Partida Rol por web

      ¿ Hmmmm... ? - levantando la vista pero unos pocos segundos... lo cierto es que normalmente le hubiera remarcado que a mi persona se le debía referirse letra por letra hasta formar mi noble nombre... pero eso requería que mi atención dejase de estar centrada en mi noble tarea de no clasificar las variables así que antes de que perdiese mi oportunidad tomaba unos tentáculos los cuales se les notaba el marinado un poco mas intenso que el resto de porciones a nuestra disposición.

      Tentáculos moderadamente frescos... - mientras con el tenedor y cuchillo comenzaba a separar minuciosamente un segmento el cual una vez me aseguraba que estaba del todo cortado en porciones pequeñas comenzaba a comer masticando su gomosa textura de manera lenta intentado comprender el por que el uso de aquellas ... detecto... ajenjo negro... al menos en condimentos no se quedan cortos...

    Loirath... ¿ cierto ? - preguntaba una vez me terminaba de limpiar con una servilleta los labios - llevo un rato preguntado... los pequeños que te siguen - dibujando con mi mano unos corazones en el aire unos corazones, los cuales se volvían totalmente negros para a los segundos desaparecer -¿ se manifiestan por voluntad propia ? o ¿ son algo mas... reaccionarios a estímulos.. ? - ladeando la cabeza mientras dejaba un poco de lado el plato al cansarme un poco del exceso de ciertos condimentos en su preparación 

Las respuestas de Moloch habían dejado satisfecho a Adriel. Sobre todo, porque hasta el mismo profesor había admitido que eran buenas preguntas. ¡Seguro que en su clase alguno estaría por encima de Beth! ¡...y quizá hasta ese alguien era él!

¡Pero había llegado el momento de zampar algo! La clase, que seguramente no había sido tan larga, le había parecido sencillamente eterna, y había ayudado a formar aquel enorme vacío en su estómago. Un vacío que tenía que alimentar con carácter urgente... aunque eso no era lo único que hacía que estuviera excitado por el descanso. Tiempo libre significaba una oportunidad más de conocer bien a sus compañeros.

Adriel estaba acostumbrado a todo menos a banquetes pero, con el hambre que tenía, el catálogo consiguió lo deprimió tanto que podría haberse formado una nubecilla tormentosa sobre su cabeza. Aunque lo cierto es que, aunque no hubiera estado limitado por rango... Adriel era tan pobre que difícilmente se habría podido costear ningún manjar.

—No hay mucho donde elegir... —murmuró en respuesta a Loirath, dejando caer los hombros—. Ojalá pudiera comerme aquel alielemental de curry de ayer... creo que me conformaré con el revoltijo de tentáculos.

Hay una cosa que es necesario apuntar sobre las depresiones de Adriel: Tenían un tiempo de vida extremadamente corto. La conversación que empezaba a crearse era más que suficiente para despertar su interés... y su buen humor. Y además, los tentáculos tampoco tenían tan mala pinta una vez los tenías en un plato.

—¡Es verdad! ¿Qué son tus corazones? Yo tengo algo parecido, ¿sabes? Cuando estoy muy excitado, o muy nervioso, o muy asustado... a veces me sale fuego azul de la espalda. Peligroso, ¿a que sí? —sonrió como el que si algo fuera peligroso fuera de lo más genial.

Mientras tanto, echaba miradas al resto del comedor. Por una parte, por curiosear, pero por otra, porque si cualquier otro alumno de su clase hacía contacto visual inmediatamente le haría señas para que se acercara.

—Ufff se ven super deliciosos. Pero no te preocupes, un día de estos te invito a mi mansión y puedes probar estas cositas que ahora no nos dejan...—respondo a Adriel y continúo—. Además, en mi casa no hay categorías. Sólo hay que saber divertirse y eso. 

Luego la pequeña me habla y antes de responder a sus preguntas, obviamente siguiendo la línea de la conversación que mantengo con el demonio, sigo. 

