Partida Rol por web

Era una noche corriente, tal vez demasiado calurosa pero nada fuera de lo normal. La luna brillaba en el cielo, tus vecinos tenian la tele un poco alta y el niño del tercero lloraba porque le estaban saliendo los dientes, como cada noche.

Entrada la madrugada oiste un ruido raro en la calle, como si muchos coches frenaran a la vez delante del edificio. Al asomarte a la ventana viste varias furgonetas militares y un par de coches negros. En unos segundos toda la calle estaba llena de agentes armados.

Todo fue muy rapido, entraron en el edificio, oiste que tiraban las puertas a bajo y a la gente gritando mientras la sacaban por la fuerza de sus casas. En unos segundos se formo el caos....

Los militares estaban cerca, oiste a tus vecinos de abajo protestar por la intromision de los agentes, en unos segundos seria tu puerta la que tirasen abajo.

-Me levanto algo confusa.- No entiendo nada..¿Habrá algun robo o algo asi?..-Meto la mano en el cajón de la mesita de noche que estaba al lado de mi cama y saco mi pistola, guardandola en la parte de atrás del pantalón del pijama y tapándola con la camisa blanca que llevaba.- ¿¡Quien anda ahí!?

Nadie respondio. Tiraron la puerta con un ariete de grandes dimensiones y cuatro hombres entraron en tu casa. Eran unidades especiales uniformadas.

- ¿Seras Victoria?.- pregunto uno de los tipos queriendo identificarte.- Esto es una evacuacion de emergencia, por favor no se resista.- dijo uno mientras otros dos se acercaban a ti. Iban armados.

- ¿Vive alguien mas con usted?.- pregunto otro mientras pateaba las puertas buscando posibles personas ocultas en los cuartos.

-Retrocedo un poco instintivamente.- Si, soy yo..¿Que esta pasando? -Miro algo alterada al tipo que no dejaba de patear las puerta.- ¡Claro que vivo sola! ¡Deje de intentar destrozar mi casa y conteste a mi pregunta, por favor!

-El piso contaba con pocos muebles, los necesarios para vivir. La cama estaba llena de peluches y en la mesilla de noche se podian apreciar algunas fotografias de cuando era niña, con mis padres, con un perrito en brazos y con la gorra de policia de mi padre.-

Uno de esos tipos te agarro por los brazos, otro te acerco un aparato extraño a la mano y te obligo a poner la huella sobre el.

-Identificacion positiva.- dijo el tipo que tenia la maquina, viendo una luz verde brillante aparecer en la pantallita de cristal liquido.

- Es una evacuacion.- repitio otro tipo respondiendo de mala gana a tu pregunta. Dos de ellos te cogieron, cada uno por un brazo y te sacaron de tu casa en pijama, sin permitirte coger nada.

-Ladeo un poco la cabeza, mirando con curiosidad la pantallita.-

-Al notar que me agarraban por los brazos comienzo a forcejear.- ¡Soltadme, se andar solita!

Viste de reojo una aguja larga, una inyeccion de un liquido que estaban preparando. Uno de ellos la clavo en tu cuello mientras los demas te sujetaban. No les gusto que forcejearas.

Notaste que te entraba mucho sueño, uno dificil de afrontar. Era un anastesico muy fuerte.

-Forcejeo con más fuerza al ver la aguja, no me gustan nada esas cositas tan afiladas.- ¡¿Que van a....?!

-Emito un pequeño grito y parpadeo varias veces, comenzando a ver todo cada vez mas oscuro, hasta que me quedo profundamente dormida.-

Sentiste que la noche caia delante de tus ojos y dormiste mucho tiempo, sin sueños.... mecida en una acogedora nada.

Al abrir los ojos escuchaste una musica un poco estraña.

Estabas en una sala completamente blanca, sobre una camilla, vestida con un uniforme amarillo que tenia una especie de escudo bordado sobre el pecho. Tenias la boca seca, en ese lugar hacia frio....

Aparte de la camilla no habia nada, nisiquiera una puerta. Te rodeaban paredes metalicas de un intenso color blanco.

Una de las placas de las paredes se movio deslizandose hacia arriba y un hombre aparecio detras de ella. En cuanto entro en la habitacion la placa se coloco de nuevo en su lugar cerrando toda salida.

Era un hombre elegante, vestido con un traje caro y unos bonitos zapatos. No parecia que tuviera intenciones agresivas.

La jovencita rubia estaba sobre la camilla, recien despertada. De fondo sonoba la misma cancion insorportable que tanto parecia justar en aquel lugar.

El joven entró con paso firme, y se detuvo en cuanto empezó a escuchar aquella música estridente. Con gesto dubitativo, sacó de su bolsillo lo que parecía un folio transparente, y empezó a pulsar sobre su superficie, que emitía un suave fulgor azulado. Tras casi un largo minuto, la música se apagó de súbito.

