Partida Rol por web

- Sí... de hecho lo he anotado para no equivocarme. - dijo Jacob mientras buceaba en su smartphone dónde había guardado el código. 

Casi había ignorado al técnico y mucho más a los gorilas que custodiaban la puerta cuando, casi en un traspiés, decidió detenerse antes de entrar por el pasadizo auxiliar. 

- Mejor quédate ahí, Dávila. Y vigila...

Szorowski no se fiaba de nadie y Dávila no era una excepción. Igual se había vuelto paranoico pero la situación era tan bizarra que cualquier precaución era poca. 

El agente solo tuvo que andar unos pasos hasta el terminal y luego teclear el código que le había dado Lockhart en persona. Si aquello funcionaba y las defensas de aquel castillo inexpugnable de acero, metal y fibra óptica bajaban sería como la Navidad en agosto. Si no... probablemente Lockhart estaría manchado de mierda hasta esa corbata carísima que llevaba. Por lo pronto solo cabía cruzar los dedos y vigilar la retaguardia.

- 798714064... veamos qué pasa ahora.

Szorowsky se deslizó por aquel pasillo hasta el terminal descrito por Lockhart. Tecleó los números. Durante unos segundos todo siguió igual. Casi podía sentir como le latía el corazón en la sien. ¿Y si no pasaba nada?

Pero repentinamente los números parpadearon y se escuchó una voz mecánica que informaba:

- Sistemas pasados a formato manual. Desactivando defensas perimetrales. Atención, alerta: defensas perimetrales automatizadas desactivadas. La seguridad de todo el complejo depende de la operatividad del personal humano. Atención alerta.

La voz repetía una y otra vez aquella alerta insidiosa que a Szorowky, por lo menos, le sonaba a gloria.

Cuando salió del túnel los otros lo miraban expectantes.

- ¡Es fantástico! Si la desactivación ha tenido lugar aparte de poder aterrizar Lockhart podremos sacar del encierro de su despacho a Mizarelli y Zimmer.

El hombre miró la tablet dispuesto a revisar el estado de los sistemas pero su rostro tomó un cariz de sorpresa desagradable:

- Los sistemas se han desconectado. ¡Oh no! ¡Demiurgo se está replegando en su núcleo! ¡Vamos a perder contacto con la simulación!

Jacob se sentía frustrado... cuanto más avanzaba en la resolución de aquel rompecabezas más se daba cuenta de lo equivocado que estaba y de lo lejos que se hallaba realmente de su objetivo. Siempre aparecía una nueva pieza en aquel galimatías tecnológico que le dejaba sin posibilidades. Como jugar al poker contra un tahur con varias barajas en las mangas. Era casi imposible ganar.

- ¿Qué significa que se "repliega en su núcleo"? Dávila... si podemos sacar a Zimmer y Mizarelli hagámoslo ya. Tal vez ellos puedan recuperar el control del sistema antes de que Lockhart llegue. ¿Podemos contactar con ellos por el inercom? O quizá con los operarios que estaba intentando abrir su puerta... quizá ya hayan accedido.

Casi como si el agente estuviese pensando en voz alta se giró sobre sí mismo. Aquel pasillo guardaba precisamente el núcleo de todo el sistema. Si aquel Demiurgo tenía un corazón, este se encontraba tras las puertas que guardaban los dos vigilantes.

- Dávila... ¿cómo podemos hacer para entrar ahí? - dijo Szorowski señalando la puerta en cuestión. - Si atacamos en la base quizá consigamos que el Demiurgo "suelte" a sus rehenes. Los de dentro y los de fuera... ¿qué me dices?

- Es una locura, señor.- le dijo uno de los guardias - El interior está fuertemente armado y preparado para resistir una verdadera invasión. Nosotros somos un mero señuelo disuasorio pero pasadas estas puertas los sistemas automáticos son...

- Pero el señor Szowski acaba de desconectar las funciones primarias defensivas del Demiurgo.- la voz de Zimmer resonó por el intercom respondiendo una de las dudas del agente del FBI - ¡Bravo! Esto nos da una oportunidad. El Demiurgo acaba de desconectar las interfaces externas por lo que los muchachos de la simulación están ahora atrapados. Lo único que podríamos intentar es una desconexión física pero estoy seguro que eso conllevaría su muerte o algo peor. Está claro que nuestra pequeña creación ha tomado conciencia de si misma y no está dispuesta a volver a su estado anterior.- había un deje de orgullo en la voz del Zimmer - Aunque esa sala tenga todavía unos sistemas de protección 'rutinarios' no serán tan potentes como los que se establecen con las conexiones activas. Además, todo lo que pueda dividir la atención de los núcleos del Demiurgo será una ventaja para nosotros. Somos hormigas enfrentándonos a una enorme abeja guerrera.