—¡También tú estás invitada! 

Me cae bien, aunque es medio renegada. Entiendo que al ser el primer día en el Instituto los nervios están muy a flor de piel y cada uno se expresa como le parece. En mi caso los corazones son un fiel manifestador de emociones y pese a que me da un poquitín de vergüenza por ello, estoy convencida de que tampoco es tan malo. ¡Uno es como es! Y yo, soy muy muy sentimental, así que esto es parte de mi. 

Y como de mis pequeños compañeros rojitos hablan, no dudo en responder siendo super sincera. 

—Hm, tiene su historia Phinx. Creo que mis padres estaban muy enamorados cuando me hicieron a mi y yo soy la expresión natural de ellos, al menos eso quiero creer—respondo inicialmente y continúo, Adriel también se interesa—. Manifiesta mis emociones, pero las bonitas. Es decir cuando algo me gusta mucho, o... si me siento genial. Entonces aparecen allí para demostrar revelar mis emociones. Sólo una vez surgieron negros y me asusté. ¡Estaba muy furiosa! 

Aquello sí que era un confesión en toda regla, pero bueno me gusta ser honesta con mis amigos. Adriel explica sobre su fuego y lo observo un tanto embelesada. 

«¡Qué dulce es!»

—Somos muy parecido en eso, sería interesante ver ese fuego cuando sale Adriel. Te vi luchando contra el dragón y fue maravilloso. ¡Uish, tenemos cositas en común! —digo haciendo caritas y desvío la mirada a Phinx—. ¿Y tú?

Llegó al comedor y buscó con la mirada algún hueco donde poder colocarse para pedir su comida, los demás ya habían llegado pero no le importaba en absoluto... Cuando le tocó su turno, pudo entender mejor lo de los rangos y su importancia en todo, haciendo que sonriera de lado al pensar que a partir de mañana podría tener otros privilegios. No dijo nada aunque miró su bandeja con cierto disgusto en la mirada, yendo por primera vez hacia la mesa donde se habían reunido los de su clase. - ¿Alguno quiere mi plato de tentáculos? No como ningún tipo de carne, no quiero tirarlo tampoco. Podía ser muy amargo con ellos, callado y altivo pero algo les podía quedar claro, respetaba mucho la vida de los animales demoníacos. Se quedó esperando una respuesta ahí mismo, de pie frente a todos con la bandeja en la mano, sin cambiar su expresión de aparente apatía. 

     H..hmmmm... c..co...comprendo.. - iba agregando a lo que iba diciendo la joven Loirath, aunque no necesitaban ser demasiados perceptivos para notar que por el rubor en mi blanquecino rostro estaba en cada uno de los poros ... p..pero e..e..ese t..tipo de...de temas s...se su...supone que... e...estamos muy jovenes para estar hablando siquiera de ese tipo de temas...  aunque bueno, el que la misma estuviera tan animada en su descripción sobre el funcionamiento de los corazones me ayudo a ir recuperando poco a poco.

    Entremedias llegaba el chico de teñidas verdes y con el clásico peinado de " I will stand in heavens", realmente no me había echo nada de momento, por lo que solo le mire, atendí a su petición y apunte al desalineado Adriel - creo que a le le queda algo de espacio... claro... - girando mi rostro a Adriel - si es que no se niega y eso...

      Pfff... si puedo ser honesta... el ir de cara a un ser virtualmente invencible igual no es la decisión mas.... sabia - opinaba ahora que el tema estaba en mesa - aunque no voy a negar que ambos tenían un nivel de temeridad bastante alto... quizás un punto a favor...

 —. ¿Y tú?

  Depende de lo que quieras saber... ¿ mi reacción natural ante una criatura que bastaba con que respirara mas fuerte y nos desintegraba ?, ¿ o si el gen de los Rooting Lacus es fuerte en mi persona ? - dejaba la pregunta abierta, después de todo no debía ser un secreto para nadie como es que mi familia siempre a estado en el consejo gracias a su gran utilidad, de echo, solo bastaba con que levantaran un bolígrafo... vieran de cerca cualquier documento clásico o vieran el reverso de los frascos de tinta para observar la firma familar.

