Partida Rol por web

Ey!! Cuidado! - me doy un pequeño susto y  continuo ya más calmado - Sí que habeis tardado! ¿Qué ha pasado ahí dentro? ¿Que había?

A falta de nada mejor, recojo la grapadora metálica que había distraído al perro ·puede que ese truco me sirva de nuevo"

What the fuck?!?! - Esto cada vez era más extraño, me parecía estar inmerso en uno de mis videojuegos, en mi cabeza empezó a asociarse esta especie de medusa gigante con el destrozo que tenía el perro, pero no terminaba de entender todo el proceso, sólo tenía claro que no quería acabar como ese perro.

¿Qué hacemos? ¿Podeis correr? - digo mirando los maletines aparentemente llenos - ¿Parece que baja muy lentamente pero...podrá vernos esa cosa?

tal y como nos explica la situación el soldado veo claro que mis posibilidades de supervivencia no pasan por salir corriendo...

- Si eso es lo que ha partido en 2 al perro no creo que la solucion sea salir corriendo... yo creo que seria mejor escondernos en el fondo de la clinica hasta que pase. Si no hacemos ruido no creo que nos descubra...

y de paso me dirijo al soldado:

- Soldado! En la habitacion de atras hay una escopeta recortada, puede que te sea de ayuda...

Salgo bastante conmocionado de aquella sala, sorprendido de encontrarme a Eddie tan cerca.

- Nada… ahí no hay nada que ver, tranquilo. Sólo material médico que hemos recogido por si acaso – le digo, con una sonrisa triste – Vamos fuera, hay que llegar a la base.

Sin embargo, mi decisión se desvanece cuando el soldado señala aquella criatura antinatural, y me quedo observándola completamente conmocionado.

- No tiene ningún sentido… es física y biológicamente imposible… - luego Bill sugiere volver a la clínica, y me le quedo mirando con los ojos muy abiertos, para luego mirar a Eddie y luego volver a mirar al encargado de mantenimiento – No es buena idea, callejeemos para salir de aquí, mantengámonos alejados de su vista… si es que ve.

Jeremy y Eddie proponen huir, si hay tierra y edificios de por medio esa cosa no resultará una amenaza. Bill, por su parte, cree que esconderse es mas sensato y el peligro desaparecerá si no os encuentra.

El soldado niega con la cabeza ante todas vuestras opciones, sin embargo la suya no deja de ser una mezcla de ambas.

- Ante un enemigo desconocido el reconocimiento y la información son primordiales. Eso decían mis instructores, aunque ahora me gustaría verlos en esta situación. Voy a acercarme a eso, a esa medusa o lo que sea. Daré un rodeo al edificio y llamaré su atención desde atrás. Si se gira para seguirme huid, nos encontraremos en la entrada de la base. Si continúa su avance imitad mi movimiento, significará que no nos ve o nos ignora, entonces podremos continuar todos juntos.

Mira vuestras manos en busca de algo.

- Uno de vosotros tenia una pistola ¿verdad? Será mejor que yo use ese arma, coged la escopeta y aseguraos de que tenga munición. No se que hace en una clínica pero hoy he visto cosas mas extrañas...

Señala al cielo donde la medusa continúa su lento descenso por la calle en la que os encontráis.

- Tranquilos, estoy entrenado para este tipo de cosas. Bueno, no exactamente contra algo así pero no deja de ser el mismo tipo de maniobra. Si nos movemos todos juntos puede ser mas peligroso, si nos escondemos tarde o tempano nos encontrará, esto o algo mas peligroso. - señala a la mitad del perro que se ve desde la puerta.

Sin aparente prisa el soldado espera vuestra respuesta a su osado plan, eso sí, sin dejar de vigilar a la medusa.

No me gusta la idea de que el tipo mejor preparado para el combate se aleje de nosotros, pero la verdad, prefiero que sea él quien arriesgue el pellejo y no yo, y menos el muchacho. Cuando sugiere que alguien más use la escopeta, instintivamente miro a Bill: yo no sé usar armas de fuego y menos una escopeta recortada. Probablemente me volaría la mano intentándolo, así que prefiero que sea él quien la use.

