Partida Rol por web

Vallis Veniae

Escena de Juego

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21/06/2020, 17:59
Martín de Ondameriz

Al quinto día visitaste a los caballeros en uno de los refectorios interiores. No era de buen grado ni idea el visitar a Martín en la propia celda, y menos dentro de un lugar de clausura. El joven caballero no es que no diera muestras de amor por tí, sino que esos días estuvo más comedido (tal vez por la sacra situación).

Andemos, sí. Este lugar es grande, y aunque bien cuidado, es fácil perderse -te dijo-. Entonces recorrísteis el túnel que conectaba el pórtico principal con el patio trasero, y al volver tras los pasos os dirigísteis hacia una zona más resguardada, que no era sino la zona donde estaba la Ermita de Santo Cristo. La nieve se acumulaba aquí y allá, cubriendo de un manto blanco los montes trasero y delantero y todo el monasterio. Este lugar es fantástico. No había venido nunca aquí, pero si Dios lo quiere en otro año, acompañaré también a la reina... Y a vos -te decía con cierta sonrisa-. Por cierto, Urraca,  he oído que la comitiva partirá pronto hacia Vitoria, pero también que algunos miembros del séquito real quedarán -el caballero, envuelto en sus prendas bien cuidadas se paró en seco, bajando sus cejas con preocupación-. ¿No vos quedaréis aquí, no? ¿Os ha comentado algo la reina?

Notas de juego

Haz una tirada de Descubrir.

Hay un post antes que éste (no te lo vayas a pasar).

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21/06/2020, 20:41
Urraca de Burgos

Caminando con el caballero pensaba en que no podía ser más feliz. Dios se lo había dado todo: Una familia, Castilla, servir a la Reina, la mujer más piadosa del mundo y una de las más poderosas. Y ahora iba caminando junto al hombre que hacía que su corazón latiese precipitadamente. Era increíble estar allí en ese entorno, en esos paisajes, junto a la Virgen, en el Monasterio, con tan buenas gentes y piadosas.

Tardó unos segundos en darse cuenta de que Martín le hablaba y no se enteró de lo primero que le decía, sólo logró distinguir lo último que le decía el caballero y la pregunta, suficiente para contestar -No he oído nada ... ¿partiréis vos? ¿os han dicho algo?

Había pensado que después de los paseos con el caballero, le gustaría buscar en el Monasterio a los peregrinos. Le encantaría conocer gente de otros lugares, de reinos lejanos, soñaba con conocer gentes de Aragón, Granada, Francia, Inglaterra... ¿en qué idioma hablarían? ¿cómo serían? ¿se entenderían?

- Tiradas (1)
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22/06/2020, 00:22
Martín de Ondameriz

No lo sé, Urraca -respondió Martín-. Por eso vos pregunto. Es sólo algo que se dice por ahí. No sé que planes tiene la reina aparte de sus compromisos en Vitoria. Parece que os gusta mucho este sitio. A mí también, pero no más que vos... -el caballero miró en derredor, por si había algún monje de Valvanera o algún criado recorriendo las inmediaciones; que no era menester llamar la atención-.

Un peregrino, ¿decís? -la mirada la envió de nuevo al gran edificio-. Tened cuidado con esas gentes: la mayoría son devotas pero otras... otras sólo caminan los pasos santos para robar y trastear en el camino. Bueno, marchemos de vuelta, ya es tiempo -aclaró-. Entonces recorrísteis los pasos y tú regresaste al interior del complejo para ver si podías toparte con alguien que te contara nuevas del camino. Luego os veo, Urraca -el galan Martin, pese a su corta edad, se despidió con evidentes muestras de fervor por tí-.

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22/06/2020, 00:23
Peregrinos

Tras recorrer algunas salas del interior del monasterio te internaste de nuevo en la iglesia. Allí estaban conversado, en la puerta de una pequeña capilla, el abad Ximén y el padre Mateo Sandez. Luego se le unió un tipo enjuto y de ojos claros, que tras esos cinco días de estancia allí ya sabías que se llamaba Ambrós, y era el jefe de llaves del monasterio. El portero, vaya... Los tres charlaban con respeto. Eso sí, cuando tu mirada se dirigió a la bella Virgen de Valvanera, en uno de los bancos había un par de peregrinos. Dos hombres envueltos en pieles de oveja, a la manera de pastores, pero con sendos grandes equipajes a un lado y bordón en el otro. Oraban con el mismo fervor que Su Majestad Isabel a la Madre de Dios. Bueno, con casi el mismo.

Entonces esperaste y cuando ambos ya se marchaban les entraste al paso.

