Partida Rol por web

Un miércoles como cualquier otro. En realidad como tantos otros dado que la rutina en Bergen es tan gris y fría como cabría esperar, pero tus ánimos provocan que todo parezca aún más solitario de lo normal.
Son las ocho de la tarde cuando sales de tu clase de caligrafía, frecuentada básicamente por gente bastante mayor con las que pocas aficiones o charlas compartes pero al menos tienen de su parte el hecho de ser bastante más educados que cualquier joven y tolerantes. En realidad ésto último no es del todo cierto, pero por lo menos suelen disimular un poco cuando algo no les agrada. Que eso sea bueno o malo dependerá de tu juicio...

Noviembre es un mes frío, como casi todos en Noruega. A estas horas ya ha oscurecido y parece que sea bien entrada la noche aunque en realidad no es ni mucho menos así.
Las calles están húmedas a causa de las recientes lluvias y el frío parece insistir para calarte hasta los huesos así que te encoges en tu abrigo y aprietas un poco el paso.

Tu casa esta algo alejada de ésta zona antigua de la ciudad, pero aún así Bergen no es excesivamente grande y puedes llegar caminando o tomando el metro.

Al notar el frio penetrante no pude evitar sacar los guantes y la bufanda que tenia guardados en el bolso grande que perfectamente podia caber todo lo que metiera y mas, me enfunde las manos mientras caminaba respirando aceleradamente y a la vez viendo perfectamente el vaho que producia el contacto del frio con el aliento caliente, la nariz se me coloreo de un rojo visible y enseguida escondi la naricilla congelada en la lana negra de la bufanda, era una noche fria mas que ninguna.

Bergen era precioso me encataba, lo habia hechado de menos muchas veces pero lo que peor llevaba era el frio, el frio que hacia que se te helara hasta los huesos por mucha tela que llevaras, decidi coger el metro esa noche, no me apetecia andar, las clases habian sido excepcionalmente aburridas hoy y Caligrafia, bueno iba porque escribir me relajaba y escribia casi siempre pensamientos, vagos y de cosas que ni yo misma comprendia.

Saque mi bonito mp4 plateado, me puse los auriculares y baje las escaleras ligeramente heladas de la boca del metro, una vez dentro mire a lado y lado la gente iba hablando por el movil o incluso ensimismadas, yo no era ninguna rareza ahi mismo y me sentia bien, pague el billete y acabe sentandome en un pequeño banco en frente de las vias esperando el metro, las vias, era increible, tenian un sentido casi hipnotizante.

Decides descender a las entrañas de la ciudad, donde la temperatura es bastante menos cruenta por lo que puedes relajar un poco tu cuerpo mientras pasas la tarjeta por la respectiva compuerta y sigues las escaleras hasta la línea 2 que te llevará a casa. En realidad para ti es tan autómatico tomar el metro como recorrer el camino andando.

Esperas en uno de los bancos, poco transitados a esas horas dado que con el frío de invierno poca gente sale a pasear o de compras, sólo los que deben trabajar o tienen "responsabilidades" acostumbran a salir de su casa o de los locales.
Estás disfrutando por tanto de tu amplia colección de música, algo absorta en ella mientras el transporte todavía no llega, aunque tardará pocos minutos.
Distingues una rata recorriendo las vías que hay frente a ti y aún así apenas te inmutas dado que es bastante habitual y tampoco llegará hasta arriba, te limitas a seguirla con la mirada y ver cómo desaparece en la oscuridad del túnel de tu derecha... Pero entonces distingues algo más ahí. O sería más apropiado decir alguien.

No puedes llegar a apreciar su rostro, ni siquiera su ropa, pero podrías asegurar que había alguien de pie junto a las vías hace apenas un segundo, el tiempo que tarda en retroceder otro paso y ser engullido, literalmente, por las sombras.
Mientras intentas asimilar esto, el metro llega y los pasajeros suben y bajan de él con cierta prisa. El túnel queda iluminado esos momentos dejando claro que no hay nada.

