Partida Rol por web

El sonido de la alarma había dejado al chico en shock. Las conversaciones se entremezclaban y seguían en su cabeza, mientras aquel pitido le recordaba aquel sonido en su cabeza. El claxon incorrupto que se clavaba en su alma a la vez que se llevaba la muerte de su gran amigo.

Una lágrima caía solitaria por su mente mientras el sonido seguía. Los hombres salían... todos seguían con su conversación, pero no sabía que el tiempo en la cabeza de Dylan se había parado. Las mujeres ahora necesitaban ir al baño, y no fue hasta que Vanessa toca a Dylan para hablarle que el muchacho no vuelve en sí.

El chico mira desconcertado todo y escucha la última petición de la mujer, se retira la lágrima o el rastro de ella de la cara, y asiente y dice.- Claro... no me moveré... no tocaré nada. Nadia puede ir tranquila al baño.

Dylan se quedo desde una posición en la que veía la puerta del baño, el balcón y la puerta de la habitación, quería tenerlo todo a mano. No podía dejar que los nervios se cebasen con él, no podía dejar que aquel sonido minase toda su mente, y menos en aquellos momentos.

Dylan y Vanessa establecieron una cadena de miradas para tener controlada a Nadia y al máximo posible de ángulos, una cadena que parecía funcionar puesto nadie entró en la habitación mientras el ruido del chorrito de Nadia era claramente audible desde la habitación pero a veces la seguridad tenía que ponerse por delante de la intimidad.

Vanessa alternaba las miradas entre Nadia y Dylan desde la puerta del baño y Dylan hacía lo mismo con la puerta de la habitación y la del balcón cuando lo oyeron. Otro macabro anuncio del señor Dark se deslizaba por los conductos de ventilación, augurios negros, como su futuro si no conseguían impedirlo.

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El mensaje había acabado de resonar en sus oídos cuando todo se desencadenó. El sonido de pasos en el pasillo y el picaporte de la habitación empezando a girar para abrir la puerta.

Vanessa estaba de espaldas a la puerta controlando a Nadia pero podía verlo girando el cuello, Dylan en cambio lo veía a la perfección. Alguien iba a entrar en la habitación si no lo evitaban.

Sin dar espacio a que el tiempo transcurriese más, cogió con rapidez una silla y la apontocó en el picaporte mientras hacía fuerza con su cuerpo contra la puerta y gritaba.- ¿Quién hay ahí?... ¿Qué buscas aquí...?. 

Miró corriendo a Vanessa y dijo con premura mientras seguía apretando.- Venid... ayudadme a empujar, o buscar algo con lo que tapar la puerta... Rápido...

La señorita, por estado civil no por edad,  Stein les había ignorado y permanecía en su habitación en silencio, obviando la lógica subyacente que encerraba el ir agrupados para maximizar sus posibilidades de supervivencia. Derrotados por la obstinación de la mujer se dirigieron hacia la suite Atenas para reunirse con el resto del grupo. Wallace se adelantó e intentó girar el picaporte y la mano le resbaló. Antes de que pudiera volver a intentar escuchó gritos de Dylan y el golpe del cuerpo del muchacho contra la puerta, intentando apuntalarla mientras gritaba a las mujeres

 ¿Quién hay ahí?... ¿Qué buscas aquí...?.  Venid... ayudadme a empujar, o buscar algo con lo que tapar la puerta... Rápido...

Escuchad la voz del muchacho hizo que suspirara de alivio, aunque no entendió hasta que la evidencia le chocó en la cara de que estaban luchando por ver a quién tiraba más fuerte de la puerta.

- ¡E-esperad! Somos nosotros, Hallard y Bullocks.- Soltó inmediatamente el picaporte, esperando no asustarles más, y apartándose de la puerta.- Habíamos ido a comprobar si la señora Stein estaba bien pero no parece responder.

Hallard respiró hondo al escuchar las palabrad de O'Brien al otro lado de la puerta. ¿Es que el muchacho había asumido que no regresarían? ¿Pensaba que eran Dark?

