Partida Rol por web

Sólo sexo, sí... lo sé desde un principio pero no sé si seré capaz de acostumbrarme del todo. Aunque realmente no tengo más remedio que aceptarlo, lo necesito.
Como quieras...
Descubre sus grandes pechos y los pone ante mí, son hermosos. Llevo mi mano izquierda hacia ellos y los palpo, siento su peso, su textura, son perfectos. Llevo mi otra mano al pecho que queda libre y empiezo a amasarlos delicadamente al principio, luego intensifico un poco las caricias.
Mi boca se acerca lentamente a uno de ellos mientras pellizco el pezón del otro, realmente parecen un manjar digno de diosas. Mi boca aprisiona un pecho, mis labios sienten de nuevo su textura y ahora también su sabor mientras mamo vorazmente esa fuente de placer.
Mi lengua aprisiona el pezón, le doy ligeros toques estimulándolo mientras con las dos manos me dedico a masajear los senos, para luego cambiar mi boca al otro pecho y continuar mamando de esos grandes globos que me llevan al paraiso.

Parece que mi discurso ha surtido efecto, temía parecer brusca, pero no quería que la niña se encaprichara de mi. Bastente lío tengo con mi propia vida como para iniciar una relación. Cierro los ojos y libero mi mente preocupaciones, dispuesta a disfrutar de su boca, su lengua recorriendo mis pezones. Apoyo una mano en sus hombros mientras meto la otra por debjo de mi pantalón. Con el dedo corazón empiezo a estimularme el clítoris, notando como la excitación desde que ha empezado esta fiesta, ha dejado mi coño completamente mojado. Echo la cabeza hacia atrás, notando como el placer se va aproximando en pequeñas oleadas, cada vez más intensos.
Ahora me toca disfrutar a mi.

Noto como su excitación va creciendo poco a poco, sonrío. Después de todo parece que no lo hace como simple rutina y está disfrutando, algo es algo.
Me detengo unos segundos pensando en si debo tomar algo de iniciativa en este momento, noto como ella misma está estimulando su clítoris pero no sé cómo se tomaría que yo llevase mi mano allí.
Mientras sigo chupando uno de sus pechos y estimulo el otro con mi mano hago un ademán de bajar la otra mano por su costado, pero me detengo esperando una confirmación.
Con mis dientes doy pequeños mordiscos en su pecho, muy suaves, cambio de pecho de nuevo y ahora es mi otra mano la que desciende un poco más que la anterior y se queda en el costado.

Mi cuerpo tiembla y se sacude levemente con el orgasmo. Silenciosamente dejo escapar el aire cuando este finaliza. Bajo la cabeza y relajo mi cuerpo, el cabello me cae a ambos lados de la cara. Dejo pasar unos segundos mientras recupero el aliento, apoyada aun en ella. Veo sus manos apoyadas en mi cintura, a punto de llegar a las caderas. Fijo mi mirada en sus ojos al levantar la cabeza.
No te rindes verdad?
Me pongo en pie encima del sofá para quitarme el pantalón y me siento en el respaldo, apoyando la espalda contra la fría pared. Abro las piernas y apoyo las manos a los lados.
Tienes hambre?

Miro a Dominique directamente a los ojos mientras me arrodillo en el sofá a sus pies.
Estoy hambrienta y sedienta.
Acerco mi cara levemente hacia su pubis quedándome a unos escasos centímetros para que pueda sentir mi aliento excitado por encima de la tela de su ropa interior. Una de mis manos se acercan a su cadera y la acaricio con el dorso delicadamente.
Mis labios se posan en su sexo por encima de la tela y deposito un suave beso, luego subo poco a poco la boca recorriendo su intimidad con mis labios y nariz hasta llegar al borde de sus bragas las cuales muerdo delicadamente y tiro hacia abajo, ayudándome con mis manos cuando se hace imposible seguir con la boca.
Me paro unos instantes contemplando la belleza del tesoro que se halla frente a mi, es hermoso, sencillamente perfecto. Contemplo como los jugos del anterior orgasmo están inundando todas sus entrañas y acerco mis dedos a su intimidad.
Con dos dedos abro sus labios exteriores y con tres de la otra me empapo en sus propios jugos y empiezo a estimular su clítoris, a penas puedo contener las ganas de lanzarme a comerme ese coñito pero quiero hacer que cada movimiento sea inolvidable.
Mientras continúo masturbándola acerco poco a poco mi boca a ella, y antes de hundirme la miro directamente a los ojos con un brillo de lujuria. Mi lengua se lanza finalmente a sorber aquellos deliciosos jugos que se me ofrecen, un auténtico manjar.

Cuando me quita las bragas con la boca no puedo evitar excitarme. Sigo atenta a todos sus movimientos, la observo como empieza a jugar con sus dedos y su lengua en mi coño. Realmete es una viciosilla, podría doblegar su voluntad en cuanto quisiera, convertirla en mi nuevo juguete. La idea me divierte, aunque sé que pronto me cansaría y dudo que dejarla fuera tan fácil. Paso una mano por detrás de su cabeza y cogiéndola del pelo la obligo a echar la cabeza hacia atrás, pero sin hacerle daño. De nuevo la miro fijamente.
Eres una zorrita verdad?

Noto como tira de mi pelo hacia atrás y sonrío con una expresión inocente que contrasta con los jugos que tengo por toda la boca.
Soy tu zorrita.
Retiro mi pelo dejándolo caer a un lado de mi cuello y vuelvo a lanzarme a por ese coñito que me espera deseando ser castigado, tras unos lametones directamente en el clítoris lo muerdo delicadamente, bajando luego hasta su vagina con la lengua.
Llevo mis manos a sus glúteos y la atraigo más hacia mi para poder penetrarla con mi lengua todo lo que pueda y empiezo a dibujar círculos dentro de ella, aspiro su aroma por la nariz, sencillamente embriagador.

