Partida Rol por web

Un miércoles como cualquier otro. En realidad como tantos otros dado que la rutina en Bergen es tan gris y fría como cabría esperar, pero tus ánimos suelen atenuar tal efecto y volver cada día algo más interesante y emocionante que el anterior.
Son las ocho de la tarde cuando sales de la academia de baile, poco queda para que la cierren pero tú ya no tienes ninguna clase más pendiente, así que te despides de Yoko que esta vez no podrá acompañarte porque a ella todavía le queda otra más.

Noviembre es un mes frío, como casi todos en Noruega. A estas horas ya ha oscurecido y parece que sea bien entrada la noche aunque en realidad no es ni mucho menos así.
Las calles están húmedas a causa de las recientes lluvias y el frío parece insistir para calarte hasta los huesos así que te encoges en tu abrigo y aprietas un poco el paso.

Tu casa esta algo alejada de ésta zona antigua de la ciudad, pero aún así Bergen no es excesivamente grande y puedes llegar caminando o tomando el metro.
Aún estás pensando en qué opción tomar cuando el teléfono móvil en tu abrigo empieza a vibrar con insistencia sobresaltándote un poco.

Ley que va andando por la acera de la calle con un abrigo largo para taparse bien del frío y la humedad que esa ciudad proporciona se mira el reloj de reojo como para calcular si va bien de tiempo para llegar a casa y cenar a tiempo con su madre ya que las normas en casa son pocas pero rigurosas.

Andando a paso rápido para no perder tiempo en cuanto le suena el movil pega un bote del susto ya que en esos momentos no es muy usual que la llame nadie, pero enseguida lo coge abriendo la pantalla y mirando el nombre de la persona que le llama hasta que ya se decide a cogerlo.

-Diga?- Dijo mientras andaba por la zona que más o menos estaba más transitada a estas horas, si esque eso era posible. No llevaba suficiente dinero para llegar a casa en metro asi que sería mejor ir andando, además de que había tiempo.

El sobresalto del teléfono es suficiente para que lo cojas sin pensarlo y te dispongas a responder, pero al abrirlo y observar la pantalla te das cuenta de que tan solo es un SMS así que lo lees sin poder evitar ese cosquilleo en el estómago habitual cuando uno de los duelos de hip hop y breakdance se convocan.

Y efectivamente esta vez tus "sospechas" se confirman, acaban de convocar una batalla de baile no demasiado lejos de donde estás, a unos diez minutos si te das bastante prisa aunque evidentemente las calles estarán menos transitadas que esta pero no es la primera vez en mucho menos que asistes a uno de estos "eventos".
Al fin y al cabo una de las cosas importantes es poder llevarlo a cabo con cierta intimidad, sólo aquellos que van a bailar o a los que realmente les interesa el tema, no es algo demasiado bien visto por la policía porque alguna vez se han creado disputas que han llegado a formar peleas de poca importancia.

Sin duda es tentador, muy tentador, y cómo siempre tienes ganar de asistir esperanzada con el hecho de que alguien se te acerque y te invite a formar parte de su grupo o de que tú misma encuentres el valor para pedírselo a otros, pero sin embargo... Mamá espera, y si llegas muy tarde quizá se enfade.

En cuanto ve el SMS ahoga un grito abriendo los ojos exageradamente "oh dios mio, por fin ha llegado!" pensé para mis adentros realmente sorprendida, leí el mensaje como unas ocho veces memorizando las palabras para situarme y saber donde era el encuentro exactamente.

Me paré unos segundos, los suficientes para poder escribirle un SMS a mi madre para decirle que llegaría tarde ya que tenía que quedarme a limpiar la escuela. No era la primera vez que le ponía esa escusa pero era la más realista aunque no me hacía mucha gracia mentir a mi madre.. pero la ocasión lo requería.

En cuanto terminé cerré el movil y lo guardé en el bolsillo del abrigo e inmediatamente empecé a correr por las calles a toda prisa para llegar al sitio de la gran batalla lo más pronto posible.

