Partida Rol por web

En un tiempo récord dirigiste tu coche hacia la capilla... el refugio subterráneo que hacía las veces de cuartel general y base de operaciones para los setitas estaba en un lugar apartado, y casi era la hora de amanecer. A pesar de ello el interior bullía de actividad.

Andando por los pasillos te cruzaste con algún rostro conocido, entre otros el de Jacque. El hombre te saludó con un leve asentimiento de cabeza antes de apartarse para que entraras en los aposentos privados de Iris.

 - Hermano... veo que habéis logrado venir. ¿Cómo ha ido todo? - preguntó Iris en cuanto te vio entrar. 

Viste su forma sexy y provocativa surgir de las sombras y avanzar con pasos sinuosos hacia ti... casi parecía un reptil en el cuerpo de una mujer.

Con que Nathan... Vaya... esto de los heraldos del gehena no paraba de llamarme la atención. ¿Cómo iba a proteger al chaval? Todo esto me resultaba de lo más extraño.

- ¿Por qué le encomienda enfrentarse contra un Sabbat si teme por su seguridad? Apenas es un muchacho con demasiadas cosas por aprender. No crea que distinga aún muchas disciplinas, y sin duda un tzimitze excede sus posibilidades. Si me lo permite, ¿No sería más prudente encomendarle algo más simple?

- Nathan ha tenido sus tareas... y las ha cumplido con creces. El objetivo de que vaya a esta misión no es que muera ni que acabe con el Tzimisce... como le he dicho para eso cuento con usted. Nathan no es más que relleno, quiero ver hasta dónde está dispuesto a llegar Weems. No se fíe de él señor Van Denholm. ¿Tiene alguna pregunta? - el Príncipe se quedó mirándote, expectante.

Regresasteis con John Weems al Hotel Washington. Cuando éste aparcó, varios agentes de seguridad de Vitel aparecieron cerca del vehículo. Debíais pasar ciertos controles de seguridad y John fue el primero. En cuanto lo pasó subió directo a ver a Vitel con el cuerpo de Fuller... Vitel no quería retrasos.

El siguiente al que chequearon fue a Kipp.

Mientras Frederick seguía conversando con Vitel, y al poco de que Weems se fuera... Nathan observó cómo Kipp entraba en la sala de reuniones y echaba un vistazo alrededor.

Ambos vástagos estábais sólos... con Vitel y Frederick en la habitación interior, y sin rastro de Weems o Lori.

Lejos de aparentar, se mostró frío frente a la sacerdotisa, tal y como es la naturaleza de un vástago cuando controla su entorno. Deshizo su expresión seria en una mueca dirigida al suelo, donde enviaba su mirada y sus palabras. Creo que bien, encontramos al cabrón limpio, sólo llevaba el diamante Hope, pero un puto Baali nos lo arrebató. Al menos le perdimos la vista y conseguí recoger los pedazos que quedaron de Füller para echárselos al Príncipe. Tras el pequeño resumen de los acontecimientos, alzó sus ojos para cruzarlos con la hermosa setita, puesto que lo siguiente conseguiría excitarlos. Ahora tiene una movida con un Tzimisce que se les ha colado en las alcantarillas y quiere que se lo quitemos de encima, ja, y aquí viene lo mejor. El muy estúpido piensa que os voy a vender a cambio de una Primogenitura Setita, mi sentencia de muerte, como si ese cargo fuera de mi interés. Ladeando su cabeza borraba lentamente su sonrisa. Lo malo es que sabe que estáis preparando algo con el agua... ¿y bien? ¿qué toca ahora? No me hace demasiada ilusión enfrentarme a un bicho de esos. Finalizó reposando su peso en una pierna que frenaba el deslizamiento de su espalda en la pared.

Un poco más calmado al llegar a su destino, Kipp se relajó dejándose caer en una de las sillas dispuestas en la sala sin ningún tipo de ceremoniosidad. Con los dedos índice y corazón hizo un sólo saludo parecido al militar para el Vástago presente en la sala.

-¿Me he perdido algo?- dijo con expectación.

- Pues la verdad es que sí...ha sido una noche movidita. - le contesto mientras levanto la cabeza a modo de saludo - ...Vitel está reuniéndose con cada uno de nosotros para comentar algo en privado. Por cierto ¿qué tal tu noche? No habrás tenido ningún encuentro extraño esta noche ¿no?

Arqueando una ceja, miró de arriba a abajo a aquel muchacho, suspicaz. 

-Bueno... depende de qué entiendas por "encuentro extraño". Pero sí, ha habido algo por el estilo. ¿Y tú? ¿Cómo te vas adaptando a todo esto, muchacho?

- Pues en mi caso me encontré con un sabbat con espadas como manos...a eso le llamo yo un encuentro extraño... - le responde a Kipp - ...y lo de adaptarme...bueno lo llevo mas o menos aunque más menos que mas...realmente hasta hoy no me creía que ya estuviera muerto...pero tras el enfrentamiento de esta noche empiezo a verle ciertas ventajas a estar no muerto.