- Tenga mucho cuidado, por favor - al hablar, me doy cuenta de que estoy aferrando con todas mis fuerzas el bate de béisbol y me terminan doliendo los dedos. Mientras espero, adopto una posición de cuclillas cerca de una esquina para disponer de una buena posición para ver lo que sucede con su maniobra.

Aprieto la grapadora en mi mano con rabia - Una vez más...una vez más no puedo hacer nada... - pienso mientras asiento despacio al plan del soldado, pues pocas opciones tenemos y realmente este tipo debería estar entrenado para situaciones "similares", si es que esto puede parecerse a algo. 

Permanezco asomado en la puerta a la espera de que realice la maniobra y ver cómo reacciona la especie de medusa gigante.

- no creo que separarnos sea la mejor opción le digo al soldado mientras le entrego la pistola...

Murmurando aun mi desaprobación me giro y le digo a Jeremy...

- ayúdame con el armario, por favor... y sin mas dilación me dirijo hacia la sala de curas...

Ahora que estoy sin pistola cojo mi destornillador plano y lo empuño como un punzón para sentirme mas seguro...

Llegados a la sala de curas recojo la escopeta.

Compruebo si tiene munición y si funciona el percutor (evidentemente quitandole la munición primero).

Miro alrededor a ver si hay mas munición visible y le pido a jeremy que me ayude con la estantería para ver si esconde mas munición...

Como estoy en presencia de 2 cadaveres no puedo evitar que mi mirada se vaya hacia ellos como si temiera que se fueran a levantar...

El soldado comprueba la pistola mientras Bill y Jeremy regresan a la sala de curas. Allí no tienen problemas en recuperar la escopeta recortada, pero no hay ni rastro de más munición. De hecho, al verificar si funciona Bill descubre que uno de los dos cartuchos ya ha sido disparado.

Cuando los dos adultos regresan a la entrada descubren a Eddie solo y ven al soldado cruzando la calle a la carrera.
Llega hasta el edificio de enfrente y se queda unos segundos observando la medusa, ésta se ha detenido, como si lo hubiese detectado y esperase su próximo movimiento.
El soldado comienza una nueva carrera, esta vez para rodear el edificio fuera de la vista del extraño ser. Un par de minutos después la medusa se gira hacía la esquina opuesta, justo la que no podéis ver, e inicia nuevamente un lento movimiento en esa dirección.
En pocos segundos desaparece de vuestra vista al ocultarse tras un edificio.

La calle está vacía ahora, levantáis la vista pero no hay mas medusas, tan solo una enorme capa de niebla negra y un vórtice uniendo el cielo y la tierra.

Era uno con la pared, una estatua viviente, hasta el punto de que si contenía más la respiración, me desmayaría. No me moví durante toda la incursión de aquel soldado al que no se me había ocurrido preguntar su nombre, y cuando desapareció con aquella medusa pisándole los talones, me maldije por ser tan inútil. ¿Acaso no podrían haber disparado a esa cosa y seguir todos juntos?

Me mantengo un largo minuto esperando a ver si aparece, y finalmente niego para mí. No, no va a volver. No lo veo pero casi puedo jurar que sé cómo ha caído el muchacho. Así que hago lo que tengo que hacer, ocuparme de Eddie y Bill, llevarlos sanos y salvos a la Base Militar, e intentar escapar de aquel sitio.

- ¡Vámonos de aquí! - digo, apretando los puños y tomando al joven skater de la manga para que no se separe, y enfilo en dirección a la Base Militar intentando alejarme de aquella extraña medusa.

Cuando volvemos a la recepcion me doy cuenta que el soldado hace rato que se ha ido... veo a Jeremy engancharse a la pared y mirar fuera...

Yo no me atrevo. 