-¡Abre la puerta, chico! ¡Somos nosotros! -exclamó, golpeando la puerta con la palma de su mano una única vez-. La señora Stein no responde. No sabemos si estará viva o muerta, pero parece que nos hemos quedado solos.

Las voces de John y Wallace resonaron al otro lado de la puerta mientras Dylan apoyaba su cuerpo para dejarlos fuera

-¡Abre la puerta, chico! ¡Somos nosotros! -dijo John golpeando la puerta una única vez-. La señora Stein no responde. No sabemos si estará viva o muerta, pero parece que nos hemos quedado solos.

- ¡E-esperad! Somos nosotros, Hallard y Bullocks.- dijo Wallace- Habíamos ido a comprobar si la señora Stein estaba bien pero no parece responder.

Vanessa miró a Nadia mientras ésta terminaba de hacer sus necesidades y entonces la puerta comenzó a abrirse.Miró con asombro a Dylan pues no entendía la reacción del chico cuando dos de sus compañeros estaban fuera y tenían que volver.Ella se hubiera asustado más si dicha puerta se hubiera mantenido cerrada más tiempo pues eso significaría que los dos hombres habían muerto

Comprobó que Nadia estaba lista y entonces salió del baño mirando a Dylan empezando a contagiarse de su nerviosismo aún sin querer.Por eso el alivio fue inmediato y le hizo sonreír cuando oyó las voces de los hombres fuera

-"Desde luego si no nos mata ese lunático nos vamos a volver locos y quizás sea algo que pretenda"-

Dylan seguía sin abrirles la puerta, posiblemente paralizado por el miedo, pero eso les dio la oportunidad de ver entrar en el pasillo a la señora Hemmens seguida por el jardinero provenientes del ascensor. Con un pequeño gesto de asentimiento los saludo la severa mujer y golpeó con sus nudillos la puerta de la habitación San Francisco para entrar posteriormente. Parecían estar buscando algo...

Por otro lado, del baño que separaba las suites Atenas y Ciudad del Cabo la voz de Natalie conminaba a la señora Stein a salir, aparentemente con tan pocos resultados como ellos.

Ante la voz de Wallace el chico miro a Vanessa y algo apesadumbrado retiró rápido la silla y abrió la puerta para dejarlo entrar mientras se iba hacía atrás dejando paso a ambos a la vez que decía algo rojo, mientras se rascaba la cabeza tras el comentario de Vanessa.- Per... perdonad... pero primero sonó esa alarma, y luego... me puso nervioso, ¿vale?... Pensaba que tocaríais la puerta o hablaríais a la vez, pero no abrir la puerta sólo y tan despacio.

El chico levantó la cabeza y dijo.- De verdad... perdón.

Dylan había visto la trampa de la cocina, y ya no sé fiaba de mucho más, a parte... de que cualquier cosa podía desencadenar un ataque... el miedo, la ira, la incertidumbre, o incluso el mismo Dark.

Miró a Nadia y dijo.- ¿Seguro que está ahí...? ¿Y si se ha ido con el guaperas....? Dos protegen mejor que uno aunque estar a solas con uno sólo implica demasiada confianza para como está el tema actualmente.

Dylan abrió la puerta y John y Wallace entraron en la habitación pero antes de que pudieran cerrar la puerta la nervuda mano de la señora Hemmens lo evitó. Abrió la puerta y los fue señalando con el dedo, uno detrás de otro, como si un niño pequeño estuviera llevando una cuenta. Al llegar a los 5 y les dijo

"Los señores Cavanough, Wallace y Vincent están bien, y por lo que veo ustedes 5 también por lo que me falta por averiguar el paradero de 2 invitados, si me disculpan" Por un momento abandono el tono amable y gritó a través de la pared "Señorita Stein, es la hora del té y nos vamos a reunir todos, salga de la habitación y deje de mantener una actitud tan pueril. Compórtese como una dama"

Desde el otro lado de la pared, y atravesando el baño, les llegó un nítido "Que te jodan, vieja arpía. Yo de aquí no me muevo hasta que vea el barco del lunes" con la voz de la señorita Stein. Estaba viva, y simplemente había elegido ignorarles