Frederick asintió lentamente, y apoyó sus  manos  en el bastón meditando un instante.

- No le prometo conseguir al tzimitze. No le prometo mantener a Weems con vida. Pero le aseguro que cuidare de Nathan, esa criatura llama mi atención tanto como la suya, y debe sobrevivir. ¿Alguna advertencia más sobre Weems? ¿Alguna razón para su desconfianza, dejando de un lado lo habitual?

Kipp no pudo evitar pensar en cómo había sido su estancia en Washington hasta el momento en que el gorila trajeado entró por la puerta de su apartamento. Sin duda hacía un par de noches su no vida iba según lo esperado, pero ahora... Sabbats y otros fenómenos recorrían las calles de Washington.

-Te manejas bien con los conceptos nuevos. Parece mentira que no lleves ni un mes en tu estado. Es lo bueno de ser joven, te adaptas rápido a todo porque no tienes otro remedio.- dijo dejando caer un suspiro al terminar la frase -. Ay, quién me mandaría a mí salir de mi apartamento... oh, espera, ya recuerdo quién. Bueno, por lo menos todos salimos relativamente enteros de nuestros encuentros respectivos, que ya es algo, ¿no?

- Es un setita. Independientemente de lo que muestre de puertas para afuera, tiene una lealtad absoluta a los suyos. Estoy poniendo a prueba esa lealtad. Acabaremos con los setitas de Washington en las próximas dos semanas señor Van Denholm... todo será más fácil si Weems colabora. Sino... estará en el bando equivocado. -

Vitel comenzó a dar un paseo con las manos cruzadas a la espalda... sus pasos gráciles y con elegancia le permitieron recorrer la habitación en un santiamén. - Me parece correcto señor Van Denholm. Mantenga con vida a Nathan, es un activo valioso. -

Esta vez, Vitel no sonrió. - Si no desea nada más haga pasar al señor Kipp, está esperando fuera con Nathan. Cuando todo esto acabe me gustaría poder compartir alguna noche con usted señor Van Denholm... tenemos muchos temas interesantes que tratar. -

Vitel no dijo nada más, se quedó esperando a ver si respondías algo o si salías ya.

- ¿Vitel sabe lo del agua? - Iris levantó una ceja sorprendida. - Bueno, me extrañaba que no hubiera descubierto nada aún pero debemos aprovechar el caos que hay ahora mismo en las calles. - 

Jacques entró en la sala en ese momento y se quedó cruzado de brazos detrás tuyo.

- Bien, pasa del tzimisce... - comenzó la sacerdotisa. - Olvídate de esos Camarilla. Supervisarás la operación de las alcantarillas. Jacque será el segundo al mando - dijo lanzando un vistazo a tu compañero. - Él se ha ido encargando las últimas semanas, puede ponerte al día. La semana que viene tendremos cantidad de droga suficiente para lanzar la operación. -

Iris se dio media vuelta con agilidad y sus movimientos sinuosos le alejaron unos pasos de ambos hombres. - Esto no puede salir mal John. - dijo con frialdad. La implícita amenaza reverberó en tu cabeza. - Si os intentan detener vierte al menos parte de la droga... todo lo que puedas... pero no dejes que os lo impidan. Si sale bien, Washington será nuestra en 10 días. -

El tiempo pasaba y parecía que la conversación entre Vitel y Frederick no era tan corta como lo había sido con Weems.

- No es que me adapte rápido, aprendo a base de golpes... - digo sonriendo mientras le enseño las heridas todavía no curadas del todo provocadas por las espadas del sabbat - ...si estuviera vivo ya habría muerto desangrado al momento...aunque lo de curar las heridas me cansa bastante...debe ser porque aún no le pillé el punto...

Asentí con la cabeza. Tenía claras mis instrucciones. Me dirigí hacia el exterior, y busqué a Kipp con la mirada. Hice un gesto con elegancia, para indicarle que el príncipe le esperaba, y luego me acerqué hasta Nathan de nuevo.

- ¿Qué le ha ocurrido al señor Weems? ¿Ha tenido que ausentarse ya? - Dije preguntado extrañado.

- Weems se marchó nada más terminar de hablar con Vitel, dijo que nos veríamos mañana de noche. -  respondo  - ...¿te comentó algo más Vitel de a quién o qué nos enfrentamos? La verdad es que no estoy muy puesto en cultura vampírica...  - le pregunto a Frederick

Miro el reloj para comprobar si queda mucho para amanecer.

Frederick bajó la cabeza un instante, no necesita mucha información de Vitel para saber cuán grande era la amenaza. 

- Nathan, ese tipo te viene grande. Bueno, seguramente nos viene grande a todos. Por lo que tengo entendido es un tzimizte del Sabbat, y seguramente uno poderoso. Esta misión será peligrosa, y quiero que me prometas que harás todo lo que esté en tu mano por mantenerte a salvo. Esto no es un juego, y los tzimitzes pueden hacerte creer que estás viviendo tu peor pesadilla.

Dicho esto comencé a pensar que era momento de volver a casa.