Partida Rol por web

Habeis llegado todos a Hall Firien por diversas causas, camino a Valleyport. Tras preguntar y dar un paseo por el poblado (pequeño, sobre 2000 hab.) leeis en un par de carteles lo siguiente:

Pretendo viajar hasta Valleyport por el camino de Minas Tirith, si algunos viajeros desean unirse en mi camino a pie, juntos será menos peligroso y más amena la marcha. Me pueden encontrar por las tardes en la Taberna de Krinksed.

Firmado: Thorondir de Pelennor

Mmm... esto puede ser interesante. Mostrar mi valia una vez mas y tal vez una promesa de dinero que siempre viene bien...

Sigo dando una vuelta por la ciudad como cada dia, observando a sus habitantes y sus costumbres. Paso por mi habitación a recoger mis componentes de conjuros y demás bolsas y me encamino a la taberna de Krinksed a primera hora de la tarde aguardando la llegada del tal Thorondir.

Pido una pinta de cerveza y pregunto por la apariencia de Thorondir. Me siento en una pequeña mesa apartada un poco del resto del tumulto. Se me escapa una mueca de desprecio por la cerveza aguada que me han servido pero lo dejo estar porque no es lo importante ahora.

Tras verlo entrar en la taberna aguardo un poco para observarle y tal vez descubrir algo importante sobre el de cara al viaje y al futuro. Toda información es útil.

Habla con un par de inidviduos que parecen, como yo, gente que sabe sobrevivir en este mundo. Será interesante un viaje con gente capaz, asique me dispongo a abordarle.

Bienhallado Thorondir. - Le saludo con cortesia - Mi nombre es Garen. He leido tus carteles y estoy interesado en participar en el viaje. Poseo habilidades mágicas que resultarán muy útiles en caso de problemas.

Me encontraba en la taberna esperando que al fin alguien contestase al cartel que puse hacía ya tres días. Si no partía pronto, no podría seguir costeándome mi estancia en Hall Firien, y, después de mi experiencia en el camino al pueblo, no me apetecía volver a viajar solo por los peligrosos caminos.

Charlaba con los parroquianos habituales de la taberna como cada tarde, degustando una cerveza que me había costeado con un par de monedas que había robado esa mañana, cuando alguien interesante entró en la taberna. Llamó mi atención desde el principio, pero seguí fingiendo escuchar a mis interlocutores mientras le observaba.

El desconocido se me acercó y me saludó. Parece que el cartel al fin había resultado útil.

-Thorondir de Pelennor -respondí a su saludo, acercándole la mano. Me inspiró confianza. No parecía el típico viajero que solía parar por la taberna. -Es un placer, Garen.

Despedí al par de borrachos con los que llevaba toda la tarde perdiendo el tiempo, e invité a Garen a sentarse en mi mesa.

-Me alegra que estéis dispuesto a acompañarme en estos tiempos agitados, cuando los caminos todavía no son seguros bajo la justicia del rey. Pero debo advertiros que mi objetivo no es recompensaros ni mucho menos con oro. He hecho un viaje muy duro hasta aquí. Creedme si os digo que los caminos son peligrosos en estos tiempos de posguerra, y si viajamos en grupo, sin duda el riesgo de acabar desvalijados o muertos será mucho menor.

Me senté y di el último trago a mi cerveza.

-Si aun así estais dispuesto a uniros a mí, ¿Puedo preguntaros qué tipo de habilidades mágicas son esas que decís? No es habitual encontrar magos vagando por la Tierra Media.

Estaba harto de escuchar historias sobre magos que acababan siendo patrañas, y como hombre de los barrios bajos acostumbraba a distinguir una verdad de una mentira. El problema era que este hombre no parecía mentir, lo cual llamaba de sobremanera mi atención.

-Vivir en el exterior, lejos de la civilización tiene sus ventajas, ¿Eh, hijo de puta?.-Pienso mientras afilo un poco mi espadón sentado en una piedra y mirando hacia mi rival caído.-Ese hijo de mala madre...