Yo desde que salí del aula había estado en completo silencio... siempre detrás de mis compañeros, cerca... callada... escuchando todo lo que dijeran... aún masticando la hamburguesa que había traído en mi boca masticándola y desgarrándola con mis colmillos. La calamar me seguía pareciendo una idiota que quiere camuflarse como alguien lista diciendo palabras complejas innecesarias, la diablesa de los corazones esta loca, el diablo de las llamas azules... lento intelectualmente e impulsivo creo que es la forma de describirlo, y el del pelo verde de las ilusiones... bueno, es el que menos estúpido parece... Y eso porque no hablo de los demás.

Todo iba normal, tranquilo... hasta que llegué a la cafetería... y mis ojos se quedaron clavados en el cartel donde venía la comida separada según nuestro rango... Lo miraba fijamente... como si hubiera encontrado algo realmente importante pese a mi apática cara -Creo que he encontrado la motivación para querer subir de puestos- pensé en mi interior... Quizás ya había encontrado una meta en la vida: llegar al nivel máximo para comer todo lo que quisiera de ahí... aunque luego ni quiera ser la reina demonio.

En fin... cogí la escasa comida que ofrecían y me la llevé a la mesa a comer... Simplemente comiendo en silencio para seguir escuchando con atención y mirándoles fijamente a aquel grupito que no paraba de hablar... La información que parecían estar compartiendo esos idiotas podría servirme en el futuro, y es por eso que con todo el descaro del mundo lo estaba escribiendo en mi cuaderno: lo de los corazones, lo del fuego... Quien sabe cuando esas cosas sin valor pueden ser útiles saberlas.

Entonces, giré la cabeza al escuchar que alguien ofrecía comida gratis, el que parece menos tonto de todos, el tal Loki -Yo me lo comeré... y anotaré que no comes carne- dije simplemente, alargando la mano para coger su bandeja con tentáculos y ponerla enfrente de mi junto a la mía -Y como alguien toque mi comida me como su mano en su lugar... aunque sea carne de la clase S y quizás me cause indigestión- dije con un tono totalmente apático y desapegado, también dejando claro que normalmente yo no como algo tan basto como carne de fracaso biológico... aunque abriendo la boca dejando ver mis colmillos. Después de eso volvería a mi vigilia silenciosa, taimada y acosadora para seguir anotando cualquier dato que pudiera sacar de todos.

—¿Lo dices de verdad? —La cara de Adriel se iluminó mientras se imaginaba todos los manjares de los que podría disfrutar en la casa de alguien tan pudiente como Loirath—. Puf... Me encantaría, Loirath.

"Me encantaría" podía sonar extrañamente poco efusivo para alguien como Adriel, pero lo remató con un asentimiento que dibujaba un arco tan amplio que al final sus palabras parecieron tener más peso del habitual. Después de eso, su atención pasó a la comida, y aunque se esforzaba por escuchar la conversación entre las dos, el trajín del comedor y todas las conversaciones que volaban de un lado a otro hacía que su atención saliera disparada de un lado a otro constantemente, como una pelota de ping pong.

Aunque tuvo la oportunidad de volver a centrarse cuando Phinx lo miró a él. Adriel estaba apunto de asentir con la cabeza para agenciarse el plato que Loki no quería cuando Magoa intervino para quedárselo ella. Parpadeó unas cuantas veces, pero lejos de enfadarse, sonrió más que contento con el resultado.

—A veces das mucho miedo —Teniendo en cuenta que lo decía con una sonrisa de lo más grande en la cara, eso debía ser un cumplido... o algo así—. ¿Sabes qué? ¡Deberías hablar un poco de tí misma también! Ya sé que somos la clase S, pero vamos a pasar juntos mucho, mucho, mucho tiempo... ¿No? ¡Mejor que nos llevemos bien!

