Partida Rol por web

La cita número uno había finalizado. Eros estaba todavía poco conforme con los resultados, necesitaba ver más amor, más pasión, que las chispas llenaran los cielos como lo hacían siempre en los Campos Eliseos. Psique se reía de su testarudez, pero por otro lado, apreciaba la insistencia con la que su amante intentaba crear pasión en los participantes. Incluso ella esta vez eligió el escenario, uno de los paisajes hermosos que poblaban la isla, también cerquísimo al hotel.

Psique ordenó a los cielos a estar llenos de estrellas, llenó el aire con música y las aguas con tibieza y luego volvió a los brazos de Eros, complacida le dijo:

-Creo que estamos en camino, mi querido Dios del amor.

Y Eros se sintió algo más animado esta oportunidad.

Me despierto cuando aún es de noche, el sol no ha salido todavía. Me quedo en la cama un par de horas más, pensando en la cita de hoy.. Al parecer, hemos quedado en la playa. Me parece un sitio magnífico, ya que ofrece muchas posibilidades de estudio de las interfases, pero no estoy aquí para eso..

Me levanto de la cama, cansada de no hacer nada, ya que lo normal en mí es trabajar a diario, sin descanso hasta cumplir mi cometido. Para entretenerme hasta que llegue la hora de arreglarse, saco de mi maleta casi vacía un libro de Arqueología, que me compré en la tienda del Hotel, y me siento en el escritorio a leer.

El tiempo pasa rápido mientras estoy enfrascada leyendo, así que cuando me doy cuenta de la hora que es, me voy a darme una rápida ducha, y cuando salgo, me coloco la ropa que había elegido para la ocasión.

Encima de un bikini liso sin dibujos, por si se daba la ocasión, me enfundo un vestido azul a rayas finas, me coloco unas sandalias en los pies, y salgo de la habitación, sin ningún adorno más, ya que podrían ser un estorbo.

Llego a la playa, tomando el camino más recto, ya que no es la primera vez que voy, y me paseo por el límite de la costa, esperando a que llegue mi pareja de este día.

No te preocupes, que tampoco pasa nada si me falla una cita ^^

Me desperté de un extraño sueño... <<John el Rojo...>>. Decidí olvidarlo, pero me encontraba en un lugar aún más extraño que el sueño. Una isla paradisíaca, con una noche perfecta, parece que suena la música por donde quiera que vas. Decido pasearme por la playa, no sé muy bien si para desconectar del sueño, o para centrarme más en él. De repente, me fijo en que en la playa hay una chica, sóla.

Me acerco, parece que espera a alguien. <<Podemos gastar una bromilla>>. Pero no puedo. Me parece bellísima, no creo que pudiera hacerle daño, ni siquiera de broma. Entonces decido presentarme:

- Hola, soy Patrick Jane, consultor de... perdona, estoy tan metido en el trabajo. Parece que esperas a alguien, ¿me equivoco?

Después de esperar media hora, durante la cual me paseo por la playa, con el convencimiento de que mi cita no vendrá, me siento en la arena para descansar, ya que he venido hasta aquí.

Al poco tiempo, un hombre notable en apariencia se acerca hasta mí para presentarse. Sonrío ligeramente ante su mención al trabajo, ya que comparto la motivación. Con una pequeña sacudida para quitarme la arena, me levanto para estar a su altura, ya que no es adecuado permanecer sentada para presentarse.

-Buenos días, Patrick. Entiendo tu interés en el trabajo, no hay nada como ser el mejor en tu desempeño para sentirse bien con uno mismo. Me llamo Temperance Brennan, es un placer conocerte. Y sí, esperaba a alguien.. Pero creo que no va a venir, por lo que puedo decir sin temor a equivocarme, que estoy desocupada.

 - ¿Desocupada? Entonces podrás gastar un poco de tu tiempo conmigo, ¿no? - pregunto mientras arqueo las cejas y sonrío levemente - La verdad es que me encanta mi trabajo, resuelvo crímenes, aunque normalmente no por el método más... apropiado... Y tú, ¿a que te dedicas?

