Partida Rol por web

Los Blanchett dejaron la tienda de las varitas para ir en busca de la señora Blanchett  y de los dos chicos mayores de la familia, Alphose se fue adelante, saludando a cuanto mago se le cruzaba por delante y le tendía la mano, lo que significaba demorarse el doble, y aunque para Alma fuese un poco incómodo el comportamiento de su padre, no se podía negar que era un hombre estimado y alguien con muchos contactos.

- si, tengo dos hermanos mayores, ambos son de Ravenclaw, - le alcanza a responder la chica antes de llegar con Molly y los niños, Alba estaba discutiendo con su hermano Alphonse Jr, por alguna tontería pero al ver a su hermana corrieron hacia ella, sobre todo Alphonse, porque querían ver su varita, la chica acomplejada miraba a su amigo, y luego les enseñó la varita, mientras sus padres se reunían y comentaban algunas cosas, su madre traía un carrito atiborrado de  cosas, no era gracia comprar todos los útiles para la escuela para tres niños, aunque Alma tendría que conformarse con algunas cosas de sus hermanos.

Alphonse Jr reparó en Luke, y se giró hacia él, era un chico alto, de aspecto desgarbado, y en sus ojos se veía la similitud con su padre, en cambio Alba era preciosa,  de cabello rubio y muy largo, y ojos claros, como los de su madre, ambas eran muy parecidas, mientras que Alma tenía el cabello como miel derretida y unos ojos verde. Alphonse y Alba saludaron a Luke, pero el chico lo hizo con un gesto displicente, a pesar de la presentación de su padre.

Los Blanchett más Luke terminarían las compras, y pasarían a la tienda de dulces para llevar chocolatinas de sapos y grageas, y de ahí, tomarían unos polvos flu para tomar la red flu directo a a chimenea de la casa Blanchett que se encontraba en el Valle de Godric, no muy lejos de la antigua casa de los Potter.

La casa Blanchett no era muy distintas a otras casas, con una entrada de piedra, y esas casas de estilo inglés antiguo, con ventanas blancas, y paredes de piedras también y techos de tejas, no había nada distinto en esa casa. Llegarían a la sala de estar de esa casa, las casas de los magos tendían a ser mucho más grandes por dentro que por fuera, y el estilo de esta casa era antiguo, como muchas otras casas. Los chicos mayores Blanchett tomaron sus cosas y fueron hacia sus habitaciones, y sus padres le pidieron a Alma que llevara sus cosas a su cuarto, ella asintió pero Pericles, los esperaba en uno de los sillones, y se levantó moviendo su cola al verlos, era evidente que deseaba mimos o comer, o ambas cosas, para él, todo lo que le dieran, estaría bien.  Alma fue hacia él y lo tomó en brazos, acariciando su cabeza.

- mis papás harán la cena, papá ha pedido el día libre, y mi mamá también, ¿quieres ir a mi cuarto y ayudar a llevar mis cosas o salimos al jardín? - le pregunta al chico, sin muchos problemas al hablar, se había acostumbrado a su presencia.

Alba Blanchett	Aphonse Jr Blanchett	Molly Blanchett	Pericles

*Ambos de Ravenclaw… mmm interesante.

-Ya veo, como una tradición. +sonrió en respuesta a Alma, antes de encontrarse con el resto de su familia.

Se sorprendió un poco con lo bonitas que también eran su madre y hermana mayor, aunque de una manera bastante diferente a la de la pequeña. El hermano indudablemente había salido al padre… en el aspecto, ya que no mucho en las formas. Pero esto no afecto a Luke, quien saludo a los 3 con aplomo, incluso algo más de ánimos que al principio. Eran mayores que el después de todo, y con los mayores todo era más sencillo.

Seguidamente vago tras la familia Blanchett, dejándose llevar, manteniéndose más bien cerca de su futura compañerita de cursos, pero observando cómo se desenvolvían en general. Había un gran contraste entre esta clase de familia y la de él, no cabía duda. El mismo hogar daba otra prueba de ello. Parecía cómodo, sereno, establecido en el valle como una parte integral del mismo, tanto como eran las rocas de las colinas. Había una cierta fuerza en ello. Otra gran discrepancia para un pequeño que no había pasado cuatro estaciones seguidas en el mismo sitio. Entonces le sorprendieron las palabras de ella y rapidamente su cerebro reacciono con la educacion inculcada.