Pues encantado, señorita -este lugar es un pequeño paraíso, si se me permite la palabra. Te habían estado contando de donde habían venido, y era de regreso de la Ciudad Santa de Compostela. El último lugar donde habían dormido a pierna suelta era en Castrojeriz, pues desde entonces habían soportado los fríos y los vientos nocturnos al raso-. ¿Y quienes son todos esos soldados que hemos visto ahí afuera? -te preguntó uno de ellos. ¿Quién gran señor se aloja entre estos muros? -habló el otro, intrigado-.

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22/06/2020, 15:54
Urraca de Burgos

Dijo sorprendida -¿Cómo? ¿no lo sabéis acaso? pues es la Reina de toda Castilla. Doña Isabel de casa Trastámara, descendiente de Don Enrique de Castilla. Así que en Compostela... ¡Qué gran honor haber podido rezar al Santo! - a ella le encantaría ir algún día a  la tumba del Apóstol. Una persona que había conocido al mismísimo Jesucristo y seguido sus enseñanzas.

Ahora iría a hablar con el Abad y con el resto de la congregación religiosa. Pediría si le pudiesen enseñar algo mejor aquel lugar. Seguro que había mil y un lugares que aún no había visitado, secretos por descubrir: pasadizos, recovecos, espacios...

Preguntaré también al Abad sobre la Virgen. No recuerdo de cuándo data, cómo apareció y en qué año, cuándo construyeron el monasterio, etc.

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22/06/2020, 18:17
Director

Hola, muchacha -te dijo el abad-. Veo que habéis venido a rezar. Tu asentiste y le comentaste que querías ver el monasterio de cerca, vislumbrar los lugares interiores y los muros internos que aguardaban a ser admirados. Entonces los cuatro os dispersásteis, y el abad Ximén y tú caminásteis por algunas estancias en el interior de la iglesia, sacrístía incluida. Te contó cómo habían pasado de generación en generación los clérigos y los abades y te enseñó algunos libros de horas antiguos, guardados celosamente por los benedictinos.

En una pequeña biblioteca admiraste los escritorios copistas (apenas unos cinco) y ciertos legajos acumulados en un lateral, sobre un gran estante.  Ah bueno, aún no te he contado el origen de la Santa Madre de Valvanera -decía refiriéndose a la Virgen que todos admiraban-. Según la leyenda, la imagen de la Virgen de Valvanera fue encontrada en el interior de un roble por un bandido arrepentido de nombre Nuño, quien supo de ella gracias a una revelación durante su retiro eremítico en la cueva de Tómbalos, cerca de Anguiano, junto a un clérigo llamado Domingo. ¿No es fabuloso? Los caminos de la Fe son enigmáticos...

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22/06/2020, 18:18
Zulema

Entonces, aún estando junto a la sacristía, apareció unos veinte minutos después Zulema, otra de las criadas. Venía para darte un recado. 

Perdónenme, señor Abad -interrumpió con cierta timidez-. Venía a por Urraca: la reina requiere de sus servicios -Ximen asintió enseguida, deseando que no la hicieras esperar-. Mientras regresábais sobre vuetros pasos, Zulema te habló. Su Majestad está en los arcos del monasterio -el túnel de arcos y columnas que formaba un corredor que conectaba los dos patos, sobre los contrafuertes del propio monasterio-. Está muy rara, como ausente. Algo ocurre, Urraca, tal vez algo importante. Por cierto... ¿quien era esa figura que os espiaba hace un rato? Harto descarado era, fuera quien fuera.

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22/06/2020, 21:17
Urraca de Burgos

Dio un respingo - ¿QUÉ? - luego bajó el tono -¿me han estado siguiendo decís? ¿cómo era? ¿hombre o mujer? ¿qué aspecto tenía? ¿es algún conocido?- fue lo primero que le vino a la mente sin reparar en el encargo de la Reina. Quedó pensativa un momento y luego añadió -Nuestra señora me requiere. Disculpad Abad. Muy interesante la historia de la Virgen. Iré presta Zulema, gracias -sale rauda en cuanto escucha la contestación de la conversa.

Me había parecido que la Reina estaba inquieta, pero no estaba del todo segura. Ahora no cabe duda, no soy la única que se ha percatado. Espero que no sea algo grave.

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23/06/2020, 13:10
Zulema

No lo sé, estaba yo en la torre, en nuestro aposento -señaló-, y os vi marchar con el caballero Martín a dar un paseo. Alguien desde los contrafuertes parecía miraros, entre el la entrada principal este lugar, y el terraplén que baja al valle. No sabría deciros, estaba yo muy lejos. Luego bajé, pero no había nadie...

