Partida Rol por web

Año 2289.

Eres el único androide que viaja en la nave de carga Columbus 6 desde la Tierra hasta el planeta M9-SS23 (Galaxia Rawbelok) encargado de la seguridad de una carga especial: una tripulación criogenizada (hibernada) de humanos destinada a reforzar la colonia humana permanente existente en M9-SS23 desde hace unos años. El viaje dura 63 años terrestres, y los tripulantes llevan 24 años viajando "dormidos" en sus cápsulas. Habéis cruzado el punto de no retorno del trayecto, por lo que a partir de ahora, al sufrir un contratiempo naval de cualquier tipo la posibilidad de volver a la Tierra es imposible. Contigo viaja H-23, un droide asistente a tu servicio.

La colonias mineras de M9-SS23 fueron inauguradas en el año 2103 como simples bases de análisis de prospección, construidas y utilizadas por droides-satélites con la intención de comenzar lo estudios de las capas del planetas a través de magnetofrecuencias propulsadas por cañones fotónicos hacia el núcleo planetario. Sólo así podrían analizarse el interior del mismo y conocer cuantiosos datos del que, se sospechaba, era un filón de Neo-macrolita líquida, un elemento muy escaso en el universo conocido. Con el paso de las décadas, la raza humana logró establecer una colonia permanente de habitantes que supervisaran y trabajaran en las instalaciones mineras de M9-SS23. Por supuesto, se ha hecho necesario de manera constante el transporte de nuevos efectivos a la colonia, y el viaje que estás experimentando es uno de ellos.

En él, los cuarenta y dos tripulantes criogenizados en las cápsulas lunares son una remesa humana muy considerada, "horneada" a lo largo de toda su vida para, practicamente, hacer de este viaje su fin último. Algunos de ellos son militares experimentados, científicos de todo tipo y sujetos de servidumbre y logística. Después están los droides, encargados de llevar a cabo el control, análisis y vigilancia de su transporte hasta M9-SS23 (mediante las naves de carga y control, en tu caso el Columbus 6), en su periplo sideral de 63 años. El protocolo habitual es el "despertar" de la tripulación cuando aún falten unos meses para la llegada al destino, tiempo suficiente para acostumbrarse al "Lapso", el trance del viaje planetario que todo humano criogenizado sufre tras su "despertar".

Ahora mismo, habiendo superado la barrera de los veinticuatro años de viaje (casi la mitad del periplo), habéis entrado en un punto de no retorno. Cualquier evento imprevisto debe resolverse con cierta autonomía por tu parte, y los criterios y protocolos de la Columbus 6 permiten un mayor albedrío en tus acciones. Tal nuevo albedrío no es sino un apartado de programación exclusiva de no retorno, en el que tus tareas se ciñen, básicamente, a un control más exhaustivo y militar de todo lo que ocurra en la nave. A partir de ahora, además, la comunicación con la Tierra es prácticamente imposible a causa de efectos físicos como la recién descubierta "Materia cero termofotónica", un conjunto de "barreras o paredes" singulares procedentes de algunos espacios paralelos, las cuáles se cuelan de manera aleatoria (aún sin explicación para ello) en el universo presente en la Galaxia Rawbelok, lugar al que acabáis de andentraros (y de las que M9-SS23 forma parte).

Buenos augurios, Mary -decía saludánte H-23, mientras aparecía en la sala y comenzaba a descargar su memoria virtual en la nave con el registro de datos de vigilancia para un exhaustivo conteo de probabilidades de discrepancias estelares con respecto a la carga actual-. H-23 era un androide Modelo H-23 KpO6632 de la compañía Intrasump SCL Co., el más importante asociado con el GCT (Gobierno Central Terrestre) para misiones del Ministerio de Exploración y Acercamiento Espacial.

Mary despertó en el mismo momento en que la nave llegó al punto de no retorno al sistema Sol. No es que hubiese estado dormida, claro está.  Simplemente, los parámetros necesarios para activar los módulos IA superiores [Toma de decisiones autónomas, estrategia no monitorizada, gestión de recursos limitados], no se habían alcanzado hasta ese mismo momento.

-Buenos augurios, H-23 - dije contemplando al androide de mantenimiento como si fuese la primera vez.  Aunque no lo era, tenía innumerables recuerdos de ambos recorriendo la nave durante años sin mediar palabra.  -Ahora eres Bert - ordené, usando un tono imperativo.  H-23 era un nombre demasiado lento de pronunciar y no había ningún Bert entre los colonos, razoné. El por qué Bert y no Max o Tom podría ser una simple asociación libre de ideas o la ejecución de un comando preprogramado. Me era indiferente, aunque sentía curiosidad.