Espero impaciente a que suceda algo. Me quedo mirando a Eddiey i a Jeremy, pensando en los peligros que hay fuera. Pensando en quien sera el primero en morir, o en si alguno de nosotros se salvara... en menos de una hora ya he visto a 3 muertos y una Medusa gigante voladora...

De pronto algo me saca de mis cavilaciones, es Jeremy que parece quiere ponerse en marcha...

Sin articular palabra me pongo a seguirlos... Ellos salen primeros cogidos de la mano... yo salgo despues y echo un vistazo a mi alrededor para comprobar que no haya ninguna otra medusa... despues decido seguirlos en silencio a poca distancia...

Al sentir el tirón en la manga, salgo de la clínica y sigo a Jeremy en dirección a la base militar

Espero que ese soldado sepa apañárselas - pienso mientras la imagen del perro destripado asalta mi mente sin poderlo evitar, no me atrevo a hablar, sólo espero no volver a encontrarme con esa especie de bicho alienígena o lo que sea.

Permanezco atento a cualquier movimiento o ruido por si la medusa vuelve o apareciera algo más por el camino.

La medusa ha optado por seguir al soldado, o puede que simplemente siga un rumbo errático y haya dado esa impresión. Sea como sea tenéis vía libre y no tardáis en continuar vuestro avance.

Las calles de Darkville nunca han hecho mas honor al nombre de la ciudad, sin luz eléctrica y con la lejana claridad que emana del vórtice la visibilidad es bastante reducida allí donde los edificios mas altos proyectan su sombra.
Dejáis atrás la clínica para llegar a una de las calles que separan la zona de edificios de los parques. Al seguir sin ver nada ni nadie optáis por atravesar el parque para ahorrar tiempo. El lugar, que en cualquier momento del día está repleto de deportistas, ancianos y/o niños ahora se encuentra totalmente vacío. Ni siquiera los pájaros, numerosos y ruidosos, parecen haberse quedado. Apostáis a que cualquier animal libre ha huido mucho antes de que incluso los humanos se hayan percatado del peligro.

Veis las instalaciones militares al otro lado. Un elevado muro acota el perímetro de una gran extensión de terreno prácticamente vacía. Apenas quedan cuatro barracones y un par de hangares donde guardan los pocos vehículos que mantienen. El resto es campo o circuitos de entrenamiento en desuso.
Una buena parte de la base se encuentra mas allá de la niebla, por suerte parece que los edificios están a vuestro lado, por desgracia el helipuerto y la pista de aterrizaje han quedado fuera.

No veis a nadie en las torres de vigilancia, igual ocurre con la garita de la entrada. La puerta, fortificada y coronada con alambre de espino, permanece cerrada.
Mientras llegáis un potente fogonazo del vórtice llama vuestra atención, algo nuevo y mas grande ha descendido por él.

Ante vosotros el portón de la base parece anclado al suelo. En otras condiciones un soldado os estaría invitando a alejaros del lugar, ahora mismo el único que habéis visto espera precisamente que hayáis llegado hasta aquí.

El viaje me resulta poco tranquilizador, y no dejo de lanzar miradas hacia mis espaldas, casi temiendo encontrarme con esa escalofriante medusa sobre nuestras cabezas. Pero no, todo está asquerosamente tranquilo y silencioso. Demasiado para un hombre de una pequeña ciudad acostumbrado al ruido de la civilización.

- Maldita sea - digo, al ver que el helipuerto queda al otro lado de aquella extraña barrera, obligándome a no pensar en que algo ha bajado nuevamente del vórtice - ¿Por qué han dejado las puertas cerradas si se han ido todos? ¿En serio han perdido el tiempo, pensando que alguien iba a venir a...? 

Mis propios pensamientos en voz alta me llevan a darme cuenta de que, precisamente, es lo que ha sucedido. Alguien ha venido a coger algo de la base militar.

- Quedarnos aquí parados nos convierte en patos de feria - digo, mirando al adolescente que he decidido proteger a toda costa - Vamos Bill, busquemos algo para trepar por el muro.

