Partida Rol por web

Visiones celestiales

Capítulo 1. Despertar.

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24/01/2016, 19:39
Director
Sólo para el director

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09/02/2016, 20:17
Director

Unas voces os despiertan de vuestro sueño. Os encontráis tumbados en el interior de una cueva, sobre un suelo de arena. Junto a vosotros se encuentran una decena de hombres, mujeres y niños, protegidos del frío por mantas raídas. No recordáis como habéis llegado a este lugar pero un hombre os urge a que os levantéis.

Rápido, el profeta aguarda. Ha recibido una revelación -indica el hombre, un adulto de barbas morenas y un turbante en la cabeza. No sabéis quién es pero vuestros compañeros obedecen, dejando sus rudimentarias camas con rapidez. Incluso los chiquillos reaccionan con urgencia, dirigiéndose hacia la salida de la cueva.

Conforme os vais acercando a la salida de vuestro refugio veis la inmensidad del desierto, un mar de arena que se extiende por todo el horizonte.

Notas de juego

Mensaje número 1 para los 3 J's

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10/02/2016, 14:59
Jaqueb

Me froté los ojos en el momento que salí al exterior. Contemplar el desierto me hizo sentir extraño, estaba confuso ¿había tenido pesadillas esa noche?¿porqué me sentía así?

Sonreí al comprobar como los niños hacían alarde de su energía y se movían rápidamente del interior de la cueva al exterior; al parecer el profeta nos esperaba pero... ¿quién era el profeta?

Una parte de mi se sintió culpable por no saberlo, todo seguía siendo demasiado confuso y el causante seguramente haya sido haber dormido en malas condiciones.

- Aprisa, si el profeta nos está esperando no podemos quedarnos de brazos cruzados - comenté mientras animaba a los más rezagados a salir de la cueva.

Me dirigí lentamente hasta el hombre del turbante cuyo conocimiento parecía sobrepasar al mío.

- ¿Está muy lejos nuestro profeta? -

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10/02/2016, 19:26
Judith

Al abrir los ojos tengo tan vívidas las sensaciones del sueño del que acabo de ser arrancada, aunque no lo recuerde, que aquella cueva extraña y aquellos desconocidos hacen que me pregunte si en realidad no sigo soñando.

Me incorporo rápidamente, contagiada por la urgencia del hombre que nos habla, pero no lo sigo corriendo hacia la salida como hacen los otros. Sacudo la arena de mis ropajes y con ella el frío que me ha calado el cuerpo durante la noche, y sólo entonces me acerco dubitativa hacia la embocadura de la cueva.

¿Qué lugar es éste y qué hace aquí toda esta gente? Un pueblo entero, se diría, puesto en marcha en busca de un profeta. ¿Pero por qué? ¿Qué los ha impelido a echarse al desierto? ¿Qué respuestas buscan en ese profeta?

¿Y qué hago yo entre ellos? No pueden ser mi gente, pues no los conozco.

-¿Quiénes sois? -pregunto hacia todos y hacia nadie en particular, sin reproche pero con desconfianza.

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10/02/2016, 22:50
Julia

Abrí los ojos de repente, como si hubiera caído desde lo alto y aterrizado con brusquedad en el suelo aumentando mi sensación de angustia y confusión... confusión porque el lugar donde me encontraba no tenía nada que ver con el lugar al que pertenecía... no sabía todavía quien era... o que hacía... pero aquel, aquel no podía ser mi sitio.

Me incorporé, tomando conciencia de mi cuerpo, me miré las manos... unas manos delicadas, ¿una mujer? miré a un lado y a otro... no estaba sola... lo que se convirtió en un pequeño alivio a toda la confusión que siento.

Entonces alguien habla sobre el profeta, la cueva está llena de gente y de niños, observo aún aturdida como una mujer y un hombre que al principio parecen tan aturdidos como yo, un hombre que se pone rápidamente en acción y una mujer, de manera instintiva me acerco a ella.

- Yo tengo la misma pregunta- le digo
 

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10/02/2016, 23:17
Director

El hombre del turbante y la barba señala con un dedo a un punto bajo vuestros pies, en la llanura desértica que se extiende justo bajo la cueva. Sin mediar más palabra sale de la cueva junto al resto de los durmientes, rumbo al punto que ha señalado con anterioridad.

Allí podéis ver a un grupo de hombres, mujeres y niños, casi medio centenar. Todos ellos están tomando asiento sobre la arena, centrando sus miradas y su atención en un hombre que sujeta un esbelto palo en su mano, mirándoles a todos fijamente sin decir ni una sola palabra.