Me quedé observando a la rata recorrer la via con pericia casi por un segundo desee ser esa rata, incluso esa era mejor que yo, cuando distinguí por un segundo a alguien entre las sombras no pude evitar levantarme de mi asiento para intentar observar mejor la situación al ritmo de la música gótica y melancolica de mi repertorio, pegue un largo suspiro al vislumbrar que ciertamente era mi imaginación.

- Demasiados libros Kari!!- en cuanto se abrierón las puertas del metro no dude ni un segundo en subir a el...- continue andando entre los vagones hasta acomodarme al final de todo en alguno en el cual no hubiese nadie que pudiese incordiarme, me senté y cerre los ojos escuchando y sintiendo mejor la música, sabia que en unos 15 minutos tenia que llegar a mi parada y mi movil estaba preparado para avisarme con antelación con la bibración.

El móvil empieza a vibrar cuando casi empezabas a adormilarte en el vagón, pero por suerte no parece haber nadie que se haya percatado de ello.
Unos pocos bajan del mismo y otros más suben, lo mismo de siempre, personas que sólo se preocupan por sí mismas y sus quehaceres, demasiado "ocupadas" para hacer caso de cualquiera a su alrededor... y así va el mundo.
Recorres la pequeña distancia de la vía hasta las escaleras que vuelven a llevarte al exterior con rapidez. El frío te sacude nuevamente casi como si de una gélida bofetada se tratara por lo que vuelves a envolverte en tus distintas ropas de abrigo.

En ese momento distingues a una muchacha que corre hacia tu dirección.
Te suena muchísimo y por un momento piensas que realmente se dirige hacia ti a abrazarte o decirte algo porque el corazón te da un brinco. No recaes exactamente en quién es pero el sexto sentido que heredaste de tu madre te dice que fue importante, quizá si hablaras con ella o intentaras hacer memoria...
Apenas te da tiempo a decidirte cuando la joven pasa de largo por tu lado y continúa calle abajo, lo cuál te extraña y te angustia en cierto modo.

Tu casa está en dirección contraria, apenas unos cinco minutos, sin embargo ella se ha desviado por una de las calles menos transitadas de la ciudad a esas horas. Bergen no es muy peligrosa pero quizá no sea prudente confiarse tanto por lo que llegas a preguntarte si se habrá perdido.

Pegue un suspirazo mirando a la gente, ella también iba a sus que haceres asi que no podia hecharles nada en cara, en cuanto note el frio se me quebró la voz al tiempo que emitia un pequeño "uy" del frio que sentia. Volvi a abrigarme tan bien como pude, odiaba estar resfriada y cuando vi a esa chica correr hacia mi efectivamente no pude evitar extrañarme tanto que di un paso hacia atras hasta que vi que pasaba de largo, me quede aturdida, realmente me senti como una estupida, poco despues cai en que se habia perdido asi que sin pensarmelo corri detras de ella.

-oye!! eh! espera, no es buena idea que vayas por ahi...- intente decir lo mas alto que podia mientras jadeaba al tiempo que intentaba seguirla.

Despues de pasar la tarde con Leyja lo cual me dejo bastante agotada llegue a casa saludando a mi padre, diciendole que todo habia sido normal, que no habia nada de que preocuparse, asi que dicho esto subi a mi cuarto y cerré la puerta, lo primero que hice fue quitarme los zapatos y dejarlos debidamente en su sitio, fui al escritorio y vi el libro que estaba leyendo me quedaba relativamente poco, un capitulo o dos, esa tarde era la primera tarde en la que no habia abierto ningún libro y me habia divertido.

- Estas mejorando Kari!- dije animandome pero estaba demasiado cansada como para ponerme a leer, me desvesti poniendome el pijama, cuando mire el pijama bien me pareció que iba siendo hora de que cambiara mi forma de vestir, no podia seguir llevando dibujitos de la gata kitty, era demasiado infantil, seguro que Leyja dormia con un camisón sexy, al cual ningún chico de anuncio de colonias se resistiria. Suspire avergonzada y acabé por ponermelo y meterme en la cama, sabia que no tardaria en coger el sueño.