La señora Hemmens recibió el comentario con una sonrisa sardónica y un gesto desdeñoso mientras decía para los 5 de habitación "Caza-millonarios, todas son iguales... entonces, solo me queda una opción, el señor Jenkins o alguien del servicio ha sido asesinado. Greg por favor, acompáñeme a la suite Dublin y ustedes bajen al té, el resto de invitados estarán allí y debemos hablar de lo que está pasando en la casa, por ejemplo del robo de ciertos cuchillos"

-No pasa nada, muchacho -dijo Hallard, entrando en la habitación y dándole una palmada en el hombro a O'brien. Por algún motivo, aquel joven le recordaba a su hijo y comprendía que estuviese asustado. "Si sólo es un crío. ¿Cómo puede el señor Dark querer su muerte?" se preguntó, horrorizado-. Lo importante es que Dark no estaba en el pasillo para matarnos. Protegías a Nadia y a la señora Townsend, eso es todo.

Al escuchar que el veinteañero le sugería a Nadia si la señora Stein podía haberse ido con Caleb, el británico se encogió de hombros.

-Para mí que el bóvido está ya más tieso que la mojama -afirmó, muy convencido, ya que, junto a los miembros del servicio, era el único del que Hemmens no había confirmado todavía que siguiera con vida-. Si Hemmens ya ha indicado que Cavanough, Vincent y el Detective... -El británico chasquido de dedos, tratando de recordar el nombre de aquel individuo. Al no lograr recordó, decidió tirar de un apodo-...Detective... Detective Resacón están vivos, por descarte el único que puede haber sido asesinado es el señor Jenkins.

El  muchacho agradeció con una sonrisa la respuesta de Hallard y después llegó la intervención de Miss Hemmens. El niño miró hacía el resto y dijo.- Nos ha costado un siglo subir hasta aquí... esa loca nos amenaza y comienza a romper cosas y ahora hay que enfrentarse a los pasillos de nuevo ¿por qué ella lo dice?.

Decidme loco, pero creo que me puedo ahorrar el té de la tarde... y sentirme un poco más seguro. De todas maneras, su actitud ya nos dá otro aviso de ella... comprueba los muertos. Sigue atendiendo al niñito de sus ojos.

La señora Hemmens volvió a aparecer en la habitación con el gesto serio y circunspecto

"No ha sido un accidente. El señor Jenkins tenía el corazón atravesado por una de las lanzas de la suite Ciudad del Cabo. Hasta ahora pensaba que todo podía ser debido a accidentes pero la evidencia es demasiado grande para negarla. Vamos a aprovechar la hora del té para decidir cosas concernientes a la seguridad de todos. Si no vienen no tendrán opción de votar...." Con una mirada infinitamente triste la vieja mujer dijo "Lo...lo siento, no le eduqué para que se comportase así...." y se marchó en dirección a la sala del té dejándolos solos para que decidieran su siguiente paso.

La muerte de Jenkins había desconcertado por completo a Hallard. El bóvido había perecido ensartado por una de las lanzas de la habitación Ciudad del Cabo, que era precisamente la que pertenecía a Natalie Stein. ¿Casualidad? El británico nunca había creído en las casualidades.

-Sugiero que planifiquemos nuestro siguiente movimiento y nos preparemos para la posibilidad de tener que movernos pronto hacia otro lugar -dijo Hallard, pensativo-. Relish, Jenkins y Felicity están muertos, Stein no saldrá de su habitación bajo ningún concepto, Cavanough y Vincent deben estar buscando el despacho de Dark, y el Detective Resacón andará por su cuenta. Mientras estemos juntos, tenemos una posibilidad.

Parecía ser que Natalie estaba perfectamente y que el caido había sido el joven creido y chulito. El hecho de que no le hubiera caido bien no significaba que no lamentara su muerte. Salió del baño para reunirse con todos en cuanto se hubo ido la mujercilla.

