Los eonios avanzaron con sus escudos relucientes y sus armaduras contra las aldeas de Zz, pero Lobo, caudillo de los goblins del sur ya estaba preparado y las huestes de pielesverdes salieron al encuentro de aquellos monstruos de piel pálida nacidos y destinados a combatir en el campo de batalla. Los pieles verdes cerraban sus filas con sus escudos y recibieron la brutal embestida de las lanzas y espadas de los eonios para quienes no parecían ser rivales.

No obstante la batalla estaba muy lejos de estar decidida, los eonios mutilaban y cercenaban a aquellas criaturas pequeñas y berreantes, que luchaban con gran arrojo en una batalla que parecía a todas luces perdida. 

Las flechas surgieron de todas partes, impregnadas en toda clase de deshechos y sustancias apenas causaban ligeros rasguños en los guerreros eonios que siguieron luchando con la ferocidad que se les había inducido antes de su concepción. 

Los goblin, capitaneados por Artisea Muerderramas atravesaron sus propias filas montados sobre pequeños cerdos salvajes en el momento en que una magia extraña convertía el lugar en un lodazal. Eonios, goblins y cerdos se revolcaban en aquel lugar impregnado mientras los arqueros descendían para unirse a la reyerta.

Más rápidos y hábiles en aquel terreno frente a las armaduras de los eonios, éstos últimos tuvieron que retirarse. Apenas habían sufrido bajas por lo que pretendían seguir su ataque. No obstante las flechas emponzoñadas rápidamente agrietaron la salud de los guerreros.

Dos noches después, la horda de goblins caía sobre el campamento eonio haciéndoles huir en medio de la noche de vuelta a Dol Uthlane

Craso error

Empujados por el crecimiento progresivo aquellos venidos de Kalnas, hijos de la “Ciudad Viviente”, marcharon desde sus puestos de avanzada hacia lo que parecía ser solo un objetivo más en su ambiciosa campaña: el territorio sin nombre, ciudad oriental  deshabitada, según se pensaba. Al mando del primer batallón de Milzis, Raudona la beligerante junto a Baisus, el brutal, esperaban una operación rápida, más de restauración que de colonización en sí, aunque eso no evitó que los Kareivis marchasen portando sus espadones y hachas de guerra, preparados de antemano por si había invasores asentados en la ciudad más cercana a su capital.

Llegada desde el cielo, la majestuosa potestad de la Bree’Gaisma les cubrió por orden del mismísimo monarca cuando como avalancha con inteligencia propia dejaron atrás los bosques de troncos aplastados por su paso…pero encontraron todo menos un paisaje abandonado.

Respondieron a su llegada miembros no de una tribu simplista o subdesarrollada, sino guerreros fieros, seres entre antropomorfos y bestiales que tan bravos como su aspecto enfrentaron de igual a igual a quienes en otros lares habían tenido la ventaja; inteligentes también, los que portaban garras y colmillos como armas naturales no eran un enemigo al cual subestimar…

Ante las órdenes del “brutal” la horda de Milzis avanzó aun así sin temor, demasiado entregados a su misión como para retroceder ante un error en los datos de sus propios exploradores; Raudona habló de apuestas, de gloria…y de sangre, ya que pese a no ser precisamente bárbaros los llegados desde Zvaigzne eran orgullosos, inamovibles y metódicos una vez tenían su objetivo fijo.

Roca contra garras, ambición contra instintos; el choque aquel se prolongó por horas pese a todo, sin embargo los guerreros de apariencia animal tenían más por perder que los invasores y eso fue inclinando la balanza a su favor de manera lenta pero constante. No caerían a las primeras de cambio…

Ese día, durante la que de ahí en más sería conocida como “la batalla de Gurruk Gharr” el poderío de Baisus fue puesto en entredicho por primera vez en décadas, Raudona, por otro lado, aprendió a la mala sobre el verdadero potencial de los pintorescos habitantes de aquel nuevo mundo; fue detenida en seco, por no decir repelida al final como si fuera una novata, mientras que todo un batallón de Milzis, hermanos de combate y de gloria, quedaba destruido como imponente aviso frente a la ciudad de las bestias.

