Partida Rol por web

Estas tranquilo, relajado, te sientes como flotando...
Abres los ojos. La mascarilla que llevas en la cara te permite respirar, puesto que si, estas flotando. En un tanque lleno de liquido, que no sabes exactamente que puede ser, aunque te sientes comodo... demasiado comodo. Tu mente divaga, no te ves capaz de centrarte. Nada recuerdas, que haces aqui, quien eres, como llegaste... pero si estas aqui no tiene por que ser bueno.
Te revuelves, intentando salir de la bruma que te hace pesar la cabeza. Mientras revuelves la cabeza, te fijas que el tanque tiene una trampilla. Tu abotargada mente junta algunas piezas y, lentamente, como si no fueras tu mismo quien controla tu mano, empujas con fuerza la trampilla, haciendo que ceda, tras no poco esfuerzo. Una vez abierta, te quitas los cables que tenias conectados a tu pecho y brazos, tras lo cual sales por el techo.
Totalmente desorientado, estas en una sala que es totalmente impersonal, paredes blancas, muebles metalicos, todo muy aseptico. En la sala hay otra capsula como la tuya, esta vacia, aunque con pinta de haber estado habitada hace poco. Estas solo, desnudo y al parecer drogado, y los aparatos que tienes a tu alrededor han comenzado a pitar, con lo que tal vez lo de estar solo termine en poco tiempo...

El dolor recorre tu cara cuando el puño te golpea. Desde que despertaste en esta sala, todo lo que ha pasado es que te han estado dando de golpes y preguntando por cosas de las que no sabes nada.Aunque las drogas con las que te dejaron inconsciente mitigan un poco el dolor, te dejan la mente tan nublada que no recuerdas ni tu propio nombre. Con una meticulosidad casi de reloj, los puñetazos caen constantemente sobre ti. No puedes decirles nada, pues nada recuerdas, ni siquiera tu nombre, cuando de repente uno de tus interrogadores habla.
Tal vez los doctores se pasaron con la droga. Puede que no recuerde nada hasta quien sabe cuando.
El otro que te golpeaba mientras tanto, para, asiente y, tras otro puñetazo, este dado mas con saña que con la meticulosidad de antes, te levanta del suelo.
Trastrabillas mientras te levantas, tras lo cual, mientras te agarra, le sueltas un escupitajo sanguinolento en el pecho, como acto de rebeldia. No sabes bien por qué, pero lo haces. Esos cabrones no se iran tan limpitos a casa. En respuesta, tu estomago recibe la bienvenida de la defensa de un tercer guarda que estaba con ellos, al parecer solo para mirar o lo que quiera que estubiese haciendo.
Doblandote sobre ti mismo, te agarran ahora entre dos de los guardias y te llevan medio a rastras, sacandote de la blanca sala, decorada con las salpicaduras de tu sangre en las paredes, y llevandote por un pasillo. La bata de hospital que cubre tu cuerpo tambien está manchada con tu sangre, siendo lo unico que protege tu cuerpo del frio que recorre el pasillo, lo cual agradeces, aunque sea pequeño consuelo.
Vuelves a desmayarte, para despertar sin saber cuanto tiempo a pasado, debido a un golpe contra el suelo. Tus captores te han soltado, y se dirigen corriendo a una puerta cercana a donde estas, de donde salen sonidos de pitidos. Mientras uno se dedica a introducir una tarjeta y un codigo para abrir la puerta, los otros dos sacan sus defensas de sus cinturones, preparandose para entrar. Estas suelto, algo mareado y magullado, pero funcional, aunque te cuesta la misma vida poder moverte.Hicieron un buen trabajo cuando te golpearon.

-¡Hijos de puta!, ¡¡¡Esta me la pagareis!!!- digo gritando de rabia mientras me pregunto cómo puedo ser tan estúpido de provocarlos, dadas las circunstancias-.

Intento levantarme...dolor, siento el dolor atravesando mi cuerpo. Mi primer instinto es lanzarme hacia mis captores y patearles el trasero, pero eso sería una estupidez. Tampoco es una opción; con suerte podría levantarme pero desde luego, no podría correr y menos aún pelear.

Pero...¿porqué escapan?. ¿Es que viene alguien?.