- Mucho mejor... no creo que sea la mejor música para despertar - dijo, con una sonrisa que sería capaz de derretir el hielo - Soy Stephen, supongo que tendrás muchísimas preguntas... creo que tengo las respuestas.

Guardando aquel extraño trozo de plástico, el joven permaneció cerca de aquella pared deslizante, probablemente para darle espacio a la joven.

-Abro los ojos poco a poco, mirando sin casi moverme el extraño lugar donde me encontraba. ¿Donde estaba? Me incorporo poco a poco, sintiendo como la piel se me erizaba, que frio hacia...- ¿Q..Quien eres tu? ¿Y porque estoy en una....? ¿Nevera? No soy un helado...

-Me siento con las piernas cruzadas en la camilla, frotandome los ojos y estirandome, mirando despues al hombre que estaba en la sala.- Bueno Stephen, ya me estas diciendo que hago aqui y que ocurre o me voy a poner de muy mal humor... Tengo muuuy mal despertar ¿Vale? -Digo con una pequeña sonrisita, levantandome de la camilla de un salto.-

Sonrió, cruzándose de brazos, parecía hacerle gracia el sentido del humor de la joven.

- Supongo que lo primero será preguntarte qué es lo último que recuerdas... no ha sido igual para todos.

-Me pongo un dedo en los labios, quedandome callada durante unos segundos, pensando en la noche en la que me sacaron de mi casa.- Veamos...Fui a San Francisco durante un par de meses para hacer unas prácticas de policia y en mi segunda noche alli, cuando estaba en mi nueva casa, los primos lejanos de Robocop entraron a lo bestia en mi casa y me pincharon una cosa rara...

Asintió lentamente, probablemente recordando un suceso similar experimentado en sus propias carnes, o simplemente por pura empatía. Se incorporó de la pared y empezó a caminar lentamente siguiendo la línea de la pared mientras hablaba.

- Bueno, lo que te voy decir parece de ciencia ficción, pero es todo verdad. El mundo tal y como lo conocías ya no existe, y has dormido durante 80 años en estado de criogenización. Alguien consideró que serías de valía para el futuro y te admitieron en el programa, como a todos nosotros.

Esperó a ver cómo se tomaba la noticia y ladeó la cabeza.

- ¿Cómo te llamas? ¿Qué opinas de todo esto?

-Me quedo callada, cada vez abriendo más la boca conforme el hombre hablaba.- No puede ser....-Se me llenan los ojos de lágrimas.- N..No es justo.... ¿¡Y la escuela de policia!? ¡¿Y mi colección de peluches?! ¿¡Y el pastelito de chocolate con nata que me deje en la nevera!? -Totalmente bipolar, mis sentimientos comenzaron a cambiar, primero era incredulidad, luego tristeza, y para ponerle la guinda al pastel, ira.- ¡¿Como se atreven?! ¡¡Quiero mi pastelito y con intereses!!

El joven parecía más que acostumbrado a tratar ese tipo de situaciones, porque permitió que la muchacha se desahogara, gritara y golpeara cuanto necesitaba. Cuando, finalmente, pareció estar un poco más calmada, continuó hablando.

- Esta sociedad es muy distinta de la nuestra, pero te explicaré lo que necesitas saber: este edificio pertenece a una compañía muy importante y poderosa, que pagó por ti, por mí, y por todas las personas que te presentaré en unos minutos. A cambio, debemos trabajar para saldar nuestra deuda -trabajos normales y corrientes, y sencillos- mientras vivimos en un apartamento donde tenemos comida, ropa y medicinas. Cuando saldes esa deuda, podrás trabajar de lo que quieras, pero la empresa premia la colaboración: si la convivencia es buena, podrán recomendarte para alguno de los puestos de seguridad.

Se detuvo a apenas unos metros de la joven, con una expresión de comprensión en su rostro.

- Como los dueños de todo esto son algo distantes y serios, me eligieron a mí como enlace entre vosotros y ellos. Así que si necesitas algo, podrás acudir a mí.

-Respiro hondo y me cruzo de brazos, mirándole con una expresión seria, lo cual era raro en mi.- Entonces si saldo esa deuda que me han puesto a traición podre pirarme de esta nevera e irme a intentar ser policía ¿No?

- Básicamente, sí - dijo, abriendo las manos - Aunque no vas a tardar dos días o dos semanas... así que como vamos a tener que vivir juntos durante una temporada, primero es conocerse. Aún no me has dicho tu nombre.

Me lo imaginaba... -Suspiro de brazos cruzados, mirando al suelo- ¿Eh? ¡Ahh, perdona! -Me pongo firme y sonrio un poco.- Soy Seras Victoria, Sery para los amigos, al menos asi seria si los tuviera -Comento riendo con levedad.-