Mi intención es buscar una escalera, o un coche para subirnos encima, cualquier cosa.

Ok, yo echaré un vistazo por aquí - digo mientras contemplo la puerta y el entresijado alambre de espino en la parte superior - Soy buen escalador - pienso - pero eso del alambre complica demasiado las cosas.

Buscando alternativas cercanas, me percato de la garita de la guardia - puede que ahí haya algún dispositivo que controle la puerta, o alguna herramienta que pueda ayudarnos a abrir la puerta

Me dirijo hacia allí con cuidado, aunque dudo que ninguna de las alarmas o cámaras puedan funcionar aún si los aparatos eléctricos están fritos.

Espero que la puerta esté abierta o tendre que...tomar medidas.

Paso un rato mirando de lejos la garita, el muro y la puerta, veo al chico irse hacia la garita, pero tengo la impresión que sin electricidad la garita no nos servira de mucho asi que cuando oigo llamarme a Jeremy tomo la decisión...

- Espera Jeremy, tengo una idea... 

Me acerco a la puerta y compruebo si hay algun cierre manual que clave la puerta al suelo...

Una vez comprobado, mientras tiro de la puerta en ambas direcciones (izquierda y derecha) le explico a Jeremy...

- Las berjas electricas de jardin suelen tener en el motor una palanca para desembragar el motor. Si la berja esta desembragada empujando se abre... Si tenemos suerte y esta puerta usara el mismo principio. Puede que la hayan dejado desembragada para poder salir... o en caso contrario es probable que podamos llegar al embrague de la puerta y quitarlo... 

En los alrededores de la base está prohibido aparcar, conseguir un coche conllevaría regresar a la ciudad y buscar uno válido.
Como era de esperar la garita es completamente inútil sin energía eléctrica, los manos no responden y lo único que hay dentro es una linterna y un registro de entradas.
Probáis la opción mas obvia que es empujar la puerta con la esperanza de que esté desbloqueada. Comienza a moverse pero tras unos centímetros se detiene bruscamente, algo impide que continúe. Metiendo la mano entre los barrotes encontráis una pequeña manivela, parece tratarse del freno manual. Con bastante esfuerzo lográis hacer que gire y finalmente conseguís que la puerta se abra.
Sin vigilancia ni medidas de seguridad parece un sistema ridículo para una base militar, pero en condiciones normales no podríais ni haberos acercado a las instalaciones.

Una vez dentro comprobáis que la niebla oculta los hangares, apenas asoma la pared de uno de ellos y parte del tejado de otro.
Los barracones están a vuestro lado, en cada puerta hay una letra pero no especifican su contenido. Como era de esperar todos están cerrados con llave a excepción de uno, que alberga los dormitorios de los soldados.
En un vistazo rápido parece haber solo enseres personales.
Por deducción suponéis que los otros barracones pertenecen a los oficiales y al comedor. Un edificio mas grande contiene aulas, una enfermería y varias oficinas. Todas ellas cerradas con llave.
Finalmente, alejado del resto de edificios, encontráis un barracón fortificado que es claramente el arsenal. A través de una pequeña ventana situada en la primera puerta metálica se puede ver un portón blindado, digno de la caja fuerte de un banco. La oscuridad os impide ver mucho mas del interior.

Mientras veo cómo la puerta se mueve obedientemente hacia un lado, le dedico una sonrisa a Bill visiblemente azorado.

- Menos mal que se te ha ocurrido lo de la puerta, si no, ya me tenías a mí dando vueltas como un idiota por los alrededores - me rasco la nuca - Esta situación es tan extraña que no se me había ocurrido simplificar las cosas. Eddie, ¿has visto algo en la garita?

Tras la respuesta del muchacho asiento, pero no le pido la linterna. Me da la impresión de que quiere sentirse útil y darle algo de responsabilidad le servirá de mucho en el futuro. Si es que tenemos un futuro.