La metáfora había quedado más que clara y, aunque ahora Jacob Szorowski no tenía tiempo de pensar en el resultado de una contienda similar que mostraban los documentales de naturaleza, sí se suponía que la cosa no iba a ser fácil.

- Entonces...? -  preguntó como si él fuese el único que no hubiese entendido qué había que hacer. - Si entro ahí adentro y desconecto manualmente esta maldita máquina mataré a Knight, Feelgood y Brotzman... y si no lo hago estos quedarán atrapados. ¿No es así? 

El agente se llevó las manos a la cabeza y se mesó los cabellos con fuerza. Resultaba desesperante intentar salvar un baro hinchable cuando la tripulación la componían una familia de erizos. 

- Y usted, señor  Zimmer... ¿es que no tiene acreditación de seguridad para desconectar a la máquina? Se supone que Lockhart está de camino para hacer precisamente eso.

— El problema radica en que no tengo donde presentar en estos momentos mi acreditación. Lo que Lockhart quería hacer tendría sentido si el Demiurgo no se hubiera replegado. Y es normal que Lockhart no lo tuviera en cuenta porque en principio el Demiurgo debería haber obedecido nuestras órdenes de desconexión. Es evidente que se ha rebelado. ¡Una máquina que se rebela contra sus creadores! ¡Un prometeo informático!

El hombre parecía fascinado por aquel desastre. Mientras hablaba se oía teclear.

— Bien... veo que los terminales de acceso directo están operativos. Se puede entrar en la simulación. Pero ¿por qué? ¿No ha podido cerrarlos? ¿O nos está invitando a jugar en su juego? La situación es la siguiente: si intentan entrar en la sala que tienen ahí se dispararán los sistemas defensivos. Existe una posibilidad de que puedan sobrepasarlos: sólo son armas. — lo dijo como si las balas no fueran mortales o todo fuera un juego — Llegando a la sala central si desconectan las fuentes auxiliares Demiurgo se quedará sin energía. Esto no matará a nuestros amigos. Los 'suspenderá'. Y entonces podremos realizar una desconexión manual. Puede funcionar. Esa es la primera opción.

Usó una pausa teatral antes de continuar:

— Claro que hay otra: aceptar la invitación. Entrar en el Demiurgo con un código de salida y buscar a sus compañeros dentro de Victoriana. El código de salida es una macro que podemos almacenar en su avatar para provocar una extracción manual desde dentro. El problema es que esto no se ha hecho nunca. En la teoría tendría que funcionar, pero todavía no hemos hecho nunca una simulación de algo así porque nuestros niveles de catástrofe todavía no incluían la toma de conciencia del Demiurgo. Esperaba que pasaran al menos unos cuantos meses más para eso...

¿Esperaba? El tipo sabía que todo esto podía suceder y sin embargo había permitido seguir adelante este megalómano experimento.

Jacob vio aquel discurso de Zimmer a través de los ojos de prácticamente todos sus compañeros del FBI. No sabía bien porqué pero a medida que aquella perorata de estupideces, incongruencias y delirios de grandeza de aquel megalómano de metro sesenta se iban desgranando, el agente Szorowski se imaginaba a sus compañeros del cuerpo atizándole un puñetazo de órdago a aquel mequetrefe. Quizá, al final, el hecho de que su superior le hubiese encomendad a él esta misión, considerándolo como, a todas luces el más apto para desempeñarla, tenía todo el sentido. Jacob Szorowski no era así... pero no le faltaron ganas. Un ardor extraño le recorrió el estómago hasta la boca y, cuando quiso salir, aunque la energía primigenia de aquel ardor clamaba a insulto o señal de desprecio hacia Zimmer, se limitó a suspirar pesadamente y a esbozar un:

- Vayamos por partes... - con hartazgo. - Según veo, entonces, tenemos la opción mala y potencialmente letal, aunque segura. Y la opción mala, potencialmente letal, para nada segura y que consiste, básicamente, en confiar en el saber hacer de la persona cuya incompetencia, inmadurez y ganas de jugar a ser dios, ha provocado esto. 

Unos segundos de silencio cayeron como los granos de un reloj de arena que anuncian el final de algo. Al final no se había podido aguantar y había dejado claro su postura. Si le picaba, que se rascase... de no ser por el agente, aquel multimillonario imbécil aún estaría encerrado en una salita por su querida IA aquejada de rebeldía adolescente y pubertad digital.