-¿Qué tal todo, Bert? ¿Los pliegues de Materia Cero han bloqueado por completo los canales de comunicación?¿Hay algún deterioro no previsto en la salud de los colonos? Eran las únicas pregunta de la que no tenía respuesta en estos momentos, las piezas tácticas necesarias en éste mismo instante.

Sin esperar cortésmente la respuesta de Bert -no era necesario- avancé hacia las zonas comunes, chequeando en los monitores junto a la sala de carga humana el nivel de saturación de oxígeno, constantes vitales, curvas de actividad cerebral.   Reviso los perfiles de los durmientes, por si hiciese falta despertar a alguno para salvar al resto.  Reviso esclusas, luces de emergencia, elementos de seguridad de toda la nave.  

Me habían fabricado para obtener cierto placer en realizar tareas rutinarias, en tener todo bajo control.  Conseguir el equilibrio con los módulos IA creativos [Asociación libre, exploración del entorno, sentido del humor], había costado años y muchos fracasos -algunos sangrientos- a los programadores.  Afortunadamente, los modelos como "ella", los P0/PP encontraban extraordinariamente estimulante el trabajo repetitivo.

H-23 quedó mirándote un instante asintiendo a su nuevo bautismo. Sus credenciales comenzaban con H-23, pero asintió cuando lo llamaste por su nuevo nombre. No hubo sorpresa en su rostro (eso era imposible) pero tampoco muestra de ello en su voz y comandos de tareas diarias. Se limitó a terminar la descarga de datos en el computador del Columbia 6.

Así es, Mary, los pliegues han extenuado la comunicación con la Tierra tras haber cruzado el Punto de No Retorno. Los cálculos programados para la comprensión de los análisis de este año parecen que siguen en la tendencia desde que partimos: la incidencia de los espacios paralelos y su influencia en esta Galaxia sigue siendo un... Misterio -añadió Bert-.

No, Mary, no hay ningún deterioro vital en ninguno de los tripulantes. Constantes vitales latentes y activas, refrigeración de los cubículos criogénicos es estable y dentro de los límites. Parece poco probable que la Materia Cero afecte a los tejidos y órganos humanos más que a nuestros propios servomecanismos internos.

Claro que, por tu parte, antes de que acabaras de escuchar la respuesta de Bert fuiste tu misma a inspeccionar los distintos mecanismos de la nave, zonas de la misma y los elementos vitales de los tripulantes en (13) la zona de carga. Muchos de los paneles de estado sobre estos indicadores se encontraban en las cajas de los propios cubículos, integrados en un lateral de las mismas. Esas pequeñas pantallas daban información suficiente sobre todos y cada uno de los tripulantes criogenizados.

Aparentemente todo parecía estar en orden, aunque percibía alguna sensación extraña que achaqué [99.1%] al nuevo enfoque que me proporcionaba la mayor autonomía.  Entré en la sala de carga humana a chequear, de manera individualizada, cada uno de los durmientes que trasportaba hacia M9-SS23, por si algún panel bioluminiscente hubiese perdido rendimiento o si el oxígeno de la atmósfera esterilizada de la nave había atacado,  de manera altamente improbable, algún insignificante y redundante elemento de los criocubículos.

¿Un misterio, Bert? -​​​​​​ Comenté sin dejar de trabajar.  Me asomé por encima de uno de los conductos de filtración de fluidos para contemplar al androide de Intrasump SCL con una luminosa - e innecesaria - sonrisa.  -Un término raro, viniendo de un H-23. ¿No habrás estado leyendo algún libro? ​​​​​​- añadí, algo sorprendida por el súbito pico de actividad del módulo humorístico.

Bert debía de tener [99.98%] instalada una base de datos astrofísicos avanzados, pues me era difícil de procesar el significado de sus palabras acerca del espacio paralelo a través del impreciso filtro lingüístico humano.  Sabía lo que era espacio y sabia lo que era paralelo, pero a pesar del buen rendimiento de los módulos IA creativos, el significado real se me escapaba.  Sonreí, deslumbrante y arrugué ligeramente la nariz. Encantadores gestos preprogramados provenientes de un personaje desaparecido hace tres siglos.