Miro hacia atrás, a ver si es que mis captores escapan de alguien...o de algo. ¿Y esos pitidos?. ¿Será una alarma de emergencia?. Quizá sería mejor dejarse de tonterías y largarse de aquí. Parece que es lo que está haciendo todo el mundo.

Pero lo primero es lo primero, levantarse. Hago acopio de todas mis fuerzas y apoyándome sobre los codos, intento ponerme a cuatro patas para a continuación, intentar levantarme.

 Miro a mi alrededor. Instintivamente busco algo que ponerme, aunque sea una bata blanca o similar.

 Salidas. Necesito una salida. Algo me dice que no es una buena idea esperar a que alguien venga y me cuente su versión de la historia... que en el mejor de los casos será fácilmente una mentira que no podré distinguir de la verdad.

 Compruebo mi cuerpo. ¿Tengo alguna herida? ¿Me duele algo?

 Miro los elementos que parece estén dando la alarma. ¿Me son familiares? ¿Tengo idea de cómo desconectarlos para que dejen de chivarse de mi actual estado?

 En mi deambular por la estancia, si veo cualquier cosa que pueda servirme de arma (una barra de hierro, un bisturí, etc.). La tomaré y ocultaré como buenamente pueda.

Cuando te fijas en la habitacion, ves una bata e hospital en una de las mesillas situadas en frente de tu tanque. Mientras te las colocas, te fijas que las maquinas son a las que estabas conectado, que al no tener constancia de tus constantes vitales han dado la alarma por si has muerto. Apagar esas cosas escapa de tu conocimiento, pues no tienen cables que salgan por fuera de ellas como para desenchufarlas.
La verdad es que la habiacion esta muy vacia. La temperatura es fresca, la ventilacion funciona bien, y agradeces la bata, aunque no abrigue mucho, y en cuanto a armas, no ves nada que sea un arma como tal. Mientra estas registrando la estancia, escuchas un ruido sordo, como el de un saco caer al suelo, y como alguien empieza a urgar en la cerradura de la puerta. Escuchas el sonido de una voz gritando algo, que no llegas a entender, y la puerta se abre, mostrando a tres guardias, dos de los cuales llevan defensas sacadas, que cuando entran por la puerta hablan con un deje de alarma en la voz
-El otro sujeto ha escapado de la celda, reduzcamoslo- Dice mientras uno de ellos se va por el pasillo, desapareciendo de la vista, y los otros avanzan poco a poco hacia ti, cerrandote la via de escape, la unica puerta del cuarto. Parece que van con respeto, como si no quisieran que les hicieses daño, o hacertelo a ti...

Mientras, dolorido pero desafiante te levantas poco a poco, los guardias abren la puerta. Uno de ellos se sorprende, y hablando a sus compañeros, dice:

-El otro sujeto ha escapado de la celda, reduzcamoslo- tras lo cual dos entran en la celda.

El tercero, el del escupitajo en el pecho, escucha tu brabuconada y se gira a mirarte. Al verte incorporado, da un pequeño respingo y se dirige hacia ti, con la defensa preparada, en actitud defensiva, pero decidida.

No sabes lo que te han metido, pero una vez te han soltado y has comenzado a moverte, tu cuerpo te responde algo mejor. Tu coordinacion es aceptable, y, salvo un ligero mareo, sientes que la banda de tamborileros que tocaban en tu cabeza ha perdido a varios de sus mas entusiastas musicos.Tal vez si te defiendes puedas hacer algo, ya que no estas aguantado por otro guarda, o tal vez te apalee como a un perro, ahora que no hay otros mirando...

 Desde luego, esto no tiene pinta de hospital ni estos señores de amables enfermeras - Pienso cuando veo cómo está el asunto.

 Levanto algo las manos, como dándoles a entender que me rindo. Lo cierto es que prefiero tenerlas delante de mi, como defensa improvisada. Doy algunos pasos hacia atrás, obligando a los guardias a entrar algo más dentro de la sala. Cuando llego a la altura de la mesita donde tomé la bata, con un movimiento rápido agarro la mesa y la arrastro hacia uno de los guardias, soltándola en su dirección, para así poder centrarme en uno sólo durante los primeros instantes.