Tras caer en la cama y agotar la última de tus preocupaciones, el sueño te invade más rápido de lo habitual debido al agotamiento de la tarde. Hay que admitir que no estás acostumbrada a tanta "acción" aunque en realidad no fue tanta.
El sueño resulta tranquilo, cálido, reparador... Hasta que repentinamente una ráfaga helada invade la habitación despertándote de golpe, viendo cómo a través de la ventana abierta salta el maldito psicópata rubio que según Leyja se llama Loki.

Ladea la cabeza y te observa con una sonrisa de satisfacción antes de cerrar los cristales de la ventana con cierta brusquedad.
Vuelve a girarse hacia ti y empieza a acercarse a tu cama haciéndote gesto de silencio con un dedo sobre los labios.
-Shh... si empiezas a gritar o algo similar tu papaito vendrá... Y no creo que te guste ver cómo lo mato delante tuyo, ¿verdad?- pregunta con relativa curiosidad, sentándose en el borde de tu cama y recogiendo un peluche que todavía permanecía sobre ella mirándolo con cierta extrañeza.

En cuanto noté el frio encendi la luz ahogue un grito cuando vi al chico que dias atras me habia atacado, vi como de un salto entraba en la habitación me sobre cogi medio incorporandome y pegandome mas a la cabecera de la cama con cara de susto, estaba engarrotada, sentia como mis musculos dejaban de obedecerme a la vez que me aferraba a la sabana. Hablo, lo cierto esque estaba tan asustada que no pude gritar ni nada no por la amenaza sino por el panico, vi que se sentaba en la cama lo cual hizo que como acto reflejo me separara aun mas de el.

- lo siento, lo siento, se a que vienes, quitare la denuncia mañana por la mañana, pero por dios no nos hagas nada malo!- trague saliba con dificultad mirando como cogia mi peluche, apenas parpadeaba seguia mirandole, rezaba en silencio que eso fuera un mal sueño.

-Hmm... la verdad es que eso estaría bien, no me gustan mucho los polis, ¿sabes lo pesados que se ponen? Incluso peores que Anubis... pero él es mi colega y me da igual- dice todo esto mirando el muñeco entre sus manos como si de Sheckspeare con el soliloquio de la calavera se tratara, aunque obviamente su prosa no es para anda comparable.
Finalmente lo lanza hacia el escritorio dejando que rebote por la pared antes de girarse hacia ti dispuesto a decir algo más, pero enmudece cerrando la boca y le mira algo sorprendido al verte tan arrinconada y tensa como una estatua.

-Supongo que si te prometo que no te haré daño no me creerás, ¿verdad?- se deja caer hasta quedarse medio tumbado, apoyando el codo en el colchón para dirigirte una tenue sonrisa -No importa, te acabarás dando cuenta- esto último lo dice en un tono más bajo y desanimado de lo habitual, relamiéndose pensativamente antes de volver a su tono habitual.
-Podríamos conocernos mejor, quizá así te relajes un poco, ¿qué te parece? Pregúntame lo que quieras- asiente con la cabeza y da unos golpecitos en la colcha animándote a ello.

Cuando dice lo de los policias abro mas los ojos, no si encima le da igual que vayan detras de el, tambien miro el muñeco que el mira fijamente y por un segundo acabo relajandome hasta que lo tira que me vuelvo a quedar tensa, esque no tiene tacto con las cosas de los demas?.

Cuando se gira y le veo callarse mi rostro asustado cambia a asombro, ese hombre era completamente desconcertante.

-Si querias que te creyera no deberias haber entrado en mi habitación por la ventana como si fueras un ladrón...- dicho esto veo como se tumba y efectivamente veo que no tiene intención de hacerme daño asi que me relajo mirandole detenidamente.

- Deacuerdo...- tenia miles de preguntas, pero seguramente resumiria mas haciendo las preguntas adecuadas- eres vampiro?- podria comprobarlo tocandole la cara pero no queria aventurarme ni ser maleducada.