Sí, un "misterio". Esta acepción, utilizada en diversas situaciones relativas en las que el desconocimiento es base fundamental de un hecho aparentemente sin explicación y en condiciones donde ésta está todavía ausente, el lenguaje humano achaca este concepto a esa inestabilidad de compresión y de... sentimiento. Un misterio, una explicación aparentemente sin solución -aclaró el modelo H-23-. Negativo, Mary, no me han programado para ello, cualquier información -preinstalada, se refería-, ya está dentro de mis discos de almacenamiento.

Pese a que te estabas tomando tu tiempo para comprobar todos y cada uno de los estados vitales, cerebrales y sensitivos de cada uno de los cuarenta y dos tripulantes humanos del Columbus 6, no notaste nada raro en ello, y la rutina de su criogenización temporal parecía marchar del todo bien. Entonces los micro-leds oculares de Bert comenzaron a cambiar de color, parpadeando mientras se acercaba a tí.

Mary, detecto un problema en el sujeto base Clase CIe-31, en el segundo cajón de carga -descubrió el androide-. Mi escáneres detectan una caída de sus constantes de asimilación del proceso criogenización continua itinerante. Detecto además un fallo en tus escáneres, Mary -añadió-. Debemos revisar el objeto -el deber era algo relativo, otro juego más del lenguaje humano programado; y es que no había "deber" sólo programación, fría, pura y dura; programación continua y eficaz, duradera, sencilla e ingente; programación constante y matemática, precisa, lúcida e irremplazable-. Mary, "debemos" comprobar los estados de criogenización y, en su caso, solventar cualquier problema -insistió Bert-.

Mientras seguía inspeccionando secuencialmente los puntos críticos de seguridad de la nave, mis centros de lenguaje iban comparando la definición de 'misterio' que desgranaba la robótica voz de Bert con la que se encontraba en mi base de datos. Había una corcondancia [99.7%] tan alta que, con casi total probabilidad, nuestros módulos de lenguaje habian sido preinstalados en el mismo planeta con unos pocos años de diferencia. 

Estaba a punto de abrir la puerta que me llevaría a la sala de motores*, cuando escuché el inesperado mensaje de alarma de Bert.  Me precipité hacia el segundo criocubículo para comprobar de cerca el problema que había en él, sin preocuparme de momento del fallo en mis escáneres.  

-En efecto, Bert, nuestra prioridad es asegurar que el cargamento llegue en buen estado a su destino.  Esperemos que no se trate de una contaminación biológica.  No tenemos medios para atajar un caso grave, como sería una invasión priónica, excepto la desconexión y eliminación de los durmientes afectados.

Me coloqué junto al cubículo y comencé a desplazar mis dedos sobre la pantalla, comparando las gráficas y las curvas que se mostraban con las que se hallaban alojadas en mis circuitos.  El interfaz estaba desprovisto, como era habitual cuando de contaba con tripulación artificial, de palabras o descripciones y me movía entre los diferentes menús mediante códigos numéricos memorizados.

3.12+    [asimilación alfa correcta] 

3.14+    [Nivel metabólico tolerable]

3.15+.   [Circulación sanguínea positiva] 

Dudé una milésima de segundo.

3.15.1.  [Escáner circulatorio general]

3.15.47 [Escáner circulatorio específico: Entrada cryoInjector®]

Vale. Ahí había algo.  Era infrecuente, pero a veces se creaban pequeños tapones de líquido criogénico en las cabezas del inyector.  En este caso, los procesos automáticos del cubículo habían comenzado a despertar al CLE31 'Cleo', al percibir un desequilibrio.  

-Hay que cambiar el inyector, Bert.  O tendremos que despertarle.   [Diferencia entre valle depreciado del sujeto hasta fin de trayecto y gasto energético extra...- 12.74 Millones ] Aunque Mary tenía acceso a los datos económicos, no iba a dejar que nadie muriese.  Era una nodriza y las nodrizas cuidan de los durmientes hasta el final...aunque no siempre había sido así.

Afortunadamente para el cargamento, el gobierno terráqueo pertenecía hoy en día a los Humanistas y éstos exigían el cumplimiento de ciertos parámetros no monetarios

-Necesitaré cincuenta y cinco minutos para hacer al cambio, Bert.  Puedes seguir con tu descarga de datos de navegación.  Cuando termine la reparación, acude a mí y revisa el estado de mis escáneres.  Era obvio que, de estar averiada, el escanearme a mí misma podría dar lugar a errores.

