Tony ha salido de la antena con los tres cadáveres, los italianos salen después y se mantienen fuera con el semblante oscurecido, al igual que Tony.
Frank se dirige a ''colocar'' la ametralladora en el Kubel.
Charlie permanece esperando.
Frank termina de colocar la ametralladora en el kubel mientras contempla el sembrante triste de los soldados y de Tony. Sabe lo que ha pasado y cómo se siente. De hecho, comprende los sentimientos bastante bien, y ello lo demuestra su faz.
Mantiene la cabeza agachada sin dirigir una mirada al dottore mientras monta la ametralladora, confiando en que esto no le afecte en demasía. Sin embargo, acaba por pecar de optimismo y dirige unas palabras para romper el frío silencio:
- ¡A VER SI NOS LIBRAMOS DE TANTA MIERDA A LA SIGUIENTE VEZ! ¿VERDAD, CHARLIE? - dice mientras esboza una sonrisa forzosa en la que se nota su naturaleza. Nunca parecía haberle costado sonreir. La guerra le empezaba a pasar factura y solo llevaba unos cuantos tiros cruzados.
¡Jajajajajaja! Río por el chiste de Frank, pero lejos de ser algo divertido se convierte en algo raro cuando tras los disparos Tonny sale con semblante sombrío del edificio. Cuando me doy cuenta toso y dejo de reir, luego miro a Frank mientras me siento en el asiento del conductor del Kübel
¡A VER SI NOS LIBRAMOS DE TANTA MIERDA A LA SIGUIENTE VEZ! ¿VERDAD, CHARLIE?
No se Frank, no os entiendo... Yo no siento ninguna empatía por esos alemanes. En fin, parece que ya estamos en carnaval. Pongámonos esos uniformes, aunque dudo que a tí te quede bien ninguno.
Frank baja del kubel tras haber montado la ametralladora, o como se llame a colocar la ametralladora con el bípode. Sabe que no servirá de mucho, pero una orden es una orden.
Con mirada de soslayo se fija en Charlie cuando oye el comentario acerca de los uniformes y una cara de sorpresa denota que se le había olvidado completamente.
- ¡SU PUTA MADRE, ES VERDAD! - dice mientras empieza a tomar uno de los uniformes de mayor tamaño y a ponérselo. - ¿NOS DIJO QUE NOS LO PUSIÉRAMOS? - dice Frank en duda. En estos momentos se notaba su torpeza para recordar órdenes, justo lo que faltaba para contentar al teniente. - ¡PORQUE YO LLAMARÉ LA ATENCIÓN! - dice mientras en sus labios se marca una sonrisa verdadera al darse cuenta de que conjuntaba menos con esos uniformes que el chocolate con el aceite.
Luego responde al otro comentario de Charlie con una sonrisa inocente: ¡DE LOS ALEMANES HABLAREMOS CUANDO ESTEMOS EN CASA CON UNAS BUENAS CERVEZAS! - dice a la vez que se rie, confiado en que todos volverán sanos y salvos.
No Frank, tu no hace falta que te vistas de nazi... Creo que todavía no hay nazis negros. A Alemania solo le gustan los negros entre las piernas.
Se supone que el otro grupo estará 6 horas de caminata.
Decid lo que hacéis y que Tony me diga cuando partis para Badova.
Mira a Charlie ante su último comentario con una sonrisa. El racismo para él, como para la mayoría de los suyos, se había vuelto demasiado común y cotidiano. Aun del país del que procedía y para el que se había alistado defendiendo los derechos humanos, tenía todavía grandes marcas racistas; pero ello no iba a dejar que lo mellara.
- ¡ENTONCES NO TOCO NADA! - dice colocando las manos en alto como si estuviera siendo apuntando, a la par que la sonrisa persistía en su rostro. - PIZZETONY - dice dirigiendo una mirada a su superior. - ¿VAMOS MOVIENDO EL CULO O NOS QUEDAMOS ESPERANDO A LOS AMIGOS DE ESTA GENTE? - dice señalando a los italianos con un movimiento de la cabeza.
