Partida Rol por web

Sala donde se reúne el consejo privado de la casa Keath, una pequeña casa formada por el señor de la casa, el joven Lord Rhys, el venerado Maestre Rudolphus y su espada juramentada Ser Merik Keath.

El maestre deja una mano sobre el hombro del joven Rhys, apenas el peso de una pluma en apariencia, como si de un viejo espectro incorpóreo se tratara.

- Mi Lord... pese a que la casa Keath siempre tuvo el acierto de no inclinarse públicamente hacia ninguno de los bandos en la guerra, creo que si se os cuestionara sobre ello durante el torneo, sería prudente sugerir... por supuesto, sin afirmar, que la lealtad de vuestro parte siempre estuvo con los Tully - levanta la mirada hacia Ser Merik, pidiendo su apoyo - como bien sabréis los Mooton cometieron el error de apoyar a los Targaryen y pese a ser una casa rica y prospera cayeron en desgracia, no son ahora ni la mitad de lo que fueron. 

No entendía muy bien la pregunta del Maestre.
Sí el Rey habia ganado ¿porque habría de ser un problema aliarse con el Rey y sus vasallos?

-- Entonces ¿que sugeris Maestre? -- dije intentando poner voz de hombre, para que no se notase mi desconcierto con los asuntos de política.

Ser Merik asiente a las palabras el Maestre

- Somos una casa pequeña, ahora debemos mirar por nuestra prosperidad, las palabras del maestre son sabias y creo que en la situación actual es lo mejor que podemos hacer. No cerrarnos en banda a ninguna posibilidad pero sugerir que somos fieles a los Tully

-- Me gustan los Tully [B] -- dije feliz -- [B] ellos también son peces como nosotros -- dije haciendo referencia a los emblemas de ambas casa y creyendo esto un motivo de amistad.

El maestre carrapeó incómodo, pero no tardó en dar inicio a su breve lección de historia. Después de todo quizá Lord Nolan no le hubiera tenido al tanto, pues no era más que un crío. 

- Mi Lord, como sin duda sabréis, los Targaryen eran los reyes de los siete reinos hasta la llamada "Guerra del Usurpador", permanecieron fieles a su Rey tanto los Martell como los Tyrell. Los Tully, así como los Stark y los Arryn estuvieron siempre alineados junto con los Baratheon en el bando Rebelde. Ahora Robert Baratheon es el Rey, como comprenderéis demostrar fidelidad a los Tully es hacerlo hacia el Rey. ¿Comprendéis la importancia de, pese a la innegable simpatía que sentía vuestro señor padre hacia los Targaryen, no mostrarse partidarios de los dragones? Puede que algunos nobles sospechen que vuestras inclinaciones tienen alguna relación con las de vuestro padre, por ello considero prudente que... sin afirmarlo, sugiráis con sutilidad, vuestra clara inclinación por los Tully... vuestra innegable lealtad al Rey.

Si dijera más, mi joven señor, os diría que sospecho que la muerte de vuestro padre no fue un accidente. Aquella herida hedía a veneno... a un veneno al alcance de pocos... "Nuestra es la Furia" dicen los Baratheon y quizá no se deba despertar la furia de ninguno de ellos. 

- Tampoco deberíais hacer referencia a dicha guerra como "Guerra del Usurpador" pues así solo la llaman los partidarios de los Targaryen. Quizá fuera más apropiado "La Rebelión de Robert". Es un tema sensible, mi Lord, que posiblemente se aborde y por ello os prevengo.  No fue plato de buen gusto que el príncipe Rhaegar Targaryen secuestrara a Lyanna Stark, quien era la prometida de Robert Baratheon... hoy nuestro Rey. 

-- Bien, bien, ya he dicho que me gustan los Tully -- dije molesto por la lección de historia
--Se hará como decís, haré manifiesta mi lealtad a los Tully y al Rey

El maestre se yergue e inspira profundamente, consciente de la molestia de su joven señor. 

- Sugerir, con sutilidad, si me aceptáis el consejo... mi señor. De otro modo podría dar la impresión equivocada - insiste

-- ¿Con sutileza? -- dije frunciendo el ceño -- ¿Como se declara lealtad a un Rey con sutileza? -- dije confuso.

- El Rey ya presupone vuestra lealtad, como vasallo de los Tully que sois, pero si en alguna conversación se habla sobre los Targaryen deberíais mostraros "disgustado" con ellos y si se habla sobre el secuestro de Lyanna Stark no debéis poner en duda que fuera un secuestro, en cambio mostraros de acuerdo con las medidas tomadas por Robert como si estas fueran absolutamente necesarias y cuestión de honor. 

Era difícil saber si el maestre estaba sugiriendo que el secuestro de la dama Stark no fue tal, o si solo hacía referencia a que algunos insensatos murmuraban aquellas locuras. 

