Partida Rol por web

Vuelves con Enma. Está sentada esperando en la sala de espera, y el ayudante del doctor, Mark, se encuentra de pie junto a la única puerta.

Enma te saluda en cuanto apareces: - ¿Cómo ha ido? No ha sido doloroso, ¿verdad? - parece contenta. - Al menos ahora contamos con la ayuda del mejor experto del mundo, no te preocupes, seguro que todo se arregla y que hay una solución. - Enma apoya su mano en tu hombro. 

Montáis todos en el coche de Ashley, y llegáis en poco menos de un cuarto de hora al George Washington University Hospital.

Hay un parking público donde Ashley deja el coche. Está muy cerca de la puerta principal y ahora mismo aunque hay coches aparcados os las arregláis para encontrar un hueco.

Unas puertas mecánicas se abren según llegáis y veis mucho revuelo de enfermeras atendiendo a pacientes, etc...

Hay un mostrador de recepción tras el cual está sentada otra enfermera gorda con cara de pocos amigos, que apenas levanta la cabeza cuando llegáis.

- Jacque lo intentará por su cuenta, si no lo consigue y el tipo logra escapar quizá sea bueno que tú aparezcas en el bando de los "buenos", de los que intenta ayudarle a escapar de su perseguidor. Así confiará en ti. Y en cuanto puedas sepáralo del resto de sicarios de Vitel y traélo para acá. Si no podéis Jacque tiene instrucciones, nos vale con una muestra de su sangre... pero al menos necesitaríamos el equivalente a rellenar tres viales. - la voz de Iris suave y sedosa se mantiene firme y no titubea durante toda la conversación... - El resto lo dejo a vuestra discreción e imaginación. De momento que no se sepa que Jacque y tú estáis en el mismo bando... por si atrapan a uno de los dos. - dicho esto Iris cuelga el teléfono.

Llegas al aparcamiento del George Washington University Hospital y tus hombres dejan el coche aparcado en el parking privado del Hospital. Bajas y les das las instrucciones pertinentes. Acto seguido te acercas a la entrada principal donde hay unas puertas automáticas que se abren para darte paso al hotel.

Sabes que los otros vampiros que ha mandado Vitel no tardarán en llegar, quizá tengas sólo unos segundos...

Me acerco al mostrador donde se encuentra la recepcionista y la miro poniendo un gesto como de preocupacion.

-Buenas noches, ¿puede ayudarme? - le digo con un tono de voz algo ansioso, como si me preocupara por algo. -Por favor, busco al Sr. Scott, Nathan Scott.

-Me he enterado que esta en este hospital, pero no se el motivo, me gustaria poder verlo, si es posible - hago una pausa antes de añadir - Es mi prometido, y no se porque esta aqui - dejo escapar esta ultima frase como si no supiera que esta pasando, intentando parecer ansiosa y preocupada.

Sonrío ante el gesto de Emma y le comento mis impresiones.

- No ha dolido aunque da algo de impresión meterse dentro de ese tubo...la verdad espero no repetirlo...es una sensación claustrofóbica.

Espero que el doctor encuentre un remedio a mi enfermedad.

Se bajó del coche esperando estar a la altura del complicado plan que se traía entre manos, ganarse la confianza del muchacho en tan poco tiempo no iba a ser tarea fácil, menos aún ocultar la complicidad con su hermano, pero se tenía que hacer así, así lo quería la sumo sacerdote.

En su rostro se reflejaba una seriedad propia de una profunda concentración, hecho que quiso transmitir a los suyos. Ey hermanos, estad atentos, muy atentos, si todo sale bien saldremos de aquí cagando leches. Miró un segundo al hospital algo nervioso por perder aquel escaso tiempo. A lo mejor tendremos que amordazar a alguien, en ese caso os diré “carta salvaje”, tenedlo todo preparado igualmente, unas cadenas estarían bien… es igual. Y ya sabéis, a la voz de “farol” salid de aquí, no os preocupéis por mí. Señaló al camarada más avispado. Tú atento al móvil, preparaos en el coche cerca de la puerta. Se quitó su abrigo y su sudadera, y entró con una camiseta oscura de manga corta al hospital frotándose con inquietud la parte posterior de la cabeza, preguntando por el doctor Walker de forma urgente.

Te parece que el tal Mark está muy nervioso. Le ves mirando cada dos por tres a su teléfono móvil.

Un tipo inmenso (1'95m) entra entonces por la puerta. Es tremendamente musculoso y parece estar muy en forma. Mantiene su cabello rapado muy corto, con un estilo militar. Lleva un traje de seda sobre una camisa ajustada, pero la chaqueta no parece quedarle muy bien.

Luce también una colección de joyería religiosa y amuletos: varias cruces y ankhs cuelgan de su cuello.

El hombre lleva una pistola en su mano y te apunta directamente a la cabeza. Enma ahoga un gritito y el tipo da una orden con su vozarrón: - Silencio señorita. Sigan mis instrucciones y nadie saldrá herido. -

Una de las enfermeras te indica que tienes que bajar a la planta menos uno, a los laboratorios, que el doctor Walker se encuentra allí.

Le haces caso y tomas el primer ascensor disponible.

El ascensor baja durante unos segundos que se te hacen eternos y suena un pitido cuando llegas a la planta deseada.

Las puertas se abren dandote paso a un pasillo tremendamente largo con muchas puertas a ambos lados. Las luces fluorescentes parpadean cada poco dando un ambiente parecido al de una película de terror.

La enfermera suspira, levanta la cabeza, te mira de arriba a abajo, para hazto seguido pasear su mirada por tus 2 acompañantes...

- Un momento por favor. - empieza a mirar en el ordenador.

Al cabo de un par de minutos levanta la cabeza y te indica: - No tenemos a nadie registrado como Nathan Scott. Lo siento pero no hay nadie ingresado con ese nombre. -

Mmmm... Curioso. 

Miro a mis acompañantes, y me inclino a Kipp, hablando en voz muy muy baja. 

- ¿Echamos un vistazo? 

-Vamos a agotar las opciones antes, espera un momento.- Dice Kipp a Van Denholm pegándose a su oreja en un susurro.

Se acerca a la enfermera, ignorando la presencia de Ashley o lo desconcertada que pudiera estar, y se reclina un poco en el mostrador.

-Hola, guapa. Me llamo Kipp. ¿Puedes ayudarme? Estoy buscando a un amigo. Es el doctor Edward Walker. ¿Está esta noche en el hospital? No le he dicho que venía, pero creo recordar que hoy le tocaba estar aquí. Va a ser sólo un momento, te lo prometo.- Dice Kipp a la enfermera mostrando una simpática sonrisa.

Levanto las manos lentamente mientras el matón me apunta directamente a la cabeza. No hago ningún movimiento brusco, no quiero darle razones para que me dispare y reviente mi cabeza.

Con la voz temblorosa y tartamudeando le digo:

- ¿Qu-qué q-q-quiere?

Por otra parte empiezo a sentir como mi demonio interior se despierta...como si "algo" lo estuviera llamando. Puede ser el miedo, aunque algo en mi cabeza indica que no es sólo eso....puede ser que esté sacando el valor de dentro de mí. De todas formas el valor de momento no me envuelve y prefiero hacer lo que diga es matón de dos metros, no podría poner en peligro a Emma.