Partida Rol por web

-Gracias  tu tambien estas bien-Dijo Merlinda devolviendo el cumplido.- Si viene de Merlin el mago, mi familia dice que descendemos de el pero no se hasta que punto es verdad o un leyenda contada de padres a hijos.-Rie conociendo a sus padres podria ser verdad lo uno o lo otros.- Mis padres pusieron varios nombres importantes en cirios y dejaron que se fueran consumiendo y el ultimo fue Merlin o mi caso Merlinda. A mis padres les gusto creen mucho en el poder de los nombres y dicen que las magas que se llaman Merlinda  son observadoras ,racionales y practicas. Ademas asi mis padres quieren reforzar que salga elegida para la Casa Slytherin como ellos y parece que todos nuestros antepasados antes , lo unico que me alegra es que Merlin hizo un monton de cosas buenas siendo de la Casa Slytherin. Centrate que te pierdes no quiere que le aburras.

De repente una chica alta y ya mayor que vosotros y algo rechoncha pero no mucho, empieza a abrir compartimento por compartimento del tren y a voz en grito decir.

-Venga rápido, vamos a llegar, poneos las túnicas.-

Desaparece por el otro lado del vagón pidiendoos paso antes, para ir al siguiente y seguir su tarea.

Comienzo a colocarme la tunica mirando a los otros chicos, ya estabamos llegando y con esto comenzaba mi año escolar.

- Espero poder encontrarnos en el castillo de vez en cuando chicos, que clases son las que mas os gustan ?

Miraba por la ventana esperando poder ver el algo. Me giro a mis compañeros y creia que seria una de las pocas veces que compartiria algo con ellos por mucho tiempo.

- Espero que tengamos un gran año

De alguna manera me las apañé para ponerme la túnica.  No me gustaban estas ropas. Les faltaban bolsillos.

-A mi me encatrá poder volver a veros. Quien sabe, quizás hasta acabemos en la misma casa.- Dije tras ponerme la dichosa túnica de una vez.- Estoy deseando poder empezar Encantamientos, o pociones. Cualquier cosa estará bien.

Ya estaban casi llegando y no había encontrado a Luke, Alma hace un ligero mohín con los labios, y se cruza de brazos, pero suelta una risita, escuchando a los chicos hablar de los nombres,si Merlina era un lindo nombre y más con esa historia, Alma suspiró, ella no sabía porqué le habían puesto así, y para su desgracia, no podía averiguarlo. 

- en fin.. ya estamos listas, vayan entonces chicos, yo iré por Pericles - les sonrie a los chicos y camina de vuelta a su compartimiento, para ir por su gato rechoncho.

Eric sonrió a Reed y le agradeció el gesto. Ya empezaba a pensar que iba a perderse el primer día de clase. Cuando llegó la chica mayor se dio cuenta de que todavía no se había puesto la túnica. Pero no le importó demasiado, parecía más emocionado que otra cosa.

Ya estamos! dijo, con una sonrisa de oreja a oreja mientras entraba a su compartimentos, donde estuvo unos segundos y salió en seguida. me siento extraño con esto encima... Dijo el peliverde mientras se miraba el pecho con los brazos completamente extendidos.

Al escuchar el Aviso, se puso de pie casi de un salto. Una sonrisa se extendió por su rostro, mientras metia mano en su equipaje desordenado ("esta no, no.. auch.. aja!") y finalmente sacaba la tunica nueva. contemplo la misma con una mirada extraña por unos instantes. En casa habia resistido la tentacion de probarsela, y ahora que debia sentia una curiosa... bien, no habia una definicion exacta. Mezcla de nervios, alegria y pesar.

Un sordo dolor familiar le recorrio el pecho, pero respiro hondamente para serenarlo. Luego se la puso, deslizandola sobre sus prendas con facilidad. Uso el cristal de la ventanilla como espejo, para cerciorarse que todo quedaba bien, mientras contestaba a los compañeros de cubiculo.

-Seguro, va a ser una aventura. Veamos que nos depara. +respondio a ambos con suavidad, para luego acomodar sus pertenencias de nuevo, alistandose para salir.

Al escuchar a Alma se acordo de su gato Glifo.

-Cierto con la emocion casi me olvido del pobre Glifo mi gato , creo que sera mejor que le meta en su gatera.

 Merlinda desaparece y vuelve a los pocos intantes a tiempo de escuchar a el chico de pelo verde comentar lo raro que esta con la tunica puesta.

Supongo que pronto nos acostumbraremos a las tunicas .

Arthur miró hacia Pervinca y luego hacia Cristopher.

- Bueno, ¿nos turnamos? ¿Quieres cambiarte tú primero Pervinca o nosotros? - dijo mientras señalaba la puerta de salida del compartimento.