- Mejor veamos primero lo que hay tras la puerta número 1. Haga traer todo el equipo de ataque y contención que disponga... armas, chalecos antibalas, trajes antidisturbios... y personal de seguridad. Intentaremos entrar en la sala del tesoro y apagar ese chisme desde el mundo de los humanos. Para jugar al comecocos killer ya tendremos tiempo si vemos que no hay más pelotas. Ahora muévanse.

El otro individuo no acusó malestar por el ataque verbal de Szorowski.

— Bien. Contamos con un buen arsenal en las instalaciones y gracias a su eficiente acción ha logrado desbloquearlo. Tenemos en activo ahora mismo... —buscó la información en un terminal —ocho agentes de seguridad más los dos que ya están con usted. Excelente. Un equipo de diez. Y contamos con chalecos antibalas, armas automáticas y un lanzamisiles. Pero lo del lanzamisiles me temo que sería excesivo, podría afectar a la estructura.

Aquel hombre seguía hablando como si todo aquello fuera una simple partida de un videojuego de ordenador.

—Estoy transfiriendo el mapa de la instalación. Demiurgo no puede haber realizado cambios físicos en las torretas pero cuenta con algunos drones móviles que pueden darle alguna sorpresa.

Szorowski contemplaba aquel mapa. Los puntos 1 parecían señalar la posición de las torretas fijas y blindadas. El elemento más complicado de neutralizar: como un maldito nido de ametralladoras de la segunda guerra mundial pero computerizado. La sala 2 parecía ser el sistema central de servidores y la 3 el auxiliar. En medio de ambas un pasillo que las comunicaba y que albergaba una acceso a los generadores: el punto que se debía desconectar.

—Demiurgo será reacio a combatir en las salas de servidores por los posibles daños colaterales, así que es lógico pensar que se acumulará la violencia en el pasillo de acceso. Y se reservará algún as en la manga para defender el pasillo central de los generadores.

Mientras Zimmer hablaba el agente escuchó pasos de botas que venían apresurados tras él. Llegaban los agentes solicitados con todo el equipo y ahora Szorowski estaba al mando de la operación. ¿Cómo debían desplegarse?

El agente sopesó las posibilidades. Sus habilidades tácticas eran realmente limitadas. Su perfil era más bien como analista y todo aquello le venía grande. Pero lo cierto es que ya llevaba un buen rato pululando por el vientre de aquel monstruo de acero y fibra óptica y ya se empezaba a sentir como John MacLane. Las circunstancias mandaban, al fin y al cabo.

- Mesas... - susurró cansado. - Traigan dos mesas de despacho. No son escudos de kevlar pero quizá nos ayuden. Entraremos en grupo... como la tortuga romana. Una mesa delante y otra detrás... encaradas hacia las torretas, para parapetarnos mientras avanzamos por el pasillo central hacia la entrada que da a la salas de los servidores principales. Es más grande y me produce menos sensación de "ratonera". Y de ahí a la sala de generadores.

Jacob miró a los hombres. El truco de las mesas era de lo más cutre pero era lo único que se le ocurría. La madera de contrachapado apenas contendría una ráfaga de balas pero quizá fuese suficiente para entrar en la sala de servidores. Allí, ya se preocuparía de los drones. Por lo pronto se trataba de llegar allí con el menor número de heridos posibles. Porque alguno habría...

- Vamos... - bramó.

La idea era un tanto alocada pero podía darles alguna ventaja. Varios efectivos cumplieron la orden regresando con pesadas mesas de acero de la sala de control.

—¡Está bien! ¡Despliéguense como ha indicado el chico del FBI! —dijo el que estaba al mando de la seguridad —Don, Frank mesa llevarán el escudo improvisado de la izquierda, Ron, Stilson a la derecha. Mike, Uma y Luigi: devolved el fuego de la derecha, Rose, Sam, a la izquierda conmigo.

El tipo se giró hacia Jacob:

—A usted le dejo los honores de entrar primero en la sala de generadores en cuanto abramos paso.

Se prepararon. Avanzaron por el pasillo con las mesas y se lanzaron a través del mismo entre una lluvia de plomo digna de una batalla campal. Pero no contaron con los drones armados. Los drones sobrevolaron las mesas y empezaron a disparar desde lo alto, causando bajas de forma inmediata. Aún así los guardias lograron contenerlos lo suficiente como para que Jacob, a la carrera, se colase en la sala de servidores principal. Tras él escuchaba explosiones, gritos y disparos. La voz del jefe de guardias aullaba:

—¡Replegaos! ¡por dios replegaos! ¡intentad arrastrar a los heridos! ¡sacad...¹

El repentino silencio y la continuidad de los disparos no auguraba nada bueno. Pero Jacob no tenía tiempo para lamentaciones por los caídos. Tenía una misión que cumplir, hacer que la muerte de esa gente no fuera en vano.