El error costó una cantidad importante de efectivos y prácticamente indispensables ciudadanos a Kalnas, mientras que las heridas dejadas por las garras del imponente Khan marcaron más que la superficie mineral de Baisus; el apodado “brutal” sangró desde su mismo núcleo, al igual que todos los caídos, y en una elección que solo podría significarle vergüenza prefirió huir cuando estaba a punto del colapso que volverse una más de las ruinas ahí, lo que ahora era ese escuadrón de la Raudonoji’Armija; perder le arrancó amargas lágrimas a la beligerante, sin embargo todavía faltaban las consecuencias que esta habría de enfrentar cuando el mensajero anunciara su vuelta a Kalnas sin el resto de soldados; mientras tanto, de los cuerpos minerales rotos dejados en Gurruk Gharr el hedor típico solo de la carne en descomposición comenzaba a hacerse evidente…

Luego de la visita de Huss Ororrojo y Cethra, Damakos mandaria a otro de sus embajadores a una mision a el pueblo vecino de Narnia, de nombre Klaar una chica tiefling de 20 años, igualmente joven como Cethra o Damakos, esta seria de un tamaño pequeño comparado con Damakos o Dnai, pero su tamaño lo compensa con su carisma para convencer y para aprender idiomas desconocidos rapidamente, Dnai tenia una amistad con Klaar, y un amor/odio con Damakos, pero partiria a su mision con gran desicion de volver con buenas noticias para su amo.

Damakos y Dnai despues de despedirse de Klaar, Damakos hablaria con Dnai, sobre que hace no mucho Cethra viajo hacia LP y no encontro absolutamente nada, parece que quien quiera que viva alli sabe esconderse muy bien, eran requeridas las habilidades de Dnai para ver que podia decir de ciertas criaturas desconocidas

Al salir Dnai de Finsternis llegaria ese intrigante viajero de nombre Valjean segun entiendo, Damakos fue a verlo directa y personalmente, pidiendole que le revelara informacion de Kalnas, ofreciendole el recurso que el escoga

 Cethra acude frente a Damakos - Mi Señor, tenemos noticias de Valjean. La ciudad de Kalnas dispone de seis mil habitantes (5upc+1upm), algunos de ellos fuertemente armados. Parecen golemantes mi señor. Nos ha contado sobre enormes distritos en los que se trata el mineral y de donde salen artesanos en busca de aventuras por Wyrd. 

Poseen una red de espías que lleva un tal Zwei, y una bien colocada embajada. - Cethra sonríe frente al buen trato que parecía habían hecho con Valjean, al tiempo que entra Klaar, quien con una sonrisa dulce y cálida se coloca frente a Cethra abriendo su capa y haciendo una gentil reverencia

Mi señor- Os traigo buenas nuevas de Narnia, los Sátiros me han brindado hogar y comida, y seremos bienvenidos en futuras visitas si seguimos llevándoles regalos

Cethra de nuevo interrumpe enojado y agraviado - Damakos.... señor, pensaba que yo era el embajador de Finsternis. Me temo que la embajada es demasiado pequeña para ambos y exijo que esta recién llegada vuelva al burdel del que proviene.

 Con las mismas entra Dnai. Va a ser un día muy movido en la corte. Pacientemente aguarda a un lado a que la discusión entre ambos postulantes a embajador acabe, la embajada efectivamente solo requiere de un embajador, y aunque hubiera dos, es uno de ellos el que está al mando de toda la corte embajadora.

Cuando la discusión ha acabado, se desliza por un lado de la sala dejando que ambos tiefling desaparezcan - Mi señor Damakos, he visitado LP. Sus habitantes son de piel pálida y pequeños. Medianos se hacen llamar en un idioma harto vulgar y sencillo.  Parecen jactarse de sus colectas, y sus casas están siempre rodeadas de campos y campos, cada semana parecen realizar ofrendas de comida a algun tipo de diosa-

¡Skintchal ha ideado un plan excepcional! Utilizar las esporas micónidas para endulzar la comida ofrecida a los elfos. Sin embargo, esto requerirá una cantidad importante de las mismas.

Como no se desea contar con pueblos fantasmas, hombres lagarto irán a trabajar aquellas tierras de otro modo desocupadas.