La emoción se palpaba en el ambiente, y parecía que en todos los vagones era igual, incluso en los de los chicos más mayores. Así que Reed suponía que Hogwarts era realmente un sitio mágico.

Vio que peloverde ya tenía la túnica, y cierto era que le quedaba un poco extraña, no porque no le quedara bien, sino porque se le veía incomodo. El por su parte, no se sentía muy atraído por llevarla, pero no era la primera vez.

Yo es que ya las he tenido que llevar en casa, me las hacían poner para clases particulares desde pequeño. Me resultan un tanto incomodas, pero supongo que hay cosas que no pasan de moda.

Luego, aprovecho las ventanas para ver qué pasaba fuera del tren, las vistas eran increíbles, y sin duda, cuando llegaran sería mucho más espectacular, o eso sentía en su corazón.

Se acerco a Alma de nuevo, que había vuelto al compartimento a por sus cosas. Le había parecido algo disgustada porque llevaba todo el viaje buscando a un amigo y no lo había encontrado. Su mente hizo recapitulación y estaba casi seguro que era el chico de la melena marrón de hacia unas semanas.

Alma, ya verás que vemos a tu amigo en cuanto nos bajemos, este tren es muy grande, pero luego iremos todos juntos hasta lo del sombrero, allí lo encontraremos.

Y para animarla un poco sonrió, y le dio con un dedo en el hombro, a modo de “toque” simbólico.

Luego recogió sus cosas, incluyendo la jaula de su lechuza, un precioso ejemplar negro, y espero a que Alma terminara en la puerta del vagón. 

-Pues si, todo es nuevo para mi, asi que cuento contigo para que no me dejes meter la pata demasiado, dame una colleja o algo si me paso-sonrió al chico mientras cogía un envoltorio de "ranas de chocolate".

Cuando la chica entró anunciando que deberían ponerse las túnicas, Cristopher se levantó- Las damas primero, Arthur-soltó con un tono sarcástico y salió del compartimento mientras desenvolvía su dulce-¿Eh?-la rana acababa de saltar de su mano, y solo por acto reflejo Cristopher se estiró hacia delante para recuperarla. Desafortunadamente, parecía que solo la parte superior del cuerpo había reaccionado y la parte inferior se había quedado desconectada durante unos segundos.

Resultado: Cristopher consiguió coger la rana pero tropezó con sus propias piernas y acabó estrellándose en la puerta del compartimento de enfrente.

Faria se habia mantenido al margen de toda aquella platica. Si bien antes habia tenido confianzas con Merlinda, y recordando los consejos de su padrino habia logrado que ambas rompieran el hielo inicial, ahora escuchaba callada los intercambios entre todos
Apoyada en la pared casi reía divertida con una mirada picara observando el despliegue de personalidades.
Unos venian otros iban, le gustaron todos como aquel chico tan elocuente e inteligente, o la niña rubia muy bella, el otro chico rubio que sonreía amistosamente y el jovencito de cabello verde.. Espera.. Verde(?) .. Faria le sonrío lanzando una suspicaz mirada en su direccion.
 Aunque inicialmente quizo conversar con todos ellos , prefirió mantener el margen estudiando sus personalidades.
En fin cosas de interacción pre-adolescentes.
-claro las túnicas. Balbució mientras iba con  la chica rubia, muy linda por cierto como las princesas de las historias que posteriormente conoció como Alma, y Merlinda a cambiar de vestimenta.
El cambio en el peinado de Merlinda se gano el agrado de Faria, que era una fiel defensora del cabello suelto. Definitivamente el peinado de antes tenia que ser cosa de sus padres.
La morena sonrío a su amiga agitando sus propios bucles. 
-me gusta, te ves muy bonita.  
Al regreso alguien menciono algo de buscar las mascotas, Faria sonrío, discretamente palpando el bulto que dormía en uno de sus bolsillos internos arropado en el calor corporal de su dueña. 
La diminuta ratita movio el hociquito haciendole algunas cosquillas y asomando la cabecita para enterarse de la nueva novedad. 
-Me parecen muy cómodas como los kirbs, se sienten como los mantos que usamos en el desierto.
Comento la morena a los chicos  rompiendo el mutismo inicial, finalizando en su voz un ligero toque de añoranza. Recargo el cuerpo a la pared del pasillo esperando por Merlinda, suspiro un poco resignada, era el inicio de la pesadilla.

Merlinda sonrio a Faria.

-Muchas gracias.-dijo mientras se pasaba la mano por el pelo.-Se te ve muy bien con la túnica tienes un aire exótico muy bonito. A mi me parecen un tanto extrañas estoy mas acostumbrada a abrigos en mi casa siempre hace frio y pocas veces he usado una túnica de estos estilos.

- Desierto.. Sí, definitivamente, Oriente Próximo.