Entonces marchaste a ver a la Reina con la aprobación del abad. Zulema se marchó, no te acompañó.

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23/06/2020, 13:11
Director

Como ya te había dicho tu amiga conversa, doña Isabel se encontraba en el corredor de arcos del monasterio (un túnel entre los contrafuertes del barranco y el propio monasterio). Tardaste apenas un minuto en llegar allí. Estaba sentada en una sillón dispuesto en medio del corredor que conectaba ambos patio (trasero y principal), observando el valle. Una vez en su presencia, mandó retirarse a sus acompañantes (uno de los caballeros, que no era Martín, y otros dos criados que la atendían).

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23/06/2020, 13:12
Isabel I de Castilla

Urraca, ven aquí -te dijo invitándote con un gesto para que te acercaras a ella-. Entonces comenzó a hablarte de algo que no venía mucho al caso. Su mente comenzó a cavilar y su boca a expulsar lo que pensaba.

Según unas notas que ha leído en un volumen que había en mi alcoba de la torre, en el año 1111 se quemó la iglesia primigenia del monasterio -decía como si se lo hubiese aprendido-. Setenta años después se reconstruyó con la consagración de Rodrigo de Cascante, obispo de Calahorra.  Entonces hizo una pausa. Pese a que agradecías las lecciones de historia, preferías, sin duda, dar un paseo con Martín o estar rezando a la Virgen.

Lo curioso es que en 1413 volvió a ser pasto de las llamas... -entonces se detuvo, entrecerrando sus ojos-. Urraca, sois vos mi más fiel sirvienta. Ahora que no nos escucha nadie, os confieso: he soñado con un terrible incendio en la que perecía. ¿Tal vez sea una premonición o advertencia divina? ¿Qué pensáis? -a falta de consejeros, Isabel pedía consuelo en sus mejores allegados-.

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23/06/2020, 17:18
Urraca de Burgos

Acudió presta y se inclinó en presencia de la soberana, se acercó más cuando la Reina se lo pidió y escuchó atentamente - majestad... no sabía muy bien qué decir, aunque en realidad si lo pensaba bien -son dos fuegos en muchos años. He visto muchos incendios en mi Burgos natal -y era verdad, muchas hogueras y fuegos a la vez en sitios muy pequeños, basura,ramas, hojas... todos los pueblos se quemaban cada pocos años.

- Deberíais descansar Mi Señora. Rezar a la Virgen y disfrutar de estos lugares. ¿Queréis que os prepare un bebedizo para dormir? seguro que Zulema conoce unas cuantas recetas. Aquí crecen infinidad de plantas que puede usar.

La Reina tenía demasiadas cosas de gobierno. La Iglesia, Los nobles levantiscos, Las Ciudades, las Hermandades, los despoblados, los moros... era demasiado y luego el tema de su marido, su matrimonio.

-Consultad con el Abad Señora y veréis cómo os quedáis más tranquila.

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23/06/2020, 23:28
Isabel I de Castilla

La reina comenzó a asentir cuando le hablabas de Burgos, pero llegó un momento que miró enfrente, al valle allá abajo, y quedó inmóvil (aunque seguía escuchándote).

No, no para hoy -dijo negando tu ofrecimiento-. Dormir... duermo bien, con gusto y descanso. Es sólo esas visiones tan extrañas. Tampoco querría importunar al abad Ximén: no hay nada que él pueda decirme, pues es algo extraño y equívoco. Urraca... -entonces se giro para hablarte como con más seriedad, como si todo lo hablado hasta ahora hubiera sido superfluo-: en tres dias continuaremos el viaje al norte, a Vitoria; pero vos quedaréis aquí, unos días más, en representación de mi persona. Tranquila, no vos estaréis sola: aquí están todos los hermanos que viven en el monasterio, y alguien más de la comitiva os acompañará. Ahora... dejadme un rato. Id a acomodar mi aposento para la siesta... -te dijo-.

Encontrabas a la reina visiblemente preocupada, ¿o tal vez enfadada por deambular por ahí con uno de sus caballeros?

Notas de juego

Si quieres hablar a Isabel/preguntarle algo, que sea acompañado de una tirada de Elocuencia. Puedes también hacer lo que quieras.

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24/06/2020, 00:16
Urraca de Burgos

Si dormía tan bien. ¿Por qué estaba tan prepocupada? parecía no descansar bien o quizás fuese otra cosa...