Sumergido en mi tarea, miro de reojo el cadaver del orco que se escondía en el bosque. No hay más huellas recientes que las suyas, así que no debe haber más. Al menos no cerca. Su campamento se extiende ante mi. Una pequeña piel de oso putrefacta y sin curtir le sirve de techo. Sus armas están rotas y oxidadas, con lo que no servirían ni para forjar un maldito cuchillo. Lo más decente que tenía era un escudo a medio oxidar que me ha mellado el espadón. Al menos no me faltan piedras donde afilarlo.

Termino de afilar el arma, la enfundo de nuevo y escupo al suelo junto al cadaver.

-Uno menos-Digo en orco por si aún me escuchase.-Queda aqui.

Acto seguido, le reviento la cabeza con mi espadón recién afilado.-Bien, como nuevo.-Digo con satisfacción mientras limpio la hoja contra su vestimenta.

En ese momento me inclino y cojo uno de sus dientes más grandes.-Uno más.-Digo sonriendo y dejándolo caer en la bolsa donde guardo mis pequeños trofeos.-Van dos docenas.

En ese instante veo una huella. Tiene más de un año, pero es perfectamente reconocible. Es una huella humana.

-¿Humanos?-Pienso mientras me acerco de un salto hacia ella.-¿Humanos por este bosque? ¿Y un orco tan cerca?-Miro el cadaver una vez más. Seguramente se alimentase de los restos de las cacerías humanas. Por eso estaba tan cerca. Bueno, en todo caso este rastro es muy viejo... habrá que seguir buscando.

Con un diente de orco como botín, comienzo a seguir el rastro. Es dificil, pero parece que conduce a una senda. Está vieja y comida por la maleza, pero se nota que ha estado aqui. No hay duda, ha habido humanos cerca.

Continuo por la senda hasta que encuentro un camino más ancho y transitado. El rastro más nuevo tiene unas horas... debería seguirlo.

Tras algo más de una hora, llego a Hall Firien. Un par de humanos caminan entre los edificios y se paran a mirar un cartel con símbolos extraños. No se lo que intentan, pero debo ser cauteloso.

Con la capucha de mi capa de viaje me cubro la cabeza. Ser descubierto demasiado pronto no sería bueno, así que mejor cuanto menos enseñe.

Uno de ellos dice algo en voz alta.

Pretendo viajar hasta Valleyport por el camino de Minas Tirith, si algunos viajeros desean unirse en mi camino a pie, juntos será menos peligroso y más amena la marcha. Me pueden encontrar por las tardes en la Taberna de Krinksed.

Firmado: Thorondir de Pelennor.

-Camino peligroso.-Pienso.-Orcos. Tengo que ir.

Busco la posada por el pueblo hasta que veo una jarra de cerveza pintada en una pared. A la puerta hay un cartel parecido al otro. Debe ser aqui.

Cuando entro en la taberna, veo un par de humanos cerca de la puerta y unos cuantos más repartidos por la sala. De pronto escucho a uno de ellos.

-Thorondir de Pelennor

Este debe ser. Se sienta junto a otro que parece afirmar ser un mago. Ambos empiezan a charlar. Me acerco decidido y apoyo las manos en la mesa.

-¿Thorondir de Pelennor?-Pregunto con brusquedad.

Respondo a su pregunta con un ágil movimiento de mi diestra sacando un par de pétalos de rosa de una de mis bolsas. Con un par de palabras mágicas señalo a un par de los borrachos con los que hablaba mi interlocutor que caen dormidos instantaneamente.*

He leido el cartel y se que no buscas mercenarios ni serás patrón, sino que buscas un grupo numeroso que haga que aumente las posibilidades de supervivencia de todos. - continuo la conversación tranquilamente mientras tomo asiento a su lado, pero dejando claro que no será ni jefe ni lider.

Esta claro que eres de esos que saben salir adelante ante las adversidades. ¿Que puedes aportar al grupo?

No acabo ni de sentarme cuando irrumpe en la taberna una enorme figura con un gran espadón que se acerca a nosotros interrumpiendonos e impidiendo que Thorondir me responda.