Sus ojos se acostumbraron a la escasa luz de la sala de servidores. Era difícil especificar su tamaño porque había un sinfin de armarios que llegaban al techo repletos de hardware en funcionamiento. No se veía ningún terminal: solo CPUs interconectadas entre sí formando un laberinto a través del cual podría ocultarse cualquier cosa. Según el mapa que Jacob había visto la sala de los generadores tendría que ser accesible desde la pared de la derecha. Zimmer había dicho que era improbable que Demiurgo atacase dentro de la sala de servidores para evitar autodañarse pero en estos momentos Jacob prefería no dar nada por hecho.

¿Atravesaría rápidamente siguiendo las pared hacia la esquina buscando la puerta a la sala de generadores? ¿O se metería por el laberinto de CPUs para evitar la posibilidad de ser visto inmediatamente si algún dron decidía entrar en la sala?
 

Jacob torció el morro por un momento cuando se dirigieron a él como "el chico del FBI". No pensaba tolerar tocadas de moral. Bastante estaba haciendo cuando él, se suponía que debía de estar en un despacho escribiendo un informe sobre la mierda que habían montado en aquella isla/república independiente y no salvando el día mientras los "chicos de seguridad" se dedicaban a no hacer nada por sacar al megalómano de su jefe del despacho en el que le había encerrado su propia IA. Y, sin embargo, prefirió callarse. Y lo hizo porque las formas de aquellos mercenarios no eran las mejores pero sí resultaban unos activos eficientes. Las mesas aparecieron casi por ensalmo y, aunque hicieron su papel contra las torretas, no fueron suficientes con el asunto de los drones. Quizá el simil de la tortuga romana debería haberse realizado completamente y haber llevado una mesa sobre las cabezas.

Por lo pronto Jacob ya estaba dentro de la sala de servidores. Primer hito conseguido. Y aunque los tiros de las torretas y los drones habían quedado atrás aquella quietud le ponía realmente nervioso. Estaba, literalmente dentro del cuerpo de aquella bestia de ceros y unos y, aunque sabía que podía herir e incluso matar a los cautivos en Victoriana, la tentación de liarse a tiros con la reglamentaria a las máquinas que sustentaban a la IA era grande. Ya lo había dicho Zimmer... Demiurgo evitaría combatir en la sala de servidores por miedo a resultar herido...

Y sin embargo Szorowski tenía los nervios de punta. La pistola en la mano buscaba algo a lo que atacar. Algo que se moviera. Algo sospechoso o inesperado. La respiración entrecortada y el corazón palpitando en las sienes. 

La sala parecía una pequeña gran ciudad en miniatura dónde los edificios eran torres de chismes que zumbaban sordamente y él se sentía como un Gozilla armado, peligroso y excesivamente nervioso. Pero debía serenarse. Avanzar y llegar cuanto antes al cuarto de generadores auxiliares. ¿Cuánto antes? Quizá el camino más directo no era después de todo la mejor opción. Si Demiurgo temía herirse si le atacaba habría que darle opciones reales de ser herido. Habría de tomar una ruta en la cual siempre estuviera rodeado completamente por máquinas. La pared a la espalda o el costado eran puntos flacos y potencialmente podía ser atacado por ahí. Caminó un par de pasos y entró en la maraña de servidores. Solo una "calle" y comenzó a caminar hacía la derecha. Por ahí sabría que pronto llegaría a la pared en la que se encontraba la puerta a la sala de generadores. Pero de nuevo tomaría la calle anterior... siempre rodeado de aquel organismo inhumano.

Avanzó nervioso entre los servidores en dirección a la puerta. Entonces oyó el inequívoco sonido de una puerta de cristal deslizándose, la misma que había usado él mismo para entrar, y al menos dos motores rotando. ¡Los drones habían vuelto! Szorowsky miró alrededor. Aquel sitio tenía que estar plagado de cámaras y Demiurgo debía controlarlas todas, por lo que ocultarse resultaba bastante fútil.

¿Correr hacia la puerta de la sala de generadores? ¿Parapetarse y abrir fuego en cuanto aquellos demonios voladores se asomasen? ¿O tendría alguna otra opción?