*El cuarto de una chica es algo privado…

Casi tuvo que morderse la lengua para contener esas palabras que le aparecian por reflejo. Bastante nervioso y preocupado de quedar mal estaba con el desliz en la tienda, como para cometer otro en la misma casa de ella.

*No pienses en tonterías. Solo es una habitación más. Nada raro. Ni te sonrojes si hay algo fuera de lugar. Seguro es diez veces mas ordenada que tú. 

-Te ayudo con tus cosas, pero luego me gustaría ir afuera mientras esta la comida, si puede ser... No recuerdo bien cuando vine al valle por última vez. Era muy pequeño. Quisiera verlo un poco, aprovechando la ocasión. +sonrió animosamente, tomando algunos de los libros de Alma y siguiéndola.

El dedo índice de Alma se posicionó en su mejilla, y se dio dos pequeños golpecitos, y luego fue hacia las bolsas y separó las de ella, además, sus hermanos ya se habían levado sus cosas, al final, sólo quedaron dos bolsas de papel, con los libros, la chica, se levantó y le dijo que la siguiera por el pasillo, que daba a una escalera con pasamanos de nogal, que daba al segundo piso. Luego, el pasillo del segundo piso, daba a cuatro puertas visibles, Alma fue a la tercera, contando desde la escalera, y en la cual estaba el escrito el nombre de Alma con purpurina. 

La habitación era espaciosa, Alma al abrir la puerta la dejó a la vista de Luke, los colores eran cálidos, y no había rosado como se podría creer que habría en el cuarto de una chica, aunque de todas formas tenía un estilo delicado. Alma fue y dejó las cosas cerca del escritorio y se giró hacia Luke.

- Luke, ¿de donde conoces a papá? - le pregunta, era una duda que le estaba rondando en la cabeza desde que los vio conversar, aunque no había existido el momento para hablar.

Podía haber sido mucho peor. Algo con tutus o encajes. Pero solo era limpia, confortable, con un estilo sencillo y atractivo que iba con la casa. Tranquilizadora en cierta medida. Y si era más ordenada, eso no cabía duda. También se sentía algo… falta de vida, pero no hizo comentarios al respecto. *En mi cuarto quizás hay demasiada vida, pensó Luke.

Coloco lo que había cargado al lado de las que transportara ella, para que la dueña le acomodara a su gusto. Lentamente desvió la mirada, paseándola por los anaqueles, mientras le llegaba la pregunta que realmente no deseaba contestar. Pero tampoco mentir. Se estrujo la cabeza para decirlo de alguna forma que no sonara tan mal.

-Pues… lo conocí por su trabajo. Hace poco que tuvo que tender algunos asuntos  en nuestro actual vecindario. Ahí charlo con mis padres y conmigo al respecto. Ya sabes, cosas del ministerio…+bajo el tono mientras miraba la puerta por donde quería escapar+ sobre el uso jm de la magia cf entre los muggles… +carraspeo.

Luego se volvió a ella. Primera vez que la miraba a los ojos verdes directamente.

-Me dio la impresión de ser un hombre muy comprensivo y justo. Estoy algo sorprendido de que se acordara de mí. Pero bueno, no voy a desaprovechar su amabilidad, seria descortés. Ni tampoco la tuya... ¿Me muestras algo del barrio?

Dejaron las cosas, y Alma se giró para mirar los peluches que tenía, se mordió el labio inferior, y pasó su mano para botar algunos de la estantería.

- así está mejor - dice, ampliando su sonrisa, su nana Mirna siempre le ordenaba demasiado bien la habitación y era odioso, y ahora, con un gesto victorioso se gira hacia el chico, la timidez efectivamente había desaparecido por completo, estaba completamente risueña,  y aunque distraída por su pequeña victoria de territorio, toda su atención va donde el chico.

