambos para dominar al otro, Francis estuvo a punto de caer varias veces porque Bill no era tan grande como para aguantarse encima de él fácilmente. Cuando éste dio un traspié, Francis movió las caderas secamente para hacerle perder el equilibrio y que cayera de cara al suelo.

Rodó y se levantó para volver a tirarse encima de él. Le dio un buen beso en la frente y sonrió mientras le sostenía las muñecas y usaba su propio peso para mantenerle quieto.

- Buenas noches... ¡Mañana por la mañana vas de cabeza a la bañera, querido!- dijo, muy a su pesar, teniéndolo cara a cara.

-​Uno... dos y...

-iiGrOOooOoOAARARGH!!

Con un bramido bestial para alguien tan menudo, Tractor Bill se encoge como una rana y se quita de encima a su rival empleando ambos pies contra su estomago. Se medio incorpora palpandose la cabeza y el cuello. El arbitro se acerca para ver si sigue en condiciones de luchar pero retrocede asustado ante la mirada inyectada en sangre del redneck.

La mano izquierda de Tractor Bill palpa la lona hasta que encuentra lo que busca. El Carnicero de Oregon se cala su sucia gorra hasta los ojos. Escupe a un lado.

-Ahora si que has conseguido que me cabree, chico.

​Algunos dirian que le falta cierta conviccion a sus palabras.

- Ah... ¿Antes estabas calmado?- preguntó con fingida ingenuidad.

Se apoyó en uno de los postes mientras ambos recuperaban el aliento. Él necesitaba el oxígeno después de haber estado tan cerca de Tractor Bill... dos veces. ¡Y pensar que tendría que volver a por él! Suspiró y se preparó para continuar luchando.

-Francis continua en juego. Como no espabile pronto le va a pasar factura su propio ego.

-¿Pronto? Creo que no acabas de ver lo mismo que yo, a estado a punto de perder y por su propia culpa, nada menos.

-Lo importante es como reaccione ahora y parece que le da con ganas. La respuesta del cara bonita, es contundente.

-Y tan contundente, que se lo digan a la cara del rookie si no. Creo que a eso le llaman cirugía de urgencia.

-No creo que Bill sepa el significado de esas palabras. Pero si parece ser resistente, una vez mas se levanta por sus propios medios.

-Hombre... una cosa es insinuarlo, pero un insulto tan directo... tienes suerte de que no este escuchando.

-¡PERO QUE DICES! Yo no... ¡NO CONFUNDAS A LA GENTE!

-Vamos calma. NO monopolices el combate, al parecer ambos luchadores están dando el do de pecho y no dan no da puntada sin hilo.

-E.... si. A ver a donde llegan ambos quienes parecen intercambiar palabras y aprovechar para coger aire.

Todavia algo aturdido por el castigo recibido, Tractor Bill se sobrecargo de tareas: señalo a Francis, agito el puño con gesto airado, se ajusto la gorra, se lanzo contra su rival en una carga devastadora, penso una estrategia simple pero efectiva y ganadora, se rasco el sobaco, se mordio la lengua...

-iTu te lo has...!-... y se piso los cordones de las zapatillas que se habian desatado durante el frenesi del combate-iAagh!

En su favor, no llego a caerse pero su traspies fue de todo menos digno: su zapatilla izquierda (originalmente blanca y ahora de un gris mohoso) salio despedida. Braceo desesperado y se volo la gorra de un manotazo. Tras varios pasos en direcciones aleatorias, logro recuperar el equilibrio solo para darse cuenta de que estaba agachado frente a los herculeos abdominales de su adversario que le observaba desde arriba con una ceja alzada.

-Uh... 

Francis no sabía exactamente cómo reaccionar a lo que había visto. Cuando ambos luchadores se cruzaron las miradas, Francis sonrió y le dio un par de palmaditas en la cabeza a Tractor Bill. Le puso bien la gorra y acto seguido le dio una patada no demasiado fuerte, sino lo suficiente para hacerlo caer de nuevo al suelo.

- Querido Billy, deberías tener cuidado con esas zapatillas.- dijo mientras se acercaba al poste más cercano.- Y, de paso, limpiarlas un poquito.

Se encaramó a la esquina y saludó a una chica que le estaba gritando algo ininteligible. Le dedicó su mejor sonrisa y luego se giró hacia su oponente.

- No me lo tengas en cuenta, ¿eh?

Dicho esto, saltó y cayó con el codo por delante encima de su contrincante. El impacto hizo que el redneck se doblara de dolor. Francis se levantó y se sintió un poco culpable. Sólo un poquito. Se agachó a su lado y le dio unas palmaditas más de ánimo... aunque luego tendría que lavarse bien la mano.

El arbitro se acerco (no mucho, olia mal) para comprobar si Tractor Bill seguia consciente. Le levanto el brazo tres veces y otras tantas cayo de nuevo.

Acto seguido, el arbitro se acerco hasta Francis y le levanto el brazo:

Una calida ovacion le envolvio.

Francis exclamó su agradecimiento al público varias veces. Después de acercó a Tractor Bill y se despidió de él con un gesto alegre.

- ¡Hala, nos vemos por aquí! ¡Recupérate, eh!- le dijo antes de salir del ring e ir a firmar algún que otro autógrafo.

Estaba muy contento de tener cada vez más fans entre el público. Con tres combates en su historial ya se sentía uno más entre el elenco de luchadores de la liga. ¡Qué emoción!