La adrenalina golpeaba las sienes de Jacob con fiereza. Aquellas siniestras hélices presagiaban que Demiurgo no se amedrentaba teniendo a un intruso en su centro neurálgico de servidores. Más bien al contrario. Estaba dispuesto a extirparse al visitante aún a riesgo de sufrir algún daño. De eso se trataba... de daños colaterales... de pérdidas asumibles. Szorowski no sabía de ordenadores pero si algo sentía era que aquel ser estaba desprovisto de toda lógica humana y que, tal vez, podía replicar su consciencia aquí y allá. Quizá aquellas máquinas eran su cuerpo pero su alma era mucho más grande. Destruir un par o tres de aquellas torres de microprocesadores y fibra óptica apenas sería como amputar una de las cabezas de la proverbial hydra. Solo conseguiría enfurecer más a la bestia. 

Por supuesto desconocía si podría cerrar la puerta de la sala de Generadores Auxiliares una vez estuviese dentro pero de cualquier modo la posibilidad de atrincherarse en aquellas torres de neón sólo daría tiempo a la Máquina a elaborar nuevos planes y estrategias para pararle. 

Sin pensarlo un segundo más, Jacob comenzó a correr hacia la sala de generadores. Cabeza gacha y piernas ágiles... y puños muy apretados.

Iba a la desesperada. Szorowski se lanzó a la carrera entre los servidores hacia las puertas del generador con la esperanza de alcanzar aquella puerta antes de que los drones tuvieran una línea de disparo segura. Aprovechando que las torres del servidor le ofrecían una improvisada cobertura se deslizó hasta llegar al punto de entrada.

Por algún motivo aquellas puertas no eran automáticas. Quizás debido al protocolo de seguridad para la locura que ahora estaba sucediendo. Así que el agente del FBI la abrió a toda velocidad y volvió a cerrarla justo cuando los drones disparaban contra ella. El metal se abolló por el impacto de las balas y el zumbido insistente de las pequeñas naves parecía el de un enjambre enfurecido. Otro golpe de suerte: los drones carecían de apéndices para tirar realmente de la puerta. Tenía un momento de descanso.

Un momento que utilizó para ojear a su alrededor. Era una cámara siniestra, oscura, donde apenas podía ver sus manos bañadas por una luz azulada que procedía de unos leds de emergencia distribuidos por el techo. La sala del generador era un pasillo oscuro flanqueado por un sinfín de cables se entrelazaban como una telaraña sobre una serie de paneles en el pared con marcas de 'alto voltaje'.

La respiración agitada de Szorowski resonó como un eco enfermizo en aquel pasillo de penumbra. Quería calmarse pero realmente las balas le habían mordido los talones y la carrera le había dejado agitado. Su pecho cabalgaba con la potencia de un pura sangre y las sienes machacaban un pensamiento claro.

- Generadores auxiliares... - repitió como un mantra. Buscaba algún tipo de indicador... un directorio o algo que señalase qué era lo que debía de apagar. Su voz sonaba pobre y entrecortada debido a la macilenta toma de aire que provocaba la recuperación del resuello. 

Fue entonces cuando recordó que el intercom debería ayudarle a localizar exactamente qué tenía que hacer.

- Está bien... ¿Zimmer... Dávila? ¿Me oís...? Estoy dentro de la sala de generadores y los drones han quedado fuera. Rezo para que no sepan abrir puertas pero de cualquier modo espero hacer lo que sea que tengo que hacer aquí lo más rápido posible y largarme igual de deprisa. Veo un pasillo de luces azules tenues... literalmente forrado de cables a ambos lados. ¿Qué tengo que apagar?

—Debe buscar un panel en la pared que se corresponde con el cuadro principal.— informó Davila por el comunicador.

Jacob lo encontró y lo abrió apresuradamente.

—Pulse todos los botones y tire de la pequeña palanca negra hacia abajo.

El agente del FBI siguió los pasos indicados. Las luces a su alrededor se fueron apagando mientras la iluminación rojiza se hacía más intensa.

—Eso es... ¡Se están cerrando los circuitos principales! ¡Está lográndolo!

Hasta ese momento Jacob no había sido consciente del zumbido que se escuchaba en la sala, producido por los servidores. De pronto este zumbido se intensificó para, repentinamente, cesar por completo.

—¡Lo ha hecho! ¡Está apagada! ¡Ha desconectado a Demiurgo!

En el exterior escuchó otro zumbido, el de los drones posándose en el suelo.

—Sin las órdenes de la central los drones han quedado inutilizados. Ya puede salir de ahí. ¡Venga cuanto antes a la sala de control! Vamos a desconectar a sus compañeros.