- Vaya, no había visto este sitio nunca desde dentro - digo, mirando alrededor con las manos en la cintura - No es que me entusiasme mucho la figura del ejército, pero debo decir que es bastante impresionante. Pero... mi gozo en un pozo: no helicóptero, ni armas... bueno, dentro de ese almacén, pero eso es igual que estar a mil millas de distancia...

Luego caigo en la puerta, que nos hemos dejado abierta, y me acerco a cerrarla.

- Cuando venga ese joven, le abriremos, pero mientras tanto, prefiero mantenernos a salvo.

Devolviendole la sonrisa a Jeremy le respondo...

- descuida, si aun estamos vivos es por que os metisteis en aquel armario...

Sigo explorando la base con mis compañeros de viaje cuando encontramos el Almacen fortificado y me quedo embelesado mirando la puerta blindada... Se que Jeremy ha dicho algo, pero es tan grande el reto de intentar abrir la puerta que no soy capaz de prestarle atencion a nada mas...

Mas por inercia que por otra cosa respondo a Jeremy con un - Si... si... yo... me... intento abrir la puerta exterior (*1).

Si consigo entrar echo un vistazo para asegurarme de que no hay nadie ni nada dentro que pueda darme un susto... y enseguida intento hacer lo mismo con la puerta blindada (*2)

Una vez dentro de la base militar no puedo reprimir una mueca de asombro Nunca había estado en una base del ejército, como mola, una pena que esté tan muerta, pero así igual podemos conseguir algo...

Voy tras los adultos revisando las instalaciones, rebuscando e ideando formas para entrar en los barracones cerrados (ventanas o similares) ya que no tengo ni idea de forzar cerraduras.

Al toparnos con la primera puerta del arsenal, y ver que por el ventanuco de esta la oscuridad cubre gran parte de la sala, aprovecho la linterna que he encontrado antes de que Bill se ponga a trastear con ella.

Una vez satisfecha esa curiosidad me queda otra - Voy a echar otro vistazo al barracón de los soldados, puede que nos hayamos dejado algo - la verdad es que habíamos pasado muy por encima y una búsqueda intensiva podría sacar algo más.

Os separáis sin perderos de vista para realizar diversas tareas en la base. Jeremy cierra la puerta para asegurar el recinto, después regresa junto a Eddie para explorar mejor los barracones donde duermen los soldados.
Encuentran una ventana mal cerrada y en un minuto ambos están dentro, buscando algo que sea de utilidad. Los armarios y taquillas están abiertos en su mayoría, aquellos cerrados se pueden forzar haciendo palanca.
El botín sería realmente valioso en otras condiciones, pero en la situación actual no es mas que chatarra. Móviles, videoconsolas portátiles, carteras con documentación y dinero, manuales militares, una extensa colección de casquillos de bala, diversos uniformes y revistas porno, tan obsoletas como usadas.
Uno de los soldados guardaba un cuchillo de caza entre su ropa, seguramente estaba prohibido y de ahí que lo ocultase.

A unos cincuenta metros Bill intenta abrir la primera puerta del arsenal. A través de la ventana puede ver una mesa y un registro junto a la puerta acorazada. En condiciones normales debe haber un soldado encargado de permitir el acceso y la retirada de armas, en este caso nadie abrirá la puerta.
Saca su juego de ganzúas y comienza a buscar la forma de forzar la puerta. Pese a que no deja de ser una cerradura normal y corriente parece que se resiste, tanto es así que en un mal movimiento una de las ganzúas se parte quedándose dentro de la cerradura e imposibilitando su apertura.

De repente se levanta una suave brisa y algo comienza a caer sobre el patio que hay entre el arsenal y los barracones. Como traído por el viento empiezan a posarse en el suelo pequeñas hojas circulares, ignorando la dirección o la fuerza de la brisa las hojas se acumulan en un solo punto.
No veis de donde proceden exactamente pero no dejan de caer formando lentamente un montón de poco mas de un metro de ancho.