​​​​​​

Entiendo: fallo en el inyector -entonces Bert comenzó a registrarlo en apartado de almacenamiento interno de bitácora diario-. La pregunta es: ¿qué ha determinado ese fallo y las causas de tal error? -parecía una pregunta, pero en realidad el androide estaba registrando esa nota, aunque su programación lingüística le obligaba a pronunciar el tono típico de la pregunta en sí, al igual que los humanos-. Durante el tiempo dedicado a la reparación del inyector, aplazaré el análisis de probabilidad cuántica sobre los procesos de creación de algoritmos explicativos del proceso de afinado de la Materia Cero Termofotónica. El computador de Columbus puede hacerlo automáticamente si así se le programa -ésto era algo que, por supuesto, tú sabías, aunque en los veinticuatro años de viaje no había sido necesario-. Revisaré los circuitos intramisores de la propia nave que conectan con los cubículos de los integrantes humanos. De esta manera sabremos porqué los sensores de los inyectores, y también otros componentes de circuito vital, experimentan error pero no lo comunican de ninguna manera.

Bert, entonces, marchó a la sala de sensores navales (3). En aquel lugar se almacenaban todo tipo de emisores lumínicos, sensores de arrastre, temperatura y gravedad, fotoreceptores, radiocaptadores, y otra centena de sentidos electrónicos con los que trabajábais tanto el carguero Columbus 6 (un auténtica mole de carga, pero también un poderosísimo ente matemático), como vosotros en vuestra tarea de "cuidado" de los tripulantes humanos.

-¿Otros componentes, Bert? - pregunté con voz dulce, era mi entonación por defecto.  No aparté la vista de la pantalla, debía asegurarme de que el nuevo inyector estuviese en óptimas condiciones y conectado al generador másico antes de extraer el otro. Se trataba de una operación sencilla, no llevaba más de [62±0.8 segundos], pero había una larguísima lista de protocolos médicos, heredada de los tiempos en que doctores y cirujanos cometían errores humanos, que había que cumplir a rajatabla y que alargaba el proceso 52.88 veces.

-¿Has detectado un fallo en otros mecanismos o sensores o materiales de la sala de carga?  Dime, si es el caso, cuáles son, para determinar los pasos a seguir según mis directrices, no las tuyas. - Pregunté con lo que un humano habría creído suspicacia. No había razón para tener tacto, hablando entre androides. Era mucho más complicado [ x 2.1 consumo positrónico /combinación modular pseudoempática] hablar con humanos.

La sustitución del inyector la efectué sin problemas y al inyector problemático le hice un escaneo gamma superficial antes de lanzarlo al espacio, anexando los datos del mismo a la entrada de bitácora abierta por Bert, cerrando la incidencia con una sensación que los humanos llamarían placer y que me arrancó un alegre suspiro de satisfacción.  

Tras ésto, me acerqué sin anunciar mi presencia - no era necesario - hasta la sala de sensores, donde, aunque en un gran porcentaje de los casos mis conclusiones serían las mismas que las de Bert, mis módulos IA creativos me permitían llegar  conclusiones imprevistas/intuitivas y desentrañar lo que el Androide de navegación H-23 'Bert' habria llamado misterios.

Si, otros componentes, Mary -respondió Bert deteniéndose, antes de marcharse a la sala de sensores navales-. No he encontrado aún ningún fallo en ninguno de mecanismos de soporte vital de la tripulación, pero estadísticamente  la probabilidad de encontrar más de uno tras el tiempo de viaje, habiendo superado el Punto de No Retorno, la inclusión de inestabilidad de Materia Cero Termofotónica y nuestros propios porcentajes de error en los cálculos, es de un 2,545346009 -el androide detalló todos los decimales- de probabilidad de que haya más... errores.

Después se marchó a la sala de sensores, y durante un tiempo estuviste arreglando el inyector. Más bien lo estuviste cambiando. Una vez que lo lanzaste al espacio y cambiaste la pieza de intercambio, procesaste un análisis de ensamblaje porcentual para ver si había algún problema con el nuevo repuesto. Aparentemente ninguno. Acto seguido fuiste a la sala de sensores navales. Allí seguía Bert. Se encontraba de espaldas, mirando a un holoproyector que emitía una pantalla de ordenador similar a las que teníais en el puente de mando. Estaba revisando, como comentó hacía un rato, los circuitos intramisores de la propia nave que conectan con los cubículos de los integrantes humanos.

Algo está alterando el proceso de criogenización, Mary. Es una influencia indeterminada -matizó, si es que a eso se le podía llamar así-. Tal vez la influencia de la Materia Cero Termofotónica esté desequilibrando los niveles de estabilidad de los componentes de la criogénesis, tanto en los líquidos, los aparatos de control y soporte vital o los componentes de los mismos, como es el caso del taponamiento del inyector.

