Partida Rol por web

El aluvión de golpes demostró que le cogieron el truco a la sombra y todos impactaron, destacando los 3 disparos a la cabeza de Aldern que desplegó unos agujeros en la sombra desde que salia luz y acabose con la sombras ,aunque Karasu y Zhay también ayudaron a su destrucción en pedazos por la explosión de luz.

Sin embargo Valanthir que había pillado un dedo del pie con el tridente y daba saltitos ridiculos como el que se a pillado el dedo con una puerta.

Fin del combate

Silencio.
Durante un momento, sólo hay silencio. Esperabamos una batalla, pero estos monstruos... han sido demasiado inesperados. Ya no podemos asumir nada.

Miro a los globos ¡Aun tendremos que seguir rompiendo de ellos, para poder salir de aqui!"

Con duda, duda sobre nuestro futuro, vuelvo a recargar el revólver.

"¿Descansamos aquí, hasta que os recupereis?" aunque es por todos, principalmente me refiero a la fuerza drenada de Vala, y al arsenal tan gastado de Zhay.

Mi cara se asemeja a la de una máscara, debido a la frustración: no solo la criatura había consumido buena parte de mis fuerzas, si no que encima, si no era por la efecticidad de mis compañeros, a esas alturas es probable que estuviese muerto...

Un seco - Gracias..., es todo lo que puedo decir, mientras apreto el pie contra el suelo para mitigar el dolor, mientras me apoyo en el tridente.

- Yo estoy mas o menos bien, aunque si Zhay puede hacerme recuperar las fuerzas que me faltan, mas eficaz seré... Eso sí, como luchador, porque magia me queda MUY poca...

Tras eso, me quedo mirando las esferas que faltan, y a Zhay, alternativamente:

- No me hace ninguna gracia hacer noche aquí, pero quizá no quede otra opción..., digo, ya diluyendose el enfado por mi final de la pelea, y con una creciente preocupación por el estado de nuestros recursos.

- Me has leído la mente, Val. No es el mejor sitio para acampar, pero es un sitio. Mientras no toquemos las esferas no deberíamos tener problemas. Creo que deberíamos descansar. Pedir a Milani el poder para restablecer tu herida llevará su tiempo - dice la clérigo, mirando las esferas restantes y a sus compañeros, posteriormente.

- Si nos enfrentamos a retos similares, en mi actual situación, sería de poca ayuda. Necesito recobrar mis oraciones - admite.

Asiento a las palabras de la sacerdotisa: - Mi situación es similar, así que, hagamos guardias, y descansemos. La prioridad, sin duda, es no tocar ninguna de las esferas que quedan sin abrir... Estás de acuerdo, maestro...??, pregunto, con la vista fija en el aviar, que se mantenía en un mutismo inquietante...

Escuchando lo que dicen sus compañeros el ave empieza a hablar. Bueno, descansaremos en este lugar. En donde haya una mayor distancia de las esferas para que no haya ningún imprevisto. Ademas, si les parece bien, yo puedo hacer la primera guardia y Alden la segunda, ambas de 4hs, para que terminen ustedes dos la última, así de paso pueden dedicar el tiempo que sea necesario para poder preparar sus conjuros. Que dicen?

Zhay asintió, satisfecha. No perdió tiempo: desenrolló su esterilla y se arrodilló sobre ella. Extrajo un librito de oraciones y sujetando fervorosamente su símbolo sagrado comenzó a rezar a Milani.

Aldern, por su parte, busca una zona mas o menos seca y enciende un fuego para calentarnos todos y poder descansar tibiamente.

Nos hemos dado DEMASIADOS chapuzones, enfrentado a agua hirviente, y sufrido el frio de la muerte DEMASIADO cerca.

No voy a ponerme en plan parlanchín. Estamos en un buen apuro, y si no hubiera sido por esta mujer en armadura, ahora estariamos mas muertos que estas Sombras.