El desierto se encuentra casi en completo silencio, roto solo por las pisadas de vuestros compañeros acercándose al profeta. Parece que la propia naturaleza espera ansiosa las palabras del hombre.

 

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11/02/2016, 14:41
Jaqueb

Seguí las indicaciones mientras observaba sorprendido como se estaba arremolinando una cantidad ingente de personas.

Sin dudarlo, observé de manera preocupada como había más personas confusas. Esa confusión debía ser generalizada pero algo me decía que esa sensación sería pasajera, que todo tendría un "porqué".

Me acerqué a las dos mujeres y les hablé en un tono suave y cordial.

- No os preocupéis, creo que todos estamos sintiendo lo mismo... pero si estamos aquí es por un gran motivo, y probablemente sea "él" - señalé hasta el lugar donde supuestamente debería aparecer el profeta.

- Tengamos fe en que existe una explicación hermanas -

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11/02/2016, 23:02
Julia

Confundida y asaltada por miles de preguntas, sigo al resto de la gente y me quedo mirando al que todos llaman "el profeta", no consigo saber quien es, no consigo relacionarlo con nada... pero tiene algo, lo siento... la naturaleza entera parece sentirlo también.

 Entonces uno de los hombres nos habla a nosotras, se ha dado cuenta de nuestra confusión y trata de tranquilizarnos, agradecida por el gesto le dedico una sonrisa.

- Sí... creo que debemos escucharlo... tengamos fe, hermanos- asintió para animar a la otra mujer y volver a centrar su atención en aquel hombre y su mensaje.

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15/02/2016, 16:13
Profeta

El hombre del palo, el profeta, se levanta con lentitud y alza su bastón al aire, tratando de llamar vuestra atención. Sin duda es un acto innecesario ya que todos los ojos ya están fijos en él.

Hermanos, esta noche he tenido una revelación - comenzó el hombre a hablar el hombre utilizando una voz dulce pero con potencia suficiente como para llegar a vuestros oídos con facilidad -nuestro Señor nos ha encomendado una misión. Hace siglos un ser malvado robó una joya sagrada, la Lágrima del Desierto, perdiéndose su rastro para cualquier mortal. Pero ahora su presencia se ha vuelto a notar y nuestro Señor nos ha otorgado la oportunidad de servirle. Os dividiréis en grupos de tres, el número sagrado, formando triadas de fieles que busquen el artefacto perdido. Mis hermanos os agruparán y os darán material para el viaje. Tened fe y recordad que el Señor os observa.

Tras acabar de hablar los dos hombres que escoltan al profeta se levantan y comienzan a organizar a los fieles. En vuestro caso el grupo escogido está formado por los tres hombres y mujeres que permanecieron más tiempo en la cueva, Jaqueb, Judith y Julia. El resto de grupos se componen con individuos más variopintos, hombres adultos, mujeres que acaban de salir de la niñez, niños y algún que otro anciano. Un niño solitario os mira fijamente a los tres entre la multitud pero antes de que podáis reaccionar se pierde entre el bullicio.

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15/02/2016, 18:58
Judith

Sigo al grupo sin demasiado convencimiento, más por inercia que por considerarlo un deber, como sí me da la impresión de que hacen los demás. Durante el corto paseo, y una vez llegamos y buscamos lugar entre la gente, permanezco junto a la mujer y el hombre que me han hablado en la cueva. Tampoco a ellos los conozco pero su confusión, tan similar a la mía, me genera confianza.

El que llaman el profeta habla por fin, y aunque nunca antes he oído nada sobre ninguna joya sagrada ni sobre ningún ser capaz de robarla, siento cómo algo se revuelve en mi interior: una mezcla de pena por lo perdido y odio hacia su ladrón.

Frunzo el ceño y bajo la vista. Mi mente no entiende lo que ocurre, pero mi corazón se alegra de servir al Señor. No sé por qué, pero de pronto sólo deseo recuperar la joya y castigar al profanador.

-Mi nombre es Judith -me presento a quienes serán mis compañeros en la tarea.