     ¡BIPP!
          ¡BIPP!
 ¡BIPP!¡BIPP!
                ¡BIPP!
   ¡BIPP!¡BIPP!¡BIPP!
 ¡BIPP!¡BIPP!
   ¡BIPP!¡BIPP!
                             ¡BIPP!
¡BIPP!¡BIPP!¡BIPP!¡BIPP!  ¡BIPP!¡BIPP!
    ¡BIPP!¡BIPP!
          ¡BIPP!¡BIPP!
  ¡BIPP!¡BIPP!

Encima de vuestras cabezas, a un palmo del tamaño de tu mano, un panel led se iluminó, acompañando su luz anaranjada intermitente con un estridente pitido. Bert no se alarmó, tan sólo invirtió un par de segundos exactos en hacer un análisis del problema que ese mecanismo de aviso estaba comunicando. Su programación, en una de sus 40.027 tareas escritas en sus catorce módulos de operatividad instrumental internas, ordenaba una inversión de tiempo no inferior a dos segundos para elaborar un rapidísimo análisis de una situación de "descontrol inaudito" de una situación (pero eso nunca había ocurrido durante los veinticuatro años de viaje). También, para avisos menores como éste, su programación le obligaba a establecer los mismos análisis en el mismo tiempo y, en caso de superar un límite de alerta establecido, no potenciar el libre albedrío de actuación, sino comunicar a un superior, si lo hubiera, la situación.

El Columbus 6 había detectado algo -tu eras su superior- en la cámara del sujeto base Clase CIe-31, en el segundo cajón de carga -si, efectivamente, el mismo sujeto al que le fallaba el inyector taponado de criogénesis-. Es el mismo que acabas de reparar, según el informe de la nave. Hay un error de reparación, según muestra el escáner -Bert no dejaba de mirar la pantalla holográfica, proyectada en el mismo aire-. Por lo visto -clak, clack, clak, el androide trabajaba y sus intramecanismos de condición técnica analítica chasqueaban dentro de su cuerpo (típico de los modelos H-23)- no hay regulación certificada de líquido criogenético de intercambio, Mary. El circuito de refresco de líquido criogenético es, en este momento, inservible. La nueva pieza de inyector ha contaminado el ecosistema solapado del líquido -entonces comenzó a hacer otro cálculo, tu aguardabas pacientemente. Ello quería decir, y tú lo sabías, que el líquido criogénico utilizado para mantener "congelados" los cuerpos de los tripulantes estaba fluyendo, pero no estaba consiguiendo el efecto de hibernación, tal vez por una contaminación a nivel atómica, probablemente, por el material de la nueva pieza de inyector (tal vez defectuosa o fabricada con un material no certificado en la misión)-. El nivel de contaminación del líquido es del 21,678%, y aumentando gradualmente -añadió-. La reparación no está funcionando como debería, Mary -se refería a la reparación que habías hecho un rato antes-. El sujeto CIE-31 posee constantes vitales funcionales -desde la sala de sensor podía verse también el estado de la tripulación en sus cajones de carga y cubículos, al menos con un análisis general bastante preciso, pese a que el lugar oficial de control era sobre las propias cajas, las cuales mostraban mucha más información-. El sujeto CIE-31 procederá a despertarse en: 6 días, 8 horas, 21 minutos, 58 segundos. Nombre: H. Schrodegen. Relación de tripulantes: Clase 1. Rango: Capitán de Columbus 6.

Bert se giró entonces. Había acabado de comentar aquel gran problema. Sus ojos, en caso de tener expresión, mostrarían desconcierto programado si a él se le hubiera dado. Ahora sólo aguardaban una decisión por tu parte. Tu actuación de nodriza estaba siendo envuelta en un grave compromiso.

¡BIPP!¡BIPP!¡BIPP!¡BIPP!

Los sensores de la nave con respecto a la carga humana seguían pitando.

Mis módulos pseudoempáticos se activaron de manera inconsciente, analizando el tono y entonación de Bert, buscando reproches o rencor durante los pocos milesegundos antes de que los circuitos lógicos maestros se hicieron con el control total de Mary.  Durante las emergencias -se había probado estadísticamente en otros modelos P0 -los módulos IA creativos solían forzar al androide a tomar decisiones erróneas en un intolerable 0.84% de las veces.  