Busco con la mirada algún sitio para sentarme, algo que hacer. Pero me fijo en el agua, está calmada, parece cálida. <<Me apetece un baño... pero creo que lo rechazaría. Esperemos...>>. Decido sentarme en la arena, junto a la marca que ella dejó.

- Perdón por hacer que te levantes, pero estoy más cómodo sentado. ¿No te parece que hace una noche maravillosa para bañarse? El mar está espléndido...

Me siento a su lado, manteniendo la sonrisa que se vuelve un tanto cínica. ¿De verdad quiere bañarse con esa ropa? Respondo alegremente a su pregunta, ya que es un tema perfecto de conversación, dado que parece que lo compartimos.

-Parece que coincidimos en el trabajo.. Yo también resuelvo crímenes, de una forma un tanto singular. En el Jeffersonian, donde trabajo, resolvemos crímenes en cooperación con el FBI gracias al estudio intensivo de los cadáveres. Mi trabajo es estudiar los restos óseos. Es un trabajo bastante entretenido. Y bueno, ¿qué me dices de tu trabajo? ¿Por qué es tan poco usual, si me permites la pregunta?

Me siento en la arena, en el lugar del que acao de levantarme, para que no tenga que mirar hacia arriba para hablar.

 - Bueno, mi trabajo no es que sea poco usual, si no que no soy verdaderamente policía, soy algo así como... adivino. Y a veces a mis "superiores" no les parecen acertados mis métodos. Lo que pasa es que engañar, o persuadir si lo prefieres, a un "testigo" para desvelar que realmente él es el culpable, no les parece bien.

Empiezo a escucharme a mí mismo y no creo que vaya bien. <<Para el carro, chico>>. Intento retificar un poco diciendo:

- Bueno, no es que sea adivino, sólo que uso la psicología y la observación para reconocer las cosas. Como dice Sherlock Holmes: "A veces los detalles más pequeños ofrecen las mejores pistas". Por cierto, hablando de adivinos y lecturas de mente, no creas que voy a bañarme así, tengo la ropa adecuada. ¿No crees que sería divertido?

Al oír la palabra "adivino", me hago una idea un tanto escéptica de él, ya que no creo en tales adivinos, ni en el destino, dioses y demás, ya que para mí no hay más que un constante y proporcionado azar. Estoy a punto de decirle mi opinión sobre los adivinos, pero como rectifica, me guardo mis comentarios sobre ese tema, ya que abre uno nuevo.

-La verdad, me parece que la psicología es un estudio carente de cualquier valor científico, ya que se basa en leves suposiciones. Admito que puede ser muy útil, ya que he sido testigo de correctos razonamientos, pero no obstante, no puedo más que pensar que hay otros métodos mejores. Pero ya que es tu trabajo, tampoco voy a desmerecerlo-. Caigo en la cuenta de la relación de sus últimas palabras y mi pensamiento, ya que al parecer, ha debido de interpretar el vistazo que le he echado a su ropa-. Sí que eres observador.. Supongo que no es necesario que te ofrezca una respuesta, ya que debo de estar emitiendo ondas mentales que tu corteza cerebral está a punto de recibir e identificar-. Mi tono de voz es sarcástico, ya que sigo renegando de tales habilidades, y Patrick no parece el tipo de hombre que vaya con un bañador por casualidad.

 - Pues sí, sí que me llegan tus ondas mentales... ¿Crees que tú no serías capaz de identificar una frase, con sólo un gesto? - Dicho esto, comienzo a quitarme la chaqueta y a desabrochar los botones de mi camisa - Inténtalo, a ver si eres capaz...

Esto último lo digo con cierta sonrisa <<Espero que me entienda...>>. 

-Pues... Sí, tienes razón. Me veo plenamente capacitada como para desempeñar el acto de interpretar los mensajes corporales, aun cuando no sea de mi agrado. Booth sabe hacerlo muy bien, y como yo participo cooperando con él en los interrogatorios, creo que he adquirido la práctica suficiente-. Observo cómo empiezas a quitarte la camiseta, y con una sonrisa confiada, te comento mi impresión-. No hace falta que hagas eso, ya que con tu comentario de antes, sé exactamente lo que quieres hacer. Sí, yo también lo estoy deseando.. -. Empiezo a quitarme la camiseta, de modo que queda a la vista la parte superior de un bikini de color azul celeste-. Lo único que.. ¿No estará fría el agua?

