Partida Rol por web

—Guarde la distancia —la palma de su mano se extendió hacia Harlam a modo de advertencia.

—Tales cuestiones no son competencia de la Sobaki—. Añadió con desinterés. Y de no ser porque el traje de alta costura del ejecutivo lo clasificaba como un miembro de la élite, el agente ni si quiera se hubiera molestado en responder. Para ellos, los mugrosos del piso cero valían menos que la basura sobre la que vivían.

Entonces Korsakov mantuvo la mirada sobre Harlam. Un instante que duró lo suficiente para verificar su identidad y hacer una comprobación rápida de las grabaciones de las cámaras de seguridad del exterior. Parecía que no había nada que escapara al escrutinio del agente.

—Sepa usted, señor Harlam, que realizar una denuncia falsa es un delito de caracter sancionable tal como estipula el artículo 2456 del código penal. Dicha sanción ya ha sido tramitada y se le hará llegar a la mayor brevedad posible. Le informo que si abona el importe antes de quince días hábiles a partir de ahora, se le realizará la correspondiente reducción.

—Y usted, señor Kopernik, sepa también que volveremos a vernos.

—Pasen muy buena noche.

—Hijo de puta —masculló en voz baja en cuanto vio a aquel idiota lo suficientemente alejado. Miró entonces en derredor como si esperase encontrar algo, pero no lo encontró. Aquello hizo que su rostro, antes una máscara apenas imperturbable que no parecía haberse visto afectada por el encontronazo con aquel maldito funcionario corrupto, se contrajera en una expresión de ira:

—¡Joder! ¡Dónde está el tarado de Dimitri! —gritó en voz alta ignorando al recién llegado mientras echaba a andar al exterior dando grandes zancadas.

La camarera lo interceptó cuando se dirigía al exterior. Llevaba esas bonitas gafas de cristales sin aumento que en realidad no necesitaba. Las llevaba porque, según ella, la hacían mas chic e interesante.

—Dimitri se ha marchado a casa —su expresión era la de un niño que espera la correspondiente regañina después de hacer algo malo. —Estaba hecho polvo. Lo encontré en el baño vomitando. Pálido con un muerto y tenía unas ojeras espantosas. Antes de volver a meter la cabeza en el retrete dijo algo sobre pescado crudo y el puesto de comida de la calle Zagorodnoye—. Se encogió de hombros.

—Iba a decírtelo y entonces se montó todo ese follón con ese tipo del gobierno.

Me indigna bastante que este ingrato me haya dado la espalda después de que me va a costar un buen puñado de dinero haber intentado ayudarle a quitarse de encima al agente. No esperaba que me pillasen tan fácilmente, aunque tampoco me quita el sueño, sí me molesta siempre perder cred. Pero mi rostro está bien entrenado para disimular este tipo de sentimientos con total eficiencia. Le sigo a mi ritmo y agradezco que la chica lo haya interceptado para darle alcance y decirle mientras vuelvo a colocar perfectamente mi corbata.

-Hijo, ¿no tienes unos minutos para dedicarle a este pobre viejo después de que haya intentado echarte una mano? Quizá pueda proponerte un negocio ventajoso que implique algo de protección para tu negocio y lo que está por venir. No parece que tus contactos hayan mantenido a ese tipo a suficiente distancia, pero mis patrocinadores podrían solucionar eso si tienes unos minutos que dedicarme...

Lo miro fijamente con mis fríos ojos grises adoptando un rostro cansado, -¿no le negarás unas palabras a este pobre viejo no?

—¿Y los demás? —inquirió KoperniK—. O es que el resto creen que si no está Dimitri, se acabó su trabajo¹.

En ese momento sintió la presencia del ejecutivo, parecía obstinado y emperrado en tratar con él. 

—Te dedicaré esos minutos que me reclamas. Pero... No te lo tomes a mal, no es que haya visto mucha influencia por tu parte, sin embargo, te escucharé. Por el esfuerzo.

En ese momento acompañó sus palabras con un gesto invitándole a seguirle.

—Dile a Igor que esté por aquí o no vuelva en su puta vida —le pidió a Natascha como despedida—. Estaré en mi despacho.

Su despacho era en realidad un pequeño cubículo viejo, posiblemente el resto del Annika tendría todo ese aspecto en cuanto se le despojase de la parafernalia y las luces. Eso es algo que nunca adivinaría Harlam. Por la razón que fuese, aquel lugar no estaba demasiado acondicionado, probablemente el dueño del lugar apenas gustaba de usarlo, salvo para pequeñas reuniones que quería que estuvieran alejadas de cualquier ojo y oído indiscreto.

—Aquí he instalado una jaula de faraday. Así que estaremos seguros —anunció ocupando su lugar—. Siéntate y dime.

