Partida Rol por web

El hombre no gritaba ni temblaba, estaba paralizado pero en un segundo recuperó el sentido. Aquella escena ya la había visto con anterioridad.

CERRAD LA PUERTA COÑOOO-cuando gritó esta vez se veía, si alguien estuviese mirando, la cantidad de saliva que escupía. Pero en ese momento eso no importaba.

Mierdamierdamierda...-empezó a medio susurrar mientras empezaba a retroceder, paso a paso, lentamente, sin poder apartar la vista de aquella macabra escena. Pudo contener el resquicio de cordura que le quedaba y se dirigió hacia el hombre que tenía la linterna, intentó quitársela pero falló.

Ya han llegado -susurra finalmente.

Tras eso, El Loco se dirige corriendo hacia la caseta de seguridad. Como siempre se acompañaba de su muñeco Mani.
Ven conmigo amigo, ven conmigo.-solía pensar el hombre, si pudiésemos catalogarlo como tal, cada vez que se iba de un sitio y se llevaba a aquel juguete infantil que acompañado de un nombre de su edad dibujaban una escena tétrica.

Joder, debo escribir otro, no me deja editar el anterior al público...

¿¿¿Mi pj ve algo que pueda utilizar como arma???
Quiero golpear al PUTO (:P) zombi !!

Jeremías mantiene la calma frente a la horrible escena que sucede a escasos metros de el.

El loco sale corriendo en dirección a la caseta del guardia. Su intención es protegerse y esconderse del horror que acaba de ver. Busca desesperadamente algo con qué defenderse en caso de tener que hacerlo. Lo único que puede servir es una vieja silla plástica con patas de hierro.

Oliver sale a toda velocidad de la biblioteca en pos de la salida principal del edificio. Da igual que llueva o nieve, no me quedo ni un segundo más aquí, piensa en su agitada mente...

Pasas la zona de ascensores y encaras el pasillo de salida del edificio, donde te encuentras una escena espeluznante. Un extraño ser, con caminar lento y ojos vacuos, con sus ropas empapadas de lluvia y... ... ... y sangre. Su cara roja por el líquido hemático. El segurita y el pizzero intentando hacerle frente. La puerta abierta. EL viento ululando y agitando los anuncios y carteles que cuelgan de los tablones de anuncio. Y tras él, al lado de la puerta, crees distinguir a Rose... En el suelo, con el cuello desgarrado, en mitad de un charco de sangre. Las paredes y la cristalera vecina salpicadas... El resto de compañeros asiste a la escena perplejos. El individuo ensangrantado avanza hacia Wilmor.

El extraño individuo sigue avanzando. Tiene a un paso a Wilmor y a dos a Jeremías, que son de momento los únicos en encararle. No saben bien a lo qué se enfrentan, pero de momento han sido los únicos en reaccionar. El viento entre impetuoso desde el exterior, agitando los carteles de los tablones de anuncios del pasillo en el que estais. Más atrás queda Jim. Franky y Conrad en la retaguardia. El loco ha entrado en la cabina del guardia tras intentar robarle fallidamente la linterna a Conrad. Desaparece dentro junto con Manni. A la escena y a toda velocidad llega Oliver, el joven desaparecido hasta el momento. Se queda petrificado ante lo que ve.

Wilmor queda sorprendido al ver el poco efecto que ha surtido el porrazo en el extraño, a pesar de ser un golpe fuerte, que habría tumbado a personas más corpulentas. En cambio el tío sigue avanzando, incluso intenta atacar a Wilmor, sin conseguirlo. Todo resulta demasiado surrealista. Wilmor siente una especie de mareo y nauseas, pero intenta reponerse. No puede bajar la guardia.

Wilmor aprovecha el tropiezo del loco para asestarle otro porrazo.
¡Maldita sea! ¡Estate quieto, estas detenido!
Pero los nervios le traicionan, y no consigue acertar en el cuerpo del caníbal.

Wilmor, enrabietado y luchando por su vida carga bestialmente contra el extraño individuo ensangrentado que ha sembrado tanta violencia. Lanza un porrazo certero contra el flanco izquierdo del ser, que se desploma con un ruido sordo al suelo.

De repente todo ha terminado. Todos observais lo ocurrido y no dais crédito. El charco de sangre de Rose sigue extendiéndose bajo su cabeza y cuello. Mueve una pierna en un tic propio de la muerte. El asesino queda tumbado en una posición extraña, como una marioneta plegada sobre sí mismo. Continúa con los ojos abiertos y no sangra por ningún lado.

Wilmor, con los ojos como platos y la respiración muy agitada, aún con algo de sabor de pizza en su boca, observa e intenta recapacitar.

Sus ojos acababan de ver una escena horripilante, sría imposible describirla con palabras...aquel hombre, si todavía podía ser llamado así había acabado con Rose...a mordiscos!!!

No sabía que en el psiquiátrico pudiera haber internos así, debía haber sufrido una crisis o quizás la falta de medicación al escaparse...era dificil comprender como un ser humano podía llegar a esos extremos...por muy loco que estuviera...

Lo pero era que aquel hombre avanzaba hacia ellos, no parecía sentir el dolor, y ni Wilmor ni aquel pizzero eran capaces de detenerle...

- Cuidado!!!- les gritaba al de seguridad y al pizzero desde donde estaba, sin atreverse a acercarse- No le hagais daño! No sabe lo que hace!

Sin embargo, sus gritos no causaron efecto y Wilmor seguía golpeándole con la porra...entonces fue cuando el otro demente que sujetaba con su brazo se desembarazó de él y después de unos susurros salió corriendo hacía la garita de seguridad.

- Quien es ese? Le conoces? Que le está pasando?- le preguntó al Loco. Le había seguido hasta la garita y había cogido su cara con su mano para que le mirase y le prestara atención. No había obtenido aún respuesta cuando vió el telefono que tenía Wilmor en la garita...rápidamente lo descolgó y tecleó el telefono de emergencias...
- Vamos, vamos...-le decía al telefono mientras escuchaba el tono de llamada- VAMOS!!!

Franky retrocede y se mete en la garita del segurita. Busca respuestas en el loco, que permanece agazapado y aferrado a una silla y a Manni.

Coge el teléfono. 911.

Comunica. Comunica. Comunica.

Jeremías se levanta y mira hacia el exterior, inquieto por las advertencias del loco.

Con la respiración agitada observas el exterior. La salida de la facultad gira bruscamente a izquierda y a derecha, dejando ángulos ciegos. Llueve a cántaros, pero no ves nada. Tendrías que salir y mirar a ambos lados...

Conrad se mantiene a distancia prudencial, aferrando una llave inglesa enorme entre sus manos, pero visiblemente acojonado.

Que...que...¿qué cojones ha sido eso?. Dios santo, Rose,¡qué hijoputa!

Tímidamente avanza unos pasos hasta situarse cerca del agresor abatido a porrazos.

¿Esta muerto Wilmor?

Salgo y miro hacia ambos lados (prudentemente, claro).
- ¡Eh, voy a mirar fuera, que alguien atienda a esta mujer!