Me quedé cómo los borrachos caían dormidos. Por suerte, que alguien bebiera hasta perder la consciencia era una escena habitual en esta vieja taberna, así que no llamó la atención de nadie. 

Interesante...

Observé una misteriosa figura encapuchada entrar en la taberna. Era difícil que pasase desapercibida. Detecté que intentaba ocultar algo. Escuché las palabras de Garen sin quitar ojo y cuando estaba apunto de hablarle sobre mis habilidades con el arco, el encapuchado se situó imponente junto a nuestro asiento y preguntó por mi.

Hoy sí que se plantea un día interesante. Menudo par de sorpresas...

-El mismo. ¿Puedo saber quién pregunta, y qué busca exactamente?

Desde mi posición, sentado, intenté escudriñar disimuladamente el rostro que se ocultaba bajo la capucha. La tenía bien calada, pero incluso en la penumbra que inundaba la vieja taberna iluminada pobremente con velas, pude discernir un color de piel bastante inusual. Había algo raro en el desconocido y no sabía decir qué. Parecía un tipo con el que era mejor no buscar problemas, pero me sentí mucho más tranquilo al recordar la daga que llevaba en el cinto. 

-Morko* es mi nombre.-Digo sin rodeos.-He oido que va a Valleyport... El camino es peligroso.

Dicho esto me siento tratando de permanecer en la sombra. Mientras, sujeto mi capucha como tantas otras veces para evitar que mi cara se vea.

-¿Qué peligros hay en el camino? ¿Orcos?

Pretendo viajar hasta Valleyport por el camino de Minas Tirith, si algunos viajeros desean unirse en mi camino a pie, juntos será menos peligroso y más amena la marcha. Me pueden encontrar por las tardes en la Taberna de Krinksed.

Firmado: Thorondir de Pelennor

Cojo el cartel y les digo a mis padrinos -Creo que ha llegado la hora de partir, muchas gracias por vuestras enseñanzas, pero noto la necesidad en estas palabras.- Dicho esto, empieza a empacar sus cosas y se dirige a la taberna, recordando todo lo que le han enseñado.

Entre el gentio distingo un grupo un tanto peculiar, pués hay una figura extrañamente grande,así que me acerco.

-Supongo que alguno de ustedes será Thorondir. Me llamo Saldur y creo que os podría ser de utilidad en el viaje.

A pesar de que seguía siendo alguien misterioso, me quedé más tranquilo cuando se sentó. No parecía tener malas intenciones. 

-Orcos, saqueadores, trasgos... Me robaron la montura hace unos días, en la puerta de la Ciudad. Y eso que había guardias cerca. Hasta que el reinado de Aragorn no se estabilice algo más y Gondor y Rohan consigan acabar con las criaturas de Mordor que aún queden merodeando, me parece que viajar solo es una locura. Por eso he decidido formar una pequeña compañía... O "asociación de negocios", digamos. Nos protegemos mutuamente, y luego cada uno por su camino. 

Señalé al mago que se sentaba a mi lado, en la parte más iluminada de la mesa.

-Este es Garen, y parece que hasta ahora somos los únicos que tienen asuntos que atender en Valleyport. Justamente estábamos hablando de eso cuando habéis llegado... He de suponer que os interesa la oferta, ¿Me equivoco, amigo Morko? -Le ofrecí la mano como saludo. Aunque parecía un tipo algo distante, quise empezar con buen pie. Había que conocer bien a la gente con la que iba a recorrer ni más ni menos que 160 millas...

Otro tipo se acercó a la mesa y se presentó también sin rodeos. Parece que después de tres días con el cartel ahí colgado, todo el mundo se había puesto de acuerdo para leerlo el mismo día. 

Mientras más seamos, mejor.-Pensé, acordándome de cuando casi muero atracado por los bandidos y los orcos hace unos días. Como nunca había salido de la ciudad, no me encontraba muy cómodo luchando a campo abierto. Además de que me superaban en número, nunca había luchado contra ningún orco. Y esperaba (aunque sabía que no me quedaría más remedio) no tener que volver a hacerlo. Al menos, no en soledad. 