- así que has sido un chico travieso, ¿no?.. mi hermano también, pero para él fue peor,  lo tuvo trabajando limpiando la casa sin varita como un mes, - se ríe traviesa y corre hacia la puerta - vamos, no sé cuanto demoren mis padres en hacernos el almuerzo, pero podemos dar una vuelta por la cuadra -   lo espera en la puerta y luego se van corriendo hacia la salida.

- estaremos fuera! . gritó y abrió la puerta de golpe, sin esperar las palabras de sus padres - vamos Luke, corre - mueve su manito llamando al chico, esperaba que fuera a correr con ella, podrían llevar el balón y jugar un poco también.

*¿Limpiar sin varita?

Resultaba algo difícil de imaginar, pero no era tampoco que limpiara muuucho, con o sin ella. De todos modos se entendía la idea que quería expresar, e incluso podía sentir alguna simpatía por el serio chico mayor. Lo de ellos era un error común, un ansia normal del mago novicio. Sin embargo el hijo de un auror debía ser más consciente de los riesgos que corría, o de lo que pensarían sus padres. En eso Luke tenía ventaja, ya que los de él eran unos curiosos natos. Por ende mucho más comprensivos en ese aspecto.

Sintiéndose mejor de que sus pasadas conductas no le causaban molestias a la niña, la siguió afuera. Parecía mucho más animada ahora que estaba en su casa. Sin embargo él se hizo esperar, cuidando de no esforzarse.  Tampoco era necesario mostrar todas sus debilidades ahora.

-Jaja, no tan rápido. +sonrió con aplomo, alcanzándola en la puerta.+ Es más bonito mirar las cosas con calma, para que te queden bien grabadas en la memoria…

Respiro hondo el aire del valle, dejando que lo impregnara. Sus padres le habían dicho que a veces eso solo bastaba para decirle a uno donde se encontraba, y darle una idea de lo que sucedía. No era un don que el supiera usar claro, pero ya se había vuelto costumbre intentarlo.

Apretó los labios y miro a Alma. Tenía que frenarla un poquito. Entonces recordó algo que solía hacer con mama y alguna señora mayor… Claro que esta vez era otra cosa, pero podía funcionar.  Se arrimó más a ella, doblando el brazo y ofreciéndole el hueco del mismo.

-¿Caminaría a mi lado mientras me muestra el lugar, señorita? +dijo en un tono que esperaba sonara convincente y caballeroso, aunque el sonrojo de sus mejillas lo complicara. Pero no se le ocurría otra alternativa.

Bajaron los peldaños de la entrada de la casa de los Blanchett, Alma lo hizo a saltitos, pero Luke más lento, la chica avanzó hasta medio camino en los adoquines del sendero hasta la puerta, y se giró hacia el chico, que caminaba como un adulto, avanzando e incluso dándole el brazo para tomarla, Alma quedó alarmada, para sí misma claro, y observó su brazo, luego la cara del chico, luego de nuevo el brazo, y  puso mal gesto, como de desacuerdo.

- te comportas como un adulto, Luke, - exclama, y mete sus manos en su abrigo, no iba a dejar que la tocara, no podía, si él la tocaba se daría cuenta de la temperatura de su piel, y haría preguntas o se preocuparía, así que no, no podía dejarlo - vamos, ¿te gustaría  jugar a la pelota? - pregunta saliéndose del camino y yendo hacia los arbustos, en donde se agachó y sacó un balón de color rojo.

-¿vamos?- preguntó saltando hacia la puerta, Alma siente tenía mucha energía, y no era para menos, sus reflejos eran superiores, incluso sus sentidos, parte de la herencia de su padre.

Hizo una mueca frunciendo el labio, pero no se apresuró, aunque si metió las manos en los bolsillos igual que ella para no tener el brazo colgando como un perchero.

-La verdad no soy mucho de pelotas… ni siquiera si vuelan como las de quiddicth. Prefiero divertirme de otra forma. +contesto apenado, ignorando su comentarios sobre que parecía un adulto. Era cierto después de todo, pero sería presuntuoso admitirlo+ Leer, mirar las estrellas, pasear. Explorar los lugares donde vivo. Quizás jugar con una mascota… si la hubiera tenido.