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15/02/2016, 20:25
Julia

Cuando el profeta comienza a hablar un sentimiento aflora en mi corazón, nuestro Señor nos llama, necesita que encontremos la Lágrima del Desierto... no consigo relacionar aquel nombre con nada, pero si Él está de nuestro lado encontraremos el camino... me sorprendo a mí misma pensando en plural... creo que formo parte de algo, pero no estoy segura... de nuevo la confusión amenaza con estrangular la seguridad en mi misma y abrir un abismo de pesar en mi alma... pero nuevamente las palabras del Profeta penetran en mi confusión como un rayo de luz... luz... ¿sómos criaturas de luz? sólo sé que somos criaturas del Señor y el Señor es Luz... entonces somos criaturas de luz, con aquel pensamiento consigo rehacerme lo suficiente para mirar a mi alrededor.

Siento la cercanía de la mujer, me dice su nombre... al escucharlo sonrio y busco el mío...

- Mi nombre es...- digo, no tengo apenas consciencia de mucho más... mi voz me suena extraña... pero si de algo estoy segura, es que yo también tengo un nombre- Julia... el mio es Julia- amplio mi sonrisa mirando a Judith- parece que nuestros nombres son parecidos- no puedo evitar hacer dicha observación- debe ser una señal.
 

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15/02/2016, 21:38
Jaqueb

- De señales está repleta la vida - dije mientras me acercaba a mis dos hermanas, las cuales parecían que completaban la triada.

- Yo soy Jaqueb, y es un honor estar a vuestro servicio - finalicé con una reverencia.

Estaba entusiasmado por escuchar las palabras del profeta; teníamos una misión, una misión importante ¡del mismísimo señor! realmente mi gozo no cabía en mi ser.

- Es increíble que podamos formar parte de esta búsqueda... somos dignos ante sus ojos y debemos hacer todo lo posible para recuperar dicha reliquia - comentó a sus nuevas compañeras.

- Solo pido que confiemos los unos en los otros para llevar a cabo esta tarea con éxito... espero que nos den más instrucciones para comenzar, ardo en deseos -

Notas de juego

Somos el equipo triple J :)

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15/02/2016, 22:43
Director

El resto de los grupos se dejan guiar por uno de los hombres más afines al profeta y, tras recoger ciertos enseres y provisiones, comienzan su búsqueda de la Lágrima del Desierto. Pronto llega vuestro turno y el compañero del profeta os guía hasta una zona en la que encontráis víveres y pertrechos. 

Tomad estos ropajes, os protegerán del calor y el sol del desierto -os dice tendiéndoos ropa adecuada para el lugar en el que os encontráis -también tomaréis estas bolsas repletas de comida y agua, provisiones para cinco o seis días de viaje, suficientes como para llegar a algún oasis -añade dándoos alforjas de piel de cabra repletas de provisiones. Eso es lo básico pero el profeta os permite escoger un objeto más de los siguientes -añade llevándoos a un montículo sobre el que se han dispuesto varios artículos -podréis tomar una espada corta, un arma eficaz e intimidante o una armadura de cuero, lo suficientemente dura como para protegeros de hojas enemigas. También podréis optar a tomar más provisiones, aumentando el tiempo que podréis estar en el desierto. El profeta también os ofrece llevaros uno de los inusuales mapas de la zona, de gran antigüedad y valor, en los que hay señalados varios de los oasis, aunque puede que alguno ya no exista -continua mostrando un trío de viejos de tubos de piel -o podéis optar por una pequeña tienda de viaje, especialmente útil si se levanta una tormenta del desierto. Si queréis algo más agresivo pero no mortal podéis contar con este pequeño saquito, relleno de polvos místicos capaces de dormir a una bestia de gran tamaño en un solo instante.Pero nada de esto es tan eficaz como esto -concluye levantando un collar compuesto por una fina cuerda que sujeta un trío de pequeñas conchas-un amuleto bendecido por el propio profeta. El Señor caminará con vosotros en todo momento.

Notas de juego

Cada uno puede escoger un solo objeto.

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16/02/2016, 21:41
Jaqueb

Me sentí completamente asombrado por la variedad de objetos que nos ofrecían para llevar a cabo nuestra misión; sin lugar a dudas el profeta quería asegurar nuestro éxito, eso no hacía más que hacerme sentir orgulloso de la misión que nos habían encomendado.

No sabía qué elegirían mis hermanas Judith y Julia pero yo tenía algo claro, debía protegerlas. Para protegerlas tan solo necesitaría un arma, algo que me permitiese sentirme seguro para hacerlas sentirse seguras.

- Con el permiso del profeta, tomaré esta espada para defender a los hijos de nuestro Señor - dije mientras cogía el arma con solemnidad y la expaniaba. No era grande y mucho menos contenía algún poder, pero mi propia voluntad sería el filo que llevase el mal lejos de nuestro deber.