A lo largo de mi guardia, me dedico a limpiar y engrasar mi equipo. A cuidar el armamento y a calentar raciones. En ese momento, al calor de la llama, empiezo a tener una idea... peculiar

Agotado. Esa era la definición del estado en que me encontraba en ese momento, y no solo por la exigencia de los combates que el tarado de Archimago nos tenía preparados, si no por el toque helador de la condenada sombra. Sus dedos incorporeos se habían hincado en mi pecho, llevandose parte del poco calor que quedaba en él.

Simplemente asentí a la propuesta del maestro Karasu, agradeciendo el gesto, pero sin mediar palabra. Con cuidado, me hice a un lado, buscando una zona seca, y con orden, como siempre hacía, coloqué la lona sobre la que iría el saco. Con parsimonia, meditabundo, me quité la coraza, y revisé su estado, tratando con sebo las zonas dañadas. Despues, hice lo propio con mis armas, en el mismo ritual que hacía dia tras dia. Cuando acabé, simplemente me metí en mi saco, con el gladius cerca, por si tenía que ponerme en pie en un momento. Aunque confiaba en que no fuera así, mis compañeros eran mas que eficaces, dejaría mi vida en sus manos mientras el sueño me venciese...

- Buenas noches... Despertadme para mi guardia..., musité, antes de rendirme al cansancio, esperando las pesadillas que sabía que llamarían a mi puerta, como siempre...

Cansados y encerrados entre cuatro paredes intentaron descansar en aquel lodazal. No tenian mas fuerzas para seguir y habian revisado ya casi la totalidad del dungeon de aquel mago loco incluyendo destruir sus malditos mounstruos minioins.

Deseaban echarse a la cara a ese mago por venganza aunque fuera mas poderoso que ellos si eso terminaba con la agonia antes y para colmo estaban en una habitacion presos donde la retorcida idea de globos con mounstruos para encontrar una llave y la suerte no acompañaba era aun mas desesperante

Pero se sentian orgullosos eran un grupo bien avenido y compenetrado . No muchos grupos de aventureros eran capaces de coordinarse y llevarse tan bien pese a las dificultades y en parte era por el largo tiempo que llevaban juntos pero tambien porque eran amigos entre si

- Joder, siempre he odiado dormir sobre el barro..., gruño, a modo de buenos dias, cuando me levanto del suplicio que ha sido dormir en esas condiciones, con un dolor en la espalda que me hace arquearme como un viejo: - Dormir...?? Apenas un condenado duermevela..., pienso, de muy mal humor mientras trato, sin excesivo éxito, de quitar el barro de mi ropa, tras lo que, hastiado, y sin tener una muda disponible, opto por ponerme la armadura, aunque el barro y la humedad bajo ella me darán problemas, lo se.

- Comamos algo de esta bazofia, digo, mordisqueando una racion seca, que, hoy en especial, me sabe a mierda de boro, y acabemos con esto cuanto antes...

Despues, secandome con cuidado las manos, extraigo mi libro de conjuros de su bolsa protegida contra humedad y fuego, y en otra hora, regenero mi arsenal mágico para el día, disminuyendo algo mi agrio humor al ver que mis resevas mágicas vuelven a estar colmadas de poder.

- Bien, cual toca ahora. Si se le ocurre salir a otra criatura, por los dioses en los que no confío que la reduciré a polvo... Quiero esa condenada llave, y salir de este lozadal del demonio!!!, acabo subiendo el tono, mientras gotitas de saliva se me escapan de la boca. Decididamente, el "descanso" recluido en esta sala no ha contribuido mucho a mejorar mi habitual seco humor.

Zhay se alza agotada, después de haber rezado a su diosa. Le duele la espalda, de haber adoptado posturas antiálgicas para evitar embarrarse lo menos posible en un recodo de la sala, menos empuercado. Moviendo los omóplatos logra liberar varias vértebras con un sonido de huesitos. Pero resulta liberador.

