Partida Rol por web

Abierta las 24h del día. Acceso a internet y a programas office. Incluso se permite a los alumnos instalar juegos. Si hay algun problema, acudir al despacho de recepción.

Llegais ambos a la sala de ordenadores.

En el techo, en una de las esquinas, ves una fina línea que dibuja un cuadrado... parece que ese cuadrado es una trampilla.

-Ohhh, creo que tengo que podemos haber encontrado el lugar de "eh nena mira esto y flipa" Volvió a bajar la voz, ahora que había encontrado aquella salida le volvía a importar ser descubierto. A otros le hubieran atraído mucho más los ordenadores, Al que no era bueno con aquellas maquinas reconocía que tenían "mucho potencial". Pero aquella trampilla, solo poder tirarse a escuchar música en el tejado merecía la pena.

¿Y si es una boardilla?, brrr se me erizan los pelos.

Busco la manera de poder acercarse y poder abrirla. Le dijo a Scott con señas que vigilara.

Scott se acerca a la puerta a vigilar, pero en un momento que bosteza por el cansancio, una sombra aparece delante de él. Ni siquiera le da tiempo a avisar a Albretch...

Esa sombra es Jane Farrar, la guardiana, que lleva una fina y pequeña barra de metal de apenas 20 cm en una mano. Os mira con frialdad.

¿Qué hacéis aquí? Pregunta en un gélido tono de voz, mirando su reloj. Definitivamente, estaban fuera de su horario... sonríe cínicamente. Quiero una buena excusa o tendréis que recibir un castigo... Da un par de golpes con la barra en la otra mano...

-¿Acaso hay algún problema? Aun es pronto... Dijo con una cara como totalmente ajeno a lo que pasaba. Cruzó los brazos por delante de él. Era un gesto totalmente intencionado al cruzar los brazos la chaqueta dejaría ver que no llevaba ningún reloj.

Jane enarca una ceja...

Ya... pues hace horas que deberíais estar en vuestra habitación, así que... Se echa a un lado, al interior de la clase, para dejar la puerta libre. Desfilando... Añade, por si su gesto no ha quedado claro.

Otra vez esa minúscula voz de su cabeza le decía "no... insensato que la vas a cagar"

-Iremos si eres tu la que nos mete en la cama. -Aquella estúpida sonrisa que ponía cada vez que decía alguna cosa de esas. Y como siempre un parte de el lo felicitaba y otra le advertía por su descaro.

Jane se acerca a Albretch, con los ojos entrecerrados, clavando sus pupilas directamente en la de él... Cuando está cerca, con sus cuerpos rozándose, se acerca a su oído para susurrarle...

Con vosotros 2, enanos, yo no tengo ni para empezar...

Luego se aparta de repente y da una suave colleja a Albretch.

Vamos, que ya estáis tardando. Tiene intención de seguirlos hasta asegurarse de que entran en su cuarto.

Scott sonríe divertido tras el espectáculo y se pone a caminar hacia la habitación, aunque no antes de soltar un silbido bastante sugerente.

Al siguió a Scott, sonriendo ante la situación. -Al menos ha venido la vigilante y no aquel tío con cara de amargado, ya habrá tiempo mañana.

Colocando las manos tras su cabeza siguió caminando.

-Eso es porque no sabes la razón de porque mi padre no encontraba ningún sitio donde internarme. La verdad es que aquella razón causo más problemas para su compañera que para él, aunque añadido a sus anteriores faltas si le había causado graves problemas de admisión. Y se alegraba jactarse de algo que si había hecho.

Después siguió caminando hacía la salida. Ya investigaría mañana aquella salida.

Jane sonríe de medio lado, apagando la luz del aula y siguiendo a los dos chicos hasta el pasillo de las habitaciones diurnas, en el primer piso.

Casi todos los ordenadores están vacíos, a excepción de un par de ellos. Uno ocupado por unas cuantas chichas de segundo que parecen estar jugando a algo entre risas, y otro ocupado por dos de los del grupito de vuestra clase, un chico y una chica.

Echo una amplia ojeada. Luego me dirijo a un ordenador, cerca de la otra pareja de nuestra clase.

Este servirá... - comento y me siento - ¿quieres usar otro equipo y en treinta minutos cotejamos datos encontrados? - le pregunto, inquisitivo a Zoe.

Entramos en el aula, no hay mucha gente y podemos ocuparnos cada uno de un ordenador. Saludo con un gesto de la mano a los dos chicos de clase. Llevo muy poco y desconozco los nombres de todos... Me vuelvo a Shane con una sonrisa... De acuerdo, en media hora a ver que hemos encontrado... Me dirijo al primer ordenador que veo desocupado y dejando la mochila a un lado, empiezo a teclear. Antes de ponerme en materia abro mi correo, sorprendida observo que en una semana está lleno. Miro mas detenidamente y veo que casi todo es publicidad y basura... Bueno... Ya lo miraré con mas detenimiento. Abro otra ventana y esta vez si que empiezo a buscar la información que nos pueda servir para el trabajo.

Llegáis a la sala, en la que os encontrais varios grupos de alumnos diurnos alrededor de algún ordenador. Parece que están haciendo algún trabajo. Hay también algún alumno nocturno, desperdigado a solas por alguno de los aparatos. Todos levantan la cabeza al escucharos y algunos más que otros, se os quedan mirando con interés. La verdad, las tres formáis un grupo tan variado que no os extraña llamar tanto la atención.

Tenéis varios ordenadores libres.

Sorprendida comprueba como la gente levanta la cabeza y se queda mirándolas. A Zoe nunca le ha gustado llamar la atención, siempre ha preferido pasar desapercibida y que la gente la ignore. Así que no puede evitar que un sonrojo cubra sus mejillas al darse cuenta de la situación.

Mira a su alrededor, parece que hay bastantes ordenadores libres. Busca uno que tenga bastante sitio, para poder ponerse las tres compañeras juntas, y cuando Natasha venga pueda unírseles.

Vayamos para ese... Susurra señalando uno que le ha llamado la atención, quizás sea por la ubicación del mismo, algo apartado del mogollón de gente que está mirándolas. ¿Qué les pasa a esos? No puede evitar preguntarse la muchacha mientras camina por el pasillo y se sienta delante del ordenador.

La dulce e inocente Erika no se entera de nada. Al entrar a la sala, sonríe con inocencia a los que se las quedan mirando, sin llegar a decirles nada, y sigue a Zoe hasta el ordenador.

Se sienta alejada del teclado y el ratón, dejando los sitios más cercanos libres para sus compañeras más diestras...

Yo no sé mucho cómo van... Murmura con un deje de tristeza en la voz. ¡Pero os ayudaré!

Exclama, levantando la mirada y apoyando los brazos en la mesa y dejando su cabeza sobre ellos, mirando concentrada a la pantalla.