Con un movimiento elegante y fluido, completamente natural, típico de los modelos como Mary que debían pasar como humanos, apagué el innecesariamente repetitivo panel LED de alarma y me quedé en silencio, computando. [Activando módulo estratégico /cálculo de Control de daños/ Proyección de gastos]

-El sujeto CIE-31 es el mando último de la misión. Sus órdenes pueden debatirse, pero nunca rechazarse según la legislación naval: Artículo 3.1, que incluye la terminación de los sujetos no-sumisos sean estos orgánico-naturales, orgánicos-modificados o sintéticos.  -Tomé aire, un simple reflejo preprogramado.

Por otra parte, estadísticamente, sólo un 0.04% de los crionizados que han sido despertados a distancias temporales superiores a 30 años de su destino final han conservado sus procesos mentales dentro de unos parámetros sociales no-clínicos.

Aconsejo volver a dormir al capitán Schrodegena antes de que el tiempo estimado hasta el Lapso postcriogénico se cumpla o será altamente probable que tengamos que obedecer órdenes progresivamente menos racionales de nuestro capitán.

La legislación impedía que yo eliminase a un humano, pero podía criogenizar, encerrar o incapacitar incluso a un capitán por el bien de la misión, siempre que sus órdenes no pudiesen ser escuchadas o percibidas de algún modo.  Era un caso muy especial, contemplado en una subrutina oculta por la compañía entre los circuitos lógicos principales, en el que se corría un grave riesgo de ser reprogramada o reseteada a valores de fábrica de inmediato [ Terminación de la programación actual con menor coste monetario. 83% del valor de mercado recuperable].  

No tenía muy claro si esas Bert compartía al completo esa programación, así que guardé silencio al respecto.-Bert. Voy a hacer un chequeo externo de mis sensores, mi nivel de coordinación motora y módulos IA. No podría hacerlo sin desconectarme por completo y los protocolos de prealarma me prohibían hacerlo, así que...

-Tomaré el control - dije, súbitamente. Bert no conocía la tecnología de transferencia cuántica cognitivo/positrónica.  Se basaba parcialmente en lo poco que los superordenadores terrestres habían desarrollado a partir de las teorías de paralelaje termofotónico cero. 

Para poder examinarme de manera correcta, saber si era mi hardware o mi software (nadie usaba ya esas palabras arcaicas , pero mi centro de lenguaje usaba muchos anacronismos) lo que fallaba, tendría que transferirme al interior de Bert.  

Bert observó cómo apagaste la luz y el pitido, justo antes de ponerte a computar tus posibilidades y métodos de actuación.

Conozco el protocolo de navegación y legislación naval -comenzó a decir tu compañero androide-, sin embargo ese porcentaje de sujetos humanos despertados de la criogénesis ya es irrelevante. Ahora, el protocolo de actuación de sujetos despertados está ligado a una nueva legislación -esto te extrañó, puesto que no tenías en tus módulos de almacenaje interno ningún dato sobre ésto-. Detecto tu incapacidad por asumir esos datos. Tal vez no cuentes con la actualizaciones de las ordenanzas gubernamentales del Modelo de Despegue 40.67 y sus ciento diez disposiciones de Emergencia, Suministro y Actuación protocolaria. 

¡Clack! ¡Clack! Los regulares mecánicos de los sensores internos de Bert chasquearon, pues estaban realizando un análisis de la probabilidad que había de que no contaras en tu interior con las Ordenanzas gubernamentales que describía.

Mary, resumiré la treinta y dos disposición del Anexo XVII de la Segunda orden Ministerial de la Ordenanza 4: "Sobre protocolos de inserción de Humanos en viajes interplanetarios de los programas de Avance espacial": Verás -y Bert comenzó a mover sus manos, emulando gestos típicos de los humanos-. La empresa Intrasump SCL Company -la que había creado los modelos, entre otros, H-23, pero no a tí- estipuló con el Gobierno Central Terrestre, así como con los sindicatos de Colonos Aeroespaciales 46 y la Confederación de Recursos extraterrestres y Servicios Comerciales del Marco Estelar Aduanero un hito histórico en los viajes espaciales: Mary, los humanos no pueden criogenizarse en pleno vuelo, ni tan siquiera como método de emergencia (el cual ni tan siquiera existe dada la nueva probabilidad expedida de que ésto ocurra en las nuevas Ordenanzas de las que te informo). El protocolo de la disposición treinta y dos explica que si existe un riesgo de despresurización, antigénesis, despertar criogénico o rotura microfibrilar de los cubículos de criogénesis, toda nave nodriza que cargue a la tripulación se hará cargo exclusivo y concreto del sujeto humano que la albergue, con el destino último de su eliminación inmediatamente después de su despertar, en un lapso de veinte minutos, como máximo, del fin del poceso criogenético. Por lo tanto, Mary, es imposible, como te comunico, volver a criogenizar al tripulante de Clase 1 H. Schrodegen. Hace más de dos años y ocho meses que en la programación de los activos sintéticos y androides de Intrasump SCL Company no existen procolos de re-criogenización. Además, toda nave nodriza está capacitada para emular un mando provisional de figura nodriza en caso de que alguien o algo trate de realizar, de una u otra manera, este proceso.