La verdad es que podríamos ponernos los uniformes, pero cuando vean a dos soldados con uniformes alemanes en un Kübel, con un negro detrás agarrando una calibre .30... No se qué se les puede pasar por la cabeza...
Pe pongo la chaqueta alemana y comienzo a abrochar botones. Frank, si te decimos que te agaches, te agachas, por si las moscas. Si pudiesemos desmontar la ametralladora del blindado... Bueno, lo que mande el doctor
Frank contempla a Charlie con cara de incredulidad, al tiempo que dirige la mano hacia la parte de atrás del kubel para mostrarle la ametralladora.
- ¿PERO TÚ TE CREES QUE ESTO TIENE ALGUNA COMPLICACIÓN? — dice mientras le muestra la ametralladora, que únicamente se encuentra apoyada en el kubel sobre un bípode. — ¿QUÉ TE CREES QUE VOY A MONTAR CON UN MIERDA DOS-PATAS PARA EL ARMA? PERO NO TE PREOCUPES, SI ME AVISAS ME AGACHO... ¡O LES DISPARO SI NO HAY OTRA! — dice con una sonrisa mientras contempla la escena y espera a que Tony le indique qué deben hacer.
Entiéndase por "Dos-patas" como el bípode.
Montarla Frank, solo digo que la apoyes, no te estoy pidiendo un trabajo de ingenieria, la apoyas en un lado y punto. Le digo mientras gesticulo con las manos. Y vámonos antes de que desde abajo vean el humo del puto blindado o vamos a tener la puta mitad de Italia sobre nosotros.
- Bueno. ¿Estáis listos ya?- Tony aguarda respuesta de los demás sin quitar ojo a los italianos.
PNJotizado
Yo diría que sí. Me rasco la barbilla y me cruzo de brazos agarrando el fusil con las manos perpendicular al suelo.
Cita:
- Basta de chistes y a ver si estamos a lo que estamos. Charlie, no pierdas más tiempo y ponte al volante. Frank atras con los italianos - No los pierdas de vista Frank - El teniente ha dicho que esperaba que le alcanzáramos en 10 minutos, no se que hacemos todavía aquí, ya deberíamos estar en marcha
- ¡SEÑOR, SÍ, SEÑOR! — digo tras escuchar las órdenes que se me habían encomendado.
Haciendo caso a las órdenes de Tony, dejo la conversación con Charlie, para controlar que los italianos se suban al kubel. Posteriormente, tras haber conseguido que todos se suban, me subo yo con ellos apoyándome en una zona apartada con la ametralladora; no sin dejar de dirigirles miradas cada dos por tres para tenerlos controlados.
¿Nos los llevams de paseo? Joder... Pues vale. Me cuelgo el rifle por delante y arranco el Kübel. Camino al pueblo, ¿no? Pues vale. Encamino el coche carretera abajo.
Por confirmar, alguien le había metido una ráfaga de ametralladora a los aparatos de la estación de radio no?
Nanai. Dilo para que los personajes lo recuerden.
- Mario, Luigi, id diciéndonos por donde tirar, vosotros seguro que os sabéis el camino.
Creía que Alfred Kalb le había metido unas ráfagas, imagino que me habría dado cuenta cuando he entrado antes y lo hubiera hecho.
De cualquier manera, lo inutilizamos, metemos las armas de los alemanes en el kubel y tiramos para adelante.
Frank se pone nervioso a mirar al dottore, con cara de confusión, alternando la mirada entre él y los italianos a los que ha preguntado mientras se palpa su curiosidad.
— ¡OYE, PIZZETONY! ¿NO DEBES HABLARLES EN SU LENGUA PA' QUE TE RESPONDAN? — pregunta con impaciencia Frank mientras observa el rostro de la extraña pareja de italianos para ver en sus rostros si se han enterado o no.