Siento esa punzada de placer que produce la dominación, el saber que alguien es tuyo al cien por cien. Noa sigue a lo suyo, visiblemente satisfecha con la situación. Noto su lengua dentro de mi, sus manos en mi trasero, modificando mi posición para comerse mi coño más cómodamente. Cierro los ojos, y no la interrumpo más. Mi respiración se acompasa con sus movimientos. Tenso los músculos de las piernas para aumentar el placer del orgasmo, retengo el aire un instante para soltarlo luego lentamente, mientras noto como mi cuerpo desfallece. Descanso mi cabeza contra la pared, mirando el techo, con una sonrisa en los labios. Noto mis mejillas rojas del calor.
Has tenido suficiente?

Me echo a un lado dejando descansar la cabeza sobre el respaldo. Podría tirarme horas y horas follando, pero tampoco puedo pedir mucho más.
Ha estado genial, aunque nunca es suficiente.
Sonrío, estoy en la gloria y pienso que realmente podría ganarme la vida con esto, después de todo no ha estado tan mal hacerlo sin que haya sentimientos de por medio.
¿Tú estás satisfecha?

Cruzo las piernas, aun sentada en el respaldo del sofá y me coloco bien el pelo, mientras sonrío al oirla decir que para ella nunca sería suficiente.
Niña, tienes que saber administrarte. Si hoy hacemos todo lo que quieres, que quedará para otro día? No te equivoques, no quiero una relación contigo, pero no me importaría repetir lo de hoy, incluso llevarlo más lejos.
Me pongo de pie y bajo del sofá, sin movimientos bruscos, casi de forma elegante. Me acerco a la mesita-puff y cojo mi vaso, apenas quedan ya burbujitas en mi agua con gas, aun así bebo un poco, para bajar la temperatura.
Aquí aun tienes tu martini, no me hagas tirarlo.
Con la punta del pie recojo mi pantalón del suelo y me lo pongo.

Sonrío, le ha gustado e incluso se plantea repetirlo. Tampoco querría una relación con ella, realmente no es mi... tipo, no al menos para una relación de pareja, no todo es sexo.
Sin embargo, saber que puedo follar de vez en cuando me alegra bastante.
Claro, me alegro de que te haya gustado, no te confundas yo tampoco quiero una relación de pareja... pero no voy a rechazar un buen polvo con una tía como tú, me ha encantado cielo.
Me acerco completamente desnuda hacia la copa y me la bebo de un trago, tampoco quedaba mucho. Luego recojo mi ropa esparcida por toda la sala y comienzo a vestirme.

Tía? En el fondo esta chica es un poco vulgar. Recojo el top y me lo pongo.
Entonces cuando quieras repetir me llamas, te di mi número, cierto?
Cojo los vasos y me los llevo a la cocina. En una esquina de la encimera veo una tarjeta del local. Dudo un momento antes de cojerla, pero al final lo hago y cuando vuelvo se la ofrezco.
Si quieres probar algo más.
Digo enfatizando el algo.
Es mi local, hacemos de todo.

Sí, me lo diste.
Vuevo a fijarme en la decoración, realmente tiene un gusto excelente, sencillamente me encanta.
Entonces vuelve y me enseña una tarjeta, la cojo. Enarco una ceja y la miro con curiosidad.
¿Qué clases de cosas?
Quizás... tal vez pudiera ofrecerme un trabajo en ese local, sería una solución a mi situación actual.

Parece que le he despertado la curiosidad entregándole la tarjeta. Aunque quizás esta se volatilice cuando le diga de qué se trata.
Dominación, Sado-Masoquismo y toda clase de cosas. Extremo, no le decimos que no a nada, bueno sí, a la muerte.
Añado, pero sin ningún tipo de emoción en la voz.
Si has sido una niña mala, te daremos unos azotes.

Cojo la tarjeta aunque me ha sorprendido lo que me ha dicho, quizás eso sea demasiado para mí sobre todo si tengo que aguantar a algún tío, no es que me importe acostarme con ellos... pero me aburre.
Interesante... lo tendré en cuenta, y...
Quizás no sea apropiado preguntarle ahora, no sé será mejor ver cómo va el casting.

Por su expresión no adivino saber qué está pensando, aunque no la imagino en mi mazmorra, atada y recibiendo golpes. Se queda a punto de decir algo, pero parece que se lo piensa mejor.
Entonces nos veremos otro día.
Digo andando hacia la puerta, a la espera de que me siga.

Sigo a Dominique a la puerta sin apartar la vista de su escultural cuerpo, ha estado genial y no me importaría repetirlo, y quizás incluso me pase por su local alguna vez.
Bueno cielo, ha sido un placer... cuando quieras repetir también puedes llamarme.

Abro la puerta, y me apoyo en ella. La sesión de sexo me ha dejado algo cansada y la hora que es tampoco ayuda a mantenerme del todo despierta.
No lo dudes.
Le miro el trasero cuando pasa por mi lado. Me acerco a ella para despedirla con dos besos.

Recivo los dos besos que me da y no puedo evitar soltar una sonrisilla, es curioso después de lo que acabamos de hacer que nos despidamos con dos besos, supongo que es así siempre.
Nos vemos cielo.
Me alejo de la casa hacia mi coche para volver a mi pequeño piso, de nuevo a la soledad.