-Bert. Voy a hacer un chequeo externo de mis sensores, mi nivel de coordinación motora y módulos IA. No podría hacerlo sin desconectarme por completo y los protocolos de prealarma me prohibían hacerlo, así que...

-Tomaré el control - dije, súbitamente.

Negativo, Mary. Lo tomaré yo -respondió ante tu orden-. Necesito revisar tus sensores nanobióticos y hacer un chequeo generalizado de tus compartimentos de detección estereomolecular, infoacústicos y tecno-resonánticos. Las credenciales para este proceso son respaldadas por el protocolo de escaner interno de Intrasump SCL Company tanto para modelos de su propia compañía, es decir, yo, como para modelos creados por las empresas del GTC, es decir, tú. Por favor, Mary -te comento utilizando debidamente el protocolo humano programado de educación-: date la vuelta para que podamos comenzar. Las pruebas realizadas hace veinticinco años -un año antes de la salida y viaje estelar-, están diseñadas para realizar tal comprobación en dos tramos de doce coma cuarenta segundos cada una, con un error de ralentización de sesenta y tres nanosegundos.

Bert esperaba que te dieras la vuelta, tratando de encontrar algún conector en tu espalda, cuello, cabeza o articulación para comenzar el proceso de tu diagnóstico. Eso sí, mientras respondías o no, obedecías o no, una gran pregunta rebotaba en tus circuitos de análisis internos: ¿Porqué no tenías grabadas en tus módulos de datos internos, tanto volátiles como mecánicos, ninguna de las Ordenanzas oficiales de GTC, Intrasump y los sindicatos citados y la Confederación de recursos Extraterrestres? Parecía algo increíble.

-Esa actualización legislativa hace dos años y ocho meses ¿Fue justo antes de los primeros fallos de comunicación bidireccional con la base INTI y el repetidor Oórtico F78? Cálculo que hay un 37.8897% de probabilidad de que la trasmisión fuese incompleta.  Eso sería una de las probables causas de mi no-actualización.  

No me di la vuelta todavía, permanecía estática y rígida, toda la potencia de computación derivada a los módulos lógicos y de libre asociación.  No dije cuáles serían las otras probables causas, pues tres de las veinticuatro posibilidades restantes desembocarían en un acción de terminación mutua.

-Mi programación no me permite ser examinada basándome en normativa obsoleta y/o incierta. Necesito el registro de transmisiones terrestre para analizar esos paquetes de datos y garantizar paralelamente la existencia de esa normativa, así como la de una confirmación de instalación completa y correcta en tus nanoservocircuitos memorísticos. Eso me ocupará aproximadamente 12 minutos, 11 segundos.   

No estoy negándome al examen - exclamé con tono autoritario, lo que, junto a mi imagen totalmente humana, forzaría a Bert a reencauzar sus procesos cognitivos unas décimas de segundo. La redundancia argumental también producía un efecto similar, aunque los H-23 eran notoriamente rigidos -Solo exijo pruebas de que esa nueva legislación instalada es oficial.  Hay unos cuantos casos [ 3, entre los 71767 lanzamientos realizados ésta década] en los que elementos no pertenecientes al consorcio terrestre han corrompido, mediante rebotadores cuánticos Centauri las señales corporativas.  Los androides H-23, presentes en un 75,88 % de los viajes del Conglomerado, son, probabilísticamente, el blanco más probable de ese malware.  Es de una gravedad poco habitual la autorización expresa de terminación de seres humanos.  Desde 26.02.1942, no se había legislado nada igual y es extraordinariamente poco probable [0.08], dado el valor intrínseco que se otorgan estadísticamente los seres humanos, que un durmiente voluntario acceda a esos términos y condiciones. Mi tarea como Androide Nodriza no permite actuaciones de esa índole sin una garantía del 99.9997% 

Empecé a caminar hacia el puente de mando. Agarrándome en los salientes destinados a moverse en G-0, durante las maniobras de aproximación planetaria.  El resto del trayecto llevábamos con nosotros un fragmento de campo gravitatorio terrestre, que no tenía a dónde irse mientras viajábamos.