-Sí, eso suena como el tipo de cosas coherentes que acostumbra a reprenderme Anubis... Pero, ¿habrías querido hablar conmigo en cualquier lugar público?, ¿me hubieras dado la oportunidad de entrar en tu casa llamando a la puerta...?- ni siquiera es necesario que él o tú digáis la respuesta, ambos habéis perfectamente cuál sería.
Cuando te relajas alcanza a sonreír nuevamente, mostrándose cada vez más abstraído y embelesado a pesar de tu llamativo pijama y el cabello revuelto como una loca.

-Sí, así es... Supongo que te lo habrá dicho esa muchacha a la que estuve a punto de comerme. ¿Te alegras de que al final no lo hiciera...?- ladea nuevamente la cabeza, parece ser una especie de gesto habitual en él cuando algo llama su atención o le resulta curioso. Lo cierto es que algunos de sus comportamientos y gestos te recuerdan a los de los animales.

No respondi a su pregunta, el tenia razón problablemente no lo hubiese hecho, pero ahora que hablabamos no me daba tanto miedo.

Cuando note que me estaba mirando de esa forma no pude evitar sonrojarme y me relami los labios intentando "peinarme" un poco, realmente parecia una loca? no creo que le importara demasiado a el.

Cuando me dijo tan abiertamente que lo era abri los ojos exageradamente, casi senti que me desmayaba pero aguanté respirando aceleradamente aunque no me moví de como estaba- eh! yo...no se que te lo impidio pero me alegro que no lo hicieras y ella tambien...- asintiendo y cuando vi que ladeaba la cabeza y que no tenia intención realmente de hacerme nada me relaje y acabe sonriendole.

-mm, me llamaste Gerd, es porque soy alta?- mirandolo de esta forma no parecia tan frio ni, agresivo, salvo por el hecho de que estaba como un intruso en mi cuarto, espero que mi padre no me oyera hablar, aunque ya procuraba ahcerlo en voz baja, mientras le veia distraido estire la mano hasta tocarle la mejilla para comprobar que realmente la tenia fria.

-Está bien... A veces tengo problemas para controlar mis instintos, ¿sabes? No estoy muy acostumbrado a eso, normalmente hago sencillamente lo que me da la gana- admite encogiéndose de hombros como si fuera lo más natural del mundo, sonriendo más ampliamente cuándo tú lo haces, dejando bien claro que con eso le acabas de alegrar el día. O mejor dicho la noche.

Formulas la pregunta pero no alcanza a responder, dado que cuando tu mano alcanza su fría y pálida piel se limita a cerrar los ojos sintiendo el tacto hasta que repentinamente te la sujeta con firmeza.
Inspira el olor de tu muñeca cómo si fuera lo más delicioso del mundo para después besarte en la mano con más ternura de la que cabría esperar en alguien tan bruto.
-No creo que seas tan alta... ¿me has visto de pie?- se levanta de la cama con lentitud, como si en realidad le diera tremenda pereza, coloca bien su desgastada chaqueta y deja que le veas y lo compruebes por ti misma como haría un niño.

-Creo que eres más hermosa que el sol y la luna juntos, resplandeces por ti misma... Y por eso eres Gerd- explica empezando a retroceder dejando más espacio entre vosotros hasta quedarse apoyado en la ventana -¿Dejarás que me acerque a ti por la calle ahora...?

Cuando me confiesa que tiene problemas para controlarse arqueo la ceja y le miro ahora completamente relajada.

- Entiendo, aunque no siempre se tiene que hacer lo que le da la gana..- dije mirandole casi divertida-a veces hay obligaciones..- no se porque pero sospechaba que el no las tenia.

Cuando me cogio la mano con firmeza pegue un bote en la cama, no me lo esperaba y empece a respirar aceleradamente pensando que me iba a morder, pero luego me dio un beso y me quede tan parada como sorprendida se me dibujo una sonrisilla, se notaba que estaba haciendo un esfuerzo enorme y yo se lo agradeci en silencio.

