Partida Rol por web

Antes de que Kopernik pudiera terminar de asimilar la llamada, los matones a sueldo acataron la orden y echaron la puerta abajo. Algunos puntos del rectángulo de madera se resquebrajaron y crujieron bajo la fuerza que los arrancó de las visagras de metal. Cuando la puerta cayó, los ojos del mensajero encontraron al otro lado del umbral lo que habían venido a buscar: Ratón. Allí estaba, pero no estaba sólo...

—¿Y vosotros quien...

—...cojones sois?.

Allí, junto al muchacho, había dos mujeres prácticamente idénticas. Gemelas. Clones quizá. Imposible saberlo. Indistinguibles si no fuera por el color de sus collares.

La de rojo tenía a Ratón agarrado por el cuello. La fuerza de su mano izquierda lo sujetaba con firmeza mientras la derecha sostenía una extraña pistola que apuntaba directamente al cerebro del chaval. Además de amenazarlo, lo estaba utilizando como escudo humano.

La otra, la de azul, estaba apoyada junto a la ventana en compañía un subfusil de plasma que apuntaba directamente hacia los recién llegados...

–Ahora voy –contestó KoperniK al aire antes de tocarse en la sien y estudiar al par de cromadas. La situación era clara, sin embargo, él encontró su objetivo:

–¿Puedo llevarme a la chica? – preguntó con suavidad sin bajar el arma, convenientemente resguardado por sus matones–. No me gusta que secuestren a mis trabajadoras y las hagan daño… Somos una familia.

Aquella última frase sonó irónica en sus labios por acontecimientos del día anterior. Estaba nervioso y quería resolver aquello por la vía rápida para largarse con viento fresco.

–Vuestros amigos están muertos, tres son culpa mía. El resto estaban muertos cuando llegué –miró entonces a su alrededor como si estudiase el escenario y entonces devolvió su atención al par de gemelas. Serían una buena adición para el Annika, la pena es que dudaba que ellas estuvieran interesadas en eso–. Podréis salir sin problema, pero si buscáis trabajo… Podría dároslo.

​

Aquellas dos debían ser las figuras que Petrushka había percibido nada más llegar. Sus pulsos vitales, sus dimensiones,... todo era idéntico. No podían ser gemelas naturales, no... Aquello iba más allá de la genética natural. En cualquier caso, eran los últimos dos obstáculos que le separaban de Luka y Petrushka estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para salvar a la persona que le había rescatado de los escombros.

Así pues, la aparato observó rápidamente las armas de aquellas dos mujeres. Ninguna tenía mirilla multiespectro como el francotirador o, a simple vista, no parecían tenerlas... Eso significaba que aún seguía siendo invisible para ellas. En cualquier caso, antes de realizar algún movimiento, decidió analizar la situación. Su principal idea era acercarse sigilosamente a la que sujetaba a Luka. Luego, si todo iba bien y si aquel hombre trajeado no podía convencerlas por las buenas, le dispararía en los sesos.

Esperaba que Sabaka estuviera atento para neutralizar a la otra...

Sabaka lo tenía más que claro. A la primera oportunidad iría a por la del chisme de plasma, era la que podía dejar a todo el grupo jodido.

Ya había visto lo que Petrushka era capaz de hacer con una pistolita de nada.

Estaba convencido de que la roja que amenazaba a Ratón estaba prácticamente muerta...

El cuchillo ya estaba en su diestra. Se acercaba inperceptiblemente a la chica azul sin perder de vista a la roja. El disparo de Petrushka sería la señal.

Un incómodo silencio se produjo en la habitación. Duró el tiempo que tardaron las gemelas en sopesara sus opciones que, a decir veradad, no eran demasiadas. Durante ese lapso de tiempo Petrushka pudo observar como los vidriosos y minúsculos ojos de Ratón estaban clavados en Sabaka. El chico estaba muerto de miedo.

Finalmente, tras un fugaz cruce de miradas entre ellas, una de las dos habló:

—Puedes llevarte a la chica.

—Y también al mocoso.

—Pero queremos formar parte de eso —La mano que aferraba a Ratón liberó momentáneamente su cuello para señalar un punto indeterminado tras Kopernik y sus hombres. Señalaba directamente a Petrushka. El aparato no había pasado desapercibido para ellas.

—Si estáis con ese aparato es que vais tras el modelo N4D-3SH-1K0.

—Queremos una parte de ese pastel.

—Y no somos putas bailarinas de striptease.

—Y si nos ponemos de tu parte habrá que hacer algo con nuestro antiguo jefe.

—¿Qué dices?.

—¿Hay trato?.

Pueden verte Petrushka. Esas dos cromadas tienen implantes oculares capaces de ver en multiespectro. Para ellas no eres invisible. Dime: ¿Desactivas el camuflaje y te dejas ver para los demás?.

Kopernik; ¿de qué hablan esas dos piradas?. ¿Hay un aparato siguiéndote y no te habías dado cuenta?.
Eso no es propio de ti. ¿Te has vuelto descuidado o estás perdiendo facultades?. Quizá tantas horas sentado cuadrando las cuentas del Annika te están pasando factura...

Pero vamos a lo realmente interesante. El "trato" con las gemelas. Ya sabes sus condiciones. Si cedes a ellas a cambio se pondrán de tu parte, podrás llevarte a tu "querida" Tanya y el tipo raro podrá llevarse al muchacho. Además, las dos cromadas te dirán todo lo que saben sobre el tema N4D-3SH-1K0.

¿Qué dices?. ¿Hay trato?.