He seguido a Kopernik como un corderito, pero cuando me da la espalda mi sonrisa desaparece y se transforma en una mueca de repugnancia. Este lugar me asquea casi tanto como tener que bajar a una cloaca apestosa... Finalmente me siento tal como me indican,

- es algo bastante... generoso llamar a esto despacho. No es que seas muy amable ni tan encantador como se esperaría del gerente de un negocio de esta naturaleza. Y como la gratitud no parece muy arraigada en tu código de connducta quizá los beneficios posibles te seduzcan. Uno los dedos de mis manos de una forma poco natural como si se doblaran más de lo necesario, mientras hablo. No he sido afortunado con el agente, antes, pero no siempre se gana, es algo que los años me han enseñado. Voy a ir al grano, los intereses que represento están interesados en participar del negocio de las simestim, Son lo suficientemente poderosos e influyentes como para mediar entre las autoridades y los posibles beneficios del mercado. Han pensado que sería oportuno tener a un intermediario versado en el tema como asesor y socio. Le señalo con mi puntiagudo dedo: usted. Lo único que necesito es que me ilustre un poco en el tema en cuestión, y como es de suponer, que me permita probar la mercancía... y bueno, esa es a grandes rasgos mi propuesta. ¿le interesa el asunto? creo que he tardado menos de 4 minutos en exponerlo todo, pienso para mí.

- Me da la impresión de que hay intereses gubernamentales que van a complicarle la existencia a corto plazo en el tema de las simestim, deje que le ayudemos señor Kopernik, enfrentarse usted sólo a las autoridades... no se lo aconsejo.

—No te dejes llevar por las apariencias —aclaró KoperniK con paciencia mientras extendía el brazo—. Como te decía, aquí hay una jaula de faraday, me costó un pastón hacer de este un lugar seguro al Velo.

Dejó sus palabras en suspenso durante unos breves segundos antes de retomar la conversación

—No voy a insultar a tu inteligencia negando el tema de las simestím. Mentiría si negara que me toca un poco los cojones el tema de que hoy todos vengáis preguntando por él como si eso es lo que pone en el cartel. Ahí pone Annika y hay una tía al lado... Eso significa que por lo que a todos respecta, esto es un bar de tetas. Dejando todo esto a un lado, lo siento pero debo rechazar tu oferta. No me interesa tener socios cuando ya soy el dueño de facto de todo esto. Tengo sin embargo... Llamémoslo asociados. No creo que les haga mucha gracia dividir aún más el pastel. Así que bueno... 

Se incorporó entonces como pretendiendo hacerle saber con cierta delicadeza y educación que por lo que a él respectaba, a conversación se había terminado.

—Sin embargo, si quieres te puedo dejar probar el material, para que al menos no te vayas con las manos vacías.

Una vez más le sonrió amistosamente mientras mi mirada es fría como el hielo, guardo un instante de silencio como si estuviera pensando detenidamente mis palabras.

- señor kopernik, entiendo perfectamente sus reservas y su postura. Aceptaré de buen grado su amable gesto de generosidad y gustosamente probaré su producto. - suspiro y vuelvo a unir las yemas de los dedos de mis arrugadas manos.- sin embargo, acepte a cambio un consejo. Debe ser usted un hombre inteligente para haber alcanzado este lugar que regenta. Por como habla de sus socios y su parte del pastel no parece satisfecho con lo que le aportan. Mis representados no vienen a pedirle nada, sino a ofrecerle ayuda para dejar de ser un comerciante minorista y pasar a ser un magnate. ¿Podría decirme cómo contactar con sus socios? Quizá ellos se muestren más receptivos a mi oferta. No le molestaré más, pero ese hombre de antes volverá. Necesitará ayuda con eso, el tipo de ayuda que mi compañía puede ofrecerle. Una cosa puede tener clara, las cosas van a cambiar para este negocio...le sugiero que se prepare para ello.

_{Sala Simestim. Club Annika. 1:44 am.}

Mientras intercambiaban las palabras de una conversación sin final aparente, el ejecutivo de Cryotec y el propietario del club caminaban con paso tranquilo en dirección al verdadero corazón del Annika. Tras cruzar varias compuertas de seguridad que exigían la huella del iris de Kopernik como llave maestra, llegaron a la Sala Simestim.

Las luces automáticas se encendieron y un halo de luz blanca se proyectó directamente sobre la estructura metálica. Allí estaba, en el centro de aquel destello luminoso se erguía el misterioso dispositivo Simestim...

Harlam, ¿Cual va a ser tu primera experiencia Simestrim?

Vamos. No te cortes. Pide lo que quieras.

KoperniK tiene fama de ser capaz de satisfacer a sus clientes más exigentes...

Tras todas las medidas de seguridad llegaron a un pasillo totalmente diáfano y vacío, sus paredes eran de vidrio blanco y parecía estar dividido en seis fracciones, dos de ellas parecían estar iluminadas por la parte posterior pero el espectador que seguía a KoperniK no era capaz de adivinar lo que allí había. Esa ausencia de información contrastaba con los dos lugares que Harlam había visto en el Annika. 