Pestañeo con cierta tristeza. No era fácil ir de un lugar a otro, sin crear lazos por la incertidumbre de mantenerlos. A decir verdad desde que lo había pensado se sentía más solo de lo normal. Antes no había importado mucho, pero ahora… Se rasco la melena, otra vez incómodo. Quizás por eso quería caerle bien a la chica, sin mentirle, pero sin dejar de ser el mismo.

-Sé que parece aburrido, pero es lo que me gusta. La diversión es como la felicidad, creo. Más que encontrarla, la llevas dentro de ti, y para cada uno es diferente.

Alma se giro hacia él, y lo quedó mirando con un gesto algo indescifrable, pero luego lo quedó mirando, sonriendo, muy hermosamente, de una manera comprensiva, porque todo lo que él le había dicho no le parecía tan extraño, al contrario.

-a mi también me gusta mucho, ejem, leo mucho, y... veo las estrellas desde mi habitación - se ríe, a ella le gustaba mucho leer, incluso más que a su hermana Alba - y...- soltó el balón, el que rodó hasta los arbustos desde donde lo sacó y se puso detrás de Luke, empujándolo con la puerta - te daré un paseo por esta calle, pero debemos volver pronto, que la comida estará pronto - lo empujó, con sus manos en sus hombros.

Salieron desde la casa  hacia la calle, todo era muy normal, las casas de piedra, con estilo antiguo, y los arboles de manzanas y los limoneros. 

- ¿y dónde vives, Luke? - le pregunta, colocándose al lado del chico.

Se sintió algo mejor de que entendiera, y dejándose empujar fue ganando la calle, con una risilla contenida. Allí dio un paso al costado para estabilizarse, mirándola de lado. Era muy distinta que en el callejón, en verdad... Se enderezo algo la ropa mientras empezaban a caminar por la calle, lado a lado.

-Ahora estamos rentando una casa en Londres, mientras mis padres se ponen al día todos sus asuntos con el Ministerio y empiezo la escuela… +explico. Sus ojos paseaban tranquilos por la acogedora calle, con ese estilo tan clásico.+ Pero luego ellos se irán a Canadá. Siempre se están moviendo, a medida que escuchan rumores de criaturas mágicas inusuales o lugares encantados que hay que estudiar y catalogar…

Pestañeo un poco, pensativo, intentando recordar si había estado en esta zona. Casi seguramente, pues todo el mundo conocía del valle de Godric. Pero probablemente fuera una visita breve, turística, cuando era pequeño... Sus padres no eran de los que se interesaban en lo ya conocido, sino justamente en lo nuevo y exótico.

-… así que no sé dónde iré a fin de año. ¿Y tú? ¿Siempre han vivido aquí?

No añadió más, pero eso dejaba implícito algunas cosas. Tenía edad como para… 

Luke era definitivamente una persona muy interesante, un chico que había conocido muchos escenarios, muchos paisajes, mucho más de los que ella podría ver, y eso le agradaba, pero al mismo tiempo la hacía sentir algo simplona para él, Alma suspiró y metió sus manos en los bolsillos de su ropa. Vamos Alma, tú de simple no tienes nada, pero lástima que no le puedes contar que es aquello que te hace tan especial.

- vaaaaya, entonces conoces muchas partes .. y pues - mueve sus labios de lado a lado - yo siempre he vivido acá, desde pequeña - aunque no puede decir mucho sobre su vida antes de ser una Blanchet, muchos de esos recuerdos se han perdido, su padre dice que los ha bloqueado - pero conozco Londres y Orleans, donde viven los abuelos, los papás de mi mamá - sonrie - no es muy entretenido acá, pero... bueno, algo se hace, - se paran ante un pequeño kiosko y Alma mira los dulces que habían -¿quieres?

Casi podía oír a mama diciendo “no que ya comerás”, pero ahora no estaban en casa…

-Jaja de acuerdo, claro. ¿Tiene plumas de azúcar? +dijo con vehemencia. Esas le gustaban mucho, volvía más sabroso el aparentar tomar apuntes… No obstante, retomo el tema anterior cuando se alejaron del quiosco con la dulce carga.

-Igualmente, seguro tienes para divertirte. Están tus hermanos, por ejemplo, cuando no van a la escuela. Además en el valle debe haber muchos niños de familias mágicas, ¿no? Lo bueno de estar siempre en un lugar, es que puedes echar raíces en el… Salvo seas una planta voladora o saltarina, claro. +añade, por si las dudas.