-Vaya vaya. Pues sí que se presenta un viaje interesante. Un placer, Saldur. Estos son Garen y Morko. Supongo que ya habrá tiempo para las presentaciones. Toma asiento  - le ofrecí amablemente.

Empece llegando a Hall Firien, ya me habia dado la de comer un poco. Mientras iba hacia la taberna local veo un cartel y comienzo a leerlo, estaba bien pero era algo raro viajar con mas gente... Luego de meditar un poco sobre lo bueno que seria tener proteccion, mi barriga comienza a gruñir esperando ser llenada por lo que sonriente como siempre entro a la taberna.

 Al entrar miro a todos lados esperando encontrar a este Thorondir, cuando veo un grupo de lo mas extraño en la taberna, viendo a una persona parada por lo que no dude que ese era el hombre que buscaba. Lleno de intriga comienzo acercarme al grupo que estaba ahi.

- Muy buenos dias o tardes, tanto viajar me depista de la hora... Estoy buscando a Thorondir alguno de ustedes sera?... Soy Aramil y ansio unirme al viaje..

Justo después de la llegada de Saldur, otra persona se unió a nuestra pequeña y curiosa reunión. Entretenido como estaba, no advertí que había entrado al local. Observé el laúd que portaba y me imaginé que debía ser algún tipo de bardo. 

-Pues bienvenido a bordo, Aramil. Yo soy Thorondir, de Pelennor. -​le ofrecí la mano- Ya sea cosa del destino o no, aquí nos encontramos el resto de miembros. -Fui señalando uno por uno a mis nuevos compañeros - Garen, Morko y Saldur. Por increíble que parezca, acabamos de conocernos... 

Tras las formalidades, y esperando que nadie más se uniese al grupo, empecé a dar las explicaciones pertinentes para los recién llegados. Les pedí que tomasen asiento, de manera que la mesa quedó sin hueco para más gente. Me situé en el centro para que todos pudiesen escucharme.

-Os quiero dejar algunas cosas claras por si no me expliqué bien al colocar aquel cartel. Antes que nada, me gustaría que quedase claro que esto no es ningún tipo de expedición en busca de algo. Sólo preciso de compañía en mi viaje a Valleyport para evitar posibles peligros por los caminos que ya he experimentado en mi propia persona. Esto no es ningún tipo de trabajo de guardaespaldas remunerado. Es sólo una asociación temporal con el fin común de llegar a Valleyport, ya que supongo que si habéis venido hasta aquí es porque tendréis vuestros propios motivos para viajar hasta allí. Eso es cosa vuestra. Yo ya tengo suficientes problemas con los míos, no me preocupan los vuestros. No pretendo ser ningún tipo de líder ni daos órdenes, por supuesto. Quiero que mis intenciones queden bien claras para evitar malentendidos. Dicho esto, si alguien quiere abandonar el grupo, que lo haga ahora. Si nadie tiene nada más que añadir, creo que deberíamos empezar cuanto antes con los preparativos del viaje... No sé cuánto tiempo más mis monedas podrán seguir costeándome una cama en esta ciudad.

Me eché para atrás contra el respaldo de la silla. Jugaba con una de mis cada vez más escasas monedas en la mano, pasándola entre los dedos. Me la guardé en el bolsillo, saqué mi pipa y mi bolsa de tabaco de la Comarca (de la Cuaderna del Este, concretamente... Aquellos hobbits sí que sabían lo que era un buen tabaco), y comencé a fumar, esperando la respuesta del pintoresco grupo que formábamos y que cada vez debía estar llamando más la atención entre los asiduos de la taberna.

Encantado de conoceros a todos. - saludo cortesmente - Quedan claros los términos del acuerdo. Yo ya estoy listo para salir en cuanto esteis preparados todos.

Miraba a las personas las cuales deberia partir con ellas, parecian todas capacitadas para un largo viaje aunque los peligros que la tierra media todavia daba eran grandes. Yo habia sido uno que habia visto de verdad lo que es enfrentarse al enemigo.