- Estoy de acuerdo con usted, señor Hallard - dijo cruzándose de brazos con su sempiterno gesto de preocupación y pena - ¿Qué vamos a hacer entonces? ¿Vamos a seguir la sugerencia de Miss Hemmens o hay algún otro plan en mente? - miró a cada uno de los presentes

Diablo crujió los nudillos en cuanto Hemmens apareció por la puerta.Vanessa sabía que ante un gesto suyo la vieja moriría y de la peor manera posible por el simple hecho de haberse enfrentado a ella.Diablo era así,la amaba a su manera y haría cualquier cosa por ella.

Pero Vanessa no era una asesina...¿o sí?No,no lo era por mucho que algunos insistieran en recordarle lo ocurrido con sus padres.Con gesto serio negó con la cabeza instando a Diablo a que se apartara de la Vieja Chocha justo cuando el hombre comenzaba a rodear su cuello con las manos.Frunciendo el ceño se apartó de ella y volvió junto a Vanessa

-"Jijijiji"-rió su amiga-"Lo tienes en el bote,nena"-

Vanessa asintió a Dylan entendiendo su desasosiego,era tan solo un crío.Si ellos estaban acojonados no podía imaginar cómo se encontraba el chico

Miró aliviada a los dos hombres cuando entraron pero su gesto se tornó serio cuando la Vieja Arpía Chocha entró con sus aires de comandante para decirles que debían ir al té.Opinaba como Dylan,ella prefería quedarse pero si alguno tenía idea de cómo salir de allí quizás sería bueno que se reuniesen todos,sobre todo si habían encontrado el dormitorio de Dark y algo interesante en él

-"Estoy de acuerdo contigo,Dylan pero quizás tendríamos que reunirnos todos e intercambiar opiniones a ver si podemos salir de aquí vivos.Y quizás Viincent y Gustave hayan encontrado algo que nos ayude"-clavó sus ojos detrás de Hemmens y negó imperceptiblemente con la cabeza antes de mirar a la embarazada y encogerse de hombros

Dedicó una sonrisa a Dylan cuando abrió la puerta al ver la preocupación en su rostro, negando un par de veces antes de darle una palmada en la espalda.

- No te preocupes, hiciste lo correcto.- Posiblemente hubiera hecho lo mismo. Había sido culpa del propio Wallace el no haber pegado a la puerta antes de abrir de improvisto cuando sonó el mensaje, pero el miedo a que uno de ellos hubiera muerto fue más rápido que la razón. Comprobó el resto de la habitación y las integrantes dedicándoles una veloz mirada, aliviado de que estuvieran bien.

Entró para refugiarse cuando de nuevo escuchó la puerta, esta vez la señora Hemmens quien había visto antes entrar en la habitación contigua. ¿Recuento? – Escuchó atento los nombres de aquellos que llevaban, aunque no sabía si debía fiarse del todo de su palabra pues recordaba que posiblemente parte del servicio estaría cooperando con Dark.

De pronto escuchó la voz de la señorita Stein, haciendo una mueca de asombro y decepción al haber recibido silencio por su parte tras los continuos avisos.

- Intentamos avisarla, a nosotros no nos contestó.- Sin embargo estaba aliviado, pues la idea de que pudiera ser cadáver cobraba fuerza a medida que los silencios eran más largos.

Siguió escuchando hasta que avisaron que el muerto era Jenkins, con una trágica forma en forma de pinchito. Tragó saliva al imaginarse el dolor y la angustia al sentir la lanza clavándose en su piel, traspasando carne y huesos hasta llegar al corazón.

- Lamento la pérdida. No le conocía, apenas recuerdo su cara si soy sincero… pero es una manera atroz de morir.- Respiró hondo, comprobando ahora las nuevas rutas que se abría ante ellos.- ¿Creéis que es seguro reunirnos todos para el té? No sé quién ha matado a Jenkins, si ha sido una trampa activada remotamente de alguna forma o el propio señor Dark se ha personificado para hacerlo, pero quitando nosotros cinco y la señorita Stein, quien no ha salido de su habitación, el resto para mi no tiene coartada.- Cada vez Gustave tenía más y más papeles a sus ojos de ser el artífice y dueño de la casa.- No sé si es buena idea reunirse con ellos. Si no se separaron en ningún momento, puede que estén trabajando juntos.