—Aquí. Esas dos están ocupadas —aclaró el anfitrión abriendo una de las puertas que se abría en una de las fracciones blancas más apagadas.

El interior de desvelaba de idéntico aspecto salvo por una máquina que se asemejaba a los modelos más sofisticados de simuladores VR, probablemente el recién llegado parecería decepcionado por el aspecto. No era la primera vez que veía esa reacción así que el polaco se dispuso a aclarar:

—Esto no tiene nada que ver con las cabinas de VR. Es posible realizar la experiencia sin este tipo de añadidos pero nuestra experiencia me ha permitido atestiguar que se puede hacer una experiencia más inmersiva si usamos este tipo de equipamiento. Tengo otra sala de relax si lo prefieres —le ofreció—. Es la que uso para las experiencias más personales e intimistas. Todo lo que sea riesgo acción y movimiento, recomendamos esto.

—¿Qué va a ser? —preguntó devolviendo la pelota al ejecutivo.

Acaricio la máquina como quien comprueba el grado de suciedad con la yema del dedo índice. Le devuelvo la mirada a Kopernik y una vez más le muestro mi blanqueada sonrisa mientras asiento con la cabeza.

- Esperaba algo más... elegante. Pero nunca hay que juzgar un libro por su portada... nadie lee libros hoy en día. Yo tengo una colección personal, es curioso, hemos pasado a ser fetichistas y no eruditos los que atesoramos libros físicos. - parece que divago, pero paseo por toda la estancia la mirada, esforzándome en captar todo detalle que más tarde pueda analizar con detenimiento - Es siempre una cuestión de oferta y demanda, ¿lo entiende? Ahora los libros no están destinados a un lector ansioso de conocimiento, sino a un comprador dispuesto a poseer algo... exclusivo. Amplio la sonrisa aún más-  Ahora es un negocio mucho más lucrativo.

Por fin me detengo delante de la máquina y estiro las mangas de mi traje rojo que vuelve a estar perfectamente colocado.

- Lo cierto es que no sé hasta que punto podrá su máquina satisfacer mis espectativas. Por lo que he podido saber se trata de un tipo de simulación virtual muy exahustiva. Así que voy a ser exigente... ¿podría su máquina permitime saber qué se experimenta instantes antes de morir? creo que sería una experiencia muy catártica... voy a dejar que me sorprenda usted señor Kopernik, pero asegúrese de hacer que experimente una muerte significativa, no insulte a mi ego. Si es posible, claro.

Lo miro fijamente esperando que me confirme que la experiencia es posible y segura.

–¿Está usted seguro? –preguntó KoperniK mostrando una sonrisa irónica ante aquel desafío–. Creo que usted no es plenamente consciente que esto no es una simulación virtual, lo que usted viva pasará a formar parte de usted, pasará a ser su recuerdo y será como si usted lo hubiera visto. La experiencia será suya.

Se dirigió a una esquina de una sala y encendió una terminal que desplegó una holproyección en blanco, como si esperase que le diera una orden. Entonces se volvió con la misma sonrisa desafiante.

–No quisiera que venga llorando en una semana porque tiene usted un trauma.

sigo sonriendo cuando respondo a Kopernik.

- No se preocupe por añadir otro trauma más a mi larga lista, mi joven amigo. Tráteme bien y puede que me convierta en un cliente asiduo, esa debería ser su preocupación principal ya que no desea hacer otro tipo de negocios conmigo. Las lágrimas serían una prueba irrefutable del éxito de su producto. Creo que no nos hemos presentado formalmente. Mi nombre es Harlam -le tiendo mi mano- como ya le dije antes no he venido a causarle problemas. Créame, mi trabajo consiste en solucionar problemas no en crearlos. Si me dan con una puerta en las narices, simplemente busco otra puerta a la que llamar. Pero me encantaría ver esta demostración que me ha ofrecido tan amablemente. 

Me preparo para seguir las instrucciones de Kopernik y vuelvo a mirar a la máquina.

- ¿usted la ha probado?¿o es del tipo de vendedor que habla de las virtudes de su producto por lo que ha escuchado de otros?. Vamos, dígame qué hacer, estoy deseando experimentar la muerte y resucitar... va a ser catártico, como mínimo.

—Lo he probado, a veces lo uso pero en la mayoría de los casos prefiero quedarme con mis propios recuerdos —explicó mientras empezaba a teclear la pantalla provocando algunas reacciones en la proyección—. La memoria es traicionera así que he hecho un backup de los que más atesoro y en ocasiones paso el rato recordando los momentos con los mejores detalles. Por supuesto también picoteo entre algunas de las experiencias más premium.

Terminó de preparar todo y se acercó a Harlan.

—Aún no me has contado cómo te has enterado de ésto. Normalmente sacamos una trazabilidad de los clientes y los nuevos contactos. Lo tuyo digamos que... no ha sido procedimental.