Mira a sus compañeros y se acerca a Valanthir.

- Hola Val. Vamos, muéstranos esa hermosa sonrisa que tienes y tan pocas veces exhibes - dice con tono jocoso la clérigo. Entonces enarbola su símbolo sagrado y emite una plegaria, terminando por tocar al elfo. Este siente como las fuerzas perdidas por culpa de las sombras, retornan.

Posteriormente vuelve con su armadura, colgando de un filamento de adamantio y comienza a ponérselo con parsimonia y tranquilidad. No tienen urgencia. Pide ayuda a sus compañeros para que le ayuden con algunas cinchas y al poco rato ya está preparada para proseguir.

- ¿Alguien necesita algún tipo de ayuda? ¿Heridas o armadura, tal vez?

- Cabrona, lleva poco tiempo con nosotros, pero ya sabe de que pie cojeo..., pienso, esbozando una media sonrisa sarcastica y, aunque aun con un cabreo que dudo que se me vaya en todo el dia, digo un abrupto: - Gracias..., acompañando la frase con un pulgar hacia arriba, cuando la plegaria de Zhay hace retornar las fuerzas perdidas en el combate contra las odiosas sombras.

... si salimos de aquí hoy, con vida, prometo hasta contarte un chiste..., acabo, tras unos segundos de silencio, antes de que la media sonrisa sardónica desaparezca en un mar de hielo, al mirar las condenadas esferas aun restantes...

Antes de dormir, a Aldern se le ocurre una idea:

Saca su tienda de campaña, busca un sitio, alejado de donde espera enfrentarse a los posibles monstruos. Ahío es donde la levantará.
Luego saca su pico, y empieza a darle con saña al suelo de la sala: Va a hacer un Canal de Desagüe¹. Va a ser una tarea un tanto ardua, el ir sacando el barro y cavando el canal. Pero al fin y al cabo, el pistolero no está tan cansado.

Cuando finalmente tiene un área mas o menos aislada, le da dos pataditas a la tienda.

"HALA. Ya me he dado yo la gran paliza MIENTRAS VOSOTROS MIRABAIS. Que ahora monte otro la tienda"

Cansado por haber dormido mal, estar embarrado y mojado, el ninja como un poco de sus raciones para luego hacer unos ejercicios de calentamiento y finalizando con la colocación de la armadura.
Esperemos que hoy estemos con mejor suerte. Si alguno sabe como crear agua, eso nos ayudará con el barro que tenemos. Sino sigamos con la siguiente esfera, así terminamos lo antes posible.

El dia siguiente espera a que le deis a otra piñata

"Click, Clack", sonaron las cervicales de Zhay cuando esta lateralizó a ambos lados su cuello y cabeza, liberando tensiones. Embrazó su escudo y desenfundó su martillo de guerra, avanzando hacia la siguiente esfera. Se detuvo frente a ella, dejó una vieja manta debajo y observó a sus compañeros.

- ¿Y bien? ¿Todos preparados? - preguntó, dando a entender que ella golpearía el orbe de nuevo.

El plan de Zhay funcionó, y al menos evitamos sentirnos como un cerdo rebozado en el barro, aunque el dolor de huesos por la humedad perduró. Con la armadura ajustada, todos mis conjuros disponibles, mi caudal mágico a tope, y con mala leche para con el chiflado de Keraptis que crece a cada momento, asiento a la clerigo, mientras empuño el tridente legendario, "Wave", me preparo para la siguiente sorpresa que contengan las esferas...

- Dale, Zhay. Acabemos con esto cuanto antes...

Aldern está con mala leche:
Yep, se ha pegado una panzada de cavar para hacer un canal de desague, pero el barro era tanto, que no ha habido manera... ¡Puñetero mago! ¡Este tio no tiene honor ni humanidad!

"Venga, por mi parte, vamos a por el numero ocho" dice revisando que la pistola -asi como el trabuco a su espalda- estan cargados, engrasados y listos...