- Elegid con sabiduría hermanas, yo ya he escogido - comenté dedicándoles una sonrisa que escondía preocupación, ya que era normal que cuanto más se esperaba de un elegido del profeta más presión recaía sobre los hombros.

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16/02/2016, 23:37
Julia

Me acerco al profeta y me sorprendo mirando por encima del hombro de Jaqueb, sus ojos se posan en la espada... me gusta ese arma pero lo cierto es que no sabría muy bien como manejarla así que cuando el muchacho la escoge le dedico una sonrisa.

- Has escogido sabiamente, hermano... - le digo convencida de su buena elección- en verdad que son muchas las opciones que nos ofreces hermano...- le digo al compañero del profeta mientras poso mis ojos en los objetos que quedan... debo pensar en un grupo, no en mi sóla... de la protección se hará cargo Jaqueb, pero si vamos a vagar por el desierto debemos estar preparados... aunque si el señor no está con nosotros no tendremos fortuna en nuestro deambular, observo la comida, la tienda, el mapa y las conchas- si el Señor es mi pastor nada me faltará- digo finalmente para recoger el amuleto de las conchas.

Notas de juego

Somos el equipo triple J :)

Ostras... es verdad XDDDDDD

Pues yo me escojo el regalo más inútil... las conchas XDDDDD veréis que prontico vamos a morir... preparáos para amarme XDDDD

 

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17/02/2016, 00:24
Judith

Antes de poder siquiera empezar a valorar cuál de todos aquellos objetos podría resultarnos más útil mi mano se apodera del saquito que contiene los polvos para dormir.
Lo observo en mi puño preguntándome por qué ha llamado tanto mi atención pero no logro darme ninguna respuesta más allá de lo que me dicen las entrañas.
Me paso la cuerda de la pequeña bolsa por la caneza para llevarla colgada al cuello, bajo mis ropajes, y después miro a mis compañeros y me encojo levemente de hombros.
Cuando ellos quieran, nos pondremos en marcha.

Notas de juego

Pues nada, Jaqueb, todos los malos para ti xDDD

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17/02/2016, 09:28
Director

Tomáis vuestros enseres y seguís a un hombre del profeta hasta la salida del campamento. Como vosotros otros grupos están partiendo del lugar, guiados por la bendita búsqueda de la Lágrima del Desierto, tomando distintas direcciones. 

El guía os deja en las afueras de lugar y os indica una dirección que seguir. Dais un último vistazo observando como el resto de fieles se agrupan en tríos o recogen los víveres para partir. El Profeta debe encontrarse en mitad del gentío, lejos de vuestra vista. En lo alto de una lejana duna un niño observa atentamente vuestra partida, manteniendo su mirada fija en vosotros. Sin duda es el mismo chico con el que se cruzaron vuestras miradas anteriormente.

Pese a todo vuestro ánimo y fe os hace iniciar el viaje, adentrándoos en las fauces del desierto. Durante horas camináis sin ver más que arena, desplazándoos en un entorno que parece no variar. Las mismas dunas, los mismos escasos cactus y el mismo sol parecen perseguiros durante todo es tiempo. El único cambio se encuentra en los movimientos de las serpientes, escorpiones y otras bestias del desierto, diferentes animales que os encontráis y que os muestran que estáis avanzando. Poco a poco la luz del sol pierde fuerza y da paso al frío de la noche. Os acurrucáis bajo una de las dunas, tratando de mitigar el frío con vuestro propio calor corporal, mientras tomáis una cena contundente. En estos momentos os lamentáis por no haber tomado la tienda de viaje dado el poco uso que estáis dando a la espada, amuleto y polvos del sueño.

Finalmente el día vuelve a arrebatar el dominio a la noche y continuáis vuestro particular viaje, buscando la bendita Lágrima del Desierto. Pero, una vez más, las horas de camino no os aportan otra cosa que dolor en las piernas y rozaduras en los pies, además de una gran fatiga en cada uno de vuestros músculos. Una vez más os acurrucáis para pasar la noche, deseando que el día siguiente os aporte algo más que arena.

