Partida Rol por web

Habían pasado semanas desde aquel incidente en la reunión en vísperas de los botines de verano.Vuestro Jarl había partido junto a Skergg,Ysolda y Tyr al encuentro del rey para hablar sobre una posible guerra contra el Norte y se os hacía extraño que aun no hayan vuelto aunque la hospitalidad del rey era bastante conocida por lo que su familia y líderes de la aldea calmaban al pueblo alegando que tan sólo estaban hablando en profundidad el tema bajo el amparo de vuestro señor.

Los días pasaban y como el Jarl no volvía los pillajes no podían cometerse lo que provocaba que mucha gente protestase día sí día también ante la casa del Jarl para que salieseis para poder sobrevivir en verano pero tan sólo obtenían negativas y alguna vez hasta castigos públicos.

Un nuevo día se alzaba en la aldea y las caras de los líderes y de la mujer del Jarl cada vez que excusaban la ausencia de vuestro líder eran menos creíbles.¿Alguien se atrevería a preguntar qué pasaba?

 Después de desayunar y manifestar mi padre mis intenciones, salí de casa rumbo a la aldea, con la intención de comprobar si había habido alguna nueva noticia sobre la guerra o lo que había pasado el día anterior.

Llegando por el camino principal que da a la casa del Jarl, Rand contempla la sensaciòn de penumbras en su cuerpo al ver el rostro de la mujer del Jarl, aquel rostro solo significaba una cosa... 

Luego, divisando entre la multitud se percata de aquellos que probablemente serìan sus colegas de viaje, entre ellos aquella bella mujer que advirtiò en aquel incidente la noche anterior.

... Ahi està ella... que lindas nalgas! ... Deberia plasmarle mis cinco dedos en cada una de ellas ....

Los pensamientos de Rand le distraìan de su verdadero objetivo, pero un grito aterrador proveniente de aquellos que son castigados bastò para hacer volver en si a aquel joven guerrero.

Habían pasado semanas y no estaba al tanto de lo que pasaba con el Jarl como lo hacían los demás.
En esos días tan solo me procure en hacerme un lugar entre los chicos de Svana y ganarme de alguna forma la vida acudiendo a lo que sabia hacer, pescar.

Realmente no me ha ido bien...

Como cada mañana desde que se habia anunciado la guerra contra el norte cogi mi equipamiento y me dirigi en dirección al pueblo desde nuestra granja -Parece que no va a empezar nunca- Pensaba mientras caminaba. Al llegar al pueblo agarre a la primera persona que vi y le hice la misma pregunta que hacia a todo el que se cruzaba conmigo cada mañana -¿Ya ha vuelto el jarl? ¿Ha empezado la guerra?- La desesperación se notaba en mi voz puesto que el verano iba pasando y nada ocurria

Llegaste sin problemas a la aldea.La gente como cada día desde hace algunas semanas estaban con las caras largas y sin apenas mediar palabras entre ellos.

Llegaste a la plaza central y viste como algún que otro conocido por todos rondaba intentando poner orden entre los aldeanos que pedían de nuevo explicaciones por la ubicación y ausencia de su Jarl.Peroe sta vez la familia de vuestro señor no se presenció.

La gente como cada día desde hace algunas semanas estaban con las caras largas y sin apenas mediar palabras entre ellos.

Llegaste a la plaza central y viste como algún que otro conocido por todos rondaba intentando poner orden entre los aldeanos que pedían de nuevo explicaciones por la ubicación y ausencia de su Jarl.Peroe sta vez la familia de vuestro señor no se presenció.

Decidiste dar un paseo por al aldea antes de volver a tus tareas de pescador pues no te habían ido muy bien y apenas habías obtenido 3 piezas de cobre.La gente como cada día desde hace algunas semanas estaban con las caras largas y sin apenas mediar palabras entre ellos.

Llegaste a la plaza central y viste como algún que otro conocido por todos rondaba intentando poner orden entre los aldeanos que pedían de nuevo explicaciones por la ubicación y ausencia de su Jarl.Peroe sta vez la familia de vuestro señor no se presenció.

- No hay noticias,como cada día y hoy además la familia del Jarl no ha salido a atender las dudas,solo algunos hombres de confianza.

La voz del hombre que preguntaste parecía ya apagada y sin esperanza.Su cara era un poema y podías ver como ese hombre se había rendido.¿Es posible que el Jarl esté muerto?

Llegaste sin problemas a la aldea.La gente como cada día desde hace algunas semanas estaban con las caras largas y sin apenas mediar palabras entre ellos.

Llegaste a la plaza central y viste como algún que otro conocido por todos rondaba intentando poner orden entre los aldeanos que pedían de nuevo explicaciones por la ubicación y ausencia de su Jarl.Peroe sta vez la familia de vuestro señor no se presenció,como te dijo el hombre.

 Decidí buscar alguno de mis conocidos, a ver si podía darme alguna noticia nueva desde lo que había pasado ayer...

Helga continuó conviviendo con la pareja de ancianos en las semanas siguientes a la marcha de Jarl.

Agradecida se encargó de las tareas más pesadas, cortar leña, alimentar y limpiar los pocos animales que tenían. Se levantaba temprano para terminar pronto las tareas y así poder acercarse al pueblo a la espera de noticias del Jarl. Durante días volvió con la decepción de no saber nada de su señor.

En estos días estrechó lazos con aquella chica que le dio manzanas para comer el día que llegó, Astrid Thorssteinson.  

Pasando al frente entre la multitud Rand pretendia buscar indicios de alguna labor, era evidente que el caos reinaba y algo tendria que hacerse. Al advertir a un portador del mismo brazalete que adorna mi brazo izquierdo exclamo en vos alta intentando buscar el rostro de la mujer del Jarl.

Venga, que ordena la mujer del Jarl, estoy a vuestro servicio!

esto ùltimo resuena en mi cabeza, ni yo mismo puedo creer lo que acabo de hacer, era evidente lo que el caos entre las masas provocaba en cada persona.

El tiempo era un compañero malvado que jugaba a no separarse de una misma, cada minuto que Jarl permanecía ausente era un minuto más en el retraso de mi partida a conseguirme un puesto entre los dioses. Y eso me exasperaba y enervaba de tal manera que me impedía estar quieta.

Al principio permanecía quieta oculta en mi aldea esperando el momento, pero aquella pasividad no iba conmigo… Decidí internarme en los bosques cercanos y dedicarme a casar hasta que alguien viniese a por mi… pero tal cosa parecía no llegar a suceder nunca.

El Jarl seguía desaparecido y demasiados rumores y extrañas historias aparecían… era hora de embarcarme en otro viaje. Tenia que saber que ocurría realmente.

Nuevamente salí de mi aldea, el viaje era relativamente largo, pero esta vez no me entretuve tanto como la otra vez… esta vez recorrí los caminos y no los bosques.

Rencontrándome como siempre la parte sur de aquella villa…