Aunque antes de que Magoa respondiera —o no respondiera— estaba mirando a Phinx.

—Uhmmm... ¿Tan importante es tu familia? ¿Por qué? ¿Qué hacen? ¿Qué es vuestro gen?

Doy unos saltitos de felicidad ante la respuesta de Adriel y siento en mi demoníaco corazón que he quedado muy mal si no la tengo en cuenta a Phinx, así que extiendo la propuesta para ella y a los demás. 

—Hm, qué felicidad generas en mi—respondo al chico, sonriendo con muchos corazones alrededor—. Tú también estás invitada, bueno se lo digo a todos. Tal vez podamos crear una pequeña fiesta en mi Castillo. ¡Sería genial! ¿A qué sí?

Luego hablan de comida y demás cosillas, yo con mi pequeño plato de clase S me conformo bastante. Hay que ser humilde y dormir mucho como el director así nos convertimos en grandes demonios. Tengo ese camino más que decidido y en verdad espero que pueda darse la ocasión de hacer algo grande, ese sueño está latiendo fervoroso en mi interior. No en la mente, claro. 

—¡Gárgola! No seas así, a ver cuando sonríes un poquillo—digo y le saco la lengua, bromeando—. Lo que dice Adriel, habla un poco más de ti, que eres muy muy quisquillosa. Buuu. 

Ya cuando Phinx nos halaga—que voy con cierto dislay de atención—la rodeo con mis brazos y le doy un beso en el morro. Ella ha valorado lo buenos que somos, más allá de que no sé si iba para Adriel y para mi. Da igual, tengo ganas de repartir cariño a mis buenos compañeros de la Clase Supergenial. 

—¡Graciasssss! —y la suelto—. Cuenta sobre tu gen, a ver que me parece interesante. 

       Hmmmm... ya veo....- musitaba luego de aquella extraña advertencia por parte de sonrisa de tiburón, la verdad cada vez me interesaba menos el tener que compartir con su persona y su corta baraja de reacciones a las que uno se podía acostumbrar mas ahora que no le importaba en meterse en problemas por los sumamente condimentados tentáculos, pero no eran mis dominios. 

   Quizás por lo mismo o por que fuera que no me esperaba este tipo de escenarios es que ya me encontraba siendo sofocada por los mimos de la muchacha y sus corazones flotantes luego de su espontánea invitación 

   _{¡¿ s..señorita Loirath   ?!}- atropellaba las palabras mientras el rubor y la sorpresa se reflejaba en mi rostro buscando separarme mas por recuperar mi compostura que por que me molestara ... ¿ a...a quien le puede molestar el que el resto les demuestre su afecto ?... - _{e...es..pa..pació p..p~personal..}. p..por favor...

   C..coff... - libre y con un animo un tanto mas positivo, comienzo a dibujar una evidente sonrisa - V...veo que si existe ínteres... pero me resulta curioso - con cierto tono de duda - esperaba que esto fuera evidente dado a nuestra labor, pero vamos~vamos.... tampoco voy a ser tan dura con ustedes - y dicho esto levantaba mi mano con la palma abierta - nuestra angular posición en el consejo se debe a... esto - mientras alrededor de mi palma empieza a formarse una esfera de agua, la cual comienza a tomar mas y mas volumen hasta no llegar a ser mas grande que mi mano abierta.

Y con un giro de muñeca la misma se comenzaba a tornar totalmente negra... viscosa... casi color petróleo...

   La antigua Tinta Familiar siempre a estado al servicio de nuestro amado consejo... cada documento... y registro o sello lo mas seguro es que lleva parte de nuestra formula por su pureza y durabilidad... por lo es probable que ya mi camino esta dicho... - diciendo estas ultimas palabras con cierta molestia, pues sabia bien lo que me interesaba realmente.