La dirección parece clara: el aparcamiento de la universidad de letras, casi abandonado a estas horas de la noche. Cierto que aún no es tan tarde pero en Bergen y siendo Noviembre las 20 ya es una hora tardía para frecuentar sus calles.
Empiezas a correr tras enviar el SMS, aprovechando la pequeña carrera para entrar un poco en calor y a la vez llegar a tiempo al lugar. Suelen dejar unos quince minutos de margen así que no deberías tener problemas en llegar incluso antes de tiempo.

Sigues el recorrido estipulado, conoces el camino, sin embargo repentinamente la voz de una chica irrumpe tu paso.
-Oye, ¡espera...! no es buena idea que vayas por ahí...-te giras hacia ella y te percatas de que es la misma que acabas de pasar de largo hace apenas un par de segundos.
Lo cierto es que no te fijaste mucho en ella, no llamó tu atención en absoluto, sin embargo ahora su voz y su mirada te resultan lejanamente familiares... y no sabrías decir de qué.

Iba corriendo con bastante velocidad sin a penas darme cuenta, ya que la adrenalina estaba empezando a envolverme todo el cuerpo hasta que escuché que alguien me paraba, enseguida dejé de correr girandome hacia la chica con la respiracion acelerada, ahora que había parado empezaba a notar otra vez el frío penetrando en el abrigo que llevaba.

-Eh? Por que no?- dije mirando en la direccion en la cual corría y despues a la chica que ya me empecé a acercar a ella para poder verle bien la cara a ver si podia reconocer quien era.

Empecé a trazar en mi cabeza alguna otra ruta para poder llegar hasta el aparcamiento de la universidad que no fuera por el camino por el cual estaba iendo.

Tras el extraño encuentro con la supuesta desconocida que aún así te resulta familiar... prosigues tu camino para no llegar tarde a pesar de la advertencia recibida por parte de la muchacha, alejándote cada vez más de lo que sería la "civilización", ya que por esas calles no transita nadie, y adentrándote más en el frío nocturno a cada instante.

Tu aliento forma un vaho bastante perceptible a causa del contraste de temperaturas, apenas te faltan un par de calles más cuando las luces de las farolas tintinean de forma irregular hasta que algunas empiezan a estallar sobresaltándote y oscureciendo todavía más tu camino.

El estallido de las farolas ya es suficientemente perturbador, sin embargo cuando un chico sale de entre las sombras que acaban de generarse a tu alrededor tan pálido como la muerte la situación se vuelve aún más siniestra.
Viste una chaqueta de cuero marrón muy desgastada y unos tejanos algo raídos que deben de proteger poco del frío, y sin embargo ahí está, sin que su vaho se deje ver como sucede contigo.

Ladea la cabeza y sonríe de forma traviesa, cómo si tu simple visión le resultara de lo más divertida.
Sus oscuros ojos emiten un destello rojizo, apenas un segundo, no sabrías diferenciar si lo has imaginado o realmente lo has visto. Entonces los cierra e inspira sonoramente, como si quisiera detectar algún olor en el ambiente. Observa el cielo nocturno un instante y entonces vuelve a mirarte.

-Dime donde está Ella. Sé que la has visto- empieza a acercarse hacia ti con una lentitud calmada, pero aún así su expresión te intimida.

Ya estaba empezando a aflojar la marcha cuando las luces de las farolas empezaron a tintinear, ahi me detuve mirandolas, aprovechando el momento para coger más aire hasta que alguna estalló haciendo que me sobresaltara y ahogué un grito retrocediendo, para evitar que alguna se me cayera encima

-Pero que..?- Estaba dispuesta a alejarme de ahi lo más pronto posible cuadno vi a un chico entre las sombras, ahi me quedé congelada noté como un frió me recorría todo el cuerpo incluso aguanté la respiracion como para evitar que recayera en mi hasta que  me habló, con una actitud que la verdad, me producía un miedo horrible, quizás por la expresión de su cara o simplemente por la ropa que llevaba.