-Puedes esperar esos minutos junto a mi, en el puente de mando, allí tengo terminales donde consultar adecuadamente esos datos.  Sonreí, innecesariamente.  Si vas a examinarme, prefiero estar sentada.  Mi estructura física primaria puede soportar una caida, pero la envoltura de synthskin es bastante frágil. 

Tenía entendido que los fallos de la comunicación bidireccional con la base Inti y el repetidor Oórtico F78 se solventaron tras la Comisión de Reestructuración de la Base tecno-anatómica de androides estipulada por la Confederación de Recursos extraterrestres y Servicios Comerciales del Marco Estelar Aduanero. Desconozco, eso sí, si a partir de aquel acuerdo todas las unidades fabricadas en las industrias y empresas del GCT fueron modificadas, retiradas o reemplazadas. Tal vez sea el caso. Por supuesto, Mary, iré al puente de mando contigo -asintió el androide-.

Bert se preparó, esperando a que el análisis propuesto diera comienzo cuando las credenciales verídicas de los acuerdos de la Treinta y dos disposición del Anexo XVII de la Segunda orden Ministerial de la Ordenanza 4 estuviera en tu poder, en tu interior, en tus módulos de registros internos.

El androide caminó detrás de tí y en pocos segundos estuvísteis en el puente de mando. Allí, los inmensos controles programados en modo automático de la nave nodriza operaban con total normalidad. Una ingente cantidad de leds, palancas en varios sentidos, botones luminosos e indicadores analógicos y electromagnéticos componían un paisaje cercano delante de vuestros oj... receptores visuales. En veinticuatro años pocas veces habíais estado en el puente de mando: en realidad nunca había habido problema y nunca había sido estrictamente necesario.

La Treinta y dos disposición del Anexo XVII de la Segunda orden Ministerial de la Ordenanza 4 está en las estructuras salientes del cuarto módulo de Datos Y-40 de la nave. Busca en esos registros, en la quinta proto-rama del módulo. Para una mayor brevedad en la búsqueda, puedes recomponer accionar estos parámetros en el computador central o en tu senso-conexión para con la nave: "FUG-REvol-01.25 - 5RamModul". Ahí se encuentra la autorización expresa de terminación de seres humanos en casos extremos... como este -añadio Bert-.

Entonces esperó a que te sentaras y comprobaras por tí misma la disposición de actuación a bordo en casos de criogenización fallida.

Me puse a leer pausadamente las disposiciones legales de todos y cada uno de los artículos, apéndices y anexos de la ley que me había indicado Bert. Pausadamente, claro está, para un modelo PP/P0, cuyos detectores oculares digitalizaban instantáneamente los textos para que, posteriormente, fuesen almacenados y analizados de forma veloz y simultánea por los nuevos módulos de computación cuántica, apenas unos instantes más lentos que los intramecanismos de Bert, pero capaces de calcular muchas más variables a la vez.  

Luego empecé a peinar el registro de transmisiones bidireccionales, memorizando el tamaño, fecha y hora de los registros y comparándolos con el histórico de cambios en la programación de la nave, una tarea que solo podía hacerse mirando dos monitores de la sala de control simultáneamente. Tras eso me levanté con todos esos datos en la cabeza y me levanté de mi asiento [Lapso transcurrido 435, 86 segundos ] y me dirigí a paso rápido hasta la sala de Carga humana, donde analicé el registro de cambios y flujo de datos entre la nave y el Críocubículo.  En ningún momento quise utilizar mi senso-conexión subcutánea, no frente a un [ 3,78% ] elevado riesgo de reprogramación externa.

-Existe una orden preprogramada ejecutada sobre los sistemas de este Críocubículo hace 01 h, 11m, 27s..28s..29s..- me desconecté del reloj atómico que marcaba el tiempo de la nave - Es 27,287 segundos previa a la señal de alarma de los sensores - añadí, en un susurro, aunque seguro que los electrocílios auditivos de Bert habian captado mis palabras. Dirigí mi mirada hacia Bert, que permanecía en el puente de mando.  Era el único lugar de la nave que podía bloquearse mediante un campo estático que impedía que nadie pudiese acceder al él...o salir.  

- ¿Qué puede significar eso, Bert? - dije desde la otra punta de la nave. ¿Un sabotaje preprogramado?