-- Esta bien, no os preocupeis, eso es sentido común -- dije sin terminar de ver la sutileza ahi.

Rudolphus suspira, con clara preocupación en su expresión

- Sentido común, si - confirma a su señor

Sentido común el no hacer campaña contra los Targaryen por si volvían. Sentido común el mantenerse a un lado sin actos protagonicos que fueran recordados. Una casa menor tenía eso de su parte: pasar desapercibidos, no suponer un peligro para nadie. 

- Deberéis disculpar a este anciano por su insistencia en cosas tan obvias... - baja la mirada al suelo - la edad me pesa.

El viejo maestre levanta la mirada hacia la bella Alanna, guardando un breve silencio tras el cual rebusca entre los pliegues de sus ropas un pequeño pergamino.

- Mi Lord, ahora que ha llegado vuestra madre, quizá fuera un buen momento para discutir quien deberá viajar a Desembarco del Rey. La invitación oficial ha llegado esta misma mañana y sería desastroso hacer llegar una negativa al trono en estos momentos... 

-- Una gran comitiva -- dije removiendome nervioso ante la expectativa en mi asiento -- Iremos con una gran comitiva que deje boquiabiertos a todos -- un pequeño galli en mi voz se me escapo a causa de los nervios y la emoción por ir a Desenbarco del Rey y estar rodeado de grandes Caballeros.

El maestre carraspeó incómodo ante las alocadas ideas del joven señor

- Mi Lord, si me permitís, creo que lo más prudente sería que tan solo acudiéramos los aquí presentes... a lo sumo quizá un par de escuderos. No es decoroso abusar de forma innecesaria de la generosidad de la corona. Se aprecia que acudan los miembros de máxima importancia de la Casa, no a quien acarree más cantidad de servicio. 

Ser Merik se contiene para no pegar un capón a su sobrino, ahora el Lord, como hacia antaño cuando soltaba alguna burrada. Simplemente cierra los ojos y niega con la cabeza

- Ademas debemos añadir que no disponemos de ningún campeón para participar en el torneo... así aumentar la comitiva de forma injustificada podría ofender a su majestad. - aclara

Mire al Maestre con disgusto, era un soseras aburrido.
-- Pero quiero que vean que somos unas gran casa a pesar de la muerte de padre -- dije triste al recordarle.
-- Tío ¿Porque no participas tú? Seguro que les ganarias a todos -- dije volviendo a revolverme inquieto en el asiento.

Al ver la mirada de su hijo se dio cuenta de que debía actuar, podía ya ser el Lord de la casa, pero para ella siempre sería su pequeño. 

- Hijo mío, creo que debes pensar con la cabeza y no con el corazón. Entiendo las ganas que tienes de mostrar el poderío de nuestra casa. Pero ya habrá oportunidad de hacerlo de una mejor manera. Escucha al viejo Maestre, te ha dado un sabio consejo. Y una gran cualidad de un Lord es saber identificarlos. 

Ella le rezaba incansablemente a la vieja para que guíe el camino de su muchacho, y ahora necesitaba esa guía más que nunca. Ya que una gran responsabilidad caía sobre su hombros. 

Se acerca hacia donde está el Maestre y le susurra al oído. 

- Esta mañana he visto que ha llegado un cuervo, debemos saber que noticias trae. 

Ser Merik mantiene silencio a las palabras de su sobrino. Participar... ya era mayor... y hacia mucho tiempo que no participaba en torneos... estaba oxidado. Las labores de ser el protector de su hermano le habían ocupado tanto que había descuidado sus entrenamientos, pero eh ahí la salvación, como siempre Lady Alanna...

- Si deberíamos comprobar que nuevas llegan con el cuervo.

-- Esta bien madre -- frunci el ceño claramente disgustado, siempre se compinchaban los tres contra mí ¿De que me servía ser el Lord si nunca decidía nada?
-- Será como decís, iremos los aquí reunidos, mas los escuderos, mio y de Merik -- sentencié -- Pero además llevaremos una pequeña escolta -- ordene.
-- El viaje a Desembarco es largo, en los caminos hay salteadores y ladrones, asi que no quiero correr riesgos
¿Pero cuantos jinetes llevar? Si decía un numero elevado los ancianos se quejarian, si decía pocos corria el riesgo de marchar desprotegidos, e igualmente los viejos se quejarian. Si quería parecer un Lord debería acertar
-- Con una docena de Jinetes sera suficiente, seguro que eso es una minucia para el Rey, y mantendremos la discreción que tanto le gusta al Maestre -- dije intentando no dar mucho lugar a replicas.

Mi tío no quería participar, y yo me moría de ganas, pero seguro que si lo decía se echarían las manos a la cabeza, buscaría un campeón.
Maestre?

-- ¿Han llegado más cuervos?