Vuestras plegarias parecen ser escuchadas cuando, tras cinco o seis horas de camino del tercer día, os encontráis con un pequeño oasis en el desierto. Pese a su mínimo tamaño la presencia de plantas y de un pequeño lago azulado aporta unos colores que chocan con los propios del desierto, llamando vuestra atención desde el primer instante. Conforme os acercáis os percatáis de la presencia de una pequeña tienda, camuflada en las dunas gracias a su color arena. Cuando ya estáis cerca el habitáculo se abre y de su interior sale una anciana de aspecto cansado y marcadas arrugas en su rostro. La mujer no parece asustada ni sorprendida ante vuestra presencia. Simplemente toma un cuenco, lo llena de agua y os espera pacientemente, saciando su sed.

Notas de juego

Vamos a buen ritmo, si podéis seguimos así que quiero que la partida sea realmente corta, que me conozco y luego se me alargan más de la cuenta :)

PD: lo del triple J lo dije yo en el primer mensaje de esta escena xD

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17/02/2016, 14:27
Jaqueb

Notaba que las esperanzas flaqueaban, no habíamos hecho la elección correcta sobre qué objetos llevar y estábamos pagando las consecuencias. Durante los días de viaje intentaba inspirar energía y positivismo a mis compañeras puesto que rendirse en mitad del desierto significaría la muerte.

No fue hasta el tercer día cuando algo hizo que nuestro espíritu cobrase de nuevo alegría.

¡Un oasis! pensé para mis adentros mientras cogía de la mano a Judith y Julia para así hacer un último esfuerzo.

A los pocos metros de llegar me quedé observando, puesto que lo último que esperaba era encontrar una tienda allí, una tienda bien camuflada y de la cual apareció una anciana que parecía subsistir mejor que nosotros.

- Dígame buena mujer... es real este regalo del cielo en forma de oasis, o son nuestros sentidos que nos engañan para ponernos a prueba ante nuestro Señor ? - todavía hay esperanza, quizás esa mujer sepa ayudarnos con nuestra empresa.

Notas de juego

Jo, pues no me acordaba XD Mi subconsciente me habrá traicionado.

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17/02/2016, 14:53
Judith

Al agotamiento, el calor y la sed que merman nuestras fuerzas  se une, al menos en mi caso, la desesperanza al comprobar que los días pasan y no estamos más cerca de recuperar la joya... ni la memoria. Lo único auténtico, la única certeza en este desierto de ondulantes y cegadores destellos de día y fantasmagóricos sonidos de noche, es la misión que nos encomendó el profeta.

Apenas hablamos mientras recorremos las dunas a la implacable luz del sol, y cuando la oscuridad llega estamos demasiado cansados para intercambiar palabra. Sin embargo, cada nueva jornada me siento más cerca de mis compañeros, más unida a ellos, como si la misión de recuperar la reliquia no fuera la único que tenemos en común. Pero, ¿quién sabe? Todo es tan incierto...

La repentina visión del oasis, después de varios días sin nada más que dunas en el rojizo horizonte, parece hacernos recuperar las fuerzas perdidas. Dejo que Jaqueb me guíe de la mano, aunque hubiera acudido corriendo igualmente de no ser así.

Al llegar al fin junto a la anciana oigo que mi compañero le dirige unas palabras pero todos mis sentidos están centrados en la claridad del agua y el fresco arrullo del aire bajo la sombra de los árboles.

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17/02/2016, 15:58
Julia

Sol y arena, por donde quiera que miramos todo es lo mismo, el brio inicial por servir a nuestro Señor parecía ir apagándose día a día, no puedo evitar reprocharme a mí misma la elcción del objeto que nos dio a elegir el profeta... con la tienda al menos hubiéramos pasado mejor la noche, sin embargo si el Señor no caminaba a nuestro lado no conseguiríamos encontrar la bendita Lágrima del Desierto.

 Cada día Jaqueb se esfuerza en darnos fe, quizás sea cierto que el Señor camina a nuestro lado a través de él, pues son tantas las penurias que padecemos y que nos esperan que hacen que mi animo sea intermitente como la llama de una hoguera.

Otro nuevo día y más arena y desierto... me siento desfallecer, miro a mis compañeros con aprensión, pero sigo adelante... pues seguiré caminando hasta mi último aliento, no defraudaré al Señor... entonces vislumbramos un oasis, me restriego los ojos para cerciorarme de que es verdad y no una mera ilusión. Pero Jaqueb tira de Judith y de mí, los tres nos apresuramos en caminar, dejo que sea él quien hable y al igual que mi compañero mis ojos se posan ansiosos sobre el agua, cristalina y pura que la anciana parece tendernos.

Notas de juego

Pues yo tampoco me había dado cuenta del primer comentario tuyo dire XDDDDD