Tras su encuentro con el vampiro, Leonette estaba más segura que nunca de que necesitaba una demostración de fuerza para que Eresand volviera a atraer a los poderosos Fata y su favor. Necesitaba ganar la complacencia de la Dama y las Cortes de los Sueños, o su reinado sería más breve aún que el de Elric.

Así pues, decidió tomar la delantera. Aquellos lagartos repugnantes sufrirían la ira de sus huestes. Decidió enviar a los goblins del Barrio Verde de Eresand y a los supervivientes de la Batalla de las Laderas (2UPC, 1 Goblin y 1 Humano y atacar kt de nuevo) a la batalla contra los sangrefría de Kt. No habría posibilidad de pacificación, ni de pactos como los que habían ofrecido a lord Ticoi. Era una guerra de exterminio y serían los humanos o los sangrefría.

Mientras enviaba a tantos cientos de almas a la muerte, Leonette decidió recurrir a sus hadas espías. Deseaba saber si DG había sido ocupada por los adoradores de la Serpiente Emplumada. Honraría los acuerdos de Elric, pero no pensaba quedarse de brazos cruzados. Se negaba a consentir un fallo en su intentona, de modo que decidió recurrir al afamado Valjean, un favorito del Señor de los Susurros, uno de los Fata más poderosos. (espiar DG con Valjean, -1 R).

La Reina de Eresand no se conformó con ello, sino que reunió a todos aquellos que podían haber incurrido en el fracaso del asalto de kt y a enfurecer a los Fata y los armó con los restos del ejército de Elric. Aquel ejército tendría que probar su valía marchando hacia el sur, hacia las desconocidas costas de Okk. (2 UPC atacan Okk).

Para seguir atendiendo los campos, no obstante, ordenó a algunas gentes de Goblinshore regresar a Eresand (mover 1 UPC humana a Eresand desde Goblinshore).

 Los guardias abren paso y escoltan de cerca al mago cuando éste llega frente a Leonette. El mago, que ha recorrido todo Wyrd y ha visto de cerca docenas de ciudades y señores postra ambas rodillas frente a Leonette con gesto derrotado y habla en idioma común de Eresand - Mi reina, vuelvo de DurGonaelth, y aunque sus gentes tienen buenas relaciones con los regentes del norte, éstos aún no tienen el control de la aldea.

En ella vive Marianna Aegon, una hechicera elfa, una raza faérica llena de magia. La aldea no tiene ningún edificio resaltable, pero sus fuerzas se encuentran armadas y listas para defenderla de un ataque. (1upc+1upm)

Los ojos de Valjean no tenían vida alguna, y la perspicaz Leonette, puede adivinar que el oscuro hechicero es un superviviente huído de la reconquista de NuevaEresand. Su piel reseca es ya incapaz de sudar o derramar lágrima alguna, pero en él aún queda nostalgia por el imperio que les dejó indefensos en aquella nueva tierra.... ¿Cuantos otros supervivientes habrían por Wyrd con menos aprecio por su antigua patria? - Espero que os haya sido de ayuda Reina Leonette, con su permiso me retiraré pues debo continuar mi camino por Wyrd para mantener ocupada mi alma incansable. 

Por la dama

Damakos decidido a mejorar la producción de recursos construyendo un Distrito Gremial, ademas de querer movilizar tropas a LP 

Damakos envió a su regimiento, sin capitán alguno ni organización. Pero estaban bien armados. Los tiefling irrumpieron en LaProvincia, cruzaron los vastos campos quemando granjas y graneros, degollando a aquellos medianos de parcas palabras que parecían suplicar por sus vidas. Durante su avance los tiefling gozaron de la libertad de no tener ningún dirigente y del poder de ser el pueblo "Superior" como les habían hecho creer los enanos del oeste.

Entre las colinas el regimiento tiefling encontró un poblado de casas pequeñas. Se lamentaron de no tener el poder de Damakos para hacer llover fuego sobre aquellos pequeños. Se lanzaron con todo lo que tenían y encontraron la resistencia mediana. Barricadas hechas con madera y carros y cientos de medianos armados con arcos y hondas, lanzas y horcas les esperaban. La horda de tiefling se lanzó confiada y las flechas atravesaron sus gargantas. La magia tiefling incendió las barricadas provocando el caos entre los medianos que tuvieron que retroceder al tiempo que los tiefling mejor armados atravesaban las llamas cayendo sobre ellos.

