Partida Rol por web

Fekhtz vio la vía de escape que hizo Nadia, agito duramente las riendas de su destrero para huir. Pero tres enanos se pusieron en medio haciendo que el destrero se asustara y Fekhtz se cayera al suelo duramente. Se levanto algo mareado y sin mucha visión de su alrededor. Corría hacia delante pero chocaba contra los humanos, enanos. Vio que no había otra solución movió de una manera peculiar las manos diciendo algo en arcano.- Aek ygundak.- Salio de sus manos una gran bola negra dejando por su camino un aura oscura. Dándole a un par de humanos y a un gnomo. Los humanos y el gnomo cayeron al suelo muertos. No tenían heridas, simplemente su cuerpo soltaba un aura negra.- Bajar hay demasiados para huir.

 Dawi se mueve con agilidad, saltando de espada en espada, a uno le lanza una daga y se la hinca en el corazón, saca su escopeta y lanza un disparo que alcanza en la cabeza a otro, y por último le corta de un tajo el cuello a otro de sus enemigos, ya solo quedaban 22

 Malantdrel invoca unos fuertes vientos que crean una tormenta de arena que desorienta a los arqueros trolls y a los guerreros orcos.

 Cuando vi que Tuerca estaba atacando, me dispuse a matar a los que estaban a mi alrededor por si tenía que hacer una curación rapida a causa de una mala jugada.

Cuando empuñé la maza que tenía en mi cinturón, me dispuse a pegar a los 2 que me estaban apuntando con sus armas. Les di con la maza en la cabeza, pero no les maté. Estaban casi incoscientes en el suelo pero todabía se movian. Espero que para la proxima no tengan tanta suerte

 En la horda faltan por tirar Taur y Erioth, creo, y en la alianza solo Shel Ha, cuando todos tiren, empiezan los malos a pegar

Los muy inútiles habían dejado el lugar lleno de huellas. Cualquier elfo tuerto y que padezca vista cansada se daría cuenta de que cerca había enemigos. - Estúpidos miembros de la alianza... ¡Preparaos, puede que haya que luchar! - Efectivamente, segundos después de mi grito varios enemigos aparecieron. No parecían ser guerreros experimentados, sino más bien obreros apenas podían mantener el peso de un arma con sus brazos. Sin embargo una hoja hundida en la carne es suficiente para matar a alguien sin importar la destreza con que se logre.

Nadia sugirió la idea de correr aprovechando la velocidad de nuestros zancudos. Y yo la seguí. Por contra había perdido de vista al brujo y al Tauren, que quizá se habrían quedado atrás.
Todo pasaba muy rápido y sin apenas darme cuenta ya había sacado mi arco y armado el brazo para disparar al primero que se me pusiese a tiro. De la mano de la maga, que cabalgaba un par de metros por delante mía, nacía una enorme bola de fuego que desprendía un calor apreciable desde mi posición. El hechizo pulverizó a varios enemigos por delante nuestra, a excepción de dos enanos que ahora saltaban hacia mi compañera por sus flancos para derribarla. Mi arco se movió instintivamente y las dos flechas tomaron distintas direcciones, atravesando casi al mismo tiempo la garganta de los dos desdichados. La fuerza con que habían sido disparadas hizo que los cuerpos muertos cayesen lejos del camino de Nadia.

Pero no había terminado. Una mirada a la retaguardia me alertó de que los demás se habían retrasado. Cuando volví la mirada al frente lo único que alcancé a ver era un humano que se echaba sobre mí, tirándome de mi montura y rodando ambos por el suelo. Me había pillado desprevenido y ahora empuñaba una espada corta con la que me daría el golpe final... pero la suerte estaba conmigo. Gÿen, siempre atenta, se lanzó contra él quitándomelo de encima y desgarrando su cara con una serie de fieros mordiscos.

En cuanto me sentí liberado, me puse en pie para alertar a mi compañera - NADIA, LOS OTROS SE HAN QUEDADO ATRÁS. VOLVAMOS A POR ELLOS - Acto seguido recuperé mi arma del suelo y corrí en sentido contrario al que habíamos seguido hacía sólo unos segundos. Mi mano derecha acariciaba ya las plumas de una tercera flecha y la colocaba en el arco, sólo a medio tensar.

- NO ¡REGRESAD!.- La voz de Taur sonó grave como el trueno y oscura como la propia aura del brujo. Era una voz que no dejaba lugar a dudas de que no estaban alli para liarse a matar y a perseguir hasta dar muerte a sus enemigos. - Dejadles que huyan. Cuando quieran encontrar refuerzos estaremos lejos de aqui, y si vuelven con más refuerzos yo me encargaré de ellos.

Sorprendentemente el tauren aun estaba subido en la bestia kodo y no se habia inmutado siquiera por el combate. No tenia las ansias de batalla que tenian sus compañeros,él no era un asesino como ellos. Nada serviria cercenar unas vidas si podian evitarlo.

 Los alianzas no van a huir al revés están atacando...

 Un humano guerrero blande su espada y carga contra Nadia. Mientras cargaba ve como Nadia era una rival dura y era posible que le esquivase el golpe. Al llegar hacia Nadia, poco antes se resbala y cae al suelo.

 Un gnomo pícaro se oculta entre las sombras, apareciendo por la espalda de Fekhtz y clavandole una daga en el costado.

 La guerra había acabado, por fín, los cuerpos y la sangre se amontonaba, y avanzaban a toda rapidez una vez acabada la lucha, el sol empezaba a caer por las montañas. Ya quedaba menos, tras un día de pelea y de caballos. (Perdonad que ahora esté aburriendo un poco, hago lo que puedo, y ahora en Tundra esto mejora, :P)

Shel Ha que había seguido en todo momento los pasos de Dawi, se encontraba algo desorientada, no sabái que es lo que estaba sucediendo alli, pero al menos la fortaleza y el espiritu de Dawi le daba ánimos a seguir.
Se mantuvo alerta desde entonces, nada ni nadie volveria a sorprenderla

 Días más tarde, habían llegado a la Tundra y día o noche hacían tiritar hasta a los huesos. Debían llegar al bastión respectivo y pedir ayuda.

(COMO DIJE, PERDONAD UN POCO EL ABURRIMIENTO, AHORA ES CUANDO SE PONE INTERESANTE.)

Ánimo no queda demasiado hasta el bastión...debemos agilizar el paso...incluso el descanso debe ser el menor posible para evitar riesgos.

 Malantdrel respira profundo y parte, no se siente nada cómodo puesto que pasaron de un desierto caliente a uno helado, y temía que en cualquier momento los asaltaran no muertos, puesto que la eran los únicos que podían quedase en la Tundra por mucho tiempo.

Dawi encendió la pipa y siguió su camino, mientras asentía con firmeza sobre el comentario de Shel. Sabía que habría unos cuantos problemas allí. Seguían al galope, y pronto una brecha se abrió delante de ellos, haciéndolos retroceder. Necesitarían un camino alternativo

Las grietas empezaban a abrirse, no quedaba mucho tiempo. Pero aún quedaban los refuerzos, pero quizás para entonces el mundo se habrá abierto por completo.