- Señores creo que todos sabemos como son los acuerdos de esto pero... Tenemos que estar de acuerdo en ayudarnos en situaciones peligrosas o riesgosas y no salir corriendo..

 No iba a dejar que mi vida dependiera de personas que conocia hace tan solo 5 minutos por lo que tenia que andar cuidado, no sabia si cuando mirara para atras no quedara nadie en Moria..

Señor Aramil, yo me estoy uniendo a ustedes para ser de ayuda y llegar a Valleyport, dónde seguramente requieran de mis servicios, ni por asomo se me ocurriría abandonarles.

Como pueden comprobar, ya estoy listo para partir. -Señalo mi mochila.-Sçolo digann cuando les apetece y partiremos.

-Evidentemente, yo tampoco pienso abandonar, después de haber sido quien ha organizado todo esto. Y si se presenta la ocasión, podéis contar con todas mis habilidades, ya sea en combate o en cualquier otra situación. Se me da bien tratar con la gente -sonreí-. Necesito ir a Valleyport y me tomo esto muy en serio. Yo también tengo mis escasas pertenencias aquí en mi mochila. Si estamos todos de acuerdo, quizá podríamos descansar una noche más y partir mañana con la primera luz del alba. Aunque desconozco vuestras motivaciones, si necesitáis llegar a Valleyport con urgencia, tampoco me importaría partir inmediatamente... Aunque es algo tarde y en pocas horas caerá el sol. Por mi parte, no me decanto por ninguna opción. Me es indiferente. Estoy acostumbrado a vivir en la noche y mis sentidos serán siendo igual de efectivos en la oscuridad. 

Di otra calada a mi pipa. Realmente no me importaba viajar de noche. Podría detectar a cualquier grupo de bandidos que nos acechase: los años de ladrón en la capital me habían agudizado los sentidos. Y, con un grupo tan numeroso, en el que todos parecían guerreros capaces, estaba más o menos tranquilo. Además, el manto de la noche podría favorecernos a la hora de pasar desapercibidos por los solitarios caminos de la región de Gondor.

-¿Qué opináis? -pregunté, exhalando el delicioso humo por la nariz.

Entonces todo claro. Si os parece partiremos mañana al amanecer. - me levanto para despedirme y salir de la posada.

Vuelvo al cabo de un segundo para añadir el lugar - ¿Os parece bien en la puerta de aqui mismo?

Finalmente el variopinto grupo que se ha formado gracias al cartel de Thorondir, acuerdan emprender el camino al dia siguiente al alba.

FIN DE ESCENA

-Me interesa.-Digo con cierta sequedad mientras sonrio bajo mi capucha.-Para mi no hay un motivo especial que me lleve a Valleyport. Me gusta matar orcos, eso es todo.-Digo mientras paso la mano por el mango de mi espadón.-Lo que tengan será suficiente recompensa. Solo pongo una condición. Podré quedarme el diente que yo quiera de cada orco que matemos. 

Suponiendo que no habrá ningun problema con mi petición, me mantengo unos instantes a la espera de la reacción de mis futuros acompañantes. Solo espero que ninguno de ellos meta la pata. No me gustaría morir por su culpa.

-Si estais de acuerdo, lo mejor será comer y descansar. Si salimos al amanecer necesitaremos dormir bien.

Al fin podía iniciar mi viaje algo más tranquilo. ¿Realmente encontraría finalmente en Valleyport lo que buscaba? Sólo había una forma de averiguarlo. Preferí descansar bien esa noche, así que encargué una cena ligera a base de verduras y otra cerveza de raíz.

-Buenas noches, caballeros. Realmente espero que este sea el principio de un gran viaje. 

Me despedí cordial y, tras acordar un lugar de reunión para partir al alba, me fui a mi habitación a fumar un poco más de mi pipa antes de dormir. Quería relajarme y reflexionar un poco sobre mis nuevos compañeros. Sólo esperaba que no fuese peor el remedio que la enfermedad y que fuesen gente de fiar...