 Avanzo hacia el guardia que me ha quedado cerca con rapidez. Lo esquivo y luego entro hacia él, cortándole la distancia para que su herramienta le sea menos útil. Cuando estoy en distancia corta, con una mano le bloqueo el brazo de la porra y con el otro brazo le lanzo un codazo en la cara. Aprovecho que el impacto en la nariz tendrá al primer guardia aturdido (dolor intenso y secreciones lacrimales en abundancia que nublan la vista) para desarmarlo y prepararme para atacar al segundo guardia que ya habrá tenido tiempo de desembarazarse del obstáculo de la mesa y de abalanzarse sobre mi. En esta ocasión, con la porra que le he quitado al primer guardia en mis manos.

Lanzas la mesa contra el guardia de la izquierda, el cual, no esperandose eso, choca contra ella y rebota hacia una estanteria que tiene detras. Mientras te avalanzas contra su compañero, solo puede mirar como le golpeas y le quitas la defensa, para luego empujar el la mesa hacia vosotros, golpeandoos. Ahora tienes a un guardia aturdido arrodillado al otro lado de la mesa, ,mientras el otro gira alrededor de ella y te lanza un par de golpes los cuales esquivas o paras con la defensa que obtuviste del primer guarda.

Al retroceder para lanzar la mesa, estas atrapado entre el guarda con la defensa y la pared. No parecen grandes luchadores, pero dos contra uno podrian superarte seguramente, aunque ves que tu cuerpo reacciona bien ante los ataques y posiblemente seas mejor que ellos luchando. Decides que es mejor aprovechar el momento de aturdimieno del primer guarda para tratar de reducir al primero.

 Al quedarme entre el guardia y la pared, decido lanzar un ataque frontal. Avanzo con rapidez hacia él y lanzo un golpe en la zona alta, como queriendo impactar en la cabeza. Al tiempo que está pendiente de este ataque y logra bloquearlo con su porra, le lanzo un golpe con mi pié directamente a su rodilla estirada. De arriba a abajo, impactando en la rodilla con el canto y el talón. Un impacto así sería capaz de doblar la rodilla por el lado que no toca (luxación), si alcanzase de pleno, provocando un dolor tan intenso que no podría permanecer de pié. Como mínimo, provoca un desequilibrio importante. Al desequilibrarse, se apoya con las manos en la pared, para evitar caerse, lo cual hace bajar su guardia y puedo golpearle con el arma a placer, dejándolo sin sentido.

Para mi sorpresa, consigo mantenerme en pié. Aprieto los puños durante un segundo para comprobar que mis músculos funcionan. No es mi mejor momento, pero quizá tenga una oportunidad si tan solo tengo que vérmelas con uno. No articulo palabra. Me tambaleo. No estoy tan mal; podría mantenerme firme e intentantar defenderme con todas mis fuerzas, pero quizá un pequeño truco me dé alguna ventaja...si consigo confundir a mi agresor haciéndole que se confíe. Se acerca, bien. La cosa va a ser así, patada a la boca del estómago, luego puñetazo, presa y luego...luego le romperé el puto cuello. Vamos, acércate más...¡Ahora!.

El guarda, al recibir la patada en la rodilla, suelta unpequeño grito y se tambalea hacia la pared. Cuando te dispones a atacarle contra esta, ve tu reaccion y rapidmente se lanza sobre ti, desequilibrandote y separandote de el mientras se recupera algo. Cojeando, se lanza sobre ti,momento en el que te das cuenta de que el compañero de este se comienza a incorporar. Tu estas relativamenet fresco, ellos estan tocados, pero son dos, aunque uno parece que todavia no podra centrarse mucho en algo que no sea librarse del dolor de cabeza.

Fuera, en el pasillo, escuchas ruidos por donde salio corriendo el tercer guarda.

A traves del viso del casco, ves sonreir al guarda por lo que parece una paliza a un hombre que no puede defenderse y que le cae mal. Que obviamente cambia cuando te abalanzas sobre el golpeandole en el estomago y luego en la cara. Cuando le practicas la presa,este, por acto reflejo, pone su brazo entre su cuello y tu agarre, por lo que lo tienes inmovilizado y asfixiandole, pero te resulta imposible romperle el cuello. Te forcejea un poco, tirandote contra la pared y, estirando el pie, tocando el extremo del pasillo, inmovilizandote contra ella.con la mano libre intenta golpearte el estomago, pero no llega, gastando mas del precioso aire que te niegas a dejarle respirar.