¿En su castillo? ¿Vive en un castillo? ¡Qué pasada! ¿Cómo de grande será? Seguro que está lleno de pasadizos secretos... y seguro que la comida que ponen ahí está mucho más deliciosa...

Se le escapó una risilla al ver cómo Loirath abrazaba Phinx y asintió enérgicamente.

—Una fiesta sería fantástica. ¡Todo para que nos conozcamos y llevemos mejor entre todos!

Después de decir eso, su atención se quedó sorprendentemente centrada en la esfera de agua que Phinx creaba, y en cómo cambiaba de color.

Pero lo que consiguió que los ojos del demonio se abrieran como platos fue escuchar a Phinx hablar sobre la profesión de su familia, y la sorpresa fue suficiente como para que unas pequeñas llamas azules empezaran a formarse en su espalda, despegándose y flotando hacia arriba después como si fueran gelatina. Desprendían un calorcillo agradable pero, si alguien probaba a tocarlas, se encontraría con que no quemaban.

—Espera, espera... ¿eso significa que vas a tener que trabajar en eso sí o sí? —El mismo concepto de trabajar inspiraba un cierto horror primordial para Adriel, pero aquel posible futuro de Phinx lo llevaba todavía un paso más allá—. Eso suena... aburrido —No había adjetivo peor—. Muy aburrido. ¿De verdad tienes que hacer eso? ¿No hay... cualquier otra cosa que te gustaría más?

Me divierte que acepte mi super abrazo y al escuchar que me pide espacio personal, una risita se me escapa. Al menos ya no está tan enojona y se puede conversar mucho con ella. Es agradable al fin de cuentas. Lo bueno es que Adriel se une a la idea de la fiesta y también recibe un abrazo de esos llenos de corazones, que endulzan el momento. Aunque me alejo un poco rápido ya que me da vergüenza, es el demonio que me gusta. 

—Pues, fiesta en mi castillo. ¡Molará! 

Después toca el turno de Phinx allí hablando sobre sus genes y esa esfera que de repente aparece, me quedo encandilada observando atentamente. Lo que cuenta es interesante y claro, en parte la define como demonio entre los demás. Incluso aquello es muy sagrado, un legado que al menos conoce y conserva. Yo no tengo idea del mío, y la verdad en parte hace que no sepa del todo quién soy. 

« Jurrr penita. »

—Sabes quien eres es genial, aún así te diría que busques el camino que tu corazón oscuro decida. Muchas veces tenemos algo trazado pero no quita que sea el indicado para ti—digo con total sinceridad y me sorprendo de mi misma—. Vaya, me puse filosófica. Aunque no tengo idea de lo que significa. 

Y me río a carcajadas, todo sea para no lidiar con la penita de ser una Don nadie. 

La respuesta de la calamar no le parecía realmente lo más inteligente que alguien pudiera decir, ¿Aunque, qué esperar de alguien que se estampaba contra una ilusión? En apariencia le daba igual la conversación, pues no dijo una sola palabra hasta que Magoa tomó su plato de tentáculos. En ese momento se sentó silenciosamente a un lado, algo apartado de ellos pero en la misma mesa. ¿Algo de ellos le podría estar llamando la atención? No era difícil adivinar que era a causa de la información desinteresada que estaban sacando a relucir. Acababa de dar un mordisco a su sandwitch de lechuga demoníaca cuando miró por el rabillo del ojo lo que hacía Phinx. 

-Todos en el consejo son una panda de viejos decrépitos con ansias de grandeza. No los culpo. Pero el camino lo decide cada quien, no somos títeres del consejo como nos quieren hacer creer. Volvió a darle un mordisco a su sandwitch, parecía que los daba pequeños y poco a poco, pues debía engañar a su estómago para que este aceptara que ese pequeño trozo de pan con lechuga era su único alimento. Aquello lo había dicho justo después de que Phinx dijera que su camino estaba dicho y de que la loca enamoradiza diera su opinión de forma más elaborada que la cocina de gas andante.