William entró en el compartimento, trepó al asiento, bajó su maleta, extrajo una túnica que bién podría haber sido la oscura vela de una pequeña embarcación y se vistió con ella. Acto seguido, se despidió de Sayuri y, una vez fuera, le dedicó un saludo a la chica del desierto:

- ترحيب. آمل أن إقامتك هنا يكون لطيفا. آسف للنطق بلدي، وأنا قد تأكسدت لغتك. أنا استخدامها للقراءة، ولكن نادرا ما تكون هناك فرصة للتحدث.

El chico rubio quizá había roto media docena de normas de etiqueta, pero le pareció que echaba de menos su tierra y supuso que le haría gracia escuchar algo de árabe a unos miles de kilómetros de ella.

Vuelven al compartimiento en donde estaban, ya no estaban los otros dos chicos, que seguramente habían salido cuando la chica mayor apareció gritando que estaban pronto a llegar a la escuela. Alma entró y buscó a su gatito con la mirada, pero Pericles seguía en su parsimoniosa postura, tirado sobre un costado, descansando del agobio de tener que seguir durmiendo.

Reed toca su hombro, y eso hace que la chica  se estremezca, y sin pensarlo da un paso hacia atrás,  y le dio una sonrisa nerviosa, haciendo muy evidente que no le gustaba para nada que la tocaran, no era personal, claro que no era solo... que no podía...

- eh eh.. si, espero que así sea, igual me pareció extraño no verlo en el andén, es el chico con el que estaba en la tienda, Luke - le explica  escapándose hacia la gatera de su gatito, y tomándola, solo ese jalón hizo que Pericles acusara recibo y movió la cabeza hacia arriba,  y bostezó volviéndose a acurrucar.

- ¿vamos?..- levanta la mirada y lo queda mirando - te ves lindo - le dice sin pensarlo, y cuando se dio cuenta, cerró los ojos, y sus mejillas se encendieron, pero sus labios dibujaron una linda sonrisa.

Reed se dio cuenta que ella había dado un respingo al tocarle el hombro, pero supuso que seria que no se lo esperaba. Ya habría tiempo de conocerse, porque estaba convencido de que el sombrero los pondría juntos.

Luke eh.

Dijo mas para sí que para ella. Estaba aprendiendo el nombre y recordando la cara, para en caso de verlo poder decírselo a ella.

Luego, la joven le hizo un cumplido y el agacho un poco la cabeza sobre la de ella para decirle.

Solo mi abuela Deirdre se ha atrevido a llamarme lindo en toda mi vida. Te lo agradezco de corazón.

En cierta manera ella se parecía un poco a la abuela, estaba llena de vida, y parecía que la naturalidad era su firma personal. No toleraba muy bien aquella gente que vivía encorsetada dentro de los convencionalismos, y prefería que la gente se expresara como fuera para bien o para mal.

Todo listo…

Dijo mientras bajaba una maleta de cuero compacta, que llevaba en la familia al menos desde que el abuelo Alister fuera a la escuela Hogwarts, puede que incluso más tiempo incluso.. En ella iba todo, ropa y libros, mas parte del equipo todo guardado.

Lo cierto es que el no viajaba con su animal, porque este conocía ya el camino a Hogwarts, o eso le había dicho la yaya. Ya vería a Vigil cuando llegara al castillo. Su lechuza, de un negro oscuro, se llamaba centinela en latín, porque era silencioso y parecía mirarlo todo con fiereza, buscando enemigos a quien abatir. Y en contra de lo que parecía, era un fiel amigo, y le gustaba pasar tiempo con el chico.

… os sigo amiga y compañera.

Como siempre, la sonrisa de Reed estaba allí marcando su rostro. Era un chico afable, y por el momento se sentía más cómodo con Alma de lo que hubiera creído posible antes de subir al tren. Estaba convencido de que iría todo el viaje en silencio sin hablar con nadie. Suerte para él haberla conocido. 

-entonces te diré vas veces lindo, así sonríes más y haces honor a lo que te digo - le guiña un ojo y abre la puerta para salir del compartimiento en donde estaban.

Salen al pasillo, cada uno con sus maletas, y Alma con una gatera en la que iba un gato grande y de color amarillo. La chica agita su capa y queda mirando a los chicos que estaban aún en el pasillo, alisó capa abriendo mucho sus ojos grises.

- uff estoy nerviosa, - exclama - ya quiero que estemos en la escuela, y que veamos en que  casa nos toca... ¿ustede lo han pensado? - le pregunta a los chicos en el pasillo, de pronto se mostraba muy habladora, y eso se debía a la emoción del momento más que a una personalidad realmente extrovertida.

-¿quieren dulces?- les pregunta, colocando su mano libre en el morral que pendía de su hombro, cruzandose por su pecho.