Dentro de la habitacion escuchas un grito y mucho ruido de muebles moviendose y siendo lanzados.

 Uno cojo, el otro aturdido. Es momento de salir zumbando de aquí. - Pienso al ver el percal. No me lo pienso dos veces. Me dirijo a toda velocidad hacia la puerta, saltando por encima de la mesa, que ha quedado por en medio de la estancia.

 Cuando me acerco a la puerta, miro por si hay llaves en la cerradura o un cerrojo por la parte exterior o algo que pueda usar para cerrar la puerta desde fuera y dejar a estos dos aquí encerrados.

Al salir por la puerta, ves que cierra con un sistema automatico que no viste por dentro. Pulsas un boton, y tras un pitido, la puerta se cierra, momento en el que escuchas como el guardia que estaba en pie aunque cojeando se estrella contra ella. En el momento que te decides a dar la vuelta, te quedas sorprendido, pues el tercer guarda está siendo ahogado por otro tipo, lleno de sangre y moratones por su cara. Cuando te ve, su cara muestra sorpresadurante un momento, para luego seguir con el forcejeo con el otro guarda.

Tras un momento de forcejeo con el guarda, ves salir de la puerta a un hombre con una bata como la tuya, aunque limpia, y humedo. Se gira, cerrando la puerta con el dispositivo que antes abrió el guarda, y, escuchandose un golpe al cerrase, pone cara de alivio. En ese momento se gira y te ve, forcejeando con tu guarda, quedandose momentaneamente sorprendido por la situación.

Sigo apretando el cuello a mi presa, dispuesto a robarle hasta el último soplo de aire y a la vez sigo intentando completar la llave que conseguiría, de funcionar, partirle el cuello a mi adversario. Mientras, miro al recién llegado.

-No sé quien eres-le digo-pero por tu aspecto, parece que estás en la misma situación que yo. Ayúdame con este y luego podremos buscar juntos una forma de salir de aquí. Pégale un puñetazo en el estómago.

 Al ver la escena, miro a ambos lados del pasillo, por si a caso hubiera algún otro guardia o cámara de seguridad o cualquier cosa que tener en cuenta y que sea más urgente que castigar a ese pobre diablo que tiene agarrado el otro tío con bata blanca. Me fijo en las salidas y puertas que pueda ofrecer el tramo de pasillo al que acabo de salir.

 Me acerco entonces al desconocido y al guardia. Al ver que no para de patalear, le descargo un fuerte golpe en el estómago al guardia con la porra que conseguí arrebatar a uno de los guardias de la habitación.

 - ¿Qué está pasando aquí?

El guarda, casi asfixiado, cae al suelo como un fardo al ser golpeado en la boca del estomago, quedandose definitivamente sin aire. Inconsciente, lo unico que se le ve es un leve subir y bajar de su pecho acompañando a la respiración.
Escuchando mientras hablais, ois a los dos guardas de dentro de la habitacion golpear la puerta, asi como la maquina que suelta pitidos, aunque no parece que la alarma alertase a mas gente por los alrededores.

El pasillo es bastante largo, con bifurcaciones en los dos extremos y algunas habitaciones en las paredes.

 Doy un rápido vistazo al guardia, por si llevase algo que pudiera ser útil y que pueda agarrar rápidamente (un arma, una tarjeta identificativa para abrir puertas, etc.). Si veo algo interesante, lo agarro y me dirijo directamente al extremo del pasillo que me queda más cerca.

 - ¡Vámonos de aquí! - Le digo a mi nuevo compañero, pues las circunstancias nos han convertido en compañeros sin pretenderlo y sin negociarlo.

 De camino al final del pasillo, me fijo en las puertas que quedan a ambos lados del pasillo, por si viera alguna con alguna inscripción o indicación que fuese de interés.

Las puertas que ves son parecidas a la de la que habeis salido. Un cristal, bastante ancho, muestra lo que tienen dentro. Mas cubas como la de donde saliste se hayan en las salas, aunque no ves ninguna llena. Y aunque lo estubieran, tienen otra cerradura como la de tu cuarto, cuyo codigo desconoces.
Conductos de aire acondicionado dan un aire frio al pasillo, dandole mas sensacion de opresion a este angosto lugar.