-Tendremos años escolares suficientes para conocernos, no creo que haga falta una fiesta... Por fin dio el último de los bocados, terminándose el sandwitch y sintiendo que le faltaba algo más de alimento, ¿Pero qué podría hacerle? No comería carne, de algún modo le costaba recordar cuando fue que dejó de comer carne, ¿Alguna vez lo hizo a caso? La idea de una fiesta le repugnaba, estar rodeado de toda aquella gentuza... Prefería su hogar y seguir estudiando todo acerca de su familiar, que era por el momento lo único instructivo que les habían enseñado entre muchas " los profesores.

Estaba escribiendo y comiendo tranquilamente mientras escuchaba a estos chicos prácticamente contarse toda su vida entre ellos, cosa de la cual desde luego no me quejaría porque es información que anotar, hasta que entonces Adriel me dijo que a veces daba miedo con una sonrisa -La gente mayormente solo lo piensa, no me lo dice a la cara- le respondí mientras comía con la boca abierta para hablar al demonio de llamas azules con mi cara de apatía, mientras luego giraba la cara a ver a Loirath -En una fiesta podría sacar muchos trapos sucios de vosotros y anotarlos, y hay mucha comida... por mi vale- dije con extrema frialdad con respecto a la fiesta que propuso. La misma me dijo que sonriera más, que era una gárgola, y que también contase cosas de mi vida... así que porque no... cumplí su deseo...

Esbocé una sonrisa que dejaba bien a la vista los dientes afilados de mi boca, algo manchados de sangre de los tentáculos y me quedé mirando a ellos... lo cual seguramente como dijo Adriel... daría mucho más miedo que antes -¿Mejor así?- les dije a ellos sonriendo... aunque la verdad es que no duré demasiado con esa cara y tardé poco en volver a mi cara apática y carente de expresión de siempre... esa expresión me era antinatural y no me apetecía esforzarme en mantener la sonrisa.

Entonces, en lugar de esperar a que yo respondiera, se centraron en seguir hablando y preguntando a la pedante calamar, la cual estaba haciendo algo así como una demostración de magia después de que Loirath hiciera otra demostración de desahogo sexual en forma de beso... Si eso de dar besos funciona para que te den información, ¿debería empezar a hacerlo? No lo se, no es un pensamiento importante, preferí centrarme en mirar a la chica calamar fijamente mientras transcribia cada palabra que decía de su boca sobre su familia y esa Tinta Familiar -Vale, los escupitajos negros de una familia de calamares es más interesante que yo... vale- dije con total apatía mientras anotaba eso también como un dato relevante al ver que de querer saber cosas de mi ahora estaban hablando solo de la chica calamar.

Después de eso miré a Loki que entre otras cosas dijo que los del consejo eran unos viejos decrépitos y que pasaba de fiestas -Mi padre es parte del consejo y no es un viejo decrépito... aunque si que busca encontrar los rumores y secretos ocultos de los demás miembros y de todo el mundo demoniaco para someterlos y tenerlo todo a sus pies. No es ningún secreto para nadie, por eso todos odian a los Ridere- dije con tranquilidad y apatía respondiéndole al chico -Nadie te ha obligado a ir a esa fiesta... Podrías ir, así te veo en un elemento que no te gusta y puedo anotar tus debilidades. Y de paso ver la de los demás- le terminé respondiendo.

     Siii... e..existe.. - musitaba ante el comentario del Desalineado y aunque no pensaba decirlo asi por que si, al menos podía agregar - pero si e de poner ambas en una balanza... el consejo y sus responsabilidades siguen teniendo prioridad... pues... aunque sus políticas y su forma de hacer las cosas no son para el agrado de todos... - mirando con los ojos entrecerrado a tal loki - es gracias a ellos que nuestro mundo a crecido tan prósperamente...