 Empieza a quitarse la camiseta, y deja ver un bikini de color celeste <<Mmm... que sexy...>>. Entonces comienzo a despojarme del resto de mi vestuario, enseñando un cuerpo medianamente ejercitado y un bañador, algo largo, de colores azules y blancos.

- ¿Fría? ¡Que va! Si ha estado durante todo el día a la luz del sol. Tú, como científica, deberías saberlo...

Esperando a que ella termine de quitarse la ropa que le "sobra", comienzo a caminar con paso firme y decidido hacia en agua. La miro, me armo de valor, y comienzo a correr, dando un gran salto y cayendo de manera estilizada al agua.

- Vamos, está buenísima... el agua - digo mientras pienso <<Y tú también...>>

-Me he explicado mal.. La temperatura del agua será elevada, pero la sensación térmica será de frío, por el viento. Por el día, el viento va desde el mar hacia tierra por la diferencia de temperatura, ya que la tierra se calienta antes, por lo que el aire se eleva. Por eso se forma el viento, ya que el aire se dirige desde zonas con mayor presión a zonas de menor presión. En cambio -me quito los zapatos y los pantalones, que dejo a un lado junto con la camiseta, antes de meterme al agua detrás de él-, por la noche es al evés, ya que el agua libera lentamente el calor retenido durante el día. En conclusión, hace viento, una ligera brisa marina, pero suficiente como para sentir frío. Claro que, si mantenemos el cuerpo en movimiento, no tendría por qué ser así-. Me lanzo al agua cuando me cubre por arriba de las rodillas, nadando hacia él.

Ciertamente, el agua está a una temperatura agradable..

 - Qué bien explicas... "seño" - digo con cierto tono burlón - Pero como bien dices, si estamos en movimiento será más fácil mantener el calor. Hay mucas formas... pero nada mejor que nadar. ¿Una carrerita?

Veo como se acerca, y cada vez me parece más guapa y sexy. Siento unas ganas tremendas de acercarme a ella y... <<¿Pero qué dices? Si acabas de conocerla>>

-Gracias, agradezco el cumplido, la verdad es que estuve a punto de desempeñar el trabajo de profesora, pero me pareció un trabjo extremadamente aburrido, que no me permitía hacer pleno uso de mis facultades. Prefiero mi trabajo.. que me otorga tiempo para estar aquí hoy, ¿no te parece?-. Me acerco a él manteniendo el ritmo, con ciertas ganas de empezar tal "carrerita"-. Estoy segura de que podré mantener el ritmo... Siempre puedo llamar a un delfín para que me lleve-. La idea me parece muy surrealista, pero Booth dice que las tonterías hacen gracia, y se me ocurren pocas mayores que ésta.

 Sonrio al escuchar lo del delfín.

- ¿Preparada? 1... 2... ¡ya!

Comenzamos a nadar, pero dejo que me adelante. Cuando me lleva "un cuerpo" de ventaja, acerlero un poco y le agarro de los pies. La acerco a mi, acto seguido me aferro a su cintura y le miro a los ojos.

- Tengo que hacerlo - y entonces le doy un beso en los labios, no sabiendo como va a reaccionar. <<¿Eing? Yo no soy así, ¿por qué lo he hecho?>>

Salgo disparada en cuanto llega al tres, pero no alcanzo a recorrer dos metros cuando me coge de los pies y me sujeta para besarme, de cierto modo como si se disculpara. Respondo al beso, ya que nada me indica por qué debería negarme.

-Además de guapo sabes besar... No sabía que tuvieses tanto frío, para querer calentarte así... Si quieres podemos salir del agua, aunque mojados como estamos.. A lo mejor sería mejor regresar al hotel, seguro que allí podemos secarnos con toallas...