Partida Rol por web

Invernalia es la asentamiento ancestral de la Casa Stark. Es considerada la capital del Norte. Está localizada en el centro de la provincia norteña de los Siete Reinos, cerca del Camino Real que lleva a Desembarco del Rey.

Localización: El Norte, Poniente

Gobierno: Casa Stark

Fundación Edad de los HéroesHace +/-8000 años

por Brandon Stark el Constructor

Religión: Antiguos Dioses

Después del memorable discurso de Lady Mormonth, uno a uno los señores del norte comienzan a jurar lealtad a Jon Snow ungiéndolo como rey del Norte ante el silencio de Lady Sansa quién yace inmóvil ante la emoción de los representantes norteños quiénes no dejan de vitorear y blandir sus espadas en son de aprobación.

Jon Snow se levanta de su asiento ante la mirada fría y fija de su hermana Sansa. -Mi padre solía decir que los verdaderos amigos se encuentran en el campo de batalla, el invierno se acerca, la verdadera guerra apenas empieza y les prometo amigos, que el norte no permitirá  que pase la tormenta, aunque ÉL sea la tormenta...- refiriéndose al señor de la noche. Jon Snow  desenfunda a garra y la empuña al frente. -El norte no olvida...  seremos el escudo del inocente y la espada del desprotegido, hasta nuestro último aliento de vida.- levanta la espada en señal de juramento ante la aprobación de todos los señores del Norte.

Simon se encontraba en aquel gran salón de invitados en Invernalia, había sido el único lacustre en dirigirse hacía allí, una vez se supo el desenlace de la batalla contra los Bolton, su tío lo envío en tal de mostrar sus respetos a los Stark.

Aunque el calor del fuego y algo caliente que poder llevarse a la boca fueron suficiente aliciente para aparecer por allí. Después de todo, el ser sobrino de Lord Reed, le había abierto las puertas de aquella importante reunión. Pero no estaba en aquel lugar por placer, Simon se mantuvo en silencio, escuchando el murmullo creciente en la sala, él seguía órdenes estrictas de su tío, Lord Howland Reed y no pudo más que estar en silencio escuchando a la gente que tenía cerca.

Muchos optaban por marcharse a casa, otros por jurar vasallaje a Lady Sansa, otros querían seguir a John Nieve , unos pocos intentar hacer la paz con el trono de Hierro y los más valientes, marchar hacía Desembarco del Rey a cobrarse una justa venganza. Luego estaba Meñique, Simon le miró de reojo, una sonrisa se le escapaba debajo de aquel bigote.

- A saber en que está pensando ese tipo...

Después de la Batalla de los Bastardos, John Nieve y un puñado de fieles se habían hecho con el poder en el Norte.

Invernalia volvía a ser de los Stark, cómo había sido siempre, pero la derrota de Ramsey causó gran satisfacción entre los Norteños, todas las casas habían perdido a algún familiar siguiendo a Robb y la traición de los Frey unida a los Bolton había sido saldada.

John habló, pero sus palabras tuvieron poco calado entre los presentes, nadie quería volver a la guerra mucho menos cuando las nieves ya estaban altas y el frío extendido por todo el Norte. Fue el discurso de Lady Mormont el que propició que se proclamara al rey en el Norte.

Simon asintió ante las palabras de Lord Lamprea (el gordo lord Manderly) y cuando se desenvainaron las espadas, el fue de los primeros en gritar...

- ¡¡¡El Rey en el Norte!!!- todos sonreían y aprobaban la decisión de haber elegido a John Snow como su líder.

Miró al nuevo Rey y durante unos segundos sus miradas se cruzaron, Simon sonrió y asintió con la cabeza, pronto tendrían la ocasión de hablar al respecto.

La señora de Invernalia deja que los vitores inunden el salón, ella no festeja, su mirada se encuentra distante, después de unos segundos se levanta y con una breve reverencia se retira del lugar, dejando el salón principal.

Discretamente Brienne de Tarth le sigue abandonando también el salón.

Jon Snow el ahora Rey del norte se dirige a su ahora corte de caballeros y regentes de casas vasallas, responde agradecido ante tal nombramiento.

-Juro solemnemente ser el primer resplandor de la espada que defenderá de la inminente oscuridad que nos acecha... mi primera enmienda es que cada uno de vosotros reclute a todo hombre, mujer, niño, niña, que sean aptos para empuñar cualquier arma... lo que he visto más allá del muro supera cualquier leyenda o cuento de abuelo... no temo porque el invierno se acerque, temo más por la noche que se avecina y que estoy seguro envolverá todo lo que conocemos con miedo y muerte si no los detenemos, moriremos en medio del frío invernal...-

Jon enfatiza con otra enmienda. -Os pido una sola cosa más... ordenen a todo maestre de cada familia que busque vidriagón es el único material que quema al contacto con esos seres...- Jon se acerca a sus corte de caballeros saludando y abrazándolos fraternalmente hasta llegar con Simón Reed, señor del Cuello.