- o eres el viento - completa la frase de Luke. El vendedor asiente a la consulta del pequeño y le da una pluma dulce, Alma aplaude y pide una bolsa de grageas, y cinco ranas de chocolate. Ambos chicos pagaron sus dulces y Alma tomó la mano de Luke y lo hizo sentarse en la cuenta, a comer los dulces que habían comprado. La chica se rió, y sacó una gragea, y luego escupió el dulce, tosiendo.

-ay ay... carbón.. ay ay...- exclamó pasando sus dedos por su lengua, - ejejem.. lo siento- bajó sus manos y se sonrojó, con una pequeña sonrisa en los labios - bue.. bueno... Alba ya es una odiosa adolescente... no me toma en cuenta, solo habla de sus amigas y del novio que tiene.. y Alphie, él es chico, no entiende a una chica,- suspiró, y buscó otro de los dulces, mirándolo contra la luz del sol como le enseñó su abuelita - en realidad no tengo tantos amigos, pocos, muy pocos... a pesar de que todos en el valle son magos- ninguna a decir verdad, siempre se mantuvo al margen de los demás chicos - me da algo de miedo la escuela por eso - se encogió de hombros, echándose a la boca la gragea - ñaaaaam!!! mentaaaa que ricoooo - pone sus manos en sus mejillas, y celebra el sabor del dulce.

te das cuenta de que su mano es un témpano de hielo, algo raro ya que estáis en pleno verano.

Casi se estremeció al sentir esa mano tan fría como un helado, cosa que le asombro un poco. Iba acorde sin embargo a la clara piel de ella. Una vez más pensó que había algo curioso en aquella chica, pero no sabía que con exactitud. En lo demás, sus maneras eran como las de cualquier persona. De momento, se guardó sus comentarios, pero tendría que estar atento...

Mordisqueo la pluma suavemente, dejando los granos desgranarse en su boca mientras le escuchaba y la observaba atentamente, buscando alguna otra rareza. Finalmente comento.

-Ya veo… estamos parecido entonces. Pero tiene algo de bueno, ¿no crees? Si nadie te conoce de antes, no te pueden reprochar nada. +frunció el labio en una media sonrisa+ Aunque en eso tengo ventaja de ser hijo único.

Era una ventaja ciertamente, no ir con las expectativas de los mayores ya, pero también un acento en la soledad. Trago saliva despacio, disimulando ese temor. En cambio trato de mostrarse fuerte.

 -Pero, si igual aparece alguien así, que te moleste o eso, puedes contar conmigo. ¿De acuerdo? +dijo, apuntando con la pluma a su cara, como si fuera una varita. Al hacerlo le rozo la nariz, cosquilleandola.

Ni se había dado cuenta que lo había tocado, es que en compañía de Luke se sentía muy a gusto, como en confianza, algo así como su alma gemela, por eso cerró lo ojos y movió la cabeza para eludir la pluma que le estaba haciendo cosquillas.

- está bien.. serás algo así como mi guardián, me gusta - se encoge de hombros,  en eso sale su hermana mayor de la casa, y llama con el movimiento de una mano - está listo, vamos - se puso de pie, - esconde los dulces o nos reprenderán por comer golosinas antes del almuerzo  - metio todos los dulces en los bolsillos de su chaqueta, y dio unos saltos hacia la casa, iba a  salir  corriendo, pero recordó que a Luke, no le gustaba mucho aquello.

-Tu guardian... jaja... esta bien. Aunque quien sabe si no termines cuidando tu de mi. +rie suavemente, mientras se levanta en respuesta al llamado que hacen desde la casa. Desliza lo que queda de la pluma dulce en su bolsillo, apretandola fuerte para comprimirla. Se fricciono un hombro, de pronto se sentia algo tenso.+ Me imagino que si, algo podrian reprendernos... Tambien dime si hago algo mal en la mesa, por favor. +añadio en un susurro. La verdad sus modales dejaban algo que desear, cosas de comer muchas veces aprisa o lugares poco convencionales. Suspiro hondamente. La prueba estaba por comenzar.