Un par de días más tarde podía verse la gran columna de humo elevarse desde LaProvincia, y los tiefling traían por las escaleras de la gran mansión de Damakos a Grimelda Zampacereal, hasta ahora gobernante de LaProvincia. Sus ropas estaban quemadas, casi adheridas a su carne, estaba cubierta de sangre tiefling y su cara amoratada de la paliza recibida, los dedos de su mano derecha estaban rotos y apenas podía levantar el rostro para ver a Damakos a la cara.

Cethra ni Klaar no están presentes*, pero Dnai se encuentra en la sala y toma la palabra por los guardias.

Se hace llamar Grimelda Zampacereal en su idioma prehistórico mi señor Damakos, la gobernante de LaProvincia. Las hordas tienen a casi toda la población superviviente prisionera en la provincia, y si no les detenemos pronto la destruirán. ¿Qué debemos hacer?

Turno 6

 Grerrmel se llamaba el viajero del norte, se expresaba con una extraña flauta de arcilla. Su música hacía entrelazar las volutas de humo de la chimenea de la taberna y todos le escuchaban. No entendían su lengua, pero hablaba de una guerra en el norte. Una tierra fertilizada con miles de cadáveres sobre la que se levantaba una ciudad. 

Grerrmel se hacía entender a duras penas, pero se ganaba su estancia en la mejor posada de vuestra ciudad con sus historias sobre ruinas olvidadas de civilizaciones que desaparecieron por alguna clase de catástrofe. Y a quienes sonreían y hacían bromas sobre él, Grerrmel les enseñaba su mapa. En él se podían ver los grandes imperios que estaban naciendo en la ingobernable Wyrd, y se podía adivinar donde sucedían las guerras más cruentas.

Pronto el mundo quedaría bien repartido entre los más poderosos. Y por fin empezaría el juego por el trono.

Los orcos llegaron desde Okk, la lluvia caía moderadamente ensordeciendo los gritos de la buena gente de Eresand. Subieron las laderas y atravesaron las calles de Eresand. El ruido de sus armaduras repiqueteaba y sus escudos y espadas golpeaban y echaban abajo las puertas de las casas de donde regueros de sangre fluían por los peldaños rodeando los poyetes y cayendo por el adoquinado.

El tejado de una casa ardía y aunque Leonette había previsto el ataque, no esperaba que fuera a aquella hora de un atardecer lluvioso. Los orcos se movilizaban. Sus dioses paganos les habían dicho que si deseaban un lugar en aquel juego, necesitaban tomar aquella ciudad, y no se detendrían hasta que el último de ellos cayera.

UGGGH BARRK OKKOOOO

 Las armas resplandecían, estaban grabadas en runas místicas y el Capitán observó la ciudad de Dol-Uthlane. Largo tiempo llevaban observando la lenta expansión de los eonios. No codiciaban la próspera ciudad pero veían peligrar su propio estilo de vida, y por ello decidieron lanzar un ataque preventivo. Cuando más débiles se encontraban sus vecinos atacaron con dureza.

Era mediodía y las defensas de Dol-Uthlane estaban preparadas, el sol resplandecía sobre las armaduras de los dracónidos y su capitan Tooru Blackscale (quien por cierto era de escamas blancas y pálidas) lanzó su ataque sobre la gigantesca ciudad cuya silueta se recortaba contra el horizonte.

Damakos al ver a Grimelda pide a los guardias que se retiren y los dejen a solas con Dnai y Grimelda, Dnai te pido por favor que traduzcas lo mejor que puedas, querida Grimelda, ten tranquilidad que no erradicaremos a tu raza, los medianos viviran otro dia, asumiremos a los sobrevivientes, se que lo que mis soldados han echo no tiene perdon, pero espero que podamos convivir de momento pacificamente, te dare la eleccion de seguir viva para gobernar al pueblo mediano bajo mis ordenes, Tal vez asi logremos unificar ambos pueblos en uno, podran seguir rindiendo culto a su diosa y seguir con su idioma pero deberan aprender nuestra lengua, el infernal como lengua primordial.