- no, apenas he podido observarte, almenos no como ahora te veo...- que cuando se pone depie y le veo la chaqueta desgastada no puedo evitar sonreir realmente era un tipo bastante atractivo, aunque lo seria mucho mas si se cortara la coleta, pero podria pasar perfectamente como un chico de anuncio de colonias tambien.- eres mas alto que yo- dije medio riendome medio tapando la boca para no hacer excesivo ruido.Cuando me dijo que era hermosa volvi a quedarme aturdida y volvia a ponerme colorada, nadie me habia dicho eso nunca, bueno puede que si, realmente nadie a la cara.

- oh!!!- me limite a sonreir como una boba, acababa de descubrir que me gustaba que me adularan- gracias, tu tambien eres atractivo.- cuando vi que se apoyaba en la ventana pensé que se iba- si, claro que si, te vas ya?.

Escucha con atención casi devota cada una de tus frases y opiniones, puede decirse que sin lugar a dudas te sientes atendida, está claro que no hace oídos sordos a nada y cada palabra es incluso más importante que la anterior.
-Me gustan las chicas más bajitas que yo- admite despreocupadamente cuando mencionas su altura, riéndose tras tu intento de devolverle el piropo que no parece hacer demasiada mella en él, como si en realidad no se lo creyera pero le agrada que al menos lo hayas intentado.

-Así es, ya he conseguido que no me tengas miedo y no quiero ser el responsable de tu cansancio diurno... Pero volveré a buscarte mi Gerd, eres demasiado única y especial para dejar de pensar en ti o desperdiciar la oportunidad de conocerte mejor- abre entonces la ventana de nuevo, llenado la habitación de más aire húmedo y helado antes de saltar a través de ella con cierta normalidad a pesar de los pisos de distancia que os separan del suelo.

Una visita cuanto menos extraña, quizá mañana tengas tema de conversación que recuperar con Leyja.

Cuando dice lo de las chicas bajitas no puedo evitar con algo de nerviosismo no estaba acostumbrada a ese tipo de trato no sabia como reaccionar, sobretodo al ver que no se creyó el piropo, tan mal lo hacia? la verdad esque realmente pensaba que era guapo quizas deberia aprender a ser mas efusiva, eso los libros desde luego no lo enseñan.

Dejo caer que se preocupaba y que volveria a verle y despues salto, acto seguido me levante de la cama y corri a asomarme a la ventana para ver como se alejaba- Adios!.-, despues de esa visita estaba claro que cambiaria mi forma de pensar en el, aunque fue extraño la forma en que le conocí, supongo que para ser vampiro no estaba mal, cerre la vetana y me fuy a la cama de nuevo aun sobrecojida por todo lo que habia pasado, tenia un monton de pensamientos y sentimientos rebujados, mañana me aclararia eso seguro.

La mañana siguiente llega, y aunque te sientes algo cansada no sabrías decir si es por la interrupción de Loki durante tu sueño o por la actividad de la tarde, aunque bien es cierto que sientes las piernas un poco entumecidas.
Aún así te levantas diligentemente, como cada día, sin intención alguna de retrasarte en el horario de la facultad, asistiendo a clase tras clase tan concentrada como siempre. Pero también igual de solitaria. Por suerte la mayoría de materias son lo suficientemente interesantes como para no aburrirte en exceso, pero a veces se echa de menos poder consultar dudas o hacer comentarios triviales.

Ha pasado la mitad de la mañana, y al fin llega el tiempo del recreo y de poder tomar algún tentempié, aunque probablemente sin tu MP4 resulte más largo... Sin embargo mientras recoges tus cosas, la profesora te pide que te acerques a ella.
-Kari, tengo que pedirte un pequeño favor si no te importa- te sonríe de forma casi cariñosa, como una de las alumnas predilectas que eres -No sé si te enteraste muy bien pero han llegado los alumnos de intercambio y me agradaría mucho que te encargaras de guiar a la única destinada a esta clase. Quizá os llevéis bien... Además eres la que mejor habla inglés de por aquí- admite intentando convenncerte aunque dirías que sus intenciones no son por "quedar bien2 si no porque conozcas a alguien más.