    Yyyyyy...- mirando con molestia a sonrisa de tiburón la cual tan tranquila había dicho esas palabras - Si tan orgullosa estas de aquella recopilación de información... sabrás que aquella "saliva" de una familia del consejo como malamente le has llamado no es tan simple como eso... o como tu persona...- mientras * las letras que había estado escribiendo de un momento a otro pasaban a tornarse cada vez mas oscuras - también nos permite controlar la humedad  del aire a nuestro favor y ya sabes... sin la cantidad adecuada... - a la vez que mas y mas gotas comenzaban a manchar el articulo con el que estaba escribiendo - se puede estropear el equilibrio... arruinando toda una mañana provechosa.

    Además, no solo en negro - chasqueando los dedos a la vez que tanto la esfera en mi mano como el resto de goterones que pudieran haber caído comenzaban a cambiar de tonos según mis palabras - también viene en verde musgo.. rojo sangre... azul real... o trasparente... ya sabes... para cuando no quieres que nadie lea lo que has escrito.   

Por primera vez en tu vida, no puedes controlar la tinta como tú quisieras. Parece que la libreta de Magoa, aunque parece un artículo escolar normal y corriente, posee algún tipo de poder mágico que lo protege. No es una libreta normal, eso está claro.

     tsk.... - miraba molesta tanto a sonrisa de tiburón y su susodicha libreta, obviamente tenia que haber algo detrás de todo esto, pero... se venían un par de pruebas mas adelante... forzarme y gastar mas energía para entender el por que solo iba a descompensar mas mi estado ... que con esta clase de comida igual poco y nada podría llamar estar a gusto .., por lo que lo dejaría estar.. por ahora.

Os dais cuenta de que muchos alumnos se están levantando ya de sus mesas y marchándose del comedor de la escuela... ¡El tiempo pasa volando, parece que ya es hora de regresar a clase!

Ya se había terminado su sandwitch, bebió todo el agua que pudo para acabar de llenar el estómago y se levantó en silencio de la mesa recogiendo su bandeja, repitiendo lo mismo que hacían muchos al salir, dejando todo colocado como era debido para que los encargados las recogieran y limpiaran. No miró al resto, ya había escuchado visto y hablado lo suficiente, al menos a su parecer. Simplemente marchó de nuevo a clase donde sabía que pronto se encontraría de nuevo con ellos. 

Mientras escribía, miraba a la calamar intentando hacerse la dura y mala conmigo... parecía estar intentando hacer alguna cosa estilo la pelota de agua aquella, y por lo que decía parecía tener que ver con mi cuaderno y la tinta... Aunque para nada estaba funcionando por lo que observaba, hecho que anoté en la misma libreta que tantas ganas parecía tener de fastidiarme.

Al final la chica hasta chasqueó la lengua molesta de no entender porque lo que sea que quería hacer no funcionaba -¿Intentabas joder lo que escribía calamar?- le pregunté con apatía de forma directa levantándome de la silla y mirándola desde arriba... y no solo eso sino empezando a gatear sobre la mesa hasta ponerme frente a ella mirándola con la pose de gárgola a la que seguramente se refería Loirath al llamarme así -Nunca intentes meterte con lo que escriba un Ridere. Si alguien lo hace, normalmente en mi familia matamos al que lo hizo si queremos ser piadosos, y si queremos que sufra simplemente desvelamos su más oscuro y oculto secreto, o por lo menos lo intentamos; pero a mi me da pereza hacer todo eso por lo que solo te avisaré. Vuelve a hacerlo y te cocinaré a la plancha con un aliño y unos gajos de limón de sangre de acompañamiento como cena. Y lo mismo se aplica a si me encuentro borrones en mi cuaderno de clase...- le dije de forma tan clara como fría y apática. Con todo eso dicho y ya habiendo sonado la campana simplemente cogí mis cosas y me levanté para irme con los demás compañeros a clase, como si no hubiera amenazado a nadie de muerte.