Con una sonrisa de agradecimiento por haber acudido al llamado Jon le extiende la mano en señal de aprecio.

-Lo que se avecina puede que sea el enemigo más terrible y poderoso que se haya visto jamás, ¿Estarás conmigo hasta el final?...- Jon le sostiene la mirada a los ojos a Simon, sabiendo la respuesta de antemano.

Simon se sobresalta al recibir el abrazo de su nuevo señor, John Snow. Tamaño acto de cortesía es extraño entre los lacustres y mucho más, entre sus compatriotas los norteños.

Pero el joven Reed le estrechó entre sus brazos, casi como quién vuelve a encontrarse con un amigo, y asintió ante sus palabras diciendo.

-En Aguasgrises no tenemos maestre, mi señor. Vivimos dentro del pantano y la Atalaya se alza en varios islotes rodeados de ciénagas, tampoco conocemos el vidriagón más que de oírlo en historias y leyendas, pero con los que si podéis contar es con la lealtad de nuestro pueblo.

Hemos guardado el Cuello de los Frey, hemos asaetado a cientos de hijos del hierro en los alrededores de Foso Cailin y no dejamos de molestar a los Bolton, una vez se hicieron con el poder en el Norte.

Podéis contar, mientras hablamos, con 200 buenos hombres y 130 jinetes ligeros en la frontera. Mi tío, Lord Howland y todo el Cuello, está a vuestro servicio.

Se que el tiempo de cortesía y agasajos ha concluido pero me gustaría renovar los votos de mi casa hacía vos, milord.

Tal y como hicieron mis primos Jorjen y Meera a vuestro medio hermano, Bran Stark.

El joven Reed se arrodilló ante las miradas de nobles y soldados, muchos lanzaron una risa, al ver a aquel desgarbado joven vestido de verde hablar.

No habían pasado inadvertidas las bromas de los norteños hacía los lacustres, pero el Cuello formaba parte del Norte y la casa Reed era tan norteña como la que más.

La voz de Simon no era una voz fuerte, ni altiva, más bien parecía la de una zarigüeya, pero aún así intentó darle un aire de solemnidad a su discurso.

"A Invernalia juramos la lealtad de Aguasgrises —dijo—.

Tierra, corazón y cosecha os entregamos, mi señor. A vuestras órdenes están nuestras espadas, lanzas y flechas. Apiadaos de nuestros enfermos, auxiliad a nuestros indefensos, impartid justicia para todos, y jamás os fallaremos.

—Lo juro por la tierra y por el agua —

—Lo juro por el bronce y por el hierro —

—Lo juro por el hielo y por el fuego —terminó de decir."

Se mantuvo en silencio, esperando la respuesta de John Snow.

El vino con canela y especias aún se encuentra tibio llenando a medias la copa del ahora rey del norte, sólo unos pocos señores quedan aislados en algunas de las mesas con restos del banquete ofrecido como cena mientras los mastines pelean por roer alguna sobras dejadas deliberadamente para compartir aquel magno evento.

-Necesitaré hombres leales y valientes que no teman proteger al débil aún a costa de sus bienes, veo en tí honor, y lealtad pero también percibo mesura y fortaleza en palabras y hechos...- Jon Snow se dirige a Ser Reed dejando su copa de brindis a un costado de la mesa de madera burdamente tallada en roble duro y tosco como el norte.

Un emisario visiblemente cansado y con capa de viaje empapado por el aguanieve se acerca al nuevo monarca, con una reverencia le habla discretamente al oído, la expresión de Jon apenas y es perceptible, algo importante ha sucedido.

-Han llegado noticias sureñas Ser Simon Reed, y sinceramente no sé en quién puedo confiar ni como tomarlas...- Jon se acerca a su ahora compañero de armas. -Dragones escoltando a otra reina que viene a reclamar el trono de hierro, con un ejército tan numeroso como las estrellas de verano y tan poderoso como una tormenta de invierno...- Jon Snow se recarga en su asiento y apoya una mano en su barba dubitativo, deja escapar una pregunta al lacustre esperando encontrar alguna luz ante ese planteamiento. -¿Que me aconsejarías Ser Simon Reed?...-