- Me gustaría ir con vos Majestad. No vayáis sola por favor, dejadme acompañaros, os ayudaré en todo lo que pueda. Por favor, os lo suplico. Estar aquí no tiene ningún sentido si no estáis vos -pero claro, poco podía hacer ella si la reina mandaba otra cosa- majestad si no puedo ir. ¿Cuándo volveréis? ¿tardaréis mucho en venir?

Ahora iría a hablar con las criadas. Quería saber si habían visto a alguien siguiéndole y sobre el estado de la Reina. Estaba en realidad muy preocupada.

- Tiradas (1)
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24/06/2020, 09:55
Isabel I de Castilla

Habéis de quedaros aquí, en representación mía -te dijo, confirmando su mandato-. Se que rezaréis por mí a la Virgen en mi ausencia. Volveremos a por vos en pocos días -añadió sin mucho más detalle-. Dejadme ahora, Urraca.

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24/06/2020, 09:56
Director

Serviste así, y te marchaste del corredor con vistas al valle. Entonces fuiste a las habitaciones de la torre, dispuesta a indagar en el resto de criados. Había dos hombres y dos mujeres más (aparte de Zulema). Tras inquirirles poco a poco durante el resto del día, no lograste arrancar nada de su boca a ninguno de ellos debido a que no sabían nada (ni tan siquiera que alguien iba a quedarse allí, en el monasterio). Con cierto pesar por no poder cambiar el destino de sirvienta que te acompañaba, pasaste el resto del día procurando el bienestar de la reina.

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24/06/2020, 09:56
Director

* * *

Pasásteis pues, siete días allí, entre los muros del monasterio, con una rutina de rezo y recato casi eclesiástica. En la mañana del octavo día, la comitiva despertaste temprano por el ruido formulado desde el patio principal. Tras mirar por la ventana de la alcoba, desde la torre, viste que la comitiva se prepraraba para continuar su viaje hacia Vitoria. Mientras los criados y soldados preparaban la carreta, bestias y fardos Zulema te despertó, aún en camisón.

Venga Urraca, la reina está abajo, en el patio -te decía, con cara aún somnolienta- ¡nos hemos quedado dormidas! -Acto seguido, tras vestiros debidamente, bajásteis las escaleras de la torre lo más deprisa posible, cogiéndoos el vestido a la altura de las rodillas para no tropezaros y, aún sin desayunar, la reina os divisó. A su lado estaban los tres caballeros, y a un lado la masa de soldados de la caravana. El frío de la nieve os golpeaba el rostro.

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24/06/2020, 09:57
Isabel I de Castilla

Entonces Isabel se acercó hacia vosotros dese la carroza, ya preparada con sus caballos. Urraca, Zulema...: vuestra labor durante unos días será ayudar al abad Ximén en las tareas que os encomiende, y así como rezar a la Virgen en su ausencia. A tí ya te lo dije, Urraca. A su lado estaba el caballero Martín, atendiendo a la conversación. Don Martín se quedará aquí con vos: no creeríais que os iba a dejar desprotegidas; aunque aquí hay monjes piadosos él podrá resolveros cualquier cosa que necesitéis -Martín te miraba sonriente... ibas a quedarte, pero él también-. Haced caso de las palabras del abad -os repitió-. Os veo en unos días -la reina esbozó una sonrisa, claramente dedicada a tí-. En un instante se introduciría en la carroza real.

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24/06/2020, 13:05
Urraca de Burgos

Le costaba abrir los ojos del todo, notaba los párpados pesados. No se lo podía creer, se había quedado totalmente dormida, no había escuchado los golpes, voces, ruidos de los preparativos...

- Se hará como decís Majestad. Rezaré por vos y pediré a la Virgen su merced para con vos - miraba también a Martín, desde luego se quedaba en la mejor compañía, pero seguía muy preocupada por la Reina-  Buen viaje majestad.. cuidados- dijo esto más bajo en tono de súplica.

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25/06/2020, 12:48
Mateo Sández de Oliva

La reina asintió agradecida y sonriente por tus palabras, y enseguida se metió en la carroza. Los dos caballeros restantes montaron en sus caballos y hablaron un poco con Martín. Los soldados estaban a punto de salir y marchar. Los criados ya habían cargado todos sus equipajes.

Hasta más ver, Urraca. Disfrutaréis unos días más en compañía de la Virgen -te dijo el sacerdote Mateo Sández como despedida-. Entonces la comitiva dobló la última esquina visible del monasterio que se apreciaba desde el patio, y luego vísteis cómo su estela cruzaba los montes cercanos nevados. En poco tiempo desapareció de tu vista.