El hombre formuló una pregunta pero yo no sabía a qué o quién se refería, asi que opté por la única opción que mi cabeza me gritaba, correr.

Me di la vuelta y heché a correr sobre mis pasos lo más rapido que pude, sólo esperaba que ese chico se ubiera confundido y tuviera cosas mejores que hacer que seguirme por las oscuras calles.

En el momento en que Kari se va a su casa, ella ya se va a su habitación volviendo a poner un cd y practicando un poco más, esta vez seriamente para que más o menos no haya tanta improvisación y se vea un poco más pulido el baile... en cuanto pasa una hora enseguida ya apaga el mp3 y ya se coloca el pijama y se tumba en su cama haciendo los deberes un poco por encima para rellenar, que vean que ha trabajado algo en caso de que se tengan que presentar.

En el momento en que acaba, que es bastante deprisa, ya estira el brazo cogiendo su diario de debajo de la cama y empieza a escribir todo lo que ha sucedido en estos últimos días, el encuentro con kari, el altercado hemofílico y finalmente la batalla, nombrando también la prueba que tendría al día siguiente gracias a Stein el cual acavaba de conocer.

Finalmente acaba cerrando el diario y ya se coloca el mp3 apagando la luz con toda la intención de dormir.

Te quedas dormida al cabo de poco a pesar de no cenar, algo agotada después de la pequeña batalla y sobretodo de los ensayos así que no puedes evitar pensar comos e sentirá Kari de cansada.
La música empieza a sonar y te abandonas a ella hasta que... a una hora indeterminada de la noche despiertas.

Aún estás en estado de duermevela, con los ojos cerrados. La música debe de hacer horas que ha dejado de reproducirse, y entonces no puedes evitar sentirte algo incómoda, incluso observada.

Abres los ojos y ahí está, Anubis, aunque no entiendes cómo diablos puede haber entrado pero el caso es que está de pie junto a tu cama mirando la habitación con algo de curiosidad y finalmente deposita su mirada en ti con esa seriedad que tanto le caracteriza.
-Ya era hora... Podría haberte mordido y bebido al completo tres veces sin que te dieras cuenta de nada- y sin embargo lo más sorprendente no es su comentario trivial, si no la expresión tranquila y relajada que toma su rostro después de hacerlo, confiriéndole un aspecto menos severo e imponente del habitual.

Pues si ha estado ahí observandola ha podido ver como no ha parado quieta ni en sueños, moviendose e incluso musitando algun murmuro aunque sin poder entender nada.

En el momento en que se despierta y lo ve ahi de pie ahoga un grito incorporandose de golpe mirandolo d arriba a abajo, que intenta no parpadear como si fuera un sueño y a la hora de parpadear desapareciera, hasta que hace ese comentario que entonces ve que no se trata de un sueño sino que está ahi asi que inevitablemente se le ensancha la sonrisa, pero no hace ningún gesto brusco, ni si quiera el intento de encender la luz.

-Bueno, pero no lo has hecho, eso es lo importante...- dije con una risita nerviosa -¿Como has entrado?- dije mirandolo y de reojo a la ventana, pero volví a depositar los ojos en él, de arriba a abajo para no perderme ningún detalle.

-La verdad es que he entrado por la ventana del comedor...- mira de reojo la puerta cerrada de tu habitación por unos segundos antes de girarse con lentitud nuevamente hacia ti, acercándose más a tu cama y quedándose en los pies de la misma hasta apoyar las manos en la cabecera de los pies.

Te devuelve la mirada sin apenas parpadear, con fijeza y determinación, los ojos algo entrecerrados en señal de sospecha o Dios sabe qué, intensificando el ámbar de sus ojos más si cabe por los tenues rayos lunares que atraviesan la persiana de tu habitación.
-Aquí estoy, infiltrándome en tu casa y en tu propia habitación en plena noche. Sabes lo que soy, sabes de qué me alimento... Y sigues aquí, sin gritar ni temblar. ¿Por qué?- parece realmente extrañado por el hecho y todavía más interesado si cabe por la respuesta, estirando uno de sus largos brazos para sujetar la sábana a la altura de tus pies y empezar a tirar de ella son suavidad pero con firmeza.

En el momento en que empieza a acercarse a la cama ella que traga saliba nerviosamente, hasta que él se apoya en la cabecera de los pies y la mira tan intensamente, que inevitablemente se le pone toda la piel de gallina y se le aceleran las pulsaciones e incluso un poco la respiración por el simple hecho de que esté allí en frente.

Cuando hace ésa pregunta ella misma se queda extrañada de su propia no-reacción y en el momento en que empieza a estirar de la sabana se deja, pero se remueve un poco incómoda debajo de ella pero ni encoge los pies mirando como va bajando la sabana seguramente lentamente.

Tardé un poco en contestar -No lo sé.. supongo que porque me ayudaste y no has intentado matarme....- dije y después lo miré con la boca entreabierta, deseando que no cambiara de opinión o le ubiera dado alguna idea.

En cuanto tu respiración se acelera y pronuncia y tu cuerpo empieza a reaccionar a su relativa acercamiento de manera poco acusada por el momento, su mirada se detiene en el movimiento de tu pecho, y quizá en otros "detalles" también, sin molestarse en disimular o apartar la vista de inmediato, en realidad más bien parece que el movimiento le resulte hipnótico durante unos segundos silenciosos en los que acaba de apartar la funda nórdica hasta dejarla arrugada por tus pies.

-Los humanos sois tan... susceptibles- admite componiendo una sonrisa que podría catalogarse de traviesa, saltando con facilidad sobre la cama cuyo colchón se tambalea de lado a lado mientras él desciende hasta quedarse en cuclillas dejando tus piernas estiradas entre las suyas.
-¿Qué te hace pensar que no lo haré ahora...?- pregunta con cálida y suave voz acercándose más a ti, apoyando las yemas de los dedos a un lado para oler parte de tu cabello, rozándote el cuello con los labios, donde puedes notar el cosquilleo producido por sus rastas y su perilla

En el momento en que salta encima de la cama ahoga un grito mirandolo abriendo más los ojos y siguiendolo con la mirada cuando baja hasta quedarse a su altura, dejando que se acerque.

Cuando nota ese cosquilleo se le pone toda la piel de gallina y aun se le intensifica más la respiración y las pulsaciones por notar que está tan cerca de ella y de su cuello. Al cabo de unos segundos ya gira la cabeza hacia él como para no seguir tentandolo a que le muerda en el cuello, fijando los ojos en los de él y relamiendose dubitativa antes de responder.

-No puedo estarlo.. si quisieras ya lo habrías hecho, ¿no?- dije casi en voz baja como para no hacer ningún movimiento brusco, y continué sin moverme, quedándome a escasos centímetros de él.

Notas cómo alcanza a besar tu cuello con suavidad, notando la frialdad de sus labios que aún así resultan tentadores, devolviéndote la mirada cuando te giras hacia él pero sigues tan quieta como antes, como si temieras que pudiera "asustarse" y marcharse precipitadamente.
Sujeta uno de tus ondulados y largos mechones de pelo entre dos de sus dedos, enredándolo y jugueteando con él mientras se limita a llevar a cabo un duelo intenso de miradas cercanas.
-Creo que lo estás deseando incluso más que yo- acaba por admitir antes de pellizcarte suavemente el labio inferior con sus colmillos y sus dientes, momento en el que no puedes evitar dar un respingo en la cama despertándote de golpe algo... alterada.

En el momento en que le mordisquea el labio acaba cerrando los ojos con un suspiro largo hasta que se despierta en la cama que se incorpora mirando alrededor como comprovando de que realmente ha sido un sueño, comprobando el edredón etc. y después acaba emitiendo un ruidito lastimero, qué pena que sólamente haya sido eso, un sueño.

Se gira hacia el reloj de mesita que tiene justo al lado para mirar que hora es y acaba dandose la vuelta para no perder el hilo de